El Blog de Necromorfo

Publicado: 16:13 23/05/2012 · Etiquetas: compasion, humanismo · Categorías: Lectura Ligera : Reflexiones de un Necromorfo
Hoy quiero dirigirme a vosotros no como Necro el tío que odia a la fenecida Wii, o como el Necro que pone un poco de pimienta en sus entradas de blog. Hoy vengo a hablaros de un tema que me ha conmovido al punto de hacerme llorar porque logré conectar, gracias a un hecho aislado en mi día a día, con la humanidad de otra persona. Y cuando te conectas con otro ser humano, es imposible no sentir el profundísimo estertor de la compasión.



En esta sociedad que día a día se empeña más, en hacernos ver más por nosotros en lo personal; como individuos con esa capacidad inconmensurable de comprar, de adquirir, de poseer objetos con la única limitación de nuestra voluntad. Pero el espejismo del consumismo exacerbado y visceral se esfuma al tiempo que se dibuja también, pero con líneas tan reales como la impotencia de la miseria, la verdad de la pobreza.

Hoy, los sistemas económicos, ya desde hace algunos años, trastabillan al ritmo que imponen los capitales obsenos. y la microeconomía, aquella que realmente importa en nuestros bolsillos, se encuentra a merced de decisiones tan ajenas a nosotros, como si determinada tendencia de mercado favorece el saqueo de capitales de un país para posteriormente depositar estos al otro lado del mundo. La única voluntad que mueve a estos leviatanes sin rostro, es la avaricia sin control, sin frenos y sin conciencia. No hay lugar en la economía de mercado del siglo XXI para el arrepentimiento en estos gigantes de dólares.

No vengo a hablaros de teoría económica. Tampoco vengo a exponeros una postura crítica contra el capitalismo. Ni siquiera pretendo adoctrinar a nadie en marxismo, leninismo ó socialismo. Mi única acometida es, exhortar a todo aquel demente que lea estas líneas absurdas que en todo nuestro proceso económico como individuos, incluso en cada parte de éste, hay elementos mucho más humanos que la simple detentación de servicios o productos.

Si contratas un servicio, hazlo ponderando la calidad de la persona que lo presta; incluso su calidad de madre soltera ó padre en apuros económicos, además de los criterios propios de calidad en el servicio prestado. Si compras un producto, hazlo pensando más allá de su calidad tangible y objetiva y piensa en la cantidad de empleos que favoreces en tu país y con tu gente ó si existe un trato igualitario y justo a los trabajdores que lo han producido, más allá de si es de determinada marca o si tiene cierto diseño.

Si humanizamos la economía con nuestras pequeñas acciones cotidianas, posiblemente nuestros hijos podrían vivir en un mundo que no se come a sus propios hijos. Y así ningún niño pueda preguntarles, como me ha preguntado a mí ¿Porque mi padre está, tirado en la calle sin ganas de despertar?
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Comentarios: (primero los más recientes)
02:08 24/05/2012
Cómo está la vida en Texas...
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