Contra la decepción y las patadas

El Madrid tenía un primer obstáculo el pasado domingo en Valladolid como era sobreponerse a la enorme decepción de unos días antes por la eliminación ante el Olimpique de Lyon. Esa herida es profunda.
Además de ese obstáculo de recuerdo doloroso se encontró con otro inesperado como fue un rival cuyo argumento principal fue dar una auténtica sinfonía de patadas de todas clases (¡pobre fútbol, cuanto maltrato!).
El Madrid se sobrepuso, superó los dos obstáculos y salió reforzado del estadio de Zorrilla. Pasados unos minutos en que todavía parecía conmocionado por el impacto del miércoles europeo, sus futbolistas empezaron a autoafirmarse y recuperar su orgullo.

Cristiano e Higuaín. Intensidad y precisión.
Cristiano Ronaldo fue en todo momento el principal foco de rebelión del Madrid. No permitió relajación alguna e implico a sus compañeros continuamente. No dio un paso atrás, aguantó las patadas, encaró, asistió, disparó a puerta. Todo con velocidad y técnica.
Es curioso lo que pasa con Cristiano, su aportación es ejemplar pero levanta los brazos o se enfada y los rivales se le tiran al cuello. En el partido del domingo, después de varias patadas le hicieron una nueva entrada alevosa y harto se enfado visiblemente. Ante ello el entrenador rival sale a los medios a dar voces airadas y descalificarle de forma insultante. ¡Inaudito!.
Higuaín recuperó la precisión y la tranquilidad. No hay divorcio con nadie y mucho menos con Cristiano, colaborador necesario. Higuaín sigue progresando y afirmándose, su camino siempre va a ser difícil y va a tener dura competencia en el vestuario pero sabe competir, cada vez utiliza mejor sus recursos y su aportación es más que notable.

Xabi Alonso. La recuperación del eje.
Su aportación fue determinante. En todo momento ofreció salidas, busco las soluciones más naturales, le encontraron sus compañeros, manejó el tiempo y el ritmo y recuperó numerosos balones. Todo ello con carácter y una inteligencia futbolística poco común. ¡Qué desgracia que no jugara contra el Olimpique!

La cuota Raúl.
Al menos esta vez el partido ya estaba ganado cuando salió, pero no se acaba de entender su presencia casi obligada en cada partido con aportación nula. Parece la cuota de los 15 minutos motivada por misteriosas razones ocultas. Es urgente que se recupere Benzemá aunque solo sea para no pagar esta cuota.
Resulta ridículo ver como algunos medios destacaron del partido la obtención de un nuevo record por parte de Raúl. ¡De record en record hasta el desastre final!

Una pena de Valladolid.
Este Valladolid es una triste caricatura de equipo. No se sabe donde han quedado aquellos buenos jugadores y gusto por el fútbol que en múltiples ocasiones había tenido en los últimos años. Su discurso, acorde con el de su entrenador y el de su capitán, fue una burda propuesta de dar patadas y patadas.
Propuestas así hacen a los equipos pequeños y amenazan con hacer pequeño al fútbol español.