Publicado: 17:39 12/03/2008 · Etiquetas: · Categorías: HISTORIAS, RELATOS Y DEMÁS SUCESOS TERRORÍFICOS
A lo largo del tiempo, el hombre siempre ha deseado conocer lo desconocido, comprender su propia existencia y conocer si realmente existe “el otro lado” y que depara, conocer qué se esconde tras el velo de nuestra realidad cotidiana y sobre todo, poder tener control sobre lo sobrenatural. Sin embargo, la racionalidad y la ciencia han ido evolucionando a lo largo de la historia mostrándonos una realidad más factible, controlable, asumible, medible, cuantificable y sobre todo, más racional. Pero pese a dicho avance científico y tecnológico, nadie puede explicar a ciencia cierta qué hay tras la muerte, pese a que hay personas que han sufrido experiencias cercanas a ella. Simplemente lo podemos presuponer. Desde el punto de vista racional, el cuerpo se descompone y se transforma en otro tipo de materia en estado inerte. Y la esencia del hombre, su presencia, conocimiento, aportaciones, relaciones, etc. dejan de existir salvo por el recuerdo en la mente de otras personas. Pero, metafísicamente hablando, una persona muerta ¿deja de existir realmente? ¿O pasa a un plano etéreo que no podemos explicar a día de hoy desde nuestra experiencia y conocimiento? ¿Y si alguien hubiese cruzado el velo o hubiese “visto” qué hay al otro lado y nos lo hubiese intentado relatar? Lo tildaríamos de loco. Pero si estuviese en lo cierto, la necesidad de conocimiento de lo “desconocido” y sobre todo, el poder controlar esas fuerzas etéreas y poderes sobrenaturales poseerían un valor incalculable además de otorgar un inmenso poder. Parece ser que alguien ya entró en contacto con el “otro lado” e intento plasmarlo a través de la escritura en la obra que nos ocupa, AL-AZIF, más conocido como NECRONOMICÓN, el libro de los muertos, en el que se nos muestra cómo entrar en contacto con otros espíritus y deidades a través de diversos conjuros. El título original del Necronomicón, era Al-Azif, siendo Azif el término utilizado por los árabes para designar el ruido nocturno (producido por los insectos) que, se suponía, era el murmullo de los demonios. Escrito por Abdul Al Hazred, un poeta loco huido de Sanaa al Yemen, en la época de los califas Omeyas hacia el año 700. Visitó las ruinas de Babilonia y los subterráneos secretos de Menfis, y pasó diez años en la soledad en la Ciudad sin nombre del gran desierto que se extiende al sur de Arabia, el Roba el-Khaliyeh, o "Espacio vital" de los antiguos, y el Dahna, (Arabia Saudí) o "Desierto Escarlata" de los árabes modernos. Se dice que este desierto está habitado por espíritus malignos y monstruos tenebrosos. Todos aquellos que aseguran haber penetrado en sus regiones narran sucesos extraños y sobrenaturales. Durante los últimos años de su vida, Al Hazred vivió en Damasco, donde escribió el Necronomicón (Al-Azif) y por donde circulan terribles y contradictorios rumores sobre su muerte o desaparición en el año 738. Su biógrafo del siglo XII, Ibn-Khallikan, cuenta que fue asesinado por un monstruo invisible en pleno día y devorado horriblemente en presencia de un gran número de aterrorizados testigos. Se cuentan, además, muchas cosas sobre su locura. Pretendía haber visto la famosa IIrem, la Ciudad de los Pilares, y haber encontrado bajo las ruinas de una “inencontrable” ciudad del desierto, los anales secretos de una raza más antigua que la humanidad. No participaba de la fe musulmana y adoraba a unas desconocidas entidades a las que llamaba Yog-Sothoth y Cthulhu entre otros, algunos de los cuales se hacen referencia en obras de autores como H. P. Lovecraft. En el año 950, el Azif, que había circulado en secreto entre los filósofos de la época, fue traducido ocultamente al griego por Theodorus Philetas de Constantinopla, bajo el título de Necronomicón. Durante un siglo, y debido a su influencia, tuvieron lugar ciertos hechos horribles, por lo que el libro fue prohibido y quemado por el patriarca Michael. Desde entonces se