El Blog de Bloch

Resultados para etiqueta "analisis"

Publicado: 13:44 26/05/2013 · Etiquetas: analisis, retro, videojuegos · Categorías:


En posts anteriores como éste y este otro creo que dejé bien claro lo mucho que me gustó la trilogía original de Phoenix Wright. Pues bien, en este último pienso hablar del 3 y último juego de los susodichos, Ace Attorney Trials and Tribulations.

¿Grandes cambios? Pues no, la verdad que no. El primero nos presentó a los personajes, Justice for all introdujo alguna que otra novedad como la magatama. ¿Y el tercero? Pues el tercero depara sobre todo sorpresas. Un nuevo fiscal (Godot) y  lo más importante, algún que otro cambio jugable (tachán, tachán).



Y no sigo para no estropear las sorpresas (a mi me lo hicieron). No voy a desvelar nada de la historia; sólo diré que está a la altura. La mecánica jugable es continuista y los gráficos nada innovadores. Pero eso es lo de menos al encontrarnos con un juego repleto de personajes carismáticos ¡cuyo protagonista es un abogado! Todavía sigo sorprendido de cómo lo ha conseguido Capcom.


Publicado: 17:43 11/05/2013 · Etiquetas: analisis, retro, videojuegos · Categorías:


Hace un tiempo escribí sobre el primer Ace Attorney, Phoenix Wright , y mis impresiones fueron que sí, que es un buen juego, pero tampoco nada extraordinario. ¡Qué equivocado estaba! Con el paso del tiempo, el recuerdo del juego dejó en mí un poso muy gustoso, haciéndome querer completar la trilogía. Pues bien, por fin he podido, pero no ha sido fácil.

No ha sido fácil porque los juegos para la DS están descatalogados, pero por suerte vivimos en los tiempos de Amazon, Ebay y demás, y pude hacerme con ellos; un pelín más caros de lo que esperaba, pero puedo decir que ha merecido la pena. ¡Y pensar que en análisis arriba citado me quejaba del precio de los juegos para la portátil de Nintendo!

En la saga Ace Attornye encarnamos a un abogado defensor; al menos en la trilogía original al gran Phoenix Wright. Me parece increíble que un jurista pueda ser un héroe legendario de los videojuegos. Lo normal sería hablar de soldados legendarios, rollo Snake, pero es tal el carisma que desprende Wright que me parece que se ha conseguido. Y es carisma, junto con la historia, lo que hace grande a esta saga.

Lo cierto es que la jugabilidad no varía mucho respecto a la primera entrega. Como abogados defensores, lo único que tenemos claro es que nuestro cliente es inocente. Así pues, el camino para demostrarlo se divide en dos: por un lado la investigación, por el otro los juicios. La mecánica es la propia de las aventuras gráficas, con muchas líneas de diálogo e ir tocando todo el escenario con el puntero en busca de pitas. El juego es lineal, es decir, que escoges la respuesta correcta o el objeto en cuestión o no avanzas.



Gráficamente se nota que no es ni siquiera un juego de DS, sino de Game Boy Advance. Apenas unas imágenes estáticas para los personajes, y unos fondos planos. Sí, es un juego viejo (ya nos llegó viejo a España). ¿Pero eso importa? No, para nada.

Y no importa porque como ya he dicho, lo fascinante del juego son la historia y los personajes. Te encariñas de todos: de Phoenix, de Maya, de Pearls, de Edgeworth… La historia es fascinante, siendo el último capítulo de lo mejorcito… aunque en mi opinión el último del 3 juego de la saga original es el mejor (ya hablaré en otra ocasión de Trials and Tribulations).

Creo que me estoy dejando llevar por la pasión, pero sinceramente la saga Ace Attorney se ha convertido en una de mis favoritas. Y creo que no es para menos. Por ello no me arrepiento del desembolso que ha supuesto el buscar copias originales. No duele prenda si el juego te atrapa. Y a fin de cuentas de eso se trata, ¿no? De disfrutar jugando.



@josemariabloch

Publicado: 14:26 19/03/2013 · Etiquetas: actualidad, analisis, videojuegos · Categorías:


He de admitirlo; hay géneros en los que soy francamente malo. Lucha, deportes, puezles… y conducción. Eso no quiere decir que de vez en cuando no juegue un Fifa, un Tekken o haya probado los Layton. Simplemente se me dan fatal.

