El color Púrpura

Publicado: 22:41 18/06/2010 · Etiquetas: · Categorías: Personal


Es difícil describir lo que uno siente cuando ve unas finales de la NBA así. Desde joven he sido más o menos aficionado al baloncesto, sobretodo desde que vi en su día la película de “Space Jam”, que fue un gran detonante en mi vida baloncestística ya que ahí descubrí a Jordan.



Ahí fue donde empecé a conocer a esa leyenda, aún conservo incluso el muñeco que me compré de Michael.  Observar a Michael Jordan y mi tío, fiel seguidor de los Detroits Pistons, me echaba de su cuarto mientras veía partidos de la NBA. Luego tengo recuerdos difusos como jugar a muchos NBA lives, al juego de PC de Space Jam, PC Basket, etc.

El único deporte que me ha llamado en mi vida realmente y que me ha llenado ha sido el baloncesto. Nunca me gustó el futbol ni ningún otro deporte. Solo esa “magia” del baloncesto pudo conmigo.

No voy a ponerme ahora rememorar toda mi historia con el baloncesto, solamente decir que uno de mis sueños es ser entrenador de baloncesto y que voy camino de sacarme el segundo curso este verano.

Pero en fin, todo esto era simplemente para decir que ese señor fue el que me motivó a ver lo que vi anoche, ese señor y otros amigos más a los que les agradezco que me introdujesen tanto en este deporte.

Bueno, a lo que iba que me voy enseguida por las ramas. Estas finales enfrentaron a los dos equipos más míticos y con más historia de la NBA, los Boston Celtics y los Ángeles Lakers. Decir que las finales han estado empatadas es quedarme corto. Hasta ayer las finales estaban 3-3. El enfrentamiento de estos equipos ha sido siempre el más mítico, el Este contra el Oeste, una rivalidad histórica. Yo me decanté por los de púrpura y oro, aunque respeto muchísimo a los orgullosos verdes. Quien quiera saber más sobre la historia de estos equipos no tiene más que echar un vistazo a Wikipedia para ver toda la historia que tiene detrás.



Los Celtics han ganado 12 veces y los Lakers solo 3, ayer fue la tercera. Las finales empezaron mal, Kobe Bryant tirándose hasta las zapatillas de manera forzada, Pau no colaba muchas, muchos fallos de todo el equipo y Celtics algo más acertados.



Para el segundo cuarto ya íbamos perdiendo de 10, algo muy difícil de remontar teniendo en cuenta que los otros eran los Boston Celtics. Se remontó pero para el tercer cuarto se volvieron a poner los verdes entorno a los 13 puntos. Yo estaba que me tiraba de los pelos y desde luego, hacía tiempo que no me había puesto tan nervioso por un partido de baloncesto, de hecho… nunca me había puesto tan nervioso viendo un partido de baloncesto.



Pero en el último cuarto el milagro del baloncesto ocurrió. Pau resolvió algunos tiros, Fisher metió un triple impresionante y hasta Ron Artest hizo el mejor partido de su vida. En serio, el último cuarto fue algo increíble, yo lo pasé fatal, pero al final, no se como, ganamos de 4 puntos. Lo dicho, baloncesto puro y duro en su máxima esencia y sobretodo, NBA. Desde el 2005 no había una final a 7 partidos y la siguiente tenía que ser está, y dura hasta el final, con muchos tiros fallados, mucha presión, mucha defensa, y un último cuarto de infarto, al menos para mi corazón. Menos mal que no hubo prorroga, sino no lo cuento.

Aunque lo vivido ayer no pudo ser posible sin este hombre:



Pau Gasol, entrar él en el equipo y de ser un equipo que luchaba por entrar a Play-Offs a llegar a tres finales de la NBA consecutivas y ganar las dos últimas. Espero que ese 16 se llegué a retirar en el Staples Center cuando este hombre se retire de la NBA, porque cuando lo haga, será en los Lakers.

