No tengo por costumbre reseñar juegos de navegador; es más, por regla general ni si quiera invierto mi tiempo en probarlos, pues pocos (por no decir ninguno) me ha convencido lo suficiente como para querer jugarlo una vez terminado. Sin embargo, esta vez es diferente. Socrates Jones no solo merece el calificativo de "mejor juego de navegador que he probado nunca", sino que además está por delante de otros muchos títulos comerciales y, si pudiera, pagaría por tener una versión más larga y pulida de él. ¿Los motivos? Un Phoenix Wright de filosofía.
Empecemos por el principio. Somos Socrates Jones, un contable cualquiera que de filosofía y debates poco o nada. Sin embargo, tras un loleante tutorial donde nuestra hija nos enseñará las bases del juego para evitar que un vendedor de repelentes para ciervos nos llene la casa con sus baratijas tendremos un dramático accidente y moriremos. Dado el peculiar apellido de nuestro protagonista es enviado por error "al cielo de los filósofos", lugar donde filósofos de todas las épocas se dedican a buscar cual es la fuente de la moral. Tras el shock que supone que te confundan con un vejestorio de la antigua Grecia, Sócrates hace un trato con el Árbitro de ese lugar: si encuentra la solución a esa pregunta le permitirán volver a la vida. Tal y como supondréis, a partir de aquí será cosa nuestra debatir con cuanto filósofo se nos ponga por delante para descubrir la fuente de la moral, siendo Kant o Hobbes algunos de los implicados en nuestra búsqueda de la verdad.
Como dije al principio, su gameplay nos recordará a un Phoenix Wright, pues el juego se resume a "Oponente nos da sus argumentos" y "Buscamos incongruencias, pedimos aclaraciones o aplicamos argumentos que rompan sus afirmaciones". Quizás a los que relacionen "videojuego" con "acción" esto les suene a tostón, pero si eres fan de la franquicia Ace Attorney encontrarás un juego cargado de humor capaz de entretenerte durante sus buenas 2-3 horas completamente gratis.
Además del gameplay y la estética, el apartado sonoro también recordará a los jugadores de la franquicia de Capcom.
Y bueno, poco me queda por añadir. El juego tiene un sistema de guardado que no sé cómo funciona porque me lo pasé del tirón, pero de algún modo nos permite continuar la partida en caso de cerrar el navegador o apagar el sistema sin ningún problema. Asimismo, requiere un nivel medio de inglés como mínimo, pues ciertos debates como el de Kant se pueden hacer durillos si no entendemos o estamos sin un diccionario a mano. De verdad os lo digo, pagaría gustoso por tener una versión algo más larga y pulida de este juego en español, pues ya de por si es condenadamente entretenido y es el substituto ideal para aquellos que tengan ganas de un nuevo Phoenix Wrifht. Sin más, aquí os dejo un enlace para jugarlo .
Edmund McMillen. Igual no te suena, pero es el tío que se encargó de crear juegos como The binding of Isaac y Super Meat Boy, los cuales han tenido un éxito que ni él mismo se esperaba. Jodidos como ellos solos, Edmun se ha hecho un hueco en el mundillo a base de esfuerzo y, sobre todo, lágrimas de jugones. Aún así, estos no fueron sus primeros juegos, sino que se pasó varios años haciendo los típicos juegos que podemos encontrar en cualquier web, los cuales ha recopilado para The basement collection y que probablemente muchos tengáis gracias al Humble bundle 7. ¿Queréis saber si merece la pena brindarle vuestro tiempo?
Bueno, como la entrada será corta, casi puedo ponerlo ya de entrada... no, no lo merece. Simple y llanamente los juegos aquí guardados son en su mayoría experimentos flash que entretendrán durante un par de minutos y dejaremos de lado al poco rato para no querer volver a tocarlos. El más interesante de todos es el time fcuk y lo podemos jugar desde este enlace. Sí, la mayoría de estos juegos están en internet, así que en caso de no tenerlo... ¿para qué gastarse el dinero en este juego?
Si lo tenéis de ese bundle y conocéis el trabajo de Edmund quizás podáis darle cinco o diez minutos para curiosear, pero si tenéis que pagar por él... no os molestéis, no os perdéis nada del otro mundo.
No soy de ver animes comédicos, pues en la mayoría de los casos su falta de hilo argumental me hace perder el interés en la misma conforme pasan los capítulos por mucho que me ría con ellos (ahí está Gintama, la cual tras dos años solo he avanzado 70 capitulos, casi todos ellos geniales pero aún así voy a paso de pulga). Thermae Romae, en cambio, ha conseguido que me la mire completa en un solo día y me quede con ganas de más. Sí, que solo sean 6 episodios de 10 minutos ha influído en ello, pero con lo muchísimo que me he reído no me quejo. Además, su ending es de lo mejor del universo desde la invención de las galletas:
Esta serie, basado en el manga de Mari Yamazaki (el cual por mucho que busqué no encontré en español en ninguna parte, así que no puedo decir cómo de fiel es la serie al original) nos presenta a Lucius, un constructor de termas romano que pasa por una crisis existencial, o lo que es lo mismo: ni Dios quiere sus diseños por estar "pasados de moda". Alicaído, un día mientras se da baño viaja accidentalmente al Japón de nuestros días, más concretamente a un baño japonés. A partir de ahí, la trama de los 6 episodios es la msima: Lucios tiene un problema, viaja al presenta, alucina con nuestros inventos, nos reímos de sus ocurrencias, vuelve al pasado e intenta aplicar lo que aprendió en nuestro mundo. Luego viene la parte en la que te enamoras de su ending y pones el siguiente episodio, pero eso ya es otra historia.