En conducción empecé probando juegos más o menos realistas, como el Gran Turismo, WRC, Mario Kart (jeje), o los mismos Need for Speed. Un par de vueltas bien, pero no era capaz de dedicarles mucho tiempo. Y entonces conocí la saga Burnout, juegos trepidantes, mitad realista, mitad arcade, y con una sensación de velocidad que daba vértigo. Pero, ¿qué tienen que ver los Burnout con este Need for Speed? La historia es de sobra conocida, pero por si acaso la repito.



Need for Speed es una saga más que  sobreexplotada, con prácticamente una entrega al año. Es por ello que EA, la titular, necesitaba nuevos estudios, savia nueva, y se hizo con Criterion, los desarrolladores de Burnot, para que hicieran algún que otro NfS.  Ellos hicieron en 2010 el Hot Pursuit y, tras los aparentemente fallidos Shift 2 y The Run de 2011 (no los he probado), en 2012 salió este Most Wanted. Curiosamente para PS2 hubo otro NfS con el mismo nombre, cosas de la industria…

Éste sí me llamó poderosamente la atención, nos lo vendían en las previews como un mezcla de la elegancia y disponibilidad de licencias de Need for Speed y la jugabilidad y el buen hacer de los Burnout. Quizás todo sea cierto, pero como ya he dicho no soy imparcial con este juego: ¡es como si fuera manco! Quizás sea mi análisis más subjetivo.

El juego se desarrolla en una ciudad abierta, nada de circuitos, como si de un GTA sólo de coches se tratara. Tú puedes elegir básicamente dos opciones: aceptar desafíos o explorar la urbe. Si exploras la urbe encontrarás nuevos coches (todos licenciados, no como en los Burnout), y cumplir pequeños retos, como destruir vallas o carteles de otros estudios de EA. Y si aceptas carreras, has de quedar entre los 3 primeros para obtener mejoras para tu bólido. En cualquiera de los dos casos obtendrás puntos que te sirven para avanzar en la lista de los Most Wanted (de ahí el título); cuando alcanzas determinado nivel de búsqueda podrás retar  a los Most Wanted y arrebatarles su posición (y su coche).

El juego en sí parece mucho más un Burnout que un NfS; de hecho, parece que de los NfS sólo haya cogido Criterion las licencias oficiales de coches, lo que impide que éstos se hagan fosfatina (me imagino que a BMW, Audi y demás no les haría mucha ilusión que sus coches reventaran en mil pedazos). Pero en lo demás es muy arcade, con sus nitros, golpes y demás.  Ya he dicho que los Burnout me gustaron mucho, que me impactaron sobremanera. Entonces, ¿qué me ha fallado en éste?



Insisto, el problema es más mío. Y es que hasta ahora no me había propuesto pasarme un juego de conducción hasta el final. He comentado que es un como un GTA, pero solo de coches. Pero en el GTA si me canso de conducir puedo pegar unos tiros, jugar al billar o concertar una cita. Aquí sólo puedo conducir y seguir conduciendo. Y además está el problema de mi bajo nivel: no he conseguido vencer a los últimos Most Wanted.

Pero en fin, me imagino que a todo jugador le habrá sucedido algo parecido con algún género, saga o juego. No se nos tiene por qué dar bien todo. Pues eso, ¿alguien me puede contar alguna experiencia similar? Quizás así no me sienta tan paquete…

@josemariabloch

Publicado: 18:44 24/02/2013 · Etiquetas: actualidad, analisis, videojuegos · Categorías:


Assassin's Creed es sin duda alguna una de mis nuevas IPs favoritas de la presente generación. Un sandbox de asesinos expertos en parkour, ambientado cada juego en diferentes ciudades y épocas del pasado, que enlaza con el presente mediante una historia de ciencia ficción más que interesante. El problema vino cuando Ubisoft decidió sobreexplotar la saga, debido a los beneficios más que suculentos que generaba. El primero impactaba por la novedad, pero pecaba de repetitivo. El segundo suplió con creces las carencias de su antecesor y es, hasta la fecha, mi favorito de los asesinos. La Hermandad tenía su aquel, pero llegó muy pronto, con el mismo protagonista y sólo una ciudad. Pero el gran meollo de veras vino con Revelations, excesivamente continuista (no olvidemos que La Hermandad aportó al menos el multi y la hermandad de asesinos).  Revelations era un mero DLC grande de la Hermandad (que se podía considerar una expansión del 2º), con un Ezio que ya cansaba, nulas novedades y unos gráficos que cantaban de lo repetitivos con entregas pasadas. Tenía algún momento de la historia bueno, pero no ya su compra, sino su existencia misma no merecía la pena.

