Publicado: 17:47 28/02/2011 · Etiquetas: · Categorías:
En verdad, como seguidor de esta saga desde sus inicios en PS2, K2 supuso, sino una decepción gracias a sus enormes bondades, sí una cierta desazón al perder varios de sus rasgos de identidad. A destacar la variedad de formas de enfrentar las misiones según el personaje que escogíamos (Rico a modo de apisonadora, Luger su opuesto en formato asesina en las sombras, y Templar y Hacka como personajes equilibrados), un guión que jugaba con las relaciones en pleno frente de batalla alternando con intrigas de altas esferas, y una variedad de escenarios en la que se enfatizaba la sensación de "viaje" que realiza el extravagante comando de rescate de capitán Templar.
Killzone 3 suponía muchas cosas. La posibilidad de tocar un nuevo techo técnico en esta generación, la posibilidad de hacer viable un argumento que quedó huérfano de motivación más allá de la venganza en la segunda parte, y la posibilidad de hacer de helghan un mundo más rico e interesante, a nivel social (dejándonos ver más de los helghast y su particular ideología allende Visari) y a nivel de entornos (a todas luces inexplorado en la segunda parte) Bien. K3 reutiliza muchas de las chispas que quedaron desdibujadas en Killzone y las adereza con la fanfarria técnica de la que Guerrilla puede a bien presumir. Vuelve el sigilo, vuelve la sensación de "viaje". Volvemos a reencontrarnos con la humanidad de los personajes. Y por último se desquita de las críticas vertidas sobre KZ arraigándose a su confianza en la variedad de entornos que ya presentaba el juego de PS2. El primer plato fuerte es industrial y urbano. El guión nos lleva en K3 a la ciudad. El entorno urbano sufrido que ya es marca de la casa. Killzone (PS2) también tarda poco en llevarnos al caos de la urbe destruida en Vekta. El "viaje" lleva a los protagonistas de ambos juegos a parajes más allá de la urbe. Puertos industriales, selvas, parajes nevados y el espacio como traca final nos hablan de un paralelismo en el desarrollo bastante evidente, algo que en ningún caso voy a tachar de negativo. En realidad al contrario. K3 se perfila como el desquite de todas aquellas críticas vertidas sobre el primer juego y se alza valiente al compartir muchos de los parajes del primer juego, si bien la condición técnica y contextual obliga a que el trabajo de arte varíe en mucho el aspecto de los mismos. Pero en ambos hay un objetivo similar. Rescatar. Notificar de un gran peligro. Para ello encauzan nuestros pasos, ya en el último tercio de juego, a una estación militar de enlace con una plataforma espacial donde el antagonista máximo quiere perpetrar su conspiración... En todo este recorrido no pude evitar ese "deja vu" pero con personalidad propia que homenajea, y de qué manera, al primer Killzone. Una maniobra a mi modo ver astuta, pues hace un ejercicio de cohesión para con la saga que sin duda esta tercera entrega ha elevado a mi modo de ver a un puesto más elevado que el que concierne sólo a la factura técnica. Bravo por esa valentía al romper con el canon establecido que hace de muchas secuelas meras expansiones. Bravo por ese afán de superación, que juega con la sorpresa a la hora de enfrentar los niveles. ¿Qué opináis? ¿Véis también ese paralelismo entre los dos juegos? ¿Pensáis que el cambio ha ido a mejor? Dejaré, para acabar, una pequeña comparativa que he preparado para incidir en la similitud conceptual de los escenarios. Saludos!! |
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