poseían más que vagas referencias del libro, pero en 1228, Olaus Wormius encontró una traducción al latín que fue impresa dos veces, una en el siglo XV, en letras negras (con toda seguridad en Alemania), y otra en el siglo XVII (probablemente en España). Ninguna de las dos ediciones lleva ningún tipo de aclaración, de tal forma que es sólo por su tipografía por lo que se deduce su fecha y lugar de impresión. La obra, tanto en su versión griega como en la latina, fue prohibida por el Papa Gregorio IX, en el 1232, poco después de que su traducción al latín fuese un poderoso foco de atención. La edición árabe original se perdió en los tiempos de Wormius, tal y como se dijo en el prefacio (hay vagas alusiones sobre la existencia de una copia secreta encontrada en San Francisco a principios del siglo XX, pero que desapareció en el gran incendio). No hay ningún rastro de la versión griega, impresa en Italia, entre el 1500 y el 1550, después del incendio que tuvo lugar en la biblioteca de cierto personaje de Salem, en 1692. Igualmente, existía una traducción del doctor Dee, jamás impresa, basada en el manuscrito original. Los textos latinos que aún subsisten, uno (del siglo XV) está guardado en el Museo Británico, y el otro (del sigo XV) se halla en la Biblioteca Nacional de París. Una edición del siglo XVII se encuentra en la Biblioteca de Wiedener de Harvard y otra en la biblioteca de la Universidad de Miskatonic, en Arkham; mientras que hay una más en la biblioteca de la Universidad de Buenos Aires. Probablemente existían más copias secretas, y se rumoreaba persistentemente que una copia del siglo XV fue a parar a la colección de un célebre millonario americano. Existe otro rumor que asegura que una copia del texto griego del siglo XVI es propiedad de la familia Pickman de Salem; pero es casi seguro que esta copia desapareció, al mismo tiempo que el artista R. U. Pickman, en 1926. La obra está severamente prohibida por las autoridades y por todas las organizaciones legales inglesas. Su lectura puede traer consecuencias nefastas. Se cree que R. W. Chambers se basó en este libro para su obra “El rey en amarillo.” Cronología Al-Azif es escrito en Damasco en el 730 por Abdul Al-Hazred. Traducción al griego con el título de Necronomicón, a cargo de Theodorus Philetas, en el 950 El patriarca Michael lo prohíbe en el 1050 (el texto griego). El árabe se ha perdido. En 1228, Olaus traduce el texto griego al latín. Las ediciones latina y griega son destruidas por Gregorio IX en 1232. En 14... (?) aparece una edición en letras góticas en Alemania. En 15... (?) el texto griego es impreso en Italia. En 16... (?) aparece la traducción al castellano del texto latino. Al Azif: Fragmentos Del Necronomicón: Descifrados de un criptograma isabelino único por David Langford Reconstruido, con ciertas adiciones necesarias y un prólogo explicativo por Robert Turner. “En la presentación del siguiente texto me he atenido estrictamente al orden del temario original que se mantiene en el criptograma de John Dee. Aquellas partes en las cuales se han omitido los títulos, las ofrezco bajo otro que encaja con el contenido de la correspondiente sección del manuscrito. De hecho, sólo cuatro de los dieciocho fragmentos individualizados que forman el manuscrito tenían titulo. Los he presentado tal como sigue: DE LOS DIVERSOS SIGNOS, LA VOZ DE HASTUR, DE KADATH EL DESCONOCIDO y PARA INVOCAR A YOG-SOTHOTH (partes IV, X, XII y XIV respectivamente). Mis razones para adoptar estos títulos quedarán bien evidentes con una atenta lectura de las partes más sobresalientes del texto. Para evitar las confusiones que invariablemente surgen cuando se trabaja con manuscritos escritos antes de la normalización del lenguaje, he adoptado un sistema que creo mantiene fielmente el tono y la atmósfera del texto original participando, al mismo tiempo, de las ventajas del inglés moderno. Las variaciones de la ortografía fueron también un factor primordial en la traducción de los diversos nombres de