Bueno, volvi del viaje, me puse malo, volvi al curro, falte al curro unos dias y ahora, toca lluvia de mierda y viaje de nuevo.

El problema con los curros es que siempre esperan mas de ti de lo que te van a dar. Y si encima cuando hablan contigo sale la palabra responsabilidad, no te van a dar la charla del tio de Peter Parker precisamente. Nos ha caido un proyecto bastante ajustado, del cual me tengo que encargar: eso implica que yo programaré y encima gestionaré a los otros programadores, lo que supone un quebradero de cabeza.

La parte buena es que dura un mes. La parte mala es que habrá que hacer horas (posiblemente muchas) y dado que mi instinto darwiniano intentará trabajar lo menos posible, será todo un desafío no hacer ni una sola hora extra. Para empezar ya me han jodido un poco, porque me mandan a Portugal una semana. Da pereza, mas que nada (quiero descansar, coñe), e intentarán que haga jornada de 8 horas, y ademas no me he curado del todo. Habrá que ver como acaba esto, pues como me recompensen en palmaditas en la espalda me voy a ir cagando leches del negocio.

Cambiando de tercio, y volviendo al inicio, el viaje a Japón fue todo lo que esperaba. No sólo por frikismo: tengo especial gusto por las ciudades grandes y ajetreadas. Tokyo y Osaka me encantaron. Lamentablemente no pude traerme tdos los recuerds que quise, por espacio más que nada. Pero bueno, ya habrá mas ocasiones.
Un ejemplo de lo que me traje:


Bueno, entrada corta, pero como en Lisboa igual me aburro, postearé algo con mas chicha...