Publicado: 14:20 14/02/2008 · Etiquetas: · Categorías:
Una de las mejores contribuciones del patricio a las reformas de Ankh-Morpork había sido legalizar el antiguio Gremio de Ladrones, al principio de su mandato. Siempre habrá crimen, razonó, y por tanto, si tenemos que soportarlo, al menos que sea crimen organizado.
Así que habían persuadido al Gremio para que saliera de las sombras y construyera una gran casa de reuniones, ocupara su lugar en los banquetes de la ciudad y fundara una academia con cursillos acelerados, certificados de aprendizaje, libros de escolaridad y todo eso. A cambio de la no intromisión de la Guardia, accedieron a mantener el nivel de criminalidad según las cifras acordadas anualmente. De esa menera, dijo lord Vetinari, todo el mundo podría planear sus gastos por anticipado, y se eliminaban parte de las inseguridades del caos que es la vida. Así, un poco más adelante, el patricio volvió a reunir a los ladrones y les dijo, oh, por cierto, ahora que me acuerdo... vaya, no sé que iba a decir... ¡ah, sí! Sé quiénes sois, les dijo. Sé dónde vivís. Sé que clase de caballos teneís. Sé a qué peluquería van vuestras esposas. Sé los nombres de vuestros encantadores hijos, por cierto, ¿cuántos años tienen ya?, cielos, cómo pasa el tiempo, y sé dónde juegan. Así que no olvidéis nuestro acuerdo, ¿vale? Y sonrió. Ellos también sonrieron, después de tragar saliva. Y la verdad es que todo funcionó muy satisfacioriamente para todo el mundo. El jefe de los ladrones tardó poco en echar barriga y en hacerse diseñar escudos de armas, además de buscar un edificio adecuado para las reuniones y olvidarse para siempre de los antros llenos de humo. Establecieron un complicado sistema de recibos y facturas mediante el cual, aunque todo el mundo podía recibir las atenciones del Gremio, nadie las recibía en exceso, y la situación era muy aceptable..., al menos para los ciudadanos suficientemente ricos como para pagar la razonable tarifa que el Gremio cobraba a cambio de una vida sin sobresaltos. Había una extraña expresión extranjera para denominar esto: palizas de canguros. Nadie sabía exactamente que significó en un principio, pero Ankh-Morpork la había adoptado. A la Guardia no le hizo gracia, pero los hechos demostraron que los ladrones controlaban el crimen mejor de lo que lo habían hecho ellos. Al fin y al cabo, la Guardia tenía que trabajar el doble para hacer que el índice de criminalidad bajara, mientras que el Gremio lo único que tenía que hacer era trabajar menos. ¡Guardias!¿guardias? - Terry Pratchett (Mundo disco) |
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