Esta es mi historia... de las tres PS3 en dos días.

Dicen las malas lenguas que en el fondo de mí se esconde un nintendero al que nunca se le había roto consola alguna, ni antiguas, ni la Xbox 360 de 2008, ni la Wii de lanzamiento, incluso después de soportar una grave caída que le costó incluso parte de su integridad física. Pero también dicen que Sony me la tenía guardada en el fondo de su ser, esperando el momento menos esperado para colármela y hacerme sufrir. Y no sé si será verdad, pero así ha sucedido.

La situación es la siguiente. El 23 de junio de 2011 me compré una PS3 Slim de 160 GB, a pesar de que ya tenía una Wii y una 360. En principio solo me la compraba para jugar a los exclusivos, entre ellos Uncharted o Heavy Rain, pero lo cierto es que en menos de medio año ya se había convertido en mi consola principal y favorita, desplazando a la Wii, que solo he cogido en este tiempo para pasarme el Zelda Skyward Sword, y a la 360, la cual tardé dos meses en actualizar el dashboard, de lo poco que la uso ya. 669 trofeos desde entonces (contanto también Vita), tres platinos... en fin, que soy más sonyer que nunca. Pero la PS3 me lo ha puesto difícil, sobre todo esta semana. Desde primer momento, notaba que la consola se me quedaba pillada en exceso y sin venir a cuento. Al menos una vez por semana, pantalla congelada y la consola no respondía, ya fuera jugando, descargando, etc. Me mosqueaba por ello, pero pensé que podía ser normal, a pesar de que a otros que les pregunté no les pasaba. El martes, me di cuenta de que no era normal. Como soy Plus, dejé bajando el Sly 1 HD, gratis para los Plus esta semana. Salí, y al volver me encontré que se habían bajado 4 de 5 gigas, y que la consola estaba congelada, con la imagen fija en pantalla. Me dispuse a apagarla con el mando, y nada. Desde la consola, tampoco, dando esos típicos tres pitidos de "mira cómo paso de ti". Así que nada, tocaba desenchufar.

A partir de aquí, tocó joderse. Al reiniciarla, me salió un aviso de que el disco duro podría estar dañado y había que restaurarlo. Lo hice, pero ya no cargaba ni los iconos del XMB, ni las funciones de cada aplicación, ni iniciaba sesión en PSN (me niego a llamarle SEN). Por tanto, no pude ni desactivar la cuenta para el online, ni formatear, ni salvar partidas. Como aún estaba en garantía, la llevé al Game y me la cambiaron por otra de 160 GB. Una putada, porque iba por el 60% del Jak 2, que no me estaba gustando pero aún así quería pasármelo (cosa que ya no haré) y todas las demás partidas también se fueron a la mierda. Quién me mandaría a mí a no usar la nube teniendo PS Plus, soy un incauto. En fin, cogí la PS3 nueva, la enchufé, me bajé el Journey, que ya lo tenía comprado en la primera, y otros tantos que ídem, y esa noche me dediqué a pasármelo. Muy bonito y disfrutable, un juegazo. Pero al día siguiente me dio por meterle el Jak HD, por aquello de que también tengo juegos en formato físico y eso. Lo meto, y hace un ruido raro. Genial, no lee el disco. Pero... ¡eh! Tampoco lo saca. El ruido raro seguía cada vez que le daba al eject. Estaba claro que esa consola también había salido rana, y desde el primer día. También estaba claro que tocaba descambiarla de nuevo, así que sin ningún pudor, tocaba liarse a guantazos con ella. Porque no estaba dispuesto a que se quedara mi Jak HD. La puse de lado, y mientras le iba dando al eject, le iba soltando hostias como panes. Acabó vomitando el disco sin mucha oposición, afortunadamente, y también sin rayarlo.

Misma estrategia, y nueva PS3, la tercera. Ya llevo dos días con ella, y parece que ésta va del todo bien. No se pilla y el lector va como la seda. Espero que a la tercera vaya la vencida y esta PS3 me coja cariño y aprecio sin que decida suicidarse.

Lo positivo de esto es que yo seré uno de esos casos extraños de poseedor de PS3 que se le rompieron dos consolas, y ninguna con luz amarilla.