Día 0 - Declaración de intenciones.

Día 0 nace con la intención de transmitir mi nueva forma de entender los videojuegos.

Desde mi más tierna infancia he sido consumidor habitual de videojuegos. A los 8 años me regalaron mis padres mi primera consola, se trataba de consola que únicamente incluía tetris el cuál constaba de dos modos de juego: el tradicional tal y como lo pensó Alekséi Pázhitnov y otro modo, llamémosle loco, en el cual a parte de las piezas originales incluía también piezas nuevas tales como una cruz, un punto que atravesaba todas las lineas hasta llegar a encajar en un hueco y otras con rocambolescas formas.




A los 9 años, el día de mi cumpleaños, recibí mi primera consola de sobremesa tras insistir durante mucho tiempo a mis padres en la compra de la misma, era una nueva y flamante Master System II con el juego en memoria que todos sabéis y un cartucho pelado de Sonic. Después de esta vinieron muchas más tales como una Game boy tocha, la Mega Drive, una Game Boy Color verde, una clónica de NES con chorrocientos juegos en memoria pistola incluída, mi gran y querida Nintendo 64 única entre todas, la fabulosa Dreamcast , Playstation 2 y dejo de contar ya que a partir de esta generación he poseído casi todas las que fueron saliendo.




¿Y a que viene toda esta perorata? Pues ahora os lo explico. Como podréis suponer, al disponer de tantas plataformas también disponía de un buen número de títulos con los cuales exprimir todo el potencial de estas máquinas. Recuerdo con gran cariño el Alex Kidd de MSII, el conocido (por decir algo) Sonic de MD y el tantas veces elogiado por crítica y aficionados The Legend of Zelda: Ocarina of Time de N64. Esos son los videojuegos que mejores momentos me han hecho pasar delante del televisor gamepad en mano. Mención especial requieren otros juegos que sin llegar a la categoría de estos me han hecho disfrutar durante largas horas de juego, véase: Super Mario Bros. (clónica), Diddy Kong Racin (N64), Goldeneye (N64), Lylat Wars (N64) Crazy Taxi (DC), Jet Set Radio (DC) o, más recientemente, We Love Katamari (PS2). Pero, ¿y los otros juegos? ¿si tantas plataformas ha tenido cómo es que son tan pocos los juegos que menciona? ¿acaso no se llegaba a pasar la mayor parte de los juegos que se compraba? En efecto, no he sabido aprovechar al máximo los juegos que he tenido. Antiguamente, jugaba diez o veinte minutos a un juego hasta que me cansaba y cambiaba el cartucho por otro, sin casi haber rascado la superficie de todo lo que me podía ofrecer. Recuerdo no haber pasado más allá de la segunda o tercera fase de muchos plataformas por que me daba pereza recomenzar el juego. Actualmente, desde que me independicé de casa de mis padres, compro juegos por que están bien de precio pero que no sé si algún día llegaré a abrirlos, acumular por acumular.




Pero todo esto se acabó, he tomado la firme y autoimpuesta decisión de no seguir comprando videojuegos tan alegremente como he venido haciendo hasta la fecha y a partir de ahora tener una política de compras más cuidada. Todo esto ha surgido al darme cuenta que nada más tener entre mis manos mi última adquisición (Playstation Vita) y sin apenas haberla tocado, ya tengo tres juegos en camino a parte del Little Big Planet que incluía la consola y los juegos que nos brinda el fantástico servicio Playstation Plus. Voy a aprovechar el extenso fondo de armario videojueguil que poseo y a sacar jugo a todos y cada uno de los títulos que lo componen excepto los que pueda considerar morralla por un motivo u otro). Voy a jugar como nunca lo he hecho.