...que echas más de menos de un libro en papel?

(encuesta de otra web)

Yo diría el olor, sin duda. Oler las páginas de un libro nuevo o un libro antiguo transmite sensaciones diferentes y únicas.

El tacto, el peso o el pasar páginas no lo echo de menos ni de coña.

Dirigida por Darren Aronofsky en 2010.

Nina Sayers tiene un cuerpo menudo y delicado (el de Natalie Portman), casi de niña podría decirse. Es bailarina de ballet, una de esas disciplinas que requieren un esfuerzo y dedicación sobrehumanos en las que solo unos pocos elegidos llegan a lo más alto. La compañía en la que baila busca una protagonista para la nueva obra del director Thomas Leroy (Vincent Cassel), una adaptación diferente y atrevida del clásico El lago de los cisnes.

Nina quiere ese papel a cualquier precio, pero no imagina que la mayor barrera para su ejecución no es precisamente la técnica. Para Leroy la danza clásica es belleza, gracilidad, fragilidad (cisne blanco), pero tambien oscuridad, erotismo y naturalidad (cisne negro). Dos partes de un papel completamente diferentes que deben ser ejecutados bajo una única mente y cuerpo.

Ahí empieza la búsqueda consciente e inconsciente de la desinhibición, unas veces tan cercana y otras veces tan lejana. La película representa al cisne negro de una forma visceral, sucia y casi demoniaca. Es como otra mujer, escondida intentando romper la barrera. La roza, la siente durante momentos fugaces, la ve por la calle, la ve reflejada en su compañera Lily (Mila Kunis), pero no consigue absorverla, formar parte de ella, ser ella.

Siente que una fuerza interior con las raices en su forma de ser y en su educación no le permite actuar con espontaneidad. Leroy ve el potencial, pero también que está demasiado reprimida, e intenta estimularla a través del sexo para que se libere y deje de controlar cada movimiento. A partir de ahí la masturbación, las fantasias sexuales y las no tan fantasias serán la vía para la transformación al cisne negro, rompiendo con la inocente, comedida y disciplinada vida familiar de la bailarina.

Todo esto quedaría en una interesante historia de superación personal si no fuera por el severo trastorno mental que acecha a Nina en su metamorfosis, más peligrosa de lo que parecía en un principio. Las visiones, las alucinaciones y la distorsionada percepción de la realidad dan a la película una atmósfera y unos juegos visuales espectaculares, llevándola a otro nivel, confundiendo al espectador y teniendo su culmen en el desenlace de la obra. El cisne negro acojona.

Cuentan que la bailarina profesional que realizó el 95% de las coreografías de la película restó importancia al Oscar de Natalie Portman por este motivo. Yo reconozco y alabo el trabajo de esa señorita, ya que sin ser ningún entendido en la materia conseguí conectar con la belleza de la danza clásica. Sin embargo, no podría estar de acuerdo en quitarle méritos a Natalie, que aún sin bailar, tiene un trabajo de interpretación brillante e impactante en un papel muy dificil y muy íntimo que trasciende a la danza.
   

Primera prueba con el modo foto, sin más:

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Lo que estoy gozando con el juego de las navecitas no lo sabe nadie.