No hace mucho, en el post del Super Mario Galaxy 2, la gente decía que sentía una especie de vacío al terminarlo porque pensaban que iba a pasar mucho tiempo hasta volver a jugar a otro juego tan bueno. Pues bien, ese es el vacío que siento después de terminar con Baten Kaitos Origins. No más magnus, no más peleas al límite, no más giros de guión inesperados, no más Relay Combos, ni más Sagi, Guillo y Milly.

Si te tiras 70 horas largas con un RPG y cuando se acaba te quedas con ganas de más, es que algo pasa, y lo que pasa es que en la vida había disfrutado de unos combates tan divertidos y trepidantes y con tantas posibilidades dentro de su aparente sencillez. Al principio no sabes por dónde te vienen los golpes debido a la velocidad con la que sucede todo, y es que tienes que actuar y planear con un margen de tiempo mínimo. También puede resultar desconcertante que sólo haya un mazo para los tres personajes o la aparente simplicidad de las nuevas cartas. Después de un tiempo, te preguntarás cómo has podido vivir sin esto hasta ahora, encadenarás combos con soltura y descubriendo nuevas combinaciones de cartas con efectos sorprendentes. Incluso se pueden llegar a hacer cosas tan bestias como la de este vídeo:

Mi récord está en 45 golpes con 24 cartas, que puede parecer poco comparado con esto, pero no lo es xD.

Dejando de lado el bestial sistema de combate, que cobra su máxima expresión en las luchas contra los jefes y en la sidequest del Coliseo (que es genial), además de otras mejoras jugables, me gustaría centrarme en la parte argumental. La forma en la que se unen los sucesos del primer juego y este es sencillamente magistral, cambiando muchas de las cosas que pensábamos, explicando mejor otras y dándole un nuevo sentido a otras tantas. Después de jugar a Origins, es evidente que esta precuela estaba planeada desde el principio, y eso se ve por ejemplo cuando en el primer Baten Kaitos Kalas le pregunta a Gibari el porqué no es un caballero y él le dice que ya se lo contará otro día, pero nunca llegamos a saberlo. En Origins podemos averiguarlo de primera mano, y así con otras tantas cosas, y lo mejor es que se dejan el plato fuerte para el final del juego. También me ha gustado muchísimo la sutileza con la que se tratan algunos temas, pues no los dan mascados, pero si prestas atención y piensas un poco puedes encontrarte con cosas bastante sorprendentes.

Para ir terminando, decir que el trío protagonista es de lo mejorcito que me he encontrado y que en ningún momento se echa en falta a más integrantes. Sagi, Milly y Guillo (mención especial para él/ella, pues destaca por encima del resto con su fuerte personalidad, su mordacidad y el juego que da en la historia) están juntos prácticamente desde el principio y reaccionan como lo harían personas normales a los acontecimientos que ocurren a su alrededor. Aunque Sagi sea "el típico chico bueno de gran corazón", no siempre actúa dentro de ese molde, sino que lo hace como haría cualquiera, a veces de forma contraria al estereotipo que en teoría representa, e incluso de forma opuesta a lo que podría esperarse de él, y lo mismo vale para los otros dos. La relación entre ellos se torna muy bonita y hace partícipe al jugador, que de nuevo vuelve a ser un espíritu, interviniendo en la historia bastante más que en el original. No faltarán las sorpresas por parte de ninguno de los protagonistas, así como de los bien trabajados secundarios, la mayoría de los cuales son versiones más jóvenes de los de la primera parte o tienen una relación importante con ellos. Hablando en plata: el argumento es mucho mejor que en el original, aunque prefiero el final de éste por ser un final y no un "continuará", aunque hay alguna sorpresita que...

Para acabar, no me olvido de la fantástica banda sonora, que incluye varios temas de la primera parte y otros tantos nuevos, todos ellos de una gran calidad. En particular me encanta el nuevo tema de batalla, y eso que la primera vez que lo escuché no me gustó: