Publicado: 15:29 29/07/2010 · Etiquetas: MSX, MSX2, Taito, Arkanoid, Arkanoid II: Revenge Of Doh · Categorías: EL RINCON DEL MSX
Para evitar que la página tarde mucho en cargar, he ocultado el contenido de este reportaje en secreto, por lo que si deseáis continuar, no tenéis más que pinchar en el "secreto" para descubrir los entresijos y virtudes de este juego. Secreto: (Pincha para leerlo) ARKANOID ¿Quién no conoce Arkanoid? Muy pocos, seguramente. Porque los que no conocen el título que nos ocupa, seguro que han visto alguno de sus múltiples clones que han salido en flash o en teléfonos móviles, e incluso pueden conocer a alguno de los clones antiguos de los ochenta, tales como Krackout, Traz o los juegos inspirados en él como Rainbow Islands (en el que hay cuatro fases tipo Arkanoid), Devil-ish e incluso en reediciones modernas para DS o consolas virtuales. Lo que pocos saben es que el juego no es del todo original ya que está basado en el Breakout de Atari del año 1976. Dicho juego nos proponía usar una raqueta para destrozar una pared de ladrillos a base de golpearlos con una pelota que de ninguna manera debía caer hasta el fondo de la pantalla, ¿os suena de algo? Pues bien, no queda otra que reconocer que Arkanoid no es otra cosa que una evolución del título de Atari, eso sí, muy mejorado, ya que incluye una mínima historia, cambios en el control y una variedad de situaciones que le hacen por derecho propio ser un juego novedoso. La realidad es que Atari consiguió crear una obra maestra que ha pasado a la historia, que tuvo muchísimos seguidores en su momento y que los sigue teniendo a día de hoy. Tras la destrucción de la nave nodriza Arkanoid en medio de una guerra espacial, un piloto consigue escapar en un módulo llamado Vaus. Sin embargo, la explosión le hace entrar en una dimensión controlada por el dios Doh, una dimensión llena de ladrillos que impiden el avance de la nave a menos que los destruya con una bola que rebota y que en ningún caso debe caer de la pantalla. Destruir los ladrillos y atravesar las 32 fases no es tarea fácil, ya que hay algunos enemigos que desvían la trayectoria de la bola y bloques de muchos tipos. Por ejemplo los hