El Blog de Necromorfo

Publicado: 09:54 10/03/2012 · Etiquetas: · Categorías: Reflexiones de un Necromorfo
Minling Hao, un joven campesino de una provincia norteña, ha emigrado recientemente a una de las llamadas "ciudades en expansión" de la nueva China industrializada. La versión completa de su estremecedor relato se encuentra en el informe anual de Naciones Unidas sobre los derechos humanos en el gigante asiático y solo parafraseo brevemente algunos extractos.



Lo triste es que, la historia de Minling, no es si no cotidiana y asquerosamente común en los miles de millones de trabajadores chinos que alimentan con sus propias vidas los motores insaciables del consumismo internacional.

Mi infancia es la de muchos niños de la China rural. Completar la educación básica, que es un adoctrinamiento constante en los valores del Partido Comunista Chino, así como las asignaturas básicas y el aprendizaje de la escritura. Más tarde, la educación media superior donde se imparten asignaturas superiores y talleres prácticos que te ayudan a perfeccionar el oficio agrícola. Siempre permanecía ausente, profundamente ausente, porque mi voluntad no concebía otra idea que abandonar el campo cuan pronto me fuere posible y emigrar a alguna de las ciudades costeras del mar de China.

Cursé estudios superiores en la Universidad de Guangdong. El adoctrinamiento, continuaba. La técnica es importante en una carrera profesional, pero lo es más, la conducta adecuada en la sociedad china que se imparte cada hora, de cada día, en los estudios de formación profesional de nuestro país. No toleraba esa idea, como tampoco la de concluir mis estudios y terminar esclavizado a un asiento ensamblando circuitos electrónicos. Por lo que abandoné la Universidad y al día siguiente, estaba buscando empleo en una de las miles de fábricas de Shenzhen.

Obtuve trabajo rapidamente en la filial de Hitachi, que se encuentra al norte de Shenzhen. No debía preocuparme por el alojamiento, ya que, podía pernoctar en alguno de los dormitorios de la fábrica; y tampoco por la comida, ya que la misma compañía la proporcionaba. Todo parecía tan luminoso y Shenzen se ostentaba a la vista como una urbe de éxito y prosperidad. Sin duda, mi suerte cambiaría.

Horas después de firmar mi contrato de trabajo y mi alta dentro de la fábrica, fuí recluído en uno de estos dormitorios de 12 metros cuadrados, donde se alojan 14 trabajadores. Me entregaron un ordenador portátil y un teléfono móvil, y mi trabajo consistía en reportar tantas ventas como me fuere posible. El coordinador de nuestro grupo, posee estimados de ventas semanales, por lo que si alguno de nosotros no reportaba tales números, sería severamente reprendido ya fuere, dejándolo sin alimento o sin salir del dormitorio durante varias semanas. De cualquier modo, la salida del dormitorio sólo se preveía en tres supuestos; día de descanso, 24 horas cada 8 días, capacitaciones en alguna aula contigua a los dormitorios o el periodo de celebración del año nuevo lunar.

Las capacitaciones son, principal y fundamentalmente, el aprendizaje del inglés. 3 horas cada 72 horas. Existen un sanitario completo para las 14 personas dentro del dormitorio, y debemos coordinarnos para utilizarlo. Los alimentos son proporcionados por la compañía y consisten en un desayuno y una comida. Todas nuestras actividades se realizan dentro del dormitorio, sin excepción. El día de descanso, es, un bálsamo contra el estrés del hacinamiento. La remuneración económica es depositada directamente en nuestra cuenta bancaria ya que por ley, todos los ciudadanos chinos deben tener una cuenta en alguno de los bancos del estado.

Vivimos como animales. No hay privacidad para ninguna actividad. El aseo, es particularmente vergonzante dado que, debemos mudarnos de ropa y bañarnos a la vista de todos nuestros compañeros. Más que trabajadores, somos un grupo de trabajo, y conforme transcurre el tiempo, pierdes la idea de tu individualidad y te debes al grupo, porque has reemplazado la conciencia de ti, por la conciencia de un colectivo.

Comemos como animales. No existe un espacio en todo el dormitorio donde podamos engullir nuestros alimentos. Debemos hacerlo apoyados sobre nuestro camastro, que es el único espacio personal del que disponemos en este pequeño cuarto.Trabajamos jornales de 16 horas diarias y disponemos de 8 horas de descanso, que ocupamos para dormir.

Os preguntáis ¿Si las condiciones son tan deplorables, porque continúas trabajando en aquel sitio? Porque aún y en tales condiciones, los salarios apoyan a nuestras familias en las provincias agrícolas de toda China. Mi único sueño es poder costearme un estancia en Hong Kong de algunos días para arreglar mi salida del país y viajar a occidente. No hay esperanza para los chinos.

Como dice un adagio muy popular "Los chinos pueden enojarse, pero no pueden cambiar". Trabajar hasta la muerte. No hay esperanza.


Si deseas cambiar el panorama para miles de millones de seres humanos que viven esclavizados hoy en día, indaga sobre las condiciones de fabricación de los productos que adquieres. Muchas empresas certifican su proceso de comercialización y fabricación siendo evaluadas por asociaciones que promueven el "FairTrade" y "Fair Treatment At Work" alrededor del mundo. Compra con responsabilidad.
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Comentarios: (primero los más recientes)
13:13 12/03/2012
Glorious (Capitalist) Communism
12:40 12/03/2012
El modelo chino, sin duda es un ejemplo a seguir, tal y como decía el directivo este del Mercadona... ¬¬
17:42 10/03/2012
La idea del colectivo en si no es asquerosa creo yo, aunque si lo es que te la obliguen a tener y no poder escogerla por tu cuenta
10:30 10/03/2012
Es una mierda. A mí de da asco comprar cosas de los chinos y me enfado con mi madre cada vez que lo hace. Y seguro que en otros ciertos paises es más de lo mismo.
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