Con todo esto, y contando que la saga se había vuelto anual, no tenía muchas esperanzas con la tercera parte numerada. Y en cierto modo así ha sido. Assassin's Creed III es un muy buen juego, pero a veces pienso qué habría sido de la saga si la hubiera llevado otra empresa que no fuese Ubisoft.

Ahora contamos con un nuevo protagonista, Connor, mitad inglés mitad indio americano, que desempeñará un papel crucial en la Guerra de la Independencia estadounidense. Lo cierto es que no quiero contar nada más sobre Connor (o Ratonhnhaké:ton en lengua mohawk), ni tampoco sobre Desmond: a mí me develaron un par de detalles inesperados y, personalmente, me molestó. Así pues me centraré en el juego propiamente dicho.



La aventura transcurre principalmente en dos ciudades (Boston y Nueva York), y una amplia zona agreste conocida como “La Frontera”. Mientras que los entornos urbanos son muy parecidos a los de otros Assassin, pero sin el carisma de, por ejemplo, Venecia o Jerusalén, es La Frontera una de las mayores novedades. En cierto modo recuerda a Red Dead Redemption (gran juego), con amplias zonas para ir a caballo, miniaventuras, búsquedas de tesoros e incluso posibilidad de caza. Por desgracia, la exploración no es tan gratificante como en el Salvaje Oeste y la caza llega a ser aburrida.

En lo que se refiere a la jugabilidad, no hay grandes cambios. La lucha se sigue basando en el contrataque, haremos parkour sobre los tejados (las ciudades, como ya he dicho, son más pobres en comparación), y las misiones son variadas pero continuistas. Si destacaría algo son las misiones en barco, auténtica novedad, pero que es opcional.

Y en lo técnico, por mucho que digan los franceses (bueno, en este caso canadienses), se nota que falta tiempo. El juego luce bien en general, pero las animaciones son poco creíbles y hay muchos bugs. Es una pena pensar que con más tiempo, o en otras manos, esta idea tan genial que es Assassin's Creed podría dar mucho más de sí. ¡Ah!, un último apunte: la BSO no está mal, recordando quizás en demasía a El Último Mohicano (toda la aventura tiene reminiscencias), pero yo echo de menos a Jesper Kyd.

Para concluir diré que sí, Assassin's Creed III es un buen juego, y si te gustaron los anteriores y quieres saber cómo continúa la historia, lo recomiendo. Lo que me apena es que a quien puede dar mucho a veces no se le exija más.



@josemariabloch

Publicado: 12:19 10/02/2013 · Etiquetas: actualidad, analisis, videojuegos · Categorías:


Me encanta Angry Birds. Entiendo perfectamente por qué Miyamoto elogie el juego y diga que le habría encantado tener la idea (¡Toma! y a mí). Una jugabilidad sencilla pero a prueba de bombas, con una dificultad in crescendo, pero nunca imposible, que te hace continuar y exigirte conseguir la mejor puntuación para cada pantalla, amén de encontrar los objetos y niveles secretos. Y luego están los pájaros, que sin articular palabra (aquí no hay queja de que el juego no venga traducido, no como en otros casos que yo me sé), tienen gran carisma, siendo muy divertidos sus diseños. O los cerdos, archienemigos de los pájaros cabreados y unos malandrines de cuidado. Por ello, la fusión de un universo joven como el de Angry Birds (recordemos que el primer juego es de 2009), con una saga legendaria como Star Wars es, cuanto menos, impactante y prometedora, o al menos a priori.


El juego sigue las mecánicas propias de la serie, pero ahora con temática de la guerra de las galaxias. Los pájaros son los héroes rebeldes, y mediante el omnipresente tirachinas hemos de vencer a los cerdos, que representan al imperio y otros villanos. La historia es la ya conocida, y se nos cuenta mediante viñetas de cómic, donde vemos al pájaro rojo como Luke, al amarillo como Solo, el negro es Kenobi… Lo cierto es que es extraordinario como han conseguido transformar unos personajes en otros. Me recuerda en cierto modo a lo que hicieron en Family Guy y los especiales de Star Wars. Te crees a cada personaje en su nuevo rol.



El problema viene, al menos en mi opinión, en su nueva jugabilidad. Para adaptarse mejor a la franquicia espacial, cada pájaro cuenta con un nuevo poder. Y aquí cambia la cosa. La selección es divertida, es más es hasta cierto punto lógica, pero este cambio hace que el juego cobre una dificultad mucho mayor: esto es, los nuevos poderes no son tan útiles para pasar los niveles como en los viejos Angry Birds. Sí, es gracioso ver al pájaro rojo usando un sable laser y tal, pero la implementación no es del todo correcta, estas nuevas habilidades “no compensan”. Un ejemplo: Han Solo (el pájaro amarillo), es bastante torpe, y en los niveles que te toquen muchos de éste puede desesperarte.


En fin, acabando, los de Rovio han hecho una jugada maestra al acoger en su flamante saga el mundo de Star Wars, al menos como golpe de efecto publicitario, porque, como ya se dijo arriba, no me convencen los nuevos controles. Pero los finlandeses son muy listos, así que si te atascas en algún pasaje, siempre puedes recurrir a ayuda extra por un insignificante precio de nada…


Publicado: 20:16 10/07/2012 · Etiquetas: actualidad, analisis, manga · Categorías:
Como todo hijo de vecino, tengo más aficiones aparte de los videojuegos. Me gusta el cine, la música… y los comics. Tampoco es que ahora me tiren mucho, pero a veces sí que hay algún producto nuevo que me parece atractivo, y este manga desde luego que lo es.

No lo tenía fácil el autor de este manga. Intentar mostrar el dualismo oriente-occidente, siendo los protagonistas dos jóvenes corrientes, sin caer en clichés tópicos e incluso ofensivos ya de por sí es complicado que salga bien. Pues bien, si a eso le añadimos que en “Saint Young Men” (“Las vacaciones de Jesús y Buda” en español), esos dos “jóvenes corrientes” son quienes son y vienen de donde vienen, todo se complica un poco más. Ellos son Jesús y Buda, profetas del cristianismo y budismo respectivamente. Jesús de Nazaret, el Hijo de Dios, es mostrado aquí como un joven alegre, despreocupado y generoso. Por el contrario Buda, Siddhārtha Gautama es justo lo contrario, una persona responsable y tímida, que no acaba de entender la despreocupación constante en la que vive su amigo. Los dos han decidido tomarse unas vacaciones de sus responsabilidades celestiales y alquilar y compartir piso en el Tokio del siglo XXI.

Por suerte el mangaka Hikaru Nakamura no sólo ha llevado a buen puerto un gran argumento, sino que además ha conseguido mostrarse respetuoso tanto con cristianos como budistas. La obra en realidad no trata de mostrarnos la visión del mundo actual según el budismo y el cristianismo, sino más bien las situaciones cómicas causadas por el choque que supone la convivencia de dos jóvenes amigos con personalidades muy diferentes. Un manga costumbrista (a pesar de sus sobrenaturales protagonistas) sobre los contrastes entre el modo de ser de los occidentales y orientales bajo un nuevo punto de vista. Y quiénes mejor para ello que Jesús y Buda.

Por supuesto hay múltiples guiños a las dos religiones y a las dos culturas, pero siempre primando el sentido común y un humor sano; muy escrupuloso ha de ser uno para sentirse ofendido. Quizás ayude esa inocencia que transmiten los dos protagonistas; no hay que olvidar que en el manga tanto Jesús como Buda son desvestidos de su halo de santidad, siendo únicamente dos jóvenes que se han tomado un descanso de sus obligaciones. En cada capítulo se nos mostrará su día a día en la Tierra, intentando llevar una vida normal, y sin que nadie descubra su identidad. De antemano hay que decir que eso es prácticamente imposible, empezando porque los dos llevan elementos ornamentales que les identifica fácilmente; así pues, Jesús lleva una corona de espinas y Buda es representado con unas grandes orejas y su peinado característico. Además, de vez en cuando sale a flote su “personalidad divina”: si Jesús se pone nerviosos, suda sangre; en cambio, Buda se ilumina si se cabrea. Todo ello plasmado gracias a un dibujo maduro, de línea clara y en blanco y negro

“Las vacaciones de Jesús y Buda”, ganador del Premio Cultural Osamu Tezuka edición 2009, comenzó a publicarse en el año 2007 en la revista “Morning 2” y es publicado 5 años después en nuestro país de la mano de Norma Editorial. De momento está publicado el primer volumen de la colección, edición rústica (tapa blanda) con sobrecubierta dorada. Cuenta con 136 páginas en blanco y negro a un precio de 8 euros. Tal vez pueda parecer caro para lo que ofrece, pero el diseño es realmente atractivo y el contenido merece la pena.