Eso sí, ya aviso: la animación es cutre de cojones. Escenas repetidas, uso excesivo de primeros planos, secundarios con solo 3 animaciones que repiten hasta la saciedad... pero eh, todo esto también le pasa a Evangelion y no por ello la gente deja de verlo. Os pondré un par de ejemplos de la misma:
En resumidas cuentas, Thermae Romae es una serie que, si te gusta su primer episodio, te gustarán todos, así que recomiendo a todo aquel con diez minutitos libres echarle un ojo al primer cap y decidir si ponerse con el resto de la serie o no.
Hay algunas obras que, te gusten o no sus protagonistas o temáticas, si controlas del mundillo las conoces. Poca gente hay fan de los videojuegos y que no sepa de la existencia de la saga Final fantasy; apenas hay lectores incapaces de nombrar como mínimo dos o tres obras de William Shakespeare; pocos comiqueros, por mucho asco que le tengan a Batman, no realacionán a ese personaje con El regreso del caballero oscuro de Miller.
Algo así me pasaba con Crisis en las tierras infinitas. Durante años supe de su existencia pero jamás le presté atención. Sabía que en su momento cambió por completo el universo DC y que se convirtió en poco menos que un clásico al instante de su salida; aún así, seguía sin tener ganas de leerla. Fue hace poco, cuando vi una unidad del mismo en la biblioteca Anxel Casal en Santiago, cuando me decidí a darle una oportunidad (que no tenga internet no tuvo que ver en mi decisión). La verdad, de haber sabido lo que me iba a encontrar no habría perdido mi tiempo leyéndolo. Secreto: (Pincha para leerlo)
Sí, sé que parece malo pero no lo es.
Pongámonos en situación. La editorial DC tenía "un pequeño problema": a lo largo de los años, había ido añadiendo universos paralelos al de sus series habituales. Así, teníamos "Tierra-1", lugar donde los héroes contemporáneos vivían; "Tierra-2", hogar de los personajes de los años 40; "Tierra-X", planeta donde la II Guerra mundial había tomado un curso distinto... vamos, que tenían un buen pifoscio allí montado entre universos alternativos y demás mierdas por el estilo.
¿Solución? Inventarse a un villano con el poder de destruir universos y que ya solo le queden unos pocos al comienzo de la historia. Es entonces cuando algunos héroes son reclutados por El Monitor para dar la cara por todos y enfrentarse al villano de turno. Hasta aquí me seguís, ¿no? Pues con saber esto ya podríais saltaros prácticamente los tomos del 3 al 6 delos 12 que la constituyen.
En serio, menuda tortura. He visto series que empiezan lento (20 century boys, por ejemplo) pero esto me pareció excesivo. Los dos primeros tomos nos ponen en situación (cosa que podría haberse hecho en uno, pero bueno...) y luego vienen tomos y tomos donde no pasa nada interesante. Increíble, se enfrentan a unas sombras. Vaya, ahora están protegiendo un artefacto místico. Guau, ahora están tomando el sol en la playa mientras escorpiones voladores de color rosa lanzan manzanas por los ojos.
Es decir, hacen cosas, sí, pero a la hora de la verdad no tienen peso ninguno en la trama de fondo: son relleno puro y duro. La verdad, empiezo a pensar que DC quería que la tontería del crossover le durase todo el año y, en lugar de currarse la trama, simplemente añadió personajes y situaciones por hacer bulto. Admito que el hecho de no conocer a la mayoría de los personajes me dejó un poco chof, pero aún así por momentos el relleno es excesivo.
El dibujo es el típico de la época. La verdad, prefiero el actual, pero a la vista de las macrobatallas que aquí se forman llenas de héroes y villanos dándolo todo he de admitir que no está nada mal.
En resumidas cuentas, comprendo que, en su momento, Crisis supusiera lo que supuso, pues era el primer Crossover "a lo grande" de la historia de los cómics y redefinió las reglas del universo DC, pero hoy en día su lectura no es precisamente muy recomendable tanto por el mal envejecimiento de la misma como por la existencia de muchísimos crossover realmente superiores a este y con muchísimo menos relleno haciendo bulto. Ahora si queréis leéroslo es cosa vuestra, pero yo ya os he dicho lo que opino del mismo.