Resultados para etiqueta "enix" Publicado: 01:15 19/03/2016 · Etiquetas: capitulos de los elegidos, dragon quest, dragon quest iv, enix, jrpg, opinion · Categorías:
Dragon Quest IV fue lanzado originalmente en 1990 para la primera sobremesa de Nintendo en Japón, la conocida por aquellos lares como Famicon. Llegaría a la NES y a Estados Unidos en 1992. En 2001 fue lanzado un remake en la primera PlayStation y en el año 2007 (en Japón, 2008 en el resto del mundo) de nuevo se lanzó un remake, esta vez para Nintendo DS, basado en la versión de PlayStation. Finalmente existe una versión para dispositivos móviles, basada en la versión de Nintendo DS, lanzada en 2014 a nivel mundial. Este texto se basa en la versión para Nintendo DS, la cual llegó a nuestro país con una completa traducción al castellano. El juego carece de cualquier tipo de doblaje. Secreto: (Pincha para leerlo) Dragon Quest: Capítulos de los Elegidos en Nintendo DS utiliza una mezcla de detallados sprites para los personajes con entornos tridimensionales que resulta, si bien no sorprendente por su despliegue técnico, muy agradable a la vista. Los diseños de tanto personajes como monstruos corren a cargo del archiconocido Akira Toriyama. Aún sin ser fan del artista nipón su colorista estilo le queda como anillo al dedo a la saga Dragon Quest en general, destacando sobre todo el diseño del que hacen gala los enemigos, todos y cada uno de ellos rebosando carisma por los cuatro costados. El bestiario quizás sea algo reducido, pero teniendo en cuenta que el juego no es realmente largo para empezar esto jamás llega a resultar un problema. Las ciudades, si bien pueden resultar algo repetitivas, compartiendo la apariencia de la mayor parte de los edificios, están bien construidas. Son pequeñas y algo planas a primera vista pero llenas de rincones con barriles o jarrones que romper; da gusto explorarlas a fondo. La banda sonora es ciertamente de un alto nivel, aunque se echa en falta algo más de variedad. Con aires a música clásica, las melodías saben acompañar a la perfección cada paso del viaje de los elegidos, fundiéndose perfectamente con la atmósfera del juego y logrando ser memorables no por sí mismas, sino en consonancia a los momentos en los que suenan. Es imposible escuchar Sea Breeze y no imaginarse navegando por los mares del mundo de Dragon Quest IV. Los varios temas que suena en el mapamundi también resultan muy adecuados, adaptándose cada uno al tono de la historia en ese momento concreto a la perfección. Destaco el tema que suena durante el capítulo protagonizado por dos gemelas en un viaje de venganza. Tiene un aire melancólico, más que los temas que suenan antes, cuando la historia se movía en tonos más positivos, que sinceramente no podría resultar más acertado y ayuda a empatizar con el viaje de los personajes. Los temas de combate no son numerosos pero los que hay cumplen sobradamente su función, transmitiendo la tensión y fiereza de las batallas, y no llegan a resultar repetitivos. Al final del día, tal y como dije en su día con la quita entrega de la franquicia, la banda sonora de Dragon Quest es una que existe en perfecta sintonía con el juego, y eso es un gran halago al trabajo del compositor. Es una lastima que la cantidad de temas sea más bien pequeña, aunque hay que recordar que los origines del juego se encuentran en la primera sobremesa de Nintendo. Para aquellos años de hecho es posible que la banda sonora de Capítulos de los Elegidos hubiera sido considerada más o menos extensa. Con escuchar Elegy, tema que el juego se reserva para las escenas más dramáticas, basta para recordar alguno de aquellos momentos con sorprendente claridad. La historia de este Dragon Quest está estructurada por capítulos. Son cinco los capítulos que constituyen la trama original, aunque comentar que existe un sexto en la versión de Nintendo DS, que ya fue añadido con el lanzamiento del remake para PlayStation, el cual proporciona algo de trasfondo extra para uno de los personajes e incluye un final alternativo para la historia. La estructura por capítulos resulta bastante única incluso a día de hoy, en su día debió de ser algo simplemente impresionante. Los cuatro primeros capítulos nos pondrán en la piel de distinto elegidos que, llegado al capítulo cinco, se unirán para enfrentarse al gran mal que aterroriza el mundo. Resulta un recurso narrativo muy interesante que el juego no duda en aprovechar, permitiéndonos ver a los personajes que van a conformar nuestro grupo de héroes viviendo sus vidas antes de que el destino llamara a la puerta. Si a esto le sumamos que todos los personajes están bien diferenciados y, aún con una caracterización que se ve limitada por el hecho de que sean mudos en sus respectivos capítulos y luego sus líneas de diálogos se vieran drásticamente reducidas en los últimos capítulos al eliminarse de la localización la opción de hablar con los miembros del grupo, consiguen resultar increíblemente carismáticos y memorables. Esto es gracias