Concluyendo, una historia costumbrista repleta de humor sobre las diferencias entre oriente y occidente contándonos el día a día de dos jóvenes que, casualmente, también son personalidades santas. Sería una lástima que alguien se dejara llevar por el temor a la irreverencia, pues el manga es muy respetuoso con la realidad religiosa.

Publicado: 16:05 26/06/2012 · Etiquetas: actualidad, analisis, videojuegos · Categorías:
Cuando acabé Super Mario 3D Land, mi pobre Nintendo 3DS se quedó como huérfana. Salieron otros juegos con mayor o menor calidad, pero no plataformas reseñables. Jugué al Mario Kart y al Kid Icarus, pero no me convencieron. Ya había oído algo de Sonic Genrations, sobre todo de su versión para plataformas de sobremesa, y las opiniones eran dispares. No tengo ni idea de cómo es el juego para PS3 y XBOX, pero desde luego el de DS no es precisamente el gran homenaje que debería de ser para el erizo azul, pero es un juego entretenido. Corto, eso sí.

De hecho, ¡no tiene casi contenido! Apenas 10 niveles y sin videos ni nada. Con lo poco que costaría haber puesto algunas animaciones… Y sólo aparecen Sonic, Tails y Robotnik, los 3 en versión presente y futuro. El juego es un plataformas de toda la vida en el que el Sonic “gordo” y el “delgado” se unen para luchar contra la ruptura del eje espacio-tiempo. Si en el juego de plataformas de sobremesa el erizo viejo juega en niveles 2D y el nuevo en 3D, aquí todos son bidimensionales. En general las fases me parecieron buenas, incluso muy divertidas. ¡Pero es que hay pocas! Además, están los ya clásicos niveles de subjefes (se te pueden atascar; a mí me ocurrió), y de capturar las esmeraldas del caos (obligatorio pasarse todos si quieres luchar contra el malo final). El juego corre fluido, y los escenarios sí que recuerdan a los clásicos, pero renovados. La música igual. Podría hablar de qué niveles homenajean a los juegos de MegaDrive, a los de Dreamcast o a los post muerte de SEGA como fabricante de Hardware. Pero eso da un poco igual ante el gordísimo problema del juego.

Y es que el problema viene si quiere ser un auténtico homenaje a los 20 años del nacimiento de Sonic. ¿Por qué aparecen sólo 3 personajes? ¿Y por qué Sonic “gordo” parece Mudito? Hombre, puedes decir que no hablaba en los juegos clásicos, ¡pero Tails tampoco y sus dos versiones tienen el don de la palabra! No acabo de entender…

Concluyendo, diré que como juego de plataformas está bien, e incluso como la primera incursión de Sonic en la 3DS tiene un pase. Pero es que no se puede considerar este juego el principal acto de celebración del aniversario de la mascotísima. A mí me encanta eso de las celebraciones en fechas significativas, pero no se están respetando todas. Link tuvo un todo “Skyward Sword”, pero Nintendo se olvidó de Samus Aran, Konami de Castlevania, Square-Enix sacará para los 25 años de Final Fantasy un juego como “Theatrhythm” que es cuanto menos cuestionable… La idea de Sonic Generations era en principio buena, pero en 3DS no cumple. Yo lo compré en Amazon Francia y porque estaba a menos de 20 euros. Insisto, no he jugado a su versión de sobremesa, pero parece que ha decepcionado a muchos y si no que le pregunten a @elfuns…

Publicado: 23:15 22/06/2012 · Etiquetas: actualidad, analisis, videojuegos · Categorías:
Y sigo hablando de SEGA en general, y Sonic en particular. Pero éste es un juego de SEGA con su icono más representativo, desarrollado por una empresa que no es SEGA para su enemigo mortal, Nintendo. Y tras esa presentación, ¿qué tipo de juego es Sonic Chronicles?

Sonic Chronicles es la primera incursión del famoso erizo en un RPG, y lo hace por medio de una toda una Bioware, experta en el tema (al menos en rol occidental), por lo que de primeras debería de ser un juego imprescindible. Y lo es, pero más como curiosidad / posible juego de culto que por su calidad. Que ojo, no es un mal juego, pero la DS, la plataforma en la que fue publicado, tiene mejores juegos de este palo; los Mario y Luigi sin ir más lejos, en los que se inspira descaradamente Sonic Chronicles.

