Publicado: 10:59 10/11/2008 · Etiquetas: · Categorías: HISTORIAS, RELATOS Y DEMÁS SUCESOS TERRORÍFICOS
El 26 de abril de 1986 un error humano causó el accidente nuclear más grave de la historia. Tal vez muy pocos recuerden o ya no le presten importancia al suceso del 26 de abril de 1986 donde tuvo lugar una catástrofe sin precedente en la historia de la industrialización: el reactor nº 4 de la central nuclear de Chernóbil, en Ucrania, sufría un grave accidente con fusión del núcleo que provocó la liberación de toneladas de material altamente radiactivo a la atmósfera. La cantidad de radiactividad liberada al medioambiente fue unas 200 veces mayor que la desprendida conjuntamente por las bombas atómicas lanzadas en 1945 por Estados Unidos en las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki. Los elementos radiactivos expulsados a la atmósfera (entre otros: iodo 131, cesio 137 y 134, estroncio 90 y plutonio 239) crearon masas de aire contaminado: la nube radiactiva. Esta, arrastrada por el viento, no sólo afectó a la zona próxima a la central sino que viajó miles de kilómetros contaminando grandes áreas de Bielorrusia, Ucrania, Rusia, amplias zonas de Asia y la mayor parte de Europa. La nube radiactiva alcanzó incluso a Francia y España, especialmente Cataluña y Baleares. Una parte importante de las emisiones de radiactividad (un 25%) se produjo en las 24 horas que siguieron a la explosión que tuvo lugar en el reactor; el resto fue emitido en el transcurso de los nueve días siguientes que duró el intenso incendio que se declaró. En la extinción del fuego y otras tareas de urgencia en los días inmediatos al accidente, intervinieron cerca de 800.000 personas (los llamados "liquidadores"). Estos, trabajaron apenas sin protección y sin que se controlara las elevadas dosis de radiación que recibían. Como confirman los datos proporcionados por los Gobiernos bielorruso, ucranio y ruso, el accidente de Chernóbil está ya cobrándose decenas de miles de víctimas entre los liquidadores. Según datos oficiales, más de 400.000 personas se vieron forzadas a dejar sus hogares. Otros muchos centenares de miles no han sido evacuados por falta de presupuesto. En general, la evacuación se realizó de forma ineficaz y con gran retraso. Así, la totalidad de la población en una franja de 30 Km. alrededor de la central (la Zona de Exclusión) no fue evacuada por completo hasta el 21 de mayo de 1986. Murieron en el desastre, de forma directa, más de 100.000 personas, y han muerto indirectamente, por causa de la radiación, cerca de 500.000 personas. El peligro no ha pasado. Más de 100 toneladas de combustible nuclear y más de 400 kilos de plutonio (material altamente radiactivo) continúan en el interior de las ruinas del reactor accidentado. Para confinarlo y evitar la liberación de más radiactividad se tuvo que realizar una construcción de acero y hormigón de 50 metros de altura: el sarcófago. Construido apresuradamente, en condiciones muy difíciles, el sarcófago sufre de una gran debilidad estructural y está ya en condiciones lamentables. Deja escapar radiactividad de forma continuada por más de 200 m2 de grietas, pero este problema es insignificante si lo comparamos con la radiactividad que se liberaría si algunas secciones del sarcófago se derrumbaran. Hoy se hace la necesidad de construir un nuevo sarcofago por encima del ya existente, de lo contrario el actual cedera y liberara la radiacion acumulada dentro de él por estos 20 años, liberando una nube radiactiva por todo el mundo que sera devastadora para la humanidad, el problema es que cuesta unos 18 mil millones de dolares, y Ucrania no cuenta con ellos, con lo cual requerira de la cooperacion de todos los paises para poder dar una nueva solucion temporal a este problema, y asi sucesivamente por unos 2000 años mas. Los científicos estiman entre 30.000 y 60.000 los muertos por la catástrofe en Ucrania Diez países europeos, con Francia a la cabeza, han decidido replantearse la opción nuclear, tras más de una década de boicoteo a la energía atómica. Un petróleo a precios prohibitivos, la dependencia de los suministros energéticos de Rusia, la inestabilidad sin visos de final en Irak e Irán, el fuerte tirón de la demanda de China e India, y el cambio climático como coartada, han animado a los políticos europeos a atreverse a reabrir el debate nuclear ante sus votantes. Vale recordar el accidente surgido del error humano que provocó el estallido del reactor número cuatro en la antigua Unión Soviética y desperdigó veneno nuclear, todavía activo, en el territorio de la UE. Un estudio británico, que Los Verdes europeos presentarán esta semana en la Eurocámara, se suma a la marea de críticas a los datos que maneja Naciones Unidas -considerados muy a la baja en diversos círculos científicos-, y asegura además que un 40% del suelo de la UE presenta altas dosis de contaminación radiactiva. La publicación coincide con nuevos datos del Gobierno del Reino Unido, que recuerdan que la nube tóxica de Chernóbil afecta aún a cientos de miles de cabezas de ganado, sujetas a estrictos controles sanitarios. Varios países de la UE mantienen asimismo restricciones al movimiento de ciertas especies animales y vegetales, todavía muy contaminadas. La Agencia Internacional de la energía Atómica (OIEA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) emitieron un informe que rebajaba drásticamente el número de muertes causadas por la explosión nuclear, y que se centraba en las tres repúblicas ex