Frank Miller- A ver como narices haces Watchmen
Zack Snyder- Vaya, pues... con mucho cuidado(risas)

CONTIENE PEQUEÑOS SPOILERS

Tras una espera que, para nosotros los fans de Watchmen, parecía eterna hemos podido ver por fin que ha hecho Zack Snyder con un texto que se antojaba imposible de adaptar y que hasta el último momento  ha mantenido la incertidumbre de si finalmente el proyecto caería en saco roto.

La pregunta que debemos hacernos primero es qué le podemos pedir a una película, al cine en general, a la hora de adaptar una obra que es imposible desvincular de su medio original, el comic. Una obra tan autorreferencial a su propio medio que al ser desarraigado de este pierde parte importante de su esencia, la deconstrucción del mito superheroico. Asumimos que no debemos buscar esto en la película.


La segunda pregunta que planteo es la posición que debe tomar Snyder como director. ¿Debe hacer su propia película manteniendo por supuesto el espíritu del original  o realizar una copia literal en pos de no soliviantar a una legión de seguidores que no perdonarán el más mínimo cambio? No lo se. No soy quien para responder esta cuestión pero Snyder se posiciona claramente a favor de lo segundo. Snyder como en 300 no ha hecho una película si no una  pseudo-traslación de las viñetas y el texto tal cual aparece en la novela gráfica. Es quizá ahí donde decepciona, el pensar que podría haber sido mucho mas, que podría ser una obra con personalidad propia, sobre todo viendo ese arranque excepcional con los títulos de crédito iniciales que obligan al director a tomar una solución puramente cinematográfica magistral, para contar la historia de los minutemen, a través de una sucesión de imágenes casi estáticas, ralentizadas, como de otro tiempo, reflejo de esa ucrónica y retorcida visión de la historia Norteamericana, que nos regalaron dos genios hace mas de 20 años (montado de manera magistral con The times they are a-changin´ de Bob Dylan.) El problema es que el largo no llega tan alto en ningún momento y a partir de aquí se limita a seguir, siempre por detrás, la obra de Moore y Gibbons, no ofreciendo nada nuevo a los amantes del comic y saturando de información al neófito que por primera vez se enfrenta a los vigilantes.

El tratar de sintetizar un comic  como watchmen de una forma tan literal, en 163 minutos de metraje, pasa finalmente factura al ritmo narrativo que se ve completamente alterado y desdibuja a los personajes, afecta sobremanera a la trama de Laurie y Dan que no tiene la fuerza ni las segundas lecturas, que podíamos encontrar en el Watchmen de papel. No ocurre esto con el personaje de Rorscharch al que se ha dado la importancia que tiene y además un interprete maravilloso, que potencia si cabe la personalidad, distópica, contradictoria y atrayente de Walter J. Kovacs.

No obstante y a pesar de todo, Snyder y su equipo consiguen mantener el tipo entregando una película muy interesante sobre un comic que antes de nacer ya le había superado. Lejos de la brillantez expositiva de “El caballero oscuro” firman un trhiller de acción, muy recomendable y al que no hay que negarle sus logros, que no son pocos. Mantener la dignidad,  la dedicación y esfuerzo para sacar adelante una película desde el principio vigilada por todos. Entra así en lo que yo considero un triptico (Sin city, El caballero oscuro, Watchmen) que reclama la madurez de este subgénero cinematografico. Ya era hora.