El juego empieza como casi todos los Sonic; las Esmeraldas del Caos han sido robadas y nuestro querido erizo ha de encargarse. Pero ahora no basta con correr a toda velocidad, hay que planificar la estrategia. Contamos con un equipo muy variado de personajes, cada uno con sus habilidades, algunas imprescindibles para avanzar por los escenarios o explorarlos en profundidad. Como suele ser habitual en los juegos de Bioware, habrá un par que no se unirán a nosotros si nos despintamos y no los reclutamos en el momento adecuado. Siguiendo la tradición de los juegos de rol que proceden de plataformas (ejem, ejem, Mario…), nuestro némesis no lo será tanto.

Básicamente es un juego de rol clásico adaptado a las posibilidades de la DS. Es decir, en los combates hemos de cumplimentar los combos correctamente stylus mediante. Nuestros personajes suben de nivel, aprenden nuevas habilidades, se equipan con objetos que compramos u obtenemos en batallas… Además, la compañía responsable de los KOTOR o Mass Effect entre otros ha tratado de plasmar su sello personal en el juego, como por ejemplo la posibilidad de elegir una respuesta u otra. La pega es que esto no influye para nada en el desarrollo de la historia. Otra decepción es que no permiten que Sonic tenga un ligue; y yo que estuve todo el juego siendo simpático con Amy… La historia es correcta sin más, y para todos los públicos. Eso no quiere decir que esté contada ñoñamente, significa simplemente que un chaval puede jugarlo sin que su padre se preocupe si sabe que ocurre en otros juegos de Bioware como en Dragon Age o el ya citado Mass Effect.

Gráficamente luce bien, se aprecia que el diseño lo lleva a cabo una empresa ajena, pero para nada desentona. La primera mitad del juego es conservadora, identificándose fácilmente escenarios clásicos de Sonic. Pero a partir de la mitad de la historia, la historia dará un giro y los responsables del juego tendrán mayor libertad creativa, sin desentonar nunca con la saga. Lo que sí es un auténtico desastre es el apartado sonoro, con melodías repetitivas y de muy baja calidad. No sé como SEGA lo permitió, teniendo la fama que tienen los juegos de Sonic en lo que a BSO se refiere.

En definitiva, yo me hice con este juego en su día más que nada por la curiosidad que suponía la unión de dos leyendas como Sonic y Bioware. Éste es el último juego que publicó la compañía canadiense antes de ser comprada por EA, y parece poco probable que les veamos haciendo otro juego del erizo seguero. No está mal, y no me arrepiento de jugarlo, pero al acabarlo existe la opción de rejugarlo conservando nivel y objetos, y ni me planteé repetirlo. Pero lo que sí me gustaría es una segunda parte, alejada de su más clara inspiración (no hacía más que ver Marios por aquí, Marios por allá), continuar la historia y añadir más elementos de los que hicieron grande a Bioware. Aunque con el viraje que ha tomado ésta (basta ver sus últimos juegos publicados), difícil lo veo.

Publicado: 21:31 07/06/2012 · Etiquetas: analisis, retro, videojuegos · Categorías:
Como ya he comentado anteriormente, mi primera consola fue una GameGear, y sinceramente, para mí fue una decepción. Que sí, que era color, más potencia, juegos buenos… pero yo quería una GameBoy. La tenían todos mis amigos, me la podía llevar en el bolsillo y duraba muchas horas. Si a eso le añadimos que había juegos con opción de guardado (p.e.: Zelda), yo me moría de envidia.

De la portátil de Sega tendría unos 10 juegos, y si me los quería pasar tenía que ser de una (recuerdo con 9 años ver como mi primo se pasó el Land of Illusion de una sentada). Eso a un chaval joven le produce cierta frustración. Al final, la consola quedó olvidada en el cajón. Hasta hoy…

… bueno, en realidad está en paradero desconocido. Lo que si tengo son algunos cartuchos. Yo quería jugarlos y saldar deudas pendientes con la pobre GameGear, pero ella ya no estaba con nosotros. Por ello tuve que recurrir a otros métodos. Los juegos disponibles son Mickey: Land of Illusion, Sonic 2 y El Rey León.

