Los últimos días, con el rumor cada vez más fuerte de un nuevo Yoshi´s Island para WiiU, me ha dado por rememorar viejos (no tan viejos si contamos un par de rejugadas) tiempos con mi plataformas 2D favorito de todos los que he tenido el placer de jugar. Uno de los principales motivos que me atraen a esta joyita una y otra vez no es otro sino el de revivir mi momento épico predilecto en la historia de la saga del fontanero italiano...
(Pone Final Boss en el vídeo y es bastante obvio de que voy a hablar, pero por si acaso yo aviso: SPOILERS) Ese escenario nocturno con el alba asomando en el horizonte... La batalla final sobre el castillo destrozado y sobre todo el Bowser gigantesco que lento y amenazante se alza con un estremecedor rugido. Ah, y el temazo de aquí encima sonando de fondo, por supuesto. Quizás la melodía mas cañera y rockera de la saga. El monstruo acercándose cada vez más a la pantalla... Puff, solo de recordarlo me entra un escalofrio, lo dicho, pedazo batalla. La verdad es que de cumplirse el rumor espero que Nintendo sepa crear un juego a la altura y sobre todo vuelvan a sorprenderme como lo hizo esta batalla en su día, algo que, tras la saturación de Bowser gigante que hemos vivido en las últimas entregas, será difícil. Publicado: 15:42 28/11/2012 · Etiquetas: articulo, Earthbound, mis mundos favoritos, Mother, mother 2 · Categorías:
Son muchos los mundos que en mis viajes he conocido. Muchas las tierras que estos pies han pisado a lo largo de heroicas epopeyas o largos periplos en soledad. Así pues, no es de extrañar que no hayan sido precisamente pocos los parajes que han maravillado estos ojos e inspirado mi pobre corazón. Me dispongo en estas crónicas a describir aquello que lleno mi alma, esperando con mis palabras ser capaz de transmitir al menos un ápice de la belleza de tales mundo.
En este mundo hay un hombre, un extraño personaje que en diversas ocasiones paralizará la marcha de aquellos viajeros que se aventuren en tan curiosas tierras para, sin razón ni cargo, guardar a modo de instantánea un simple recuerdo, uno que quizás en el preciso momento no parecerá gran cosa... Pero será al finalizar su aventura cuando el viajero despistado se percate de todo lo que le debe a aquel hombre: un almacén de momentos. En este mundo hay grandes edificios y rápidos vehículos que cruzan las calles sin dilación. No hay bosques encantados pero si lujosos hoteles y un hombre que sueña con convertirse en una mazmorra. Quizás no encuentres brujas y princesas, pero si una secta adoradora del color azul y una pequeña damisela en apuros, prisionera en un lejano valle. Me han dicho que no puedo montar sobre un dragón para atravesar estos lares, sino que debo recurrir a algo conocido bajo el nombre de autobús. Curioso vehículo, que presto atraviesa los túneles que conectan las principales ciudades de este encantador paisaje urbano. Más curiosa es la melodía que acompañó el camino la primera vez que tome este transporte, una alegre tonada que rápidamente quedo grabada a fuego en mi memoria... Y no sería la primera ni la última. En este mundo hay ciudades de divertido nombre, tales como Onett, Twoson, Threed, Fourside... Si, en ese orden. Onett es la más pequeña de entre todas, pero al mismo tiempo es uno de esos sitios donde es imposible aburrirse. De un día para otro cae un meteorito sobre su alta colina e insta a un joven a partir en épica odisea, tampoco nos olvidaremos de su librería y los simpáticos agentes de policía , quizás demasiado seguros de su propia fuerza. Tampoco me olvidó de los Shark, maleantes locales en desternillante atuendo. En Twoson hay un parque. Bueno, también hay hippies pero vamos a centrarnos en el parque. Aquí no hay cuevas místicas, no, hay un mercadillo y un par de ladronzuelos pasándose de listos. En la escuela los niños juegan y aprenden entre risas y más allá espera el valle y la ya antes mentada damisela