Publicado: 00:06 11/12/2007 · Etiquetas: · Categorías: Videojuegos : Diario Delirante
¡¡Y yo que pensaba que era un tio afortunado!! Tengo la 360 desde que salió allá por finales del 2005. Desde entonces he escuchado las típicas historietas de personas con consolas afectadas con el “Anillo Rojo de la Muerte”. Esa enfermedad incurable que sufren las consolitas de nueva generación de Microsoft.
Pero mi consola estaba sana, y no era por falta de uso, desde luego. Siempre estaba el temor a las jodidas lucecitas, pero ya pensaba que mi “bestia blanca” era una privilegiada con salud de hierro. Pues parece ser que no. Esta noche, hace escasos minutos, jugando al Mass Effect (para más inri en la rectísima final del puñetero juego) mi consola ha perecido. Yo, tan feliciano como de costumbre, me disponía a subir de nivel a Jack Shepard (si, mi personaje se llamaba como el de LOST) cuando la pantalla se ha llenado de pixelitos verdes y azules, como aquellos que aparecían cuando le pegabas una patada a la Master System II o sacabas el cartucho en pleno juego. He apagado la consola, la he vuelto a encender y nada…. Oscuridad. Ni luces rojas, ni compatibilidad con el mando ni nada. Mi consola se debatía entre la vida y la muerte. Luego la he vuelto a apagar, la enciendo de nuevo y esta vez si, el debate ya había acabado y mi consola picaba a las puertas de San Pedro. Aunque a decir verdad, dudo que la 360 sea bien recibida en el paraíso, no por falta de méritos, sino por venir de la compañía de Bill “Anticristo” Gates. Bueno, esté donde esté, da igual. Lo importante es que ya no está conmigo. La muy cabrona me ha dejado a media horica de acabar el Mass Effect, y la muy cabrona me obligará a hablar con el Mohammed ese que atiende el teléfono en el Servicio de Atención al Cliente de Microsoft y que no se entera de la misa la mitad. Espero que no me jodan y que sea “fácil y sencillo” enviar la consola a Alemania, que yo ya no tengo la caja y las demás soplapolleces que venían con el maldito aparato. Y eso sin contar con el ticket de compra, que ahora mismo seguro que se ha reciclado y está siendo utilizado en estos mismos momentos como papel del culo de una octogenaria con gastrointeritis. Como si lo viera… En fin Serafin, que me uno al club de los damnificados. ¡¡Larga vida a la PS3!! (aunque no tenga juegos…) Me voy a tener que comprar esta camiseta PD: Perdón por abandonar el blog como a un anciano en vacaciones. Pero es que vuelvo a trabajar y mi vida ociosa ya no es lo que era… ¡Y eso que tocaba hablar de Silent Hill Origins! Seguro que lo de la consola ha sido un castigo por no actualizar esto… |
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