A boy and his blob - Análisis

Aquí está el análisis como dije, por si alguien está dudoso de importarlo desde UK, en vistas de que no parece que vaya a llegar a España. Iré directa al grano: si el juego te atrae, no le des más vueltas y cómpralo, porque no te va a defraudar, y se puede encontrar a muy buen precio. Para quien quiera motivos, ahí van:

Gráficos: 8/10
Muy bonitos, y el apartado que más llama la atención, dado su estilo hecho a mano. Como el resto del juego, son sencillos y bonitos, y suponen un soplo de aire fresco entre tanto polígono. Dicen que las comparaciones son odiosas, pero como en Wii tenemos otro juego con el mismo estilo gráfico (Wario), vamos a comparar: en aspecto ambos lucen más o menos igual, si bien Wario tiene un mejor diseño de personajes y enemigos, y quizá un poco más de variedad en los decorados (aunque el estilo gráfico del último mundo de blob sorprenderá a más de uno). Wario gana de nuevo en la calidad de animaciones, pues sólo las del chico y el blob se le pueden comparar (da hasta cosa cuando el chico muere, pues es hasta realista, y sospecho que la calificación de +7 en vez de +3 tiene algo que ver con esto), pero en fondos, en mi opinión gana el juego que analizo, pues los de Wario me parecen un tanto vacíos.

Sonido: 7/10
Del mismo estilo que el apartado anterior. Cumple a la perfección, sin alardes, con algunas melodías bonitas que casan bien con lo que sucede en pantalla. Mención especial al tema de créditos, otra de las muchas pruebas del mimo que se ha puesto en este juego. La voz del chico llamando al blob al principio puede irritar porque es un poco "HEY! LISTEN!!", pero al poco te acostumbras y hasta lo compartes, porque en ocasiones nuestro gelatinoso compañero se despista y tarda bastante en alcanzarte.

Jugabilidad y diversión: 8/10
Quien se espere un juego plataformero al uso, mejor que busque en otra parte, porque A boy and his blob no lo es. Hay secciones plataformeras (aunque el chico salta muy poco, y muere al caer desde una altura menor que en la mayoría de juegos de este tipo), pero la mayor parte de los niveles la pasaremos resolviendo pequeños puzzles en los que usaremos las habilidades del blob para poder avanzar.

Nuestro moldeable amigo tiene hasta 15 habilidades distintas, que se van presentando de forma gradual según avancemos, y de las cuáles sólo podremos usar las que vengan prefijadas en cada nivel. Para transformarse, necesita que le lancemos las judías de distintos colores, y sus formas son tan variadas como una escalera, un yunque o un cohete (mención especial a la épica transformación final). Al principio, unos carteles nos indicarán cuándo tenemos que usar una determinada transformación, pero más adelante desaparecen casi por completo, aunque aún siguen habiendo de vez en cuando, ya sea cuando haya que usar una transformación nueva o usar una antigua de una forma que no hubiéramos imaginado. Esto puede restarle algo de emoción al juego, pero no es demasiado frecuente.

Los puzzles son la gran salsa del juego y son bastante buenos y bien pensados en general. Hay bastante variedad de habilidades y situaciones como para que no se haga repetitivo, y cuando se repiten conceptos, suele ser en una situación diferente que le añada dificultad. Las habilidades y los tipos de puzzles siguen sorprendiendo durante toda la partida, por lo que variedad no es lo que le falta. La otra salsa es encontrar los 3 cofres ocultos en cada uno de los 40 niveles del juego. Al principio son muy fáciles y se consiguen simplemente superando el escenario, pero a partir del tercer mundo hay que buscarse un poco más la vida y explorar, e incluso repetir fases para ir por caminos distintos. Cuando tengamos los 3 cofres, se desbloqueará una fase secreta (con lo que el número total es 80, una cifra muy respetable), más corta, difícil (sin checkpoints) y directa que las normales, y por lo general explotando una habilidad concreta. Al superarlas, desbloquearemos arte y vídeos.

Las fases normales son más largas y hay que explorar más, y tienen checkpoints automáticos, que nos devolverán a puntos concretos del escenario tras morir, normalmente cerca del lugar del accidente. Esto le resta dificultad, pero yo lo veo como una ventaja debido al tipo de juego del que hablamos, ya que repetir un puzzle del que hemos hallado la solución lo único que logra es hacernos perder el tiempo, y sería un error no dejarnos empezar desde el que fallamos, como hace el juego. La dificultad no es alta debido a estos checkpoints, pero aseguro una gran cantidad de muertes por saltos mal calculados, enemigos cabroncetes y soluciones no tan buenas como parecían en nuestra mente xD. Y jefes finales: hay uno al final de cada uno de los 4 mundos y hay que usar la cabeza para vencerlos. Como en el resto del juego, todo consiste en prueba y error, aunque las soluciones son bastante lógicas y evidentes una vez las conocemos.

En resumen:
A boy and his blob es un juego sencillo y bonito, exactamente igual que sus gráficos. No tiene mayores pretensiones que hacernos pasar un buen rato con sus puzzles y su ternura, y esa es su gran virtud, a la par que su gran defecto, pues si nos ponemos a pensar en lo que podría haber salido de este proyecto con algo más de ambición y presupuesto, llegamos a la conclusión de que habría llegado a ser un grandísimo juego. No obstante, tal como es, sigue siendo muy bueno y logra sorprender y divertir. No creo que defraude a nadie a quien le haya llamado la atención y conozca sus particularidades, y apenas hay texto, por lo que el inglés no es un impedimento. Hasta viene con 6 postales con dibujos del chico y su blob, y está a buen precio.

Mi nota: 8'4