soviéticas más afectadas: Bielorrusia, Rusia y Ucrania. Los eurodiputados verdes sostienen, sin embargo, que más de la mitad del veneno nuclear que liberó la central de Ucrania acabó fuera de estos tres países y en suelo europeo-occidental. Para ello, se valen de imágenes tomadas por satélite de la nube tóxica que los días posteriores a la tragedia recorrió Europa, compuesta por elementos como el cesio 137, con una vida media de 30 años. "Las concentraciones más altas de nucleidos volátiles y de partículas de combustible se dieron en Bielorrusia, Rusia y Ucrania. Pero más de la mitad del total de la cantidad de emisiones de Chernóbil se depositó fuera de esos países", dice el estudio de 90 páginas, titulado El otro informe de Chernóbil, que maneja datos recopilados por la Comisión Europea en 1998. La antigua Yugoslavia, Finlandia, Suecia, Bulgaria, Noruega, Rumania, Alemania, Austria y Polonia habrían recibido cada uno más de 10 becquereles (Bq, unidad de medida de la radiactividad) de cesio 137, siendo 600 Bq, el límite establecido por la UE para el caso de los alimentos. "Cerca de 3.900.000 kilómetros cuadrados de Europa (una superficie similar a ocho veces la de España) quedaron contaminados por cesio 137 (por encima de 4.000 Bq/m2), el 40% de la superficie de Europa", indica el texto del informe, que además especifica que el 2,3% del territorio europeo recibió dosis de contaminación más elevada. Este último dato, es precisamente el que reconocen la OMS y la OIEA. Austria fue el país más expuesto a la nube radiactiva, mientras que en Finlandia y en Suecia quedó contaminado el 5% de su territorio. En niveles inferiores de contaminación, Alemania, con un 44% de sus tierras contaminadas y el Reino Unido, con un 34%, fueron de los países que salieron peor parados de la vieja Europa. España no figura entre los países afectados por la nube tóxica. Las autoridades alimentarias británicas hicieron pública una información, según la cual, "debido a la contaminación provocada por el accidente de Chernóbil, ovejas en ciertas áreas del Reino Unido todavía contienen niveles de radiactividad por encima de los límites de seguridad. La Agencia [de estándares alimentarios] mantiene restricciones al movimiento de las ovejas afectadas para proteger a los consumidores". El informe añade que el cesio 137 pasa de la tierra a la hierba, y del pasto a los animales, y aplican la restricción a un total de 200.000 animales y 374 granjas. Y en ese mismo país, el epidemiólogo John Urquhart publicó un documento que relaciona un crecimiento del 11% de la mortalidad infantil en las zonas en las que la lluvia tóxica tuvo más impacto a finales de los ochenta, frente al 4% en el resto del país. Junto al Reino Unido, las restricciones al tráfico de alimentos persisten en Suecia y Finlandia, donde afectan principalmente al reno y a productos de los bosques. Y en algunas regiones de Alemania, Austria, Italia, Lituania y Polonia, donde la caza, las setas silvestres, bayas y una especie de peces carnívoros registran un excesivo contenido de cesio 137. Las consecuencias de Chernóbil fueron desde el principio motivo de discordia, en parte por la opacidad con la que la antigua Unión Soviética manejó una catástrofe que trató de ocultar y minimizar hasta el último momento (también lo ocultaron otros países como Francia). Después, porque el daño que se le atribuya al accidente influye en la percepción del peligro que supone el desarrollo de la energía nuclear, y no faltan partes interesadas en dibujar su propia realidad. Cuando la ONU hizo públicas sus cifras -59 muertes confirmadas por radiación, 4.000 más previstas (esta cifra ha sido elevada por la propia organización a 9.000) y el 99% de los cánceres de tiroides detectados en niños expuestos a las radiaciones, curados- la reacción no se hizo esperar. Científicos ucranios, rusos y bielorrusos primero, y de Europa y Estados Unidos después, discreparon de los resultados: "El informe se apoya en cifras absolutamente falsas", dijo entonces Volodímir Usatenko, consejero de la comisión del Parlamento de Ucrania encargada de la seguridad nuclear. Ahora, los científicos británicos Fairlie y David Sumner, autores del informe de Los Verdes estiman que la cifra de muertes atribuibles a la catástrofe oscila entre los 30.000 y los 60.000. Desde la OMS se aferran a sus estimaciones y explican que el informe de Fairlie "mira a toda Europa y nosotros sólo nos centramos en las regiones más afectadas de los tres países", en palabras del portavoz de la organización, Gregory Hartl. La guerra de cifras está servida y mientras los detractores y defensores de la energía nuclear echan mano de los datos que mejor se acomodan a su opción política, en tiempos de renacimiento nuclear en Europa. 1 comentarios :: Enlace permanente
Comentarios: (primero los más recientes) 12:32 10/11/2008
Fué la prueva de fuego para el "nuevo" régimen de la Perestroika y muchos dicen que aceleró la caída del bloque soviético... Sea como fuere, un desastre creado por nosotros mismos que aún hoy sigue ahí -en el corazón de EurAsia- bajo una cúpula de cemento que se recubre cada X años para que no se resquebraje... Además de Chernobyl, ha habido otros accidentes nucleares equivbalentes en otras partes del mundo pero que no son tan conocidos, además del otro Chernobyl /uno químico) que también ocurrió en la URSS A veces me pregunto si nunca aprenderemos, los humanos... Participa con tu Comentario:
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