¿Cómo puede ser que después de tanto tiempo metido en el mundillo de los videojuegos llegue uno en particular (en realidad una saga) y consiga que deje la pila de juegos aún por estrenar cogiendo polvo porque solamente me entren ganas de disparar, matar y pedir AC-130?

Es cierto que tengo menos tiempo que dedicar a los videojuegos e Internet. Pero me choca el hecho de que, disponiendo de veinte minutos, me apetezca siempre echar unas partiditas Online al Modern Warfare 2 (soy más de Infinity Ward) que continuar con los otros juegos que tengo a medias o empezar los nuevos que tengo a la espera de terminarme los anteriores. A los primeros me digo que hasta que no tenga más tiempo libre no puedo tocarlos ya que en veinte minutos no puedo avanzar realmente porque la mayoría de ese tiempo lo tengo que dedicar a recordar qué estaba haciendo en la partida anterior. Lógicamente es una mentira que me hago a mí mismo para seguir jugando al Call of Duty, que es lo único que me apetece al competir con otras personas de forma rápida. Ni si quiera Halo me tienta.

Curioso que no me gustara mucho el género más allá de Golden Eye o Perfect Dark de N64 y que ahora haya acabado enganchado a la moda de los casuales.