A falta de menos de tres semanas para el estreno de Star Wars Episodio VII: El Despertar de la Fuerza, nos llega la nueva serie de cómic Marvel titulada Shattered Empire que tiene como objetivo enlazar los acontecimientos finales de El Retorno del Jedi con los que se nos contarán en la nueva trilogía que se estrena el próximo 18 de Diciembre en los cines.



Para empezar ya estamos ante una propuesta más interesante que la que nos proponen las demás sagas de cómics, a excepción de la muy recomendable Kanan: The Last Padawan.

De todas formas advierto de que en los primeros números de Shattered Empire no se nos muestran apenas datos relevantes sobre el futuro de nuestros héroes. Cabe destacar que este cómic, como es lógico, pertenece al nuevo y único canon de Disney por lo que todo lo que se nos contó en las obras del antiguo Universo Expandido ya no se tendrá en consideración ni se respetará en las películas.

Sin más dilación ¡vamos al lió!


Nos encontramos ante un primer número escrito por Greg Rucka, dibujado por Marco Chechetto y coloreado por Andres Mossa.



Nos remontamos a la última batalla entre imperiales y rebeldes que ya pudimos ver en El Retorno del Jedi. En los primeros compases del número se profundizará en el ataque a la segunda Estrella de la Muerte y la acción se centrará en la que a priori parece la protagonista de esta serie, Shara Bey, una piloto del escuadrón verde formado por las famosas A-Wings.



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A falta de la última entrega de la nueva saga Secret Wars de este 2015, me dispongo a elaborar una crítica personal sobre los números que han salido hasta el momento, es decir, desde el primero hasta el séptimo por lo que puede haber leves spoilers a lo largo de las tres entradas que voy a hacer. Aunque personalmente no creo que estos spoilers arruinen la experiencia sí que recomiendo que aquel que esté decidido a empezar a leer Secret Wars sin saber absolutamente nada de la trama, no siga leyendo. En esta extensa primera parte analizaré y daré mi opinión sobre los cuatro primeros números y en la segunda haré lo propio con el quinto, sexto y séptimo número. Cuando concluya la saga analizaré el octavo y último número, valorando la obra en su conjunto. Aquellos que quieran saber si merece la pena Secret Wars o simplemente hayan leído los cómics y estén interesados en una crítica bastante exhaustiva a la obra, puede acompañarme a lo largo de estas líneas.



Antes de nada debo aclarar que para comprender y disfrutar completamente Secret Wars es necesario haber leído mucho sobre Marvel en los últimos años a pesar del gran trabajo del guionista Jonathan Hickman que se ha enfrentado con Secret Wars a uno de los mayores retos que puede tener un guionista de cómics en la actualidad.

Hickman nos presenta de forma eficaz los distintos bandos y los superhéroes y personajes que los forman. De forma sutil es capaz de otorgar protagonismo a aquellos personajes que, de alguna forma u otra, son importantes para la trama entre un reparto de dimensiones colosales.

¿Puedes disfrutar Secret Wars sin haber leído muchísimo sobre el universo Ultimate, los Nuevos Vengadores y el resto de las lineas editoriales de Marvel Cómics? Sí, sin duda. Secret Wars es desde el primer número un cómic lleno de acción, dinamismo, lucha, batallas, explosiones y momentos épicos. Nadie quedará indiferente con su espectacularidad (lo que es bueno) pero no todos los lectores podrán comprender su gran profundidad argumental y algunos de sus mejores momentos pasarán desapercibidos para los menos experimentados (lo que es malo pero inevitable).

Primer Número

El primer número tiene un ritmo frenético. Lo más habitual es que el principio de una saga sea tranquilo, con mucho diálogo para sentar las bases y presentar a los personajes principales pero en Secret Wars no es así. Es cierto que hay un número #0 dibujado por Paul Renaud que tiene esa función pero en mi opinión es un intento fallido porque aporta realmente poco y lo que nos cuenta se podría haber resumido en unas cuantas líneas en el primer número.



Pero volvamos al primer número. Esad Ribic hace un gran trabajo que mantiene el mismo estilo que ya vimos en Los Ultimates. Se nos presenta en este primer número al Reed Richards Ultimate, La Ciudad y los Hijos del Mañana como los supuestos grandes villanos de la saga. El dibujo falla en algunas expresiones faciales pero el nivel de espectacularidad es impresionante y no hay ni un momento de calma.

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—Nobles señores —exclamó—, ¿hay alguien aquí que recuerde a ser Arlan del Árbol de la Moneda? Yo fui su escudero y servimos a más de uno de los presentes.
Comimos en sus mesas y dormimos en sus salas —en la fila superior vio a Manfred Dondarrion—. Ser Arlan fue herido al servicio de su padre —lejos de prestarle atención, el caballero dijo algo a la dama de al lado y Dunk no tuvo más remedio que seguir— Lord Lannister, en cierta ocasión ser Arlan lo derribó en un torneo —el León Gris se miró los guantes, sin intención de levantar la vista—. Era un hombre bueno y me enseñó las artes de la caballería. No sólo la espada y la lanza, sino el honor. Decía que los caballeros defienden a los inocentes. Es lo único que he hecho. Necesito a otro caballero que luche de mi lado. Sólo uno. ¿Lord Caron? ¿LordSwann? (...)

—Yo lucharé en el bando de ser Duncan. (...) El príncipe Baelor sonrió casi con tristeza.
Dunk vio que entre los acusadores reinaba el desconcierto. El príncipe Maekar espoleó su montura.
—¿Perdiste el juicio, hermano? —señaló a Dunk con un dedo cubierto de malla—. Este hombre atacó a mi hijo.
—Este hombre —replicó el príncipe Baelor— protegió a los débiles, como es el deber de cualquier caballero que se precie. Que decidan los dioses si tuvo o no razón.
Tiró de las riendas para girar el descomunal caballo negro de batalla de Valarr y trotó hacia el sur del prado. Dunk lo siguió a lomos de Trueno y los demás defensores
se congregaron alrededor: Robyn Rhysling, ser Lyonel y los Humfreys. “Excelentes caballeros, pero ¿serán bastante buenos?”

Antes de decir adiós a Halloween voy a reflexionar con vosotros sobre si un cómic puede llegar a infundir terror tal y como lo hacen otros medios como el cine o los videojuegos.



El cómic es un medio en el que existe una gran limitación a la hora de generar una atmósfera o transmitir distintas emociones respecto a otras disciplinas como el cine, el videojuego o la lectura.

El cine tiene a su disposición elementos visuales y sonoros. Una composición musical puede llegar a transmitir tensión a un escena por sí misma sin necesidad de una imagen que la acompañe. Además el uso de los efectos sonoros para comunicarse con el espectador es muy habitual en las producciones cinematográficas de terror, en las que el crujido del suelo, el chirrido producido por abrir una puerta antigua de madera o un aullido lejano en mitad de la noche pueden ser cruciales para que nuestro corazón se acelere.

Lógicamente el cómic no dispone de estos elementos sonoros así que se debe centrar completamente en lo visual. Me gustaría remarcar que cada vez es más habitual que las películas de terror no nos asusten ya que estamos muy familiarizados con ellas y el efecto sorpresa que solían tener se está perdiendo para los más veteranos en este tipo de cine.

Por lo tanto, el cómic se enfrenta a otro gran problema: también se vuelve previsible. La mayoría de guionistas que están trabajando en el mundo del cómic tienen o han tenido el cine como un referente y por tanto sus guiones beben mucho de ese medio.

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