Entre una cosa y otra, se me ha ido pasando el colgar las fotos del viaje a Japón que hice en Septiembre del año pasado. ¡Cómo vuela el tiempo!

Y empezamos por Tokyo.

Típica visión de las calles tokyotas:



Tomada en Shinjuku durante la búsqueda desesperada de un cine donde dieran la película de Evangelion. ¡Qué pocos cines hay en Japón, redios! Al final vi y disfruté la película, por supuesto. No podía quedarme sin verla.

Las calles de Tokyo (y Osaka) son tan trepidantes que luego, cuando vuelves a España, sus calles te parecen aburridas. No hay cartelitos ni luces ni colores ni nada.

Edificio de Shibuya (creo que la estación) con pósters anunciando el "Crisis Core" y la PSP:



Entrada de la tienda de Square-Enix, el paraíso de los frikis (sobre todo de los frikis de DQ, tienen muchísimas más cosas que de FF):



El suelo de la sección de joyería de Square-Enix. ¡Al principio te llevas un susto!



Como no puede ser menos, mi novio y yo nos arruinamos en esta tienda. Bueno, en esta y en cualquiera, porque Japón es 100% consumista y sientes la necesidad de comprar de todo y más. Con razón las maletas pesaban luego el triple que a la ida. XD

Lo curioso de la tienda de Square-Enix es que para llegar a ella tienes que superar toda clase de retos y pruebas. Está en Shinjuku, pero no en la zona comercial, sino en las oficinas, bastante lejos de todo. Pero la caminata merece la pena.

El típico edificio de Ginza:



Las 19:31 y ya era negra noche. Y es que a las 18h el cielo ya estaba negro, no hacía falta reloj. A las 20h, casi todo estaba cerrado, excepto algunos bares, restaurantes y grandes almacenes. Para los japos, aguantar hasta las 23h debe ser como irse de afterhours.

Por ejemplo, en Shinjuku, cuando salimos del cine de ver Evangelion a aquello de las 20:30h, negros americanos nos ofrecían por todas partes drogas y "chicas", como si fuera la madrugada de un barrio de putas.

La verdad es que en Japón nuestro reloj biológico se alteró. Nos despertábamos a las 5/6 (con un sol de cojones entrando por la ventana) y a las 8 ya estábamos recorriendo los mundos japoneses.

Un torii, dos toriis, tres toriis...



Atardecer en el Palacio Imperial (y la torre de Tokyo al fondo):



Y despido Tokyo con la primera foto que hice, cerca de la estación de Ueno:



La siguiente entrega, Kyoto, con fotos mucho mejores (y menos frikis).

Una de las gangas que adquirí durante mi estancia en Japón fue este juego, que hacía tiempo que me atraía a pesar de haber leído muy poco sobre él. El título se traduce como "Mis vacaciones de verano", pero también por "Las vacaciones de verano de Boku" (nombre del protagonista, que significa "Yo"). Y ya el título es un buen indicador de lo que ofrece el juego: un simulador de vacaciones. Ni más, ni menos.

Durante 30 días, controlaremos a Boku, que investigará los alrededores de la casa de sus tíos, cerca de la playa y rodeada de campos y bosques. Desbloquearemos nuevas zonas, conoceremos a gentes variopintas, coleccionaremos insectos de todo tipo, participaremos en peleas de escarabajos, haremos volar cometas, pescaremos, haremos un diario con plastidecors.



De vez en cuando, viene bien este estilo de juegos más relajados, que no te obligan a pensar ni a machacar botones. Hace unos meses estuve algo estresado y me vino de perlas perderme en sus bellos parajes prerrenderizados.

Es tan tonto como suena, y engancha de mala manera durante las 30/40 horas que dura. Especialmente recomendado para los días de invierno. Lo malo, como siempre, es que sólo está disponible en japonés, y aunque no es imprescindible saberlo para disfrutar del juego, siempre ayuda. En Japón, acaba de salir la 3 parte, para PS3.