Flotando sobre el frío espacio una silenciosa nave orbitaba un misterioso planeta... Al aterrizar uno rápidamente se percata de que algo anda mal en el lugar, pues no parece haber movimiento en la nave más allá de unos pequeños y molestos parásitos. Avanzando entre cadáveres es cuando de repente uno de los piratas espaciales aparentemente fallecidos levanta su pistola y dispara con su último aliento y sin mediar palabra. Una vez eliminada la amenaza seguimos exactamente igual que empezamos, preguntándonos que ha podido suceder en tan tétrico lugar. Tras enfrentarnos al fruto de los experimentos piratas, el Parásito Reina, una amenazante cuenta atrás nos anuncia la inminente explosión de la fragata espacial. En el proceso de huida un monstruoso dragón gigantesco, viejo conocido por los asiduos a este universo, llamado Ridley hace estelar aparición para e última instancia volar rumbo al planeta. Lo que toca ahora es seguir su rastro y descender a la superficie lluviosa de Tallon IV.



Para nuestra desgracia, durante la fuga se han perdido básicamente todas las funciones de nuestra armadura espacial, la cual sigue siendo guay, pero ahora en versión "nos van a dar hasta en el carnet de identidad". Básicamente nos encontramos abandonados en un planeta deshabitado, lleno de peligrosas criaturas y totalmente indefensos, mirando a través de los ojos de una encantadora y callada señorita (que en un futuro sufriría una crisis de identidad y pasaría a no cerrar el pico ni debajo del agua, pero bueno, eso no viene a cuento en este momento).



La exótica jungla bajo eterna lluvia es solo uno de los múltiples parajes que nos esperan. Las ruinas de una antigua civilización, la misma en cuyos ancestrales textos esperan las respuestas a los secretos de este planeta, pobladas ahora solo por el mal y cuyas aguas contaminadas presentan tanto peligro como la mala hierba. Es también el hogar de unos aterradores espectros, cuya presencia hiela la sangre... O al menos las primeras veces, cuando llevas unos quince encuentros y te sabes de memoria en que salas aparecen pierden un poco el encanto, pero bueno, lo que se dice seguir siguen molando.



También tenemos unas complejas cavernas infestadas de lava entre las que deberemos estar atentos a cualquier rincón, pues una columna de piedra perfectamente normal podría esconder una de las claves para descubrir la verdad sobre Tallon IV. Caer en la lava o intentar atravesar Magmoor sin la protección adecuada será casi siempre sinónimo de muerte. En realidad, el viaje por este planeta es en general un proceso constante de crecimiento en el cual poco a poco iremos ganando poder que abrirá nuevas areas y hará que otras que antaño nos parecieron aterradoras por su peligrosidad sean un mero paseo. ¿El final del viaje? Conocer cada esquina, la localización de los puntos de guardado, de las estaciones de munición... Y convertirnos en el ser más poderoso sobre la superficie de Tallon IV.



Si hay zona de este salvaje mundo por encima de las demás, un lugar de desolación colmado de peligros y que al mismo tiempo ofrece una extraña sensación de calma... Ese lugar es Phendrana, el mundo congelado. Las ruinas de un antiguo templo, perteneciente a los mismos hombres pájaro que poblaron el planeta antaño, contrastan con los modernos laboratorios donde los piratas espaciales desarrollan armas biológicas. A su vez visitaremos cuevas de hielo, un lago y un risco... Sin olvidarnos del impresionante páramo cubierto de nieve, sencillamente magistral. Ahora voy a hacer hincapié en una escena concreta que el viajero se encontrará en este lugar, concretamente en sus laboratorios. Tenemos una peligrosa arma biológica, un Metroid, encerrado tras un cristal. Si escaneamos el cristal veremos como casi parece que farde de su resistencia y capacidad para contener a la criatura. Nos acercamos y no pasa nada... Entonces nos volvemos y seguimos nuestro camino cuando... ¡Las luces se apagan y oímos como el cristal se rompe! En fin, fácil imaginarse que vendría a continuación, ¿cierto?



Finalmente tenemos las Minas de Phanzon donde los piratas creen estar a punto de culminar su diabólico plan. No es un lugar recomendable para unas vacaciones, ni siquiera si eres una experimentada cazarrecompensas. tenemos un largo camino (quizás demasiado) lleno hasta los topes de enemigos, torretas, metroides y Phanzon (como no) tóxico. Todo para culminar en la batalla contra el pirata definitivo.



En mi anterior entrada de esta sección, hablo de como en un mundo sus personajes juegan un papel fundamental, en este caso concreto es justo lo contrario. Es la falta de vida la que hace que Tallon IV sea especial. Y no sólo eso, y es que en este humilde texto jamas podría abarcar todos y cada uno de los secretos que Tallon IV se guarda bajo la manga. Es cuestión de los que decidan adentrarse en este mundo el descubrir el secreto tras la lluvia que se detiene en el aire, encontrar el sagrado templo donde la verdadera misión les será revelada, atravesar la fragata hundida y enfrentarse al enorme dragón bajo la lluvia... Y quizás alcanza la última zona, donde el verdadero enemigo aguarda, el Cráter del Impacto. Para lograrlo, será preciso vencer a la soledad y adentrarse en uno de los más ricos y mágicos mundos que existen.