Publicado: 21:00 14/03/2011 · Etiquetas: · Categorías:
Los que leyeron mi entrada sobre la primera parte sabrán que el juego me gustó, pero no me pareció merecedor de tantas alabanzas como había leído, principalmente por una serie de fallos que lastraban demasiado el resultado final, como el horrible control del mako, la aburrida exploración planetaria, las misiones secundarias clónicas o el torpe menú de objetos, sin olvidar que faltaba algo de variedad en los tiroteos. Todo eso se ha solucionado en esta segunda parte que es, sin duda, uno de mis juegos favoritos de la generación. Pero vayamos por partes y empecemos con lo malo, que lo hay: todavía echo en falta un poquito más de variedad en las misiones. Hay un par que no tienen que ver con disparar, sino con hablar e investigar, por lo que son un soplo de aire fresco y me hacen desear más de ese tipo. También sería de agradecer algo más en la parte jugable, en forma de puzzles o similares. Por otra parte, la simplificación que ha sufrido el juego funciona, pero echo en falta la cantidad de opciones de su antecesor u otros del género. Estos son los motivos principales que hacen que no lo considere una obra maestra, aunque sí un juego excelente. Ahora vamos con lo bueno, que es todo lo demás: los estúpidos viajecitos con el mako se han sustituido por el escaneo de planetas, que no es que sea muy divertido, pero sí mucho más rápido y satisfactorio, pues los minerales que obtengas pueden usarse en montones de mejoras. Hay otro trasto llamado Hamerhead que también se controla bastante mal, pero por fortuna podemos pasar de él en todo el juego, pues es opcional y creo que sólo está en la edición coleccionista. Las misiones principales, en vez de ser pocas y largas, ahora son muchas y cortas, lo cual me parece acertado y le da variedad al juego, aunque me he quedado con la sensación agria de que no visito planetas, sino trozos recortables de ellos, y me hubiese gustado que las ciudades tuviesen más vida. En cuanto a la parte shooter, al principio el uso de munición no me gustaba, pero ha acabado convenciéndome por añadirle un plus de estrategia y emoción a los tiroteos, que son bastante más variados que los de la primera parte. Hay más tipos de enemigos y se requiere mejor puntería y un uso sabio de los poderes; hay más variedad de situaciones y de "jefes" y, en ocasiones, factores externos que influyen, como viento fuerte. Con ello se consigue que los tiroteos no acaben cansando como en su primera parte, aunque en muchas ocasiones sólo consistan en correr hacia la siguiente cobertura. En cuanto al argumento, sigue abusando de los tópicos de la cienca-ficción y las pelis de acción, añadiéndole toques de historias detectivescas, pero vuelve a hacerlo con maestría. Si en la primera parte se dedicaron a crear un escenario rico en detalles y trasfondo, en esta ocasión se desarrollan los actores que van a moverse por él, en forma de los nuevos compañeros de Shepard, a cada cual más variopinto y trabajado. He leído por ahí que mucha gente prefiere la historia de la primera parte, y no puedo estar más en desacuerdo: desde el impactante inicio, que nos da un punto de partida mucho más interesante, hasta el épico final, Mass Effect 2 consigue que nos impliquemos en su historia como pocos otros juegos. El principal motivo es poder importar al Shepard de la primera parte, y con él todas las decisiones que tomamos en ella, desde las más insignificantes a las más decisivas. Y lo mejor es que tienen su repercusión en el desarrollo de esta continuación. Quizá muchas variaciones sean pequeñas, como un mail de un personaje secundario que ni recordabas, pero decidme otro juego en el que el papel de los personajes cambie dependiendo de lo que hicieras en su precuela. Y aunque no existiese la opción de importar, la tripulación de la Normandía y sus misiones de lealtad hacen el resto: gracias a ellas y a las constantes conversaciones con los tripulantes, llegamos a conocer a fondo la personalidad y motivaciones de cada uno de ellos y empatizamos sin dificultades, incluso con los que no acaben de gustarnos. Por eso, la misión final es tan emocionante, porque Secreto: (Pincha para leerlo) Todo el argumento del juego se basa en construir un equipo e intentar cumplir una misión que consideran suicida (y que, de hecho, puede serlo si las cosas van mal), y me parece un planteamiento muy interesante. Es cierto que se echan de menos algunos personajes de la primera parte, pero el nuevo grupo es lo bastante interesante y trabajado como para que no importe demasiado. Respecto a los amoríos de Shepard, al final he acabado con Jack xD. No es que me desagrade porque como personaje me gusta, aunque no se puede decir que sea mi tipo de mujer. Al menos, ya es mejor que la odiosa Ashley, pero a ver si en la tercera parte consigo a una que realmente me guste. Con el sex-appeal de Shepard no me explico cómo puede costarme tanto acertar. El trailer de la tercera parte me ha dejado con muchísimas ganas de jugarla, y espero poder hacerlo con un ordenador en condiciones para disfrutarla al 100%. Publicado: 18:47 10/03/2011 · Etiquetas: · Categorías:
El foro de Wii ha sido invadido por el malvado Camarada Ñorby que, con sus easy tropas de estambre ha lavado el cerebro de decenas de Pikmin, cegados por el logo de Nintendo, mientras se quejan porque las third han abandonado su consola. Por fortuna, un pequeño grupo de rebeldes se opone a esta dictadura. Sus armas: muchos colores, música y una mecánica más pulida. De Blob 2 se parece bastante a su primera parte (algunos dirán que demasiado), pero es lo suficientemente original e incluye las suficientes mejoras como para seguir siendo igual de variado que el primero y no caer en la repetición. Los dos juegos del alegre Blob basan su fuerza en lo que nos hacen sentir y en el afán por pintar todo el escenario, por lo que considero que no puede valorarse con los términos habituales. Quien jugase a la primera parte sabe muy bien lo que se va a encontrar, y también sabe que pese a ser demasiado sencillo, o a que se podrían haber aprovechado mejor las secciones en 2D y las buenas ideas que encontramos por doquier, una vez hemos convertido el paraje gris y desolado en una ensalada de vivos colores, con la música en todo su apogeo, la sensación que embriaga nuestros sentidos es tal, que poco importa todo eso. |
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