O cómo se demuestra que no siempre las críticas son justas.
Puede que no esté a la altura de la primera parte (que no lo está), pero aún así es un buen juego. Es superior en el apartado técnico, tanto en los escenarios (reciclados del primero en su mayoría), como en los personajes, sobre todo, y a nivel sonoro también cumple. Los combates son muy divertidos y algo más dinámicos que en el original, amén de tener ataques especiales más espectaculares, pero se echa en falta una personalización mayor, ya que sólo puedes equipar a los dos protagonistas y a los monstruos "a medias", mientras que a los personajes del primero no puedes ni modificarlos, ni hacerlos subir de nivel.
El rollo de los monstruos no ha acabado de gustarme porque me parece una excusa barata para no inventarse más personajes humanos, aunque puede satisfacer a los amantes del coleccionismo Pokémon. Aún así, es una idea que no está mal desarrollada, pero la mayoría de evoluciones de monstruo son lo mismo pero de otro color. Que se haya perdido el mapa del mundo es malo, porque quita exploración y genera linealidad, y bueno, porque puedes ir más rápido a los sitios. La duración de unas 30 horas y un poco más me ha parecido acertada, pues más largo se puede hacer pesado, y esto me parece lo ideal para un RPG de este tipo.
Todo esto son detalles más o menos afortunados, pero lo realmente sangrante del juego es que el 90% de escenarios son los de la primera parte (pero peor en el caso de las ciudades ya que, inexplicablemente, hay muchas casas a las que no puedes entrar, cuando en el primero sí). En el caso de las mazmorras, a veces tenemos hasta que repetir los puzzles del primero. Esto es bueno si no lo jugaste, pero MUY malo si lo hiciste (y peor si fue este verano, como en mi caso). Aún así, hay la suficiente variedad como para que no se haga pesado, pero la sensación constante de dejà vu no le viene nada bien.
Por otra parte, está la historia que, sin llegar al nivel de la primera parte, está bastante bien, aunque tarde mucho en animarse (el comienzo es muy flojo).
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De nuevo encontramos una contradicción: si no jugaste al primero, los personajes que repiten pueden parecer poco definidos o menos carismáticos, y es imposible pillar los montones de referencias a la aventura anterior; en cambio, si no es el caso, es como reencontrarte con viejos amigos: es genial volver a manejar a Lloyd o Zelos, ver a Yuan o Kratos, oír hablar de Mithos, reírse con la escena de los baños termales o con "bromas privadas" referentes al primer Tales. No cabe duda de que es un juego hecho para los fans, pero entonces, ¿por qué tenemos que tragarnos las mismas localizaciones y los mismos puzzles? Ese es el auténtico fallo de Dawn of a New World.
En cuanto a la historia y los personajes nuevos, el trío protagonista tiene un enorme carisma y se llega a pillar bastante complicidad con ellos. Emil empieza siendo altamente insoportable, pero pronto se hace gracioso por ser tan pringado, y al final lo acabas comprendiendo mejor que a la mayoría de personajes de otros juegos y está muy bien construido. Marta es divertida y directa, con su propia profundidad y humanidad, y está muy bien que sea ella la que no se corte en decirle a Emil lo que piensa y que su relación amorosa quede más o menos clara desde el principio y se acabe resolviendo, incluso antes de terminar el juego, en vez de quedar en el aire como en otros JRPG estilo anime. Hay alguna escena que podría considerarse un poco ñoña, pero me gusta que no se corten y que haya beso. ¿Y qué decir de Tenebrae? Pues que es un cachondo con un gran sentido del humor irónico y que en algún momento me hizo dudar de su lealtad por su forma de ser. De los viejos, siguen igual que siempre, pero puedes ver cómo han madurado desde la primera parte, y el asunto de Lloyd te hace darle vueltas hasta que descubres lo que pasa. En cuanto a los malos, no son nada del otro mundo, pero tienen carisma (Alice me gusta especialmente).
El final del juego es de los que más me han gustado, aunque echo en falta una escena de anime, al menos en el reencuentro de Emil y Marta. Es un final muy bonito, que te deja con una sensación de plenitud que pocos juegos consiguen. El hecho de decidir si quieres derrotar a Lloyd y Marta, con esa música tan triste, me parece un toque magistral: es el jugador el que decide si ha formado un vínculo con los personajes y quiere dañarlos o no. Una pena que Richter no me durase ni un asalto, cuando Alice & Decus me hicieron sudar bastante.
Mi nota: 8