El de Mickey es del que mejor recuerdo tengo. Un poco más difícil y menos fluido que un Mario o un Sonic, pero un buen juego. El ratón de Disney debe de salvar su reino de un malvado mago y, por supuesto, salvar a la princesa Minnie. Sus armas son sus manos (con las que coge rocas para arrojarlas a sus enemigos), y su culo (con el que los aplasta). La dificultad es media-alta, y, aunque no puedes guardar, siempre te deja continuar en el nivel que te quedaste, teniendo que comenzarlo de nuevo. El problema es que vino en inglés (o japonés), y si no dominas el idioma a veces no sabes qué tienes que hacer, pues hay que elegir los niveles en el orden correcto, repetir algunso cuando obtienes un nuevo objeto o rescatas a alguien…

Sonic, Sonic, Sonic. La mascotísima de Sega, que si bien nació para MegaDrive, tuvo sus equivalentes para MasterSystem y GameGear. El Sonic the HedgeHog 2 de estas dos últimas no tiene nada que ver con el de 16 bist, pero no está mal. Lo típico, Sonic debe ir de A a B, conseguir muchos rings y evitar ahogarse. Curioso es que si te hieren, apenas salen anillos de su cuerpo (aunque tengas cientos), por lo que es muy difícil acumular vidas (a saber, una cada 100). Además, contra el malo final no cuentas con rings, por lo que has de tener mucho cuidado o morirás con facilidad.

Y finalmente, el Rey León, the Lion King. Un juego discreto, con música que sí recuerda a la BSO de la peli, pero que no es de mucha calidad y se repiten mucho los temas. Manejamos a Simba tanto niño como adulto, y los gráficos de los personajes no están mal (los leones, las hienas…), pero no así los paisajes.  Pero los más importante es que el control es ortopédico, muy frustrante. Por otro lado, decir que el juego es corto; los tres lo son.

Es muy probable que hubiera mejores juegos para la GameGear, y me encantaría escuchar recomendaciones. Pero mi deber era para con estos (porque los tengo; los que perdí fueron la Sirenita o el Prince of Persia entre otros), y me alegra el haber cumplido mi cometido. Descansa en paz, GameGear.

PD: para despejar dudas, diré que me los pasé roms mediante. Como creo que hacen muchos de los analistas retro de Gamefilia… La ventaja es que así podía hacer guardado rápido, y de este modo si me atascaba en algún momento, no tenía que volver a empezar desde el principio. También hice uso del Youtube en alguna que otra ocasión…

Publicado: 14:44 02/06/2012 · Etiquetas: actualidad, analisis, videojuegos · Categorías:
Es evidente que una compañía como Nintendo, a lo largo de sus muchos años de historia, ha desarrollado múltiples sagas de videojuegos; de hecho, algunas de las más icónicas son suyas, como Mario o Zelda. Efectivamente, la Gran N no sólo ha creado grandes IP que continúan hasta el día de hoy, sino que las ha tratado conmigo. Por supuesto también hay sagas no tan grandes como las anteriormente citadas, pero que tienen su público (y sus juegos); podríamos hablar de Kirby, Donkey Kong, StarFox… Tal vez sus juegos no vendan tanto y el presupuesto invertido en ellos sea menor,  pero desde luego se les puede seguir la pista. Y luego hay casos como el de Kid Icarus.

Y es que la saga del ángel Pit es un caso más propio de, por ejemplo, Sega, que de la compañía tokiota. El primer juego de la saga apareció en la vetusta NES, allá por el año 86. Luego, 5 años después, saldría otro para la GameBoy. Y, después, el ostracismo. Bueno, en realidad, y como es bien sabido, sí tuvo algunas apariciones esporádicas, como en “Super Smash Bros. Brawl”, el juego de lucha con personajes nintenderos aparecido en 2008 para la Wii. Aquí Pit es un personaje jugable, y obviamente tuvo que ser rediseñado para adaptarse a los nuevos tiempos. Masahiro Sakurai (inventor de Kirby entre otros logros) fue el director de “Super Smash Bros. Brawl” y, por tanto, también el responsable de su renovado look, por lo que no es de extrañar que este buen hombre cogiera las riendas para recuperar esta saga más de 20 años después de su último juego. La nueva entrega se llamaría “Kid Icarus: Uprising”, y saldría para Nintendo 3DS, en principio como juego de lanzamiento con la consola (finalmente se retrasaría hasta el 2012).