los entes: Yog-Sothoth venia dado por Yugsoggoth y Jogshothoth; Hastur como Haystir, H'stre y Haaztvr; Cthulhu como Cethulv, etc. Por tanto, en interés de la coherencia y la inteligibilidad, en todos los casos he adoptado en todo momento las ortografías reconocidas por los modernos estudiosos de los Ritos Cthulhu. Los diagramas que aparecen en el texto se han extraído de tres fuentes: la primera, de las laboriosas y complejas descripciones indicadas en el cifrado. En segundo lugar, de un sistema de cuadrado mágico inherente al criptograma, que se basa en una lámina clave que proporciona la necesaria secuencia de líneas de interconexión empleadas para formar figuras lineales representadas en el texto. En tercer lugar, de algunas obras independientes sobre magia a los que se hace referencia en el criptograma; The Clavicules of Solomon y Three Books of Occult Phylosophy de Cornelio Agripa, por citar sólo los principales. Y en cuarto lugar, de una combinación de los tres métodos indicados. Los diagramas del Circulo de Piedra y los Signos que deben darse tienen su origen en la primera fuente (ver partes III y IV). El Alfabeto de Nug-Soth y la figura de la Fórmula de Dho-Hna (La telaraña en ángulo), el Signo mayor y el Sello de Koth se deducen de la segunda (ver partes IX, XVIII y IV). Con el tercer método se obtuvieron los caracteres Marte y Saturno que se indican en EL INCIENSO DE ZKAUBA (parte V), (cotéjese con Three Books of Occult Phylosophy, de Cornelio Agripa), y de forma parecida, los símbolos a grabar en la Cimitarra de Barzai (parte VIII) se tomaron de un manuscrito del siglo XVI de la Llave de Salomón (ver manuscrito adicional 36.674, Biblioteca del Museo Británico). Todos los demás diagramas se construyeron de acuerdo con el cuarto método. Por ejemplo, el contorno básico del Círculo de Evocación indicado en la parte XIV del texto se tomó del sistema de cuadrados mágicos, trazando líneas entre los puntos tal como se indica. Los símbolos Planetario y Zodiacal que ocupan los ángulos del octograma del texto descriptivo, así como las figuras de las constelaciones Aldebarán, Caput Algol, Cor Scorpii y Las Pléyades, del Second Book of the Occult de Cornelio Agripa (páginas 320 a 323}. La inscripción en el Talismán de Yhe es la pelambre ORKA traducida al Alfabeto de Hichus el Adivino, tomada, tal como se indica en el criptograma, de The Polygraphia de Abbot Trithemius. Como tanto Trithemius como Agripa emplearon el simbolismo procedente de fuentes increíblemente antiguas, las referencias que hay en el cifrado sobre The Polygraphia y Three Books of Occult Phylosophy (ambos del siglo XVI) arrojaron poca luz sobre la antigüedad real del Necronomicón. De la misma forma, muchos de los sellos y caracteres indicados en The Key of Solomon son de origen desconocido y, sin duda, de fecha anterior a las más antiguas versiones conocidas de la obra. Todo lo que puede decirse con alguna certeza es que la existencia del Necronomicón implica la supervivencia de una tradición que se remonta muy lejos, hasta el oscuro y lejano pasado. ¿Hasta dónde? Nunca podremos saberlo.” Referencias y aportaciones de H. P. Lovecraft Por su parte, Howard Philips Lovecraft, tal y como hemos comentado anteriormente, realizó a lo largo de distintas novelas referencias a un libro que según relataba contenía fórmulas mágicas para la invocación de demonios, además de dejar entrever un conocimiento particular de la relación espacio-tiempo. Muchos lectores trataron entonces tratar de localizar una copia impresa de aquel misterioso libro, pero sus resultados fueron infructuosos. Lovecraft sin embargo ofrecía poco a poco más detalles sobre aquella obra. Así afirmaba que la biblioteca Widener de la Universidad de Harvard atesoraba dentro de una caja fuerte una de las cuatro copias disponibles, puesto que el original fue destruido. Aquel libro fue escrito por el poeta Abdul Al-Hazred durante el siglo VIII. A mediados del siglo X, la obra fue traducida al griego por Theodorus Philetas