Reseña Anime: Thermae Romae

Ponerse a ver Thermae Romae es estar ante un producto tremendamente extravagante en su sentido más amplio. La serie es una pequeña historia de 6 capítulos de apenas 10 minutos de duración donde nos cuentan las aventuras de Lucius, un famoso personaje de la antigua Roma por sus diseños a la hora de crear baños, por desgracia esto forma parte del pasado, su trabajo no es valorado como antaño y cae en el olvido. Un día mientras trataba de relajarse en un baño de esos donde va un chingo de gente a hacer desmadre junto a sus colegas es transportado a uno de los años del Japón actual donde, abrumado por la avanzada tecnología, decide recoger todo aspecto posible para “inspiración” en sus próximos proyectos, no sin antes ver como Lucius queda todo alucinado y donde por más comparaciones que trata de hacer no logra entender del todo qué demonios está pasando, cuando menos se lo espera regresa a su época y vemos la enorme aceptación de la gente por sus ideas.



De esta manera todos los episodios se desarrollan de la misma forma, mostrándonos divertidamente los desmadres continuos que Lucius provoca cada vez que viaja al futuro cuando necesita ayuda. La mayoría de situaciones presentes son todo un puntazo como cuando nuestro protagonista prueba alguna bebida u observa un invento moderno y no queda más que verle la cara de sorpresa máxima acompañado de diálogos tanto propios como del personal presente tanto ya sea de Roma o Japón.

Debido a lo corta que es se pasa rapidísimo y evita caer en lo monótono, aunque  seguro existe mucho de donde sacar, en lo personal la prefiero así, cortita y amena.

El estilo de animación es en Flash, la serie estará compuesta de primeros planos en abundancia y personajes que muestran si bien les van 4 o 5 rostros diferentes con los cuales mueven la boca. Podríamos decir “se ve muy chafa” y en realidad si se ve algo pobre, sin embargo tiene su encanto, sobre todo en fondos donde me ha sacado la risa tonta ver un autentico dibujo de niño de 7 años en el paint en más de una ocasión o ver a los transeúntes al enfocar la fachada de un edificio moviéndose totalmente estáticos así como aquellos personajes que desentonan brutal con el resto del elenco (el cabrón de la bolsa se papel en la cabeza en el primer episodio, o los bandidos). Podemos percatarnos aun habiendo tanto desmadre de las diferencias entre romanos y japoneses, siendo los primeros con rasgos más realistas mientras los japoneses constan en su mayoría con caras más caricaturizadas y sin las sombras ralladas en el rostro.



La banda sonora está compuesta por temas clásicos de dominio público (ósea que no sabemos de dónde chingados son ni el nombre de la composición pero los hemos escuchado si o si).

No me queda más que decir de esta corta pero divertida serie, en lo particular merece muchísimo la pena y recomiendo darle una catada al primer episodio, si pasa la prueba y te gusta el resto te seguirá siendo de poca madre.

TOTAL: 8