Ecce homo. Aquí vemos al Cid preparándose para acabar con los terroristas.
Uno de los más grandes personajes de la historia, seguido de cerca por los 43 presidentes de Estados Unidos, los Reyes Católicos y Bebeto, es el Cid. Rodrigo Díaz de Vivar es protagonista de un cantar de gesta llamado "El Cantar del mío Cid", obra de un autor anónimo quien también inventó el refrán: "De buena yegüa, buenos potros". Este cantar que sonó hace mil años por la Europa temerosa de Dios marca el final de la Edad Oscura y nos lleva a las luces de la Baja Edad Media, donde los monasterios con investigadores privados, el amor cortesano y los leotardos campaban a sus anchas. Veinte años antes, los normandos fundaron Inglaterra siendo para los anglosajones una fecha clave. Que les den por el ojete, la fecha clave para nosotros debe ser el juramento de Santa Gadea. Hecho relatado en el Cantar y motivo por el cual el Cid comienza su destierro y sus aventuras.
Me explico: el viejo rey Alfonso, Emperador -gallego- de la España cristiana, dividió su reino entre sus hijos y su hija, doña Urraca. El Cid seguía a Sancho, quien murió a manos de una conspiración urdida por doña Urraca y Don Alfonso. Entonces, para jurarle lealtad le pidió al nuevo rey que jurase ante Dios que no había tenido nada que ver en la muerte de Don Sancho. Que un caballero haga jurar a un rey es algo que sienta un precedente histórico y marca el inicio de la Transición en España.
Por eso es importante recordar la figura del Cid, ya que sus hazañas de señorío y espada sientan las bases del sistema de libertades democráticas que estamos obligados a defender contra todos aquellos que no aceptan el pluralismo político, la separación de poderes y la música Country.
La historia del Cantar, es tratada en la inolvidable película "El Cid", protagonizada por Él y Sofía Loren. Los hechos van desde los tratos con los "buenos moros", el juramento de Santa Gadea, un apasionado y casto romance con Doña Jimena, hasta el malvado Ben Yusuf, quien intentó tomar Valencia y nuestro héroe de la NRA volvió de la muerte cual Jesucristo para acabar con la morisma y darles una lección a los malvados enemigos de la tierra del jamón de Jabugo y de la tortilla de patatas.
Extracto del Cantar
Ya se parte el buen Cid, sin al rey besar la mano, con trescientos caballeros, todos eran hijosdalgo, todos son hombres mancebos, ninguno no había cano; todos llevan lanza en puño y el hierro acicalado, y llevan sendas adargas, con borlas de colorado; mas no le faltó al buen Cid adonde asentar su campo.