Carde Review: Metro: Last Light

Próxima parada...Moscú


No fue hace mucho que llegó a nuestras consolas la adaptación de un curioso éxito literario llamado Metro 2033, escrito por el ruso Dmitry Glukhovsky y que sigue los pasos de su antecesor, una curiosa aventura en forma de FPS con sus altos y sus bajos pero con un renovado y mejorado apartado técnico.

Lo mejor es pillarse un bono

Metro 2033 nos hablaba de un hipotético momento de la historia donde un holocausto nuclear había obligado a los supervivientes de Moscú a refugiarse en las lineas de metro para sobrevivir a la radiación. Años después, aquella civilización había prosperado en lo bueno y en lo malo, y las estaciones se habían convertido en pequeñas ciudades o barrios, donde la gente vivía como podía, a base de trueques, criando animales o haciendo trapicheos.


También habían aparecido distintas facciones que estaban en conflicto, y controlaban distintas zonas del metro. Los túlenes de vías entre estaciones se habían convertido en improvisados, oscuros y peligrosos caminos que ocultaban no pocos peligros.

A este panorama, no muy alentador, de escasez y miseria, se sumaban toda una serie de animales que habían ido mutando con la radiación y los años y que de vez en cuando atacaban los campamentos humanos en busca de carne fresca y sangre caliente.

En Metro 2033, teníamos que emprender un viaje que nos llevaría a recorrer decenas de túneles siniestros, e incluso salir a la superficie con nuestra máscara de gas, vigilando que no se rompiera o empañase si no queríamos perder la vida ahí fuera. El exterior era aún más peligroso, en cuanto a que allí se encontraban las más diversas mutaciones que habían evolucionado durante décadas.


Y con todo, Metro 2033 era un juego limitado técnica y jugablemente, tosco en su ejecución, pero que ofrecía una propuesta original, una sobervia ambientación y unas dosis de aventura que apostaba por el sigilo en algunos tramos en contra del enfrentamiento directo y que sabía atrapar con su interesante historia.

Y hablamos tanto del juego anterior porque básicamente ese es el problema, en Metro Last Light han seguido a pies juntillas la base del anterior para ofrecer un nuevo viaje por la maltrecha capital. Y lo han hecho tan fielmente, que nos encontramos con un juego que pierde toda su originalidad y su factor sorpresa. Básicamente en ningún momento han conseguido sorprender al jugador con novedades, lo cual conlleva que nivel a nivel el juego se sumerja en un avanzar sin mucha chispa.

Quizá, lo que más llama la atención, como en el anterior juego, es que los niveles son muy pequeños, y se pasan en apenas diez o quince minutos (salvo algunos casos), llegandos al punto en que se tiene que cargar el siguiente nivel. Este sistema, tan limitado que ya vimos en el primer juego, se mantiene, cortando cada pocos instantes el ritmo de la acción y siendo algo molesto, por lo continuado que resulta.

La historia ha sido escrita por el autor original de la obra, aunque no sigue el de ninguna novela. Sin embargo a nivel de desarrollo encontraremos el mismo patrón que el juego original, avanzaremos por los túneles viendo a los mismos enemigos del juego anterior, si bien hay alguno nuevo, también han desaparecido otros, y a cambio se introducen varios jefes finales que aportan algo de variedad. Visitaremos ciudades donde participar en pequeñas misiones secundarias (ganar en una galeria de tiro, buscar algún objeto...), que tampoco se han sabido potenciar o desarrollar demasiado. Volveremos a salir a la superficie, aunque ya sin la expectación que sentimos la primera vez y participaremos en pequeñas secciones contra enemigos que, en muchos casos podemos superar de forma sigilosa, o bien afrontar con una acción más directa, aunque en general la jugabilidad sigue siendo tan imprecisa y torpe como en el primer juego.


Se potencia la exploración de unos escenarios en su mayoría lineales gracias a una búsqueda de informes coleccionables y poco más que añadir a un juego que pedía a gritos una mejora en cuanto a la profundidad de un desarrollo muy desaprovechado.

Se nota cierto refinamiento en las zonas de sigilo, mucho mejor diseñadas y no tan exigentes como en la primera entrega, en el que un pequeño paso en falso suponía el fin. Lo malo es que todo parece más guiado, y mucho más fácil, en un juego que nos durará unas diez horas y que como únicos aliencientes para rejugarlo es desbloquear algunos logros / trofeos.

Apartado técnico

La principal mejora de este título reside en el apartado técnico. Si la primera parte era una producción más bien modesta, este Last Light, posee un acabado técnico bastante bruto. Tanto modelados, como animaciones, efectos de luz, diseño de escenarios y especialmente cantidad de personajes en pantalla consiguen sorprender.

Sin embargo, y curiosamente, el juego es un nido de bugs. Enemigos que mueren y quedan flotando, objetos que no se pueden llegar a coger, texturas que van y vienen, bugs que obligan a reiniciar un nivel porque el juego se queda pillado en un evento, enemigos que no nos ven auqnue nos situemos delante en algunos casos...la lista es casi interminable. Personalmente no suelo ser muy crítico con estas cosas, pero en este juego abundan de manera exagerada.

La IA de los enemigos tampoco es especialmente buena, lo que propicia combates algo sencillos y previsibles.


Respecto al apartado sonoro, el juego es notable, tiene un doblaje al castellano muy bueno (con los mismos dobladores del primero en las voces principales), y tanto la banda sonora, como los efectos cumplen sin más su labor de ambientar la acción. Especial mención a los momentos más terroríficos del juego, como la visita a la ciudad muerta.

Conclusión

Demasiado continuista con su predecesor, Metro Last Light mejora mucho el apartado gráfico, aunque a cambio se llena de bugs tanto gráficos como jugables. Arrastra las cosas buenas del original como su ambientación, pero también todas las cosas malas y además ya no sorprende como lo hizo su primera parte. A veces los gráficos no lo son todo, y tendrían que haber sido más ambiciosos ofreciendo al jugador un desarrollo más rico y variado.

Nota: 7,8

303.393 - 303.978