Ayer me acosté a las 7 viendo la entrega de trofeos, la fiesta y hasta las conferencias de los jugadores.  Y como dijo mi compañero de piso… “pese a que han sido 7 partidos durísimos y en los que nos hemos roto totalmente el horario de sueño durante plena época de exámenes… ha merecido la pena”. Y no puedo estar más de acuerdo con él. Anoche vivimos las finales 5 personas y eso posiblemente hará que no las vaya a olvidar en la vida, porque estas cosas cuando mejor se viven, es con otras personas. El año que viene más y a por otro, ¡espero!, por ahora un descansillo de NBA y a conseguir mi nuevo objetivo: el curso de Grado Uno de Entrenador.


Publicado: 12:15 03/06/2010 · Etiquetas: · Categorías: Series


Así de sencillo fue el comienzo y ahora mismo todo ha acabado. Para mí ha supuesto un largo viaje de tres años, pero ha sido un viaje maravilloso, un viaje de esos que solo ocurren una vez en la vida y de los que cuando echas la vista atrás, te das cuenta de cuan maravilloso ha sido.  Pero… ¿cómo emprendí el viaje que me ha traído hasta aquí y porqué?. Lo segundo se lo dejaré al destino, lo primero intentaré rememorarlo…

Supongo que hay momentos en la vida de toda persona en la que se encuentra perdido en su propio mundo.

Me gustaría relatar como comencé el viaje siendo una persona de ciencia y acabé terminando siendo una de fe.

Llamemosle casualidad, llamemosle destino. Uno de mis mejores amigos ya llevaba bastante tiempo viendo la serie, unos 2 años, y siempre, siempre nos hablaba al resto de lo buena que era, que si esto, que si los misterios, que si los personajes…, pero durante dos años no hice ni el amago de intentar verla, supongo que por aquel entonces tendría otros asuntos en los que estar y por una o por otra, hasta que un día, en primero de carrera y en mi piso, decidí que ya iba siendo hora de probar a ver que tal y me picó la curiosidad.

Por suerte, mi amigo tenía las 3 primeras temporadas en DVD, que era lo que habían sacado hasta el momento. Lo único que recuerdo es que aquel Lunes, cuando introduje el disco en el reproductor y le dí a “VER TODO”, me metí hasta el fondo en la isla. Ahí fue donde aterrizó mi avión, donde abrí los ojos a un nuevo y misterioso lugar…





Y tal como Jack, con la misma incredulidad ante el lugar donde se encontraba, me encontré yo. La misma sorpresa, la misma incertidumbre. Lo que vino después es un poco confuso, ya que ocurrieron demasiadas cosas en poco tiempo, pero ya daba igual, ya no me sentía en el sofá de mi piso, ahora estaba perdido totalmente en una isla donde al parecer había algún “ser” que destrozaba los árboles y que emitía un extraño sonido, ¿un dinosaurio quizás?, y más importante… ¿dónde estoy?.



Poco a poco vamos conociendo a todos los personajes con los que hemos coincidido en el avión. Como en la vida misma, cada uno tiene su modo de ver la vida y su historia detrás.



Inmediatamente, tras ver la primera tanda de episodios del primer DVD, me identifiqué fuertemente con Jack, supongo que era lo típico, yo también me consideraba un hombre de ciencia y con muchas inquietudes, pero siempre desde el campo de lo científico y lo racional. Pronto descubriría que tales cosas, en este lugar, carecen de sentido.

Mi percepción y mi enganche total por la serie vino en el capítulo 4. Para ser más exactos el capítulo titulado “La expedición”.  Ahí, no solo terminé de adentrarme totalmente en ese lugar solitario, sino que entré en comunión directamente con otro personaje, otro personaje que era justamente lo contrario a Jack, y es que como en toda la serie, los dualismos están intrínsecos a lo largo de toda la serie. Tanto es así, que es el origen de todo.



Como iba diciendo, hubo un personaje con el cual empaticé prácticamente de inmediato y sin darme cuenta, John Locke. Su primer céntrico me lleno tanto, me llego tan adentro, sus motivaciones fueron tan fuertes, que no pude más que darme cuenta de que este viaje no iba a ser como otro viaje más. Este viaje iba a ser diferente… especial. Y así es como es John Locke, para mí, el alma de toda la serie.



