Es frecuente, muy común, tanto que casi diría que es instintivo, que alguien considere que lo malo de una situación, hecho u objeto, no lo es tanto, porque hay o ha habido una situación, hecho u objeto peor aún. Todos conocemos la típica situación:

Sujeto 1:
  - Qué mal (por lo que sea)
Sujeto 2:
  - No te quejes, que a mi [...] (situación peor todavía).

Se me ocurrió escribir esto cuando en la radio escuché a Antonio Fraguas Forges (que por otra parte, por lo que le he oído hablar es un tipo simpático), mientras comentaban algo que se ha propuesto en Galicia: compartir allí el huso horario de Portugal. En mi opinión es algo lógico, pero no voy a entrar en eso ahora. El señor Fraguas Forges argumentaba contra la propuesta, que en Galicia hay cosas más importantes que hacer, poniendo como ejemplo que la red de carreteras gallega es la peor de España. Sin importarme ya sobre qué se discute, diré: ¿y qué tiene que ver la velocidad con el tocino? Ni que una cosa quitase la otra. Ciertamente en este caso no es nada trascendental el tema del huso horario pero, el que haya cosas más importantes, no resta importancia al tema que se está tratando.

Y es que siempre, siempre, cuando alguien se queja de algo, o propone que hay que cambiar alguna cosa que le pueda parecer importante, surge el/la típico/a tipo/a que no puede evitar pisotear lo que se dice afirmando que hay algo peor/más importante. Particularmente frecuentes son las situaciones como la que he ejemplificado al principio. Pondré un ejemplo concreto, un caso real:

Servidor:
  - Vaya mierda de horario tengo, tengo que venir tres días por la tarde a la semana...
Otra persona, visiblemente alterada:
  - ¡¿Y tú te quejas?! Pues yo [...] (tras lo que suelta una enorme lista de cosas que tiene que hacer semanalmente).

¡Pues sí, sí que me quejo! ¿Acaso por haber alguien peor que yo, ya no tengo derecho a quejarme de mi situación? Puestos a eso, no nos quejemos nunca, porque siempre habrá alguien en un peor caso. Uno suele sentir la necesidad de quejarse aunque sea un poquito cuando la situación no le favorece. Es normal, digo yo.

También es asquerosamente frecuente (al menos desde mi experiencia) ver, cuando alguien se lamenta porque ha ocurrido una desgracia "a pequeña escala" (como puede ser, un asesinato/muerte horrible de una persona o animal), a alguien que llega para tachar a todos de hipócritas, porque en el mundo hay casos todavía mucho peores (como la pobreza de millones de personas), y ahí están, lamentando el caso "pequeño", en lugar de hacer algo por los casos "masivos". No hace falta decir ya, lo que pienso de comentarios de ese estilo.

Otro ejemplo que me parece también bastante cargante, es cuando un examen te sale mal, y viene el que te dice: ten en cuenta que están todos como tú o peor... (este nunca falta, siempre hay alguien que lleva a cabo este papel).

...

¿Y qué coño importa cómo estén los demás? Pobres de ellos, pero ¿acaso eso mejora mi resultado? Mal de muchos, consuelo de tontos, que dicen.

No por ser los demás unos desgraciados, está uno más agraciado.

Saludos.