Por la carátula

Hace mucho, mucho tiempo...

Os voy hablar de una época oscura, siniestra, casi de pesadilla...
Un tiempo atrás, en el que no habia internet, ni tampoco tantas revistas como hay ahora sobre videojuegos, ni tantas tiendas. De hecho no habia ni una cadena de tiendas dedicadas al tema, y los juegos tampoco se encontraban en grandes centros comerciales como Carrefour. Tampoco existían tiendas como Fnac o Mediamarkt, asi que los juegos sólo se encontraban en pequeñas y perdidas tiendas de informática.

Su mercado era bastante limitado, pues lo que más se llevaban eran Msx, Spectrums y en menor medida Pc's. Pc's arcaicos, sin disco duros, ni tarjetas de ningún tipo. Los juegos tenían 4 colores. Yo empecé con uno de estos, un Amstrad Pc 1512. Lo que más se vendían en aquella época eran programas, ya que para Pc, al principio de todo, prácticamente no habian, ni se encontraban juegos.

Casi nadie tenía consola tampoco, por aquel entonces sólo estaban la Nes y la Master System, y eran sistemas de 8 bits.

Bien, para los que no vivisteis esa época, haced el esfuerzo de imaginad la situación. No hay internet, solo hay una revista especializada de Pc, no hay tiendas....no hay información...

Y enconces qué nos queda?
Como sabemos qué juegos hay en el mercado?
Como sabemos qué juegos valen la pena?

En aquella época, sinceramente, elegíamos los juegos...por la carátula. En alguna ocasión, acompañaban un par de diminutas capturas detrás, pero que tan sólo permitían intuir el género.


La carátula sin duda, te tenía que trasmitir toda la esencia de la aventura que íbamos a comprar, y no era raro ver a chicos en estado de meditación mirando durante varios minutos el dibujo de la caja, escudriñando todos los detalles, el diseño del protagonista, el arma que portase, los enemigos que se vieran detrás, incluso el nombre del juego para ver si le atraía bastante.

En realidad, y quizá gracia a los gráficos tan "sencillos", jugar a un juego era más parecido a leer un libro, ya que tenias que poner de tu imaginación, e imaginar que ese sprite monocolor, era todo un musculado guerrero, y que esos escenarios de colores chillones, y un fondo completamente negro, eran un bosque, un castillo o un lejano planeta.

Y divertido era, cuando le intentabas contar el juego que tenias a un amigo, y se lo explicabas con todo lujo de detalles, como si fuera una novela o una gran historia.

Detrás de esta carátula se esconde una gran aventura

A veces, recuerdo con cariño esa etapa, saturado de la mega-información que tenemos hoy en día.
Los videojuegos ya se han convertido en un mercado más, con sus trailers, previews, demos...pero que tiernos fueron los comienzos, cuando se compraban los juegos a ciegas.

Éramos heroes.

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