al buen hacer narrativo del juego, por supuesto. Desde el principio se pone especial énfasis en presentarnos héroes de orígenes dispares y con distintos intereses, y poder interactuar con sus vecinos, familias en algunos casos, y demás pobladores de su país natal ayuda a que no tardemos en encariñarnos con ellos. Aún mientras escribo estas líneas puedo recordar con claridad las pequeñas aventuras individuales que cada uno de ellos vivió antes de que diera comienza la gran batalla contra el mal en el capítulo cinco, como de vez en cuando los capítulos se referenciaban entre ellos, potenciando la sensación de que estamos ante un mundo cohesionado, y como las distintas subtramas acababan desembocando naturalmente con la trama principal, de forma que todos los personajes tenían un motivo para formar parte del grupo de héroes y ninguno se sentía forzado en lo más mínimo. La historia en principio puede parecer sencilla y genérica, típica lucha del bien contra las fuerzas del mal, pero es importante no dejar de mencionar que el guión es increíblemente bueno, más si tenemos en cuenta la época en la que salió el juego a la venta originalmente. Pocos juegos contemporáneos podrían hacerle sombra en este apartado, seguramente ninguno en consolas. El mundo se siente vivo, gracias al diálogo de los NPCs escrito con mimo, y aunque a veces el uso de distintos acentos para diferenciar las regiones del mundo puede hacerse pesado, he de decir que una vez acostumbrado no me molesta en lo más mínimo y de hecho me parece una acertada decisión. Aunque el juego no llega a variar tan a menudo los textos de los NPCs, estos están llenos de personalidad y no se limitan a ser descripciones de los acontecimiento o peor, meras pistas sin sentimiento, como si no fueran más que carteles con patas. Los personajes son conscientes de los cambios en el mundo causados por las acciones de los héroes y esto resulta muy gratificante cuando hablas con ellos y ves que comentan alegremente las hazañas de tu grupo. La narrativa está perfectamente integrada en la jugabilidad, habiendo un puñado de truquillos narrativos muy buenos que se aprovechan de esto. El juego apenas usa escenas, la mayoría de información se transmite vía NPCs y el trasfondo está oculto en diálogos opcionales. Algunos puntos importantes de la trama están esparcidos en pequeños diálogos a lo largo y ancho del mundo y, como si se tratara de un puzzle, el jugador va comprendiendo mejor la historia del mundo y de su personaje protagonista según va viajando. De hecho, en particular los orígenes del protagonista, si bien nada especialmente rompedor, están manejados con un gusto exquisito y si uno explora detenidamente y habla con todo el mundo recibirá como recompensa el comprender uno de los momentos más emotivos del juego, momento que en principio pasa desapercibido porque inteligentemente el juego no proporciona al jugador el contexto adecuado para comprender lo acontecido hasta justo después. Son estos pequeños momentos de genialidad narrativa, y la conseguida sensación de viaje y aventura, los que hacen que un juego con una historia a priori simple destaque tanto y sea tan memorable. Comentar también que el villano de la función es uno interesante y carismático, aunque aparece menos de lo que me hubiera gustado en los cinco capítulos que componen la historia original. Personalmente he disfrutado mucho de la historia de fantasía y aventuras clásica que me ha presentado este Dragon Quets. Aunque por momentos pueda resultar demasiado humorística e incluso infantil a quienes busquen un juego más oscuro y serio en tono, es precisamente esto lo que lo hace tan especial en una industria que cada vez parece asociar, incorrectamente, más lo adulto con los colores apagados y las tramas serias y desprovistas de todo humor. Jugablemente no creo que sea posible encontrar JRPG más clásico que los Dragon Quest, lo cual es normal teniendo en cuenta que básicamente son los fundadores de este estilo de juego. Los encuentros son aleatorios, aunque dudo que la frecuencia llegué a molestar a veteranos del género, pues no es para nada alta, si puede ser frustrante para jugadores más acostumbrados a mecánicas más modernas. Los combates son por turnos puros y duros, sin ninguna clase de gimmick especial. Nuestros personajes pueden atacar con sus armas, usar magia que consume MP, o echar mano de alguno de los objetos que lleven encima. Sobre los objetos, cada personaje puede llevar sólo un número limitado consigo y, aunque existe una bolsa donde podemos almacenar una cantidad infinita de objetos, es importante recordar que en combate solamente tenemos acceso a aquellos que lleven encima los combatientes en ese momento. El juego no se limita a ser pura lucha de stats y hay bastantes opciones estratégicas que pueden ayudar a que el jugador pueda vencer sin necesidad de un nivel excesivo. Los debuffs y sobre todo los buffs juegan un papel esencial en esto. Saber aprovechar el limitado MP de los magos también es increíblemente