esperando ser salvada por su príncipe azul. Luego esta Threed, la ciudad zombie... Un momento, ¿¡qué!? Si es que desde luego este es un mundo que nunca aburre. Zombies y asustados ciudadanos, todo enmarcado en un ambiente de vieja película de terror. ¿Podrá el viajero intrépido limpiar la ciudad de monstruos? Y al hacerlo, si lo hace, ¿que imagen de Threed le dará la bienvenida con un nuevo amanecer? Es, en cierto modo, una ciudad con dos caras y es tarea del aventurero luchar para descubrir la otra versión de Threed. Fourside es la más grande de entre las urbes que componen el peculiar paisaje de este país lejano. El teatro y el museo o el gigantesco centro comercial, así como el altivo rascacielos del multimillonario que en lo más alto se oculta, son claras muestras del excelso nivel de urbanización que alcanza este paraje. Discurren por debajo de la ciudad una red de sucias alcantarillas que, de algún modo, contrastan con la pulcra y ordenada población que se presente imponente ante todo aquel que pisa su umbral por primera vez. Pero esto no es absolutamente nada comparado con "el otro lado" de Fourside... O mejor dicho: "el lado de la luna", Moonside. Como bien diría uno de los excéntricos habitantes de Moonside: Nuestra ciudad no es maravillosa, nuestra tierra es horrible, no te lo pasarás de muerte por aquí ni verás obras de arte flotar y desde luego no osaríamos abusar de las luces de neón. Pero el maravilloso mundo de Eagleland y sus alrededores no acaba ahí, pues aún veo necesario hablar de la tierra del invierno eterno y la criatura del lago, Winters, sin olvidar el desierto de los monos parlantes y la ciudad flotante donde se guardan los secretos del Mu. Y luego esta Summers, mitad complejo vacacional, mitad pueblo de pescadores. Con un club exclusivo donde la gente se dedica al arte de la filosofía y seguramente el más caro lujoso entre los hoteles en los que he descansado. Y Summers nos lleva a Scaraba, con sus pirámides y exótico ambiente, eso si, tendrá el aventurero de turno sortear a la bestia de los mares, al mismísimo Kraken, si quiere pisar la misma arena sobre la que se levanta la esfinge. Y sólo para aquellos capaces de desvelar el misterio de la pirámide, reina de pirámides, y atravesar el mar en un submarino amarillo, el mundo desvelará su último secreto... La Oscuridad. Y más allá de negros y pantanosos caminos el pueblo más tímido que ha existido jamas, que habitan sobre el mundo perdido y colosal de los no meno gigantescos dinosaurios. Pero, ¿qué seria de un mundo sin sus habitantes? Y es que Eagleland no decepciona tampoco en este sentido. No puedo sino recomendar a todos los que decidan abandonar el hogar y lanzarse a la aventura por esta tierra el detenerse a conversar con todo ser que lo habita... A reírse con ellos y escuchar sus palabras no una, sino todas las veces que hagan falta. Quizás si miras con cuidado a tu alrededor, si no dejas piedra sin remover y no haces oídos sordos a todo lo que la simpática sociedad de personajes que pueblan cada rincón logres reunir las antiguas melodías y visitar en los confines del mundo la tierra de Magicant y la cueva que une pasado y presente... Es realmente fácil dejarse atrapar por este mundo en particular, solo disfruta de su original ambiente, quizás te recuerde mucho a tu propio mundo pero además impregnado de una magia especial. Déjate envolver por su música, disfruta de los artistas que para ti tocan alegres melodías y surca los cielos si te atreves a bordo de un platillo volante. Jugar en Eagleland depara risas sin igual, con unos personajes y situaciones teñidos de genial humor, pero también guardará en lo más hondo tiempo para una o dos lágrimas. Y cuando contemples aquel álbum de fotos agradeceras en silencio por los recuerdos, y es que Earthbound es, a fin de cuentas, como la vida misma: Sonrisas y lágrimas. |
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