...O el tatami, o lo que toque. Me preguntaba si algún día lo habrían cambiado...parecía que en cualquier momento se iba a desgarrar y mostrar lo que quiera que la arquitectura más chapucera puso ahi debajo.

En esos elevados pensamientos me encontraba cuando lo vi venir. Un puño con una persona detrás enfiló hacia mí con presteza. No suelo tener problemas para quitarme de enmedio de un directo, pero sí para quedar en una buena posición....maldito cuerpo de madera... pero en fin, es lo que hay y tengo que aprovecharlo como pueda.

Había vuelto al entrenamiendo hacía un mes, trás un año de retiro forzoso- cierto máster de desarrollo de videojuegos se solapaba con el horario de las clases- y ahora que tenía trabajo había vuelto. Me gustaba volver a aquello (sin contar las extrañas llamadas para encargos dudosos del maestro)...

En el tatami no había que preocuparse por caer bien, aparentar o seguir tu papel: no podías engañarte a ti mismo y mucho menos a los demás. Cuando te ponías delante de alguien, sólo te tenías a ti mismo, y no debías preocuparte por nada más.

Sólo yo.

Esquivé el ataque sin dificultad, aunque sabía que si me lo hubiera tirado con un estilo más callejero no habría salido tan limpiamente; como un resorte, agarré el puño de mi compañero mientras giraba, al tiempo que éste giraba a su vez para poder volver a atacarme.

De las pocas cosas que tengo buenas para esto, son unos brazos flexibles, y largos. Con un par de toques en mi genoma podría haber sido orangután. Sólo tenía un problema: un orangutan tiene la fuerza de 5 hombres. Yo tengo la fuerza de 5 caniches.

Sólo yo.

Así que apliqué una de las pocas técnicas que me eran útiles, que junto con un par de conocimientos en física conseguían tirar sin fuerza a alguien que tuviese una inercia determinada. Fue rápido: si giro oculto mi cara, y obligo al enemigo a escorzar; el tiempo justo para que pueda pillarle.

Bingo. Estaba cayendo. Pero no todo va a ser tan sencillo. Como ya he dicho, no se me da bien esto, y por tanto tiendo a quedarme clavado tras hacer algo mientra spienso en lo siguiente. Falta de práctica real, supongo. He conseguido que me salgan bien unos cuantos compases seguidos, pero despues soy una tábula rasa.

Así que ahí estaba...sólo yo. Mirandome a mí mismo y viendo todos mis defectos y virtudes claramente, como si el aire caliente de la sala y el olor a sudor aclarasen mi mente para que pudiera juzgarme....sólo yo.

Algún dia cambiarán este suelo?- me preguntaba, tumbado boca abajo y aprisionado por una llave...