importante, más teniendo en cuenta que no se pueden comprar objetos para restaurar puntos de magia. Por desgracia aún así el juego cuenta con un notorio pico de dificultad en su ecuador que sí obligará al jugador a dejar de lado el avanzar en la historia principal para entrenar un puñado de niveles. Por lo demás, está sorprendentemente bien equilibrado tratándose de un juego de 1990, aunque a decir verdad desconozco si el juego fue rebalanceado en los sucesivos remakes y en esta versión para DS, lo cual es lo más probable. Fuera de los combates exploramos un mundo bastante extenso y con un mapamundi muy bien diseñado. Durante los primeros cuatro capítulos nuestras posibilidades de exploración se ven limitadas a distintas regiones del mundo de Dragon Quest IV, sin embargo, una vez en el capítulo cinco no tardamos en conseguir el barco y entonces el mundo entero se abre ante nosotros. En ese momento es un gustazo navegar sin rumbo y encontrarse una aldea aislada en una isla solitaria, un palacio donde intercambiar minimedallas (coleccionables que podemos encontrar escondidos en diversos lugares por todo el mundo) por tesoros o un panteón a los reyes caídos sellado tras una puerta aparentemente infranqueable. Además, Dragon Quest IV casi siempre recompensa al curioso, ya sea con objetos raros o alguna pista sobre donde se encuentra alguno de los tesoros legendarios que tendremos que haber reunido para el final del juego. Dentro de las aldeas y ciudades podemos hablar con todo el mundo, entrar en todas las casas y, lo más importante, romper todos los barriles y jarrones, así como abrir todos los armarios y cajones. Hay algo adictivo en sencillamente rebuscar hasta el último recoveco de un poblado y encontrar algún objeto para vender, o incluso alguna que otra buena pieza de equipo. Hablando del equipo, en Dragon Quest las tiendas suelen ofrecer siempre equipo del nivel adecuado para la zona actual y equipo de nivel superior a mayor precio, dando la opción al jugador de si quiere la mejora inmediata o empezar a ahorrar ahora para la superior mejora a largo plazo. Comentar también que el juego tiene ciclo día y noche, y que los diálogos de los NPCs cambian en función de si es de día o de noche. Por último comentar que aunque el juego no tiene ningún minijuego realmente destacable si existe un, ya característico de la saga, casino, donde poner a prueba nuestra suerte y quemar algo de dinero con la esperanza de ganar fichas para canjearlas por algún objeto raro. El juego no te dice nunca directamente a donde ir una vez conseguido el barco. Es el jugador el que debe hablar con los distintos NPCs e investigar por su cuenta para averiguarlo. No es especialmente difícil y sería raro que alguien se atascara durante mucho tiempo. Esto en realidad no hace sino potenciar la sensación de viaje que tras jugar a ésta y a la quinta entrega, he llegado a considerar lo más importante de esta saga. Por desgracia no hay muchas mazmorras y las que hay no son especialmente memorables en ningún sentido. A decir verdad tampoco es que haya muchos jefes y hacia el final el juego usa algún que otro recolor de enemigos normales o jefes anteriores para la última tanda de jefes antes de la última mazmorra. Es en cosas como está donde hace ver su edad. También es verdad que el grupo de héroes no está bien equilibrado, habiendo algunos que destacan demasiado sobre otros hasta el punto que sencillamente no merece la pena usarlos nunca. Los personajes que no participen en combate aguardan en el carromato y, siempre y cuando tengamos acceso al mismo, podemos rotar los personajes en mitad de una batalla sin penalización. Además, todo personaje en el carromato gana experiencia aunque no participara para nada en el combate. Eso sí, generalmente no podemos llevarnos con nosotros el carromato a cuevas, castillos u otros tipos de mazmorras, así pues muchas veces nos veremos limitados a los cuatro personajes de nuestra elección, por lo que es importante elegir bien antes de entrar en una mazmorra. Hay pocas cosas negativas que se puedan decir de Capítulos de los Elegidos si tenemos en cuenta su edad. Su sistema de encuentros es arcaico a día de hoy, tiene ciertos problemas de balanceo y carece completamente de mazmorras interesantes. Es posible que la selección de temas también sea algo escasa y la inexplicable ausencia del comando para hablar en cualquier momento con los miembros del grupo de la versión occidental (presente en la original japonesa) es una pérdida enorme se mire por donde se mire. Sin embargo dicha opción no existía en la versión original para NES y todo lo demás también es perfectamente justificable si tenemos en cuenta que el juego es originario de dicho sistema. Al final he disfrutado muchísimo de Dragon Quest IV, casi tanto como disfrute el año pasado de Dragon Quest V. Y pensar que originalmente no me llamaba la saga. En definitiva, Dragon Quest: Capítulos de los Elegidos es una... Joya. |
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