Descubrimos en su flashback que estuvo en silla de ruedas, que clase de vida vivía y sobretodo, el final del capítulo, no deja de sorprenderme aún a día de hoy cuando lo veo. No se porqué entre en armonía con este personaje, pero es el único, junto con Jack y pocos más, que me importaba verdaderamente.

El MOMENTO en el que puedo decir que ya me quedé atrapado sin remisión en la isla, fue el momento en el que un atisbo de fe entró en mí, un hombre de ciencia desde siempre. Un momento en el que pensé… “¿y si estamos aquí por una razón?”. Cuando John Locke se levantó, sintiendo de nuevo los pies, fue cuando yo me levanté sintiéndome “diferente” en la Isla.





John se convirtió directamente en mi nexo de unión con la Isla. Sentía que se me había dado una nueva oportunidad, la fe en que cuando todo esta perdido pueden existir los milagros, en que todo ocurre por una razón, en que era mi destino y en que nadie podría volver a decirme lo que no debía de hacer.

Por primera vez, me sentía libre, libre en una isla perdida donde no sabía que habría más allá de la playa, pero que sin duda, tarde o temprano, descubriría. Y sí, esto solo fue un primer paso hacia algo grande.

Incluso llegué a ver algo increíblemente hermoso, algo que nunca imaginé que existiera…



El siguiente descubrimiento fueron las cuevas, cuevas donde encontramos a nuestros propios “Adán y Eva”. Dos cadáveres, de un hombre y una mujer, con dos piedras… una blanca y otra negra.

Muchas cosas ocurrieron durante este viaje, algunas buenas, otras peores, pero Jack dijo algo en lo que tenía absoluta razón, “Vivir juntos, morir solos”. Algo que a lo largo de todo el viaje, pude darme buena cuenta de ello, aunque no sería hasta el final, en mi visión global, cuando me de cuenta realmente.

John hizo grandes cosas, y otras cuestionables, aunque todo lo hizo para y por la isla. Se convirtió en cazador para ayudar al resto a conseguir comida, le construyó una cuna a Claire e incluso ayudó a Charlie a dejar la droga y a cambiarle la vida, ayudó a Walt en su niñez en la isla convirtiéndose en su amigo, y será admirado por Boone.

El descubrimiento del avión, así como la muerte de Boone y, sobretodo, el descubrimiento de la escotilla, también fueron los grandes desencadenantes de que aquí pasaba algo… extraño. No se trataba solo de una isla, era algo más, mucho más. El descubrimiento de la escotilla fue el primer indicio, el primer gran paso, para poder abrir el camino a todo lo que ocurriría después. El descubrimiento de muchos “porqués” y la primera gran prueba de fe o de ciencia, la prueba de que había sido enviado a la isla por algo.



John lo intentó por todos los medios, dinamita, palancas, piedras… nada funcionó.  ¿Por qué seguir insistiendo en algo tan absurdo como una escotilla?, por que era el único modo de saber si todo hasta ahora había tenido o no sentido. Por que era la respuesta a toda una vida llena de decepciones y engaños, de sufrimiento y oscuridad.

Y entonces… cuando parecía que era imposible, cuando todo parecía perdido, cuando todo dejó de tener sentido, cuando la voluntad más flaqueaba…



la isla respondió… y nos mostró un poco de luz.

Y es que un poco de luz, cuando todo parece oscuro y apagado, es lo único que puede ayudarte a seguir adelante, un poco de luz al final del túnel, como si fuera una metáfora de la propia vida. Otra de las razones por las que empaticé tanto con John, fue que yo me sentía como él cuando la maldita escotilla no se abría, cuando quería saber más, más y más y me impresioné como él cuando apareció de pronto la luz. Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, no podía creerlo.





Pasemos a otra etapa de la vida, o del viaje. Tras descubrir lo que se encontraba en la escotilla y descubrir todo el entramado que allí había: Desmond, su misión, los números, la iniciativa Dharma… se abrió todo un mundo de posibilidades y de historia de la isla. Ya quedaba claro que no era un lugar cualquiera, que tenía algo especial.



Luego estaban los números… los dichosos números del maldito ordenador.

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