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Publicado: 21:21 03/12/2012 · Etiquetas: · Categorías: Economía
España: Tecnócratas o Pirómanos??

Tras la interminable y cada vez peor crisis económica existen, evidentemente, toda una serie de intereses ocultos. Y que se hace mucho porque sigan ocultos. Jamás se habla de a quién se debe el dinero, de la naturaleza misma de la circulación del crédito según la configuración de la Unión Europea, de la naturaleza misma de la deuda, el papel de acreedores privados y las servidumbres a las grandes fortunas y fondos del sector financiero, etc etc.

Aun así, y pese al fortísimo entramado con el que se ha apuntalado el sistema  ,y cómo tiene este comprometidos a los Estados y los mismos ciudadanos en su supervivencia , la quiebra hubiese sido inevitable de no existir ciertos personajes que, con la voluntad popular o sin ella, o engañándola en otros casos, han cogido los mandos de la nave para hacerla navegar hacia aguas menos turbulentas. Y sin embargo, no solo no se llega a esas aguas menos turbulentas sino que la situación es cada vez peor sin que parezca posible cambiar de rumbo. Como tristemente dijo el ministro De Guindos, no hay otra alternativa a la política que se está haciendo ahora mismo en España. Que no es otra que la que se implementó en Portugal y Grecia y hasta cierto punto también en Italia e Irlanda.

El personaje al que me refiero, indispensable para sostener la situación de las cosas pero con promesas de cambiarla, es el tecnócrata. Algunos tecnócratas como Mario Draghi han llegado sin pasar por las urnas a un organismo europeo, otros como Monti igual hasta el máximo puesto de un país, otros como en el caso que nos ocupa han llegado al poder con promesas de “seriedad” y “hacer las cosas como dios manda” frente a un supuesto frenesí de gasto de sus antecesores. Se han autoproclamado tecnócratas y hecho creer que hay un solo discurso y praxis económica “real” y viable que soluciona las cosas y a ellos mismos como los representantes de esa praxis.  

En el caso español, Mariano Rajoy llegó con unas vagas promesas de “hacer las cosas bien” y “arreglar el país” y “hacer las cosas como dios manda” sin concretar nunca que pensaba hacer. Especialmente revelador fue su silencio absoluto cuando Rubalcaba le preguntó exactamente qué iba a hacer al llegar al poder para cumplir todas esas promesas de cambio en el televisivo cara a cara pre-electoral. Tras el acceso al poder, lo único que se perseguía en principio, se encomendó la cartera de economía a dos supuestos tecnócratas como Montoro y De Guindos. De Guindos, no hace falta recordarlo pero es importante, era responsable de Lehman Brothers para España y Portugal hasta la quiebra de la firma. Una persona encargada de colocar los activos tóxicos y paquetes mezzanine (BBB) de la firma entre los bancos europeos y trocear los paquetes para engañar a los clientes con el riesgo, convertido en ministro de economía de un país. Evidentemente, el desastre era inevitable.

El discurso del PP para justificar los recortes fue simplemente que la situación era mucho peor de lo que esperaban, que Zapatero les había dejado una herencia funesta y que la situación era insostenible sin hacer recortes.  En un país con un 94% (ahora menos)  de media del PIB europeo, con un gasto de apenas el 80% de  a media de este PIB europeo y con unos ingresos de apenas el 69% de la media europea, el diagnóstico fue que había que recortar el gasto. Por supuesto, también quisieron aumentar los ingresos, pero en lugar de luchar contra el fraude fiscal, revertir siquiera temporalmente las bajadas del impuesto de sociedades o el régimen de las SICAV, aumentar los impuestos a los que más tienen y hacer pagar a algunas entidades privadas exentas como la Iglesia, el Estado se centró en subir primero el IRPF y luego el IVA a los asalariados españoles, los de más bajos ingresos de al Unión Europea si salvamos los casos de Portugal y ahora Grecia.  Al mismo tiempo, se declaraban amnistías fiscales a los defraudaores, se daban indultos a banqueros implicados en casos sangrantes de estafas y se dejaba sin mover el IVA a productos de lujo.

No contentos con esto, se reformó el marco laboral con una reforma definida por ellos mismos como “extremadamente agresiva” y que en realidad es cuasi-esclavista.  Con esta maniobra   se ha asegurado al propietario  y empresario, básicamente, que pase lo que pase le podrá pasar la factura a los trabajadores. Y que, teniendo 6 millones en el paro, no le será difícil sustituir a la mano de obra de no estar de acuerdo con las horribles condiciones que se le van ofreciendo. Total, cualquier parado de media o larga duración estará dispuesto a hacer dicho trabajo por malas que sean las condiciones.