La expectación era alta, pues no sólo se recuperaba una franquicia prácticamente olvidada, sino que además el juego se las prometía. Si a eso le añadimos que el catálogo de la 3DS tampoco es que sea para echar cohetes, yo lo tenía marcado en el calendario. Ahora que ya lo he jugado, debo decir de antemano que a mí personalmente me aha dejado un poco frío, tal vez debido al hype creado.

“Kid Icarus: Uprising” es un juego que mezcla dos partes bien diferenciadas: por un lado tenemos unos escenarios propios de un “rail shooter” (como la ya citada anteriormente saga StarFox), que apenas duran unos 5 minutos cada uno; y por el otro lado, pasaremos a controlar a  Pit como en un juego de aventuras clásico. Así dicho puede sonar raro, pero lo cierto es que la fórmula funciona bien… los primeros capítulos. Luego, ese dualismo tan monótono acaba haciéndose un poco aburrido.

Y es que el juego es siempre igual: un rato volamos, otro rato caminamos y disparamos, y así pues llegamos al monstruo final del capítulo. Y si bien la jugabilidad  no es muy variada, al menos sí que los son los “accesorios”: con esto me refiero a las armas y los poderes, sí, pero también a la historia y los personajes.

Nuestro protagonista es Pit, un ángel que no puede volar de forma autónoma. Tal vez por ello le hace tanto la pelota a la diosa Palutena, que le permite surcar los cielos al menos durante 5 minutos (si está más tiempo se le chamuscan las alas). Juntos (es un decir; ¡todo lo haces tú!) lucharán contra la renacida Medusa y la amenaza que supone su presencia. A este elenco de personajes hay que añadir varios más, todos ellos muy divertidos. Los diálogos son también muy graciosos, alejándose el juego de cualquier tipo de tremendismo, bromeando mucho incluso a costa propia. Por supuesto tampoco faltan múltiples guiños. La pena es que los diálogos están en inglés. Sí, sí que hay subtítulos, pero el juego va a tal velocidad que es muy complicado leerlos y luchar por que no te maten. Para aquel que no quiere perderse ni un ápice del desarrollo del juego, puede poner la dificultad al mínimo, con la que eres prácticamente invencible. Los dibujos tipo anime que acompañan a los diálogos son buenos, pero al haber un número prefijado e invariable, muchas veces no encaja la animación con lo que dice el personaje.

Hay 8 tipos de armas, y cada uno de estos tipos tiene cientos de variantes. Hay varias formas de mejorar tu arsenal: comprándolas, fusionándolas, encontrándolas… Pero si de veras quieres tener un arma poderosa, debes de jugar muchas partidas y en nivel alto (tanto individual como multijugador), pues sólo así encontrarás auténticas joyas, o los corazones suficientes para comprarlas (los corazones son como las monedas del juego). Personalmente me quedo con ese sable pistola que tanto me recuerda al arma del protagonista de “Final Fantasy VIII”…

Además del modo historia hay un multijugador que tampoco es nada del otro jueves. Puedes jugar partidas por equipos o todos contra todos. Sirve sobre todo para conseguir armas y poderes (los poderes sólo puedes obtenerlos jugando, no comprarlos).

Lo que sí me ha gustado es el mimo dedicado al juego. Eso se aprecia a simple vista en el menú, muy completo para lo que viene siendo un juego portátil. Hay trofeos, vídeos explicativos, fichas de personajes y objetos… Si a eso le añadimos una aventura larga y además con multijugador, podemos decir que estamos ante un señor retorno. El problema es que la jugabilidad me llega a cansar (por cierto, no lo he mencionado, pero si de verdad no quieres cansarte la mano, debes de jugarlo con el atril que incluyen algunas versiones del juego; si no, tu mano se te volverá completamente inútil a las pocas horas). Es una pena, pues de haber llevado a buen puerto todas sus aspiraciones, sería sin lugar a dudas uno de los juegos más completos pensado para una portátil. Pero como la 3DS tampoco es que tenga a día de hoy infinidad de juegos de valía, no me arrepiento de su adquisición. Además, así tengo una nueva pieza para mi portátil (el atril); ahora solo me falta el segundo stick y el volante del “Mario Kart” ¡y dentro de poco mi 3DS se convertirá en un transfomer!

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Atando cabos entre presente y pasado. Porque no siempre hace falta estar a la última en lo que a juegos se refiere. Que levante la mano aquel que no tenga ni un solo juego pendiente. ¿Nadie? Yo tampoco.

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