con el título de Necronomicón, trabajo que realizó en el más absoluto de los secretos, pero que no evitó que el patriarca Miguel tratase de destruir todas las copias sin conseguirlo. En 1228, Olaus Wormius tradujo la obra al latín. A pesar de la persecución, según Lovecraft se realizaron distintas impresiones en España y Alemania durante el siglo XVII. Hoy, además de la copia de la Universidad de Harvard, quedan algunos fragmentos dispersos en Simancas, y tres ejemplares completos más, una copia del siglo XV que está en la Biblioteca Nacional de París, otra en la Universidad de Miskatonic en Arkham (EEUU) y otra en la Universidad de Buenos Aires. Sin embargo, El Libro de los Nombres Muertos, Necronomicón o Al Azif, uno de los libros más temidos, perseguidos y buscados durante toda la Historia, presumiblemente no existe. Pero sobrevive y distintos están dedicados a aquel libro que sacado de la mente de un autor creó una auténtica leyenda que abocaba a distintos investigadores a suplicar el acceso a aquel texto en las universidades en las que se supone se custodiaba. Curiosamente, la Universidad de Miskatonic no existe en la realidad, pero sí dispone de página web propia (o varias). En cualquier caso, la leyenda en torno a este libro no nos debe de sorprender, ya que no se trata de un hecho aislado. Muchos son los libros que citados por distintos autores que no existen ni existieron (Como “Los Protocolos de los Sabios de Sión”), aunque tampoco hay que ir a la rama ocultista para encontrar enigmas de este tipo como es el caso del Segundo Libro de Poética de Aristóteles de “El nombre de la rosa”. Como una curiosidad más, en la Universidad de California se descubrió en el Archivo de la Biblioteca General una ficha muy bien elaborada sobre un ejemplar del Necronomicón. A continuación, dejo un link del Necronomicón de John Dee, cuyo apartado más interesante puede ser el “V”, a partir de la página 47, centrado en los fragmentos del mismo y en los que se relata cómo realizar invocaciones, conjuros y demás aspectos. Acceso al NECRONOMICON traducido al castellano Por último y entrelazando el presente tema con el ámbito videojueguil, mencionar desde un punto de vista subjetivo, que el título que mejor representa la esencia del Necronomicón, es el Eternal Darkness, desde la propia presentación del libro de las tinieblas, (clara alusión al Necronomicón), hasta un sin fin de guiños tales como la ubicación de las piedras de poder que absorben a Pius Augustus, los criptogramas y símbolos, la cimitarra utilizada por algunos personajes, los nombres y el aspecto de las deidades y los espíritus, los conjuros, las ubicaciones geográficas, fechas y acontecimientos, la “locura” intrínseca y un sin fin de aspectos. Publicado: 16:52 05/03/2008 · Etiquetas: · Categorías: RESIDENT EVIL
En esta ocasión, presentamos una serie de documentos que pueden ser de interés para algunos de los eruditos en la saga “Residenteviliana”. El presente documento está sustraído de la siguiente Fuente por lo que hay que agradecer tanto a la fuente original en sí como a las personas citadas en la página 4. Centrándonos en el documento que presentamos a continuación, podemos observar que está compuesto de las famosas, relevantes y reveladoras notas del diario de Trevor (que se cumplimenta con su correspondiente traducción aquí) así como los sucesos previos al incidente de la mansión, pero teniendo en cuenta que todavía no se tenían contemplados los acontecimientos sucedidos en Resident Evil 0. Espero que os sea interesante aunque este en el idioma de Shakespeare. Página 01 Página 02 Página 03 Página 04 Página 05 Página 06 Página 07 Página 08 Página 09 Página 10 Página 11 Página 12 Página 13 Página 14 Página 15 Página 16 Página 17 Página 18 Página 19 Página 20 Página 21 Página 22 Página 23 Página 24 Página 25 Página 26 Página 27 Página 28 Página 29 Página 30 Página 31 Página 32 Página 33 Página 34 Página 35 Página 36 Página 37 |
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