El consumo, tan duramente golpeado en España por la crisis y por el muy desigual reparto de la renta de nuestro país (donde el 10% de los más ricos disfrutan del 63% de la renta), se había estabilizado o tocado fondo apoyándose en tres pilares que parecen los últimos en sostener el edificio del consumo español. Uno eran los fijos indefinidos protegidos por las legislaciones anteriores a la precarización total del mercado, el segundo los funcionarios, el tercero los jubilados que pese a un poder adquisitivo pequeño si tenían al menos ingresos estables.

En un ejercicio de piromanía espantoso, los “tecnócratas” españoles decidieron que para poder sostener al Estado y al mismo tiempo no tocar los intereses de las grandes empresas y el capital, la crisis la iban a pagar los asalariados y autónomos. Así, la reforma laboral, la subida del IVA, la subida del IRPF, los innumerables recortes en gasto público deberían apuntalar las cuentas del Estado y mantener el status quo mientras el mercado reasignaba los recursos protegiendo los intereses que había que proteger. La reforma laboral ha creado un paro enorme y volatilizado la estabilidad laboral, hasta el punto que no solo los fijos antiguos pasan a estar en serio peligro sino que cualquier nueva contratación va a ser papel mojado hasta varios años de consolidación. El contrato Rajoy permite un despido sin indemnización durante el primer año. Visto el nivel y la clase de buena parte del empresariado español, no sería de extrañar el encadenar contrato tras contrato de este tipo para mayor seguridad y gloria del empresario. Quien se va a comprar un piso en esas condiciones, quien un coche nuevo, quién es capaz de olvidarse que puede estar en la calle en un mes y por apenas 3 o 4 meses de sueldo en el mejor de los casos para meterse en fuertes gastos y consumir? El segundo pilar, el de los funcionarios, ya quedó maltrecho por las medidas del PSOE en el 2010. Bajada del 5% del salario, congelación salarial para ese año y el siguiente, etc. Sin embargo las medidas actuales del PP van mucho mas allá. Posibilidad de despedir a funcionarios con la plaza consolidada si las cuentas no salen (y es muy fácil hacer que no salgan),  retirada de la paga extraordinaria  de Navidad lo que supone una bajada del  7% del salario, etc. Finalmente el tercer pilar, los jubilados, ve como no se va a sostener el poder adquisitivo de sus pensiones, añadido al tener que gastar grandes cantidades de dinero en recetas y medicamentos que antes tenían totalmente subvencionados.

Como muestras este gráfico, tras la llegada al poder del PP en noviembre del 2012 la demanda española se contrae continuamente y sin variación, acelerándose esta contracción en momentos puntuales como septiembre de este año al entrar en vigor el gravamen nuevo del IVA.  A todo esto hay que sumar los enormes incrementos de coste de agua, electricidad, transporte público, tasas universitarias que hacen imposible acceder a la educación superior a los hijos de las familias modestas e incluso no tan modestas...

Ante el desastre que se está infligiendo al país, casi tan salvaje como lo hecho en Grecia y mucho, muchísimo más rápido, los mismos capitales a los que se ha estado tratando de proteger han huído en masa del país   y empeorado aún más la situación, ya de por si agónica.

Ante la magnitud de la catástrofe, que tiene ya totalmente  desmoralizados a los ciudadanos, el gobierno se sigue torpemente escudando en que la política realizada de recortes y aumento de impuestos y tasas (a las clases medias y asalariadas) es la única posible, que ya se ven resultados en el horizonte (como no sea el horizonte de los 6 millones de parados y que la previsión de 1.4% de contracción del PIB para 2013 se incremente de una forma considerable) y en fin una cortina de humo retórica lanzada desde sus medios afines o controlados directamente, es decir todos, y donde evidentemente no aceptan preguntas.  El recorte en I+D+I, el quitar peso a las fugas de cerebros, la pantomima lamentable que han hecho con la ley de los deshaucios para aparentar que hacen algo pero no quitar la última palabra y ni un euro a la banca,  las ridículas intentonas de activar la actividad económica regalando la residencia española a quien compre un piso de 160 000 euros (orientada evidentemente a los extranjeros y a los extranjeros con metálico, y que atraerá el blanqueo de dinero de muchas mafias extranjeras) o el disparate auténtico de Eurovegas del que ya hablé en un artículo anterior, nos dibujan un panorama muy claro de un gobierno que se presentaba como tecnocrático pero que lo único que sabe hacer realmente es sajar y hacer sangría del enfermo para seguir haciendo transfusiones hacia la oligarquía propietaria y financiera del país. Lo que no se dice a la gente es que en el rescate bancario es el Estado el último garante del pago con sus impuestos y reduciéndoles aun mas los servicios públicos, lo que no acierta a comprender la ciudadanía es que incluso si la banca pudiese pagar el rescate por si mismo es a ellos mismos a quien se lo estará sacando de una forma u otra (via intereses de deuda publica pagados con impuestos, comisiones, intereses por créditos, sacándoselos al pequeño inversor en Bolsa, etc)  dada su naturaleza parásita. Lo que se va moviendo entre bambalinas sin demasiada atención de los medios es toda una serie de cambios en el sistema legal y penal para poder oprimir a la disidencia y los descontentos y dejar fuera del sistema judicial a las clases no pudientes.  


