La Leyenda del más grande.

Año 1998, tras ahorrar con mucho esfuerzo 9000 "pelas" por fin ha llegado el momento, salgo de casa nervioso y me voy corriendo a Continente(los ahora llamados Carrefour), llego a la sección de videojuegos y veo a un padre y su hijo mirando los juegos de Nintendo 64(HORROR, sé que el juego que voy a buscar se agotará rápidamente), respiro aliviado cuando veo que lo que tiene el padre en la mano es un Super Mario 64, "escaneo" los juegos y allí está: The Legend of Zelda Ocarina of Time, lo pago gustosamente y me voy volando para casa, tras semanas de juego llego a la conclusión de que he jugado al mejor juego de todos los tiempos.

Verano de 2012, con unos cuantos años más a la espalda he decidido aumentar mi familia consolera y he adoptado a una 3DS XL azul y negra, junto con ella he comprado un juego muy especial, un juego con el que hacía mucho tiempo que no me encontraba: The Legend of Zelda Ocarina of Time 3D.
Desde Nintendo 64, no había jugado a Ocarina of Time, me vino de regalo en Wind Waker pero no llegue a jugarlo, en parte por que me enganche como un gorrino a Wind Waker, pero también por miedo a romper el recuerdo que tenía de él.

Ahora con 3DS ha llegado el momento del reencuentro, abro la caja no sin antes fijarme bien en la preciosa portada, saco la tarjeta y recuerdo con una sonrisa el tamaño del cartucho de N64, la introduzco en la consola y se hace el silencio.



Un niño tiene una pesadilla, en la que una joven y su guardiana escapan de un misterioso hombre de ropajes negros, de repente, un ada llamada Navi nos despierta y nos comenta que el Gran árbol Deku no ha llamado para que nos presentemos ante él.

Salgo de casa y me reencuentro con la aldea Kokiri, el lavado de cara es espectacular, todo es más nitido y el efecto 3D con las luciernagas y la profundidad es maravilloso, exploro bien la aldea(espada y escudo) y me voy a ver al Gran árbol Deku, supero la primera mazmorra, acepto la misión que me encomendan y parto hacia el castillo no sin antes recibir una Ocarina de manos de Saria.



Recupero sensaciones que creía haber perdido, momentos como la infiltración en el castillo de Zelda, conocer a los Goron, a los Zora, tocar la melodía del tiempo, tomar prestada la espada maestra y avanzar en el tiempo para encontrar el feliz reino de Hyrule destruido por la maldad de Ganon, reencontrarse con Saria, montar a Epona, sufrir nuevamente el templo del agua(ahora un pelin más sencillo), los combates con Ganondorf y su fantasma, el minijuego de pesca, dispara la sol y obtener las flechas de fuego, atrapar cucos, todo es maravilloso y continua tan fresco como en 1998. Nunca he tenido un estreno mejor con una consola que con 3DS y Zelda.



Es justo alabar el trabajo de Nintendo a la hora de adaptar el juego a la actualidad, es un juego precioso, que luce de maravilla en la pantalla de 3DS, tiene detalles increibles como entrar en el rancho Lon Lon justo antes de que anochezca completamente y ver como una parte del cielo conserva la tenue luz del sol. El control vuelve a ser perfecto y cosas como el modelado de los personajes y el nivel de detalle del conjunto han mejorado muy sobresalientemente(solo hace falta echarle un  vistazo al exterior del templo del tiempo para comprobarlo).



Es curioso que tantos años después de su concepción, este juego sea capaz de dejar en pañales a los actuales triples AAA, quizás porque estos solo buscan ser los mejores en gráficos mientras Ocarina of Time en su día buscó ser el mejor videojuego jamás creado.

He disfrutado muchísimo con este reencuentro, lo necesitaba. Para mi, esta generación de las HD ha sido desastrosa, muchos de los géneros que a mi me gustan casi han desaparecido(survival horror, J.R.P.G, plataformas...) y mis queridos juegos japoneses se han visto desplazados. Salvo excepciones todo son juegos de guerra, disparos y blockbusters que te pasas una vez y pista. Necesitaba volver a sentir lo que he sentido con este Zelda y con otros juegos de 3DS, como Kid Icarus por poner un ejemplo. Miro al futuro y veo luz en 3DS y eso me gusta.



Ya solo me queda darle las gracias a Miyamoto por esta obra maestra que a día de hoy continua sin ser superada.

Un saludo, ahora toca acompañar a una antigua mienbro de S.T.A.R.S en su travesia por un siniestro barco fantasma, pero esa es otra historia.