Publicado: 11:13 16/02/2010 · Etiquetas: · Categorías:
No conozco con exactitud la vida y méritos del personaje real Thomas Edward Lawrence, aunque parece que no dejó indiferente a nadie. Algunas personas mantienen que el verdadero Lawrence no se parecía al que se vé en la película de David Lean de 1962, ni él ni la situación de la zona en la que se sitúa el conflicto. Yo solo me apoyo en un pequeño texto de Lowell Thomas, quien vivió todo en primera persona y llegó a publicar un libro más extenso con las experiencias. Para comentar la película basta con el ficticio, el real para otro rato.
Lawrence es Peter O'Toole, quien consigue con su mirada e interpretación que me sienta intrigado y fascinado por el personaje desde el primer momento. Un hombre inteligente y poco modesto con muchas inquietudes intelectuales que respeta poco o nada la disciplina del ejército. El alto mando le llega a considerar un bufón, pero esto no impide que se tenga en cuenta su visión y talento para el combate y es convocado por el Departamento para Arabia. De lleno en una guerra contra los turcos en la que a lo largo de la película no está muy claro quién lucha por principios y quién por intereses. Donde es difícil entenderse entre tantas tribus diferentes que deben colaborar entre sí. Y ahí aparece el otro gran protagonista: el desierto. Bello, inmenso, eterno, duro y sofocante. En él la noche es el paraiso. Largos planos en los que las personas casi pierden cualquier valor, en la llanura o entre las dunas. Vagar solo en un mar de arena no tiene más esperanza que confiar en que ese punto que ves en la línea del horizonte sea de verdad un punto. Un infierno para cualquiera que venga de fuera. Divertido para Lawrence. En tal escenario crece como personaje popular empezando por una ingeniosa conquista de Akaba y terminando con el asalto a Damasco adelantándose al propio ejército inglés. Siempre sorprendiendo y llegando a sentirse un árabe más. Al principio lúcido y motivado, más tarde egocéntrico y finalmente fuera de sí. Supongo que tanta sangre, dureza, sufrimiento y responsabilidad acabó con su espíritu, e incluso con su juicio. Todo esto lo vive en primer plano Sherif Ali (Omar Sharif). Imponente. Siempre al lado de Lawrence, en lo bueno y en lo malo. Al principio muestra su escepticismo por las formas del inglés, pero acaba rendido a sus pies como tantos otros, hasta el punto de derramar lágrimas y admitir quererle. Una de las grandes relaciones que he visto en esto del cine. El tercer hombre es Auda Abu Tayi, caudillo de tribu. Anthony Quinn, un hombre a una nariz pegado. Con carácter y valiente. Se hace respetar. Impresionante personaje. Ni hay amoríos ni acción desmesurada. Ni falta que hace. Publicado: 01:29 10/02/2010 · Etiquetas: · Categorías:
"Según el último censo la población de Nueva York es de 8.042.783 habitantes. Tendidos en el suelo uno trás otro y calculando una media de 1,70 de estatura por persona, la cadena llegaría desde Times Square hasta Karachi, en el Pakistan."
Dirigida por Billy Wilder en 1960 y conocida en castellano como El Apartamento. Nos encontramos en la isla de Manhattan, corazón de un Nueva York en blanco y negro. Camino de hormigas atareadas por el dia y desierto por la noche. El invierno pega fuerte, el aire te hiela la cara y lo mejor es resguardarse en el hogar con algo interesante en la televisión y una buena cena. O con un programa cutre y un plato precalentado. El caso es que te sientes afortunado por la comodidad que te proporcionan esas cuatro paredes y un buen sillón. Por eso no sienta demasiado bien cuando obligan a uno a salir de su casa en plena noche. Eso es lo que le ocurre a Buxter (Jack Lemmon). Un mal dia le prestó su apartamento a un compañero de trabajo para una cita con su amante. La noticia se extendió y al poco tiempo Buxter era el casero gratuito de media compañía de seguros. Si sigue permitiéndolo conseguirá ascender de manera vertiginosa en la compañía, aunque le cueste más de un catarro. Si se niega podría verse en la calle fácilmente. La generosidad se ha transformado en extorsión. El reclutamiento interno empresarial en todo su esplendor. En esa misma compañía de seguros trabaja Fran, interpretada por una bella Shirley MacLaine. Fran representa el fracaso profesional y personal, aunque a primera vista no lo aparente con su rostro feliz. No logró cumplir sus sueños y se encuentra atrapada en una relación dónde no se la valora de verdad. Completamente bloqueada por su situación, no se sabe muy bien si ignora o no los atentos y cómicos cortejos de Buxter. Una comedia que va de menos a más y muestra penas y alegrías, cariño y desprecio, miedo y valor. Muy entretenida. |
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