Otro gráfico intersante, la formación bruta de capital fijo, un índice fundamental de la inversión, muestra una caída espectacular desde marzo del 2007 y que se hace especialmente calamitosa en marzo del 2008 y hasta septiembre del 2009. El repunte posterior hasta septiembre del 2011 entra en barrena en visperas de las elecciones de nuevo y no se recupera en todo lo que va de año.

Las bases de un gobierno tecnocrático digamos eficiente, si tal cosa existiese realmente, debieran ser al menos el equilibrar las cuentas de gastos e ingresos a corto o medio plazo y seguidamente guiar la inversión y la política del país hacia la creación de producción  de cierto valor añadido y el empleo.  Una vez hecho esto y aunque se posterguen ciertas necesidades sociales temporalmente, el ciclo virtuoso económico echa a andar y los salarios más o menos dignos y la reducción del paro suben los ingresos indirectos del Estado y bajan los gastos en subsididos de desempleo. El consumo aumenta, la actividad económica crece, se reinvierte en crecer, etc. Lo que está haciendo el gobierno español, sin embargo, pese a presentarse como tecnocrático, no lo es en absoluto. De la tecnocracia y gracias a su mayoría absoluta solo utilizan la autoridad sin freno para imponer a sangre y fuego sus absurdas e injustas ideas. Pero lo que realmente hacen no pone las bases de ningún crecimiento futuro,  y solo empobrece mas y más a las ya casi proletarias clases medias españolas y desespera sin freno a las masas desempleadas. Un país con un 50% de paro juvenil, donde casi nadie va a lograr contratos indefinidos que le permitan una capacidad adquisitiva de país desarrollado o permitirse invertir en una vivienda o algún gasto fuera de lo corriente, un país donde grandes bolsas de la población no tendrán pensión en el futuro por la “flexibilidad” del mercado laboral,  un país donde la educación va a quedar para una franja reducidísima de la población sin que se de otra alternativa viable como una formación profesional acorde a lo que se ve en muchos países de Europa. Un país que con tal de no tocar a los intereses de las grandes empresas, las grandes fortunas y los ingresos del capital es capaz de colgarle todo el peso de sostener el país a las depauperadas clases medias. Un país así es un país que ,tristemente, no tiene futuro. Un país moldeado para interés de una pequeña oligocracia propietaria y financiera, sin educación, sin derechos laborales, sin clases medias, sin sanidad pública ni medianamente seria, sin justicia. Un país tercermundista que, sin embargo, alberga a varias generaciones de personas criadas en otro ambiente  y con educación universitaria grandes porcentajes , y a las que se está haciendo una violencia económica, social y mental terrible, casi imposible de soportar . La Historia que contaremos en las próximas décadas no es otra que la de si, en efecto, este es el momento en el cual España (y quizá la UE que va a otro ritmo pero por un camino semejante) se  plegó a las exigencias del libre mercado y la rentabilidad privada y convirtió en una especie de república oligárquica como algunas latinoamericanas del XIX,  o si por el contrario la gente supo ver a través de la cortina de humo de las mentiras neoliberales y su aplicación tecnocrática, y detectar el fondo del problema (el reparto injustísimo de la renta que ya lleva a que tanto en España como Alemania el 10% mas rico acumule cerca del 67% de la renta), y reaccionar.  Porque y resumiendo para acabar, pese a sus discursos dogmáticos de “esto es lo que hay que hacer” y “no hay alternativa posible” lo que se está haciendo no es una política tecnocrática que injusta o no dará unos frutos en el futuro, lo que se está haciendo en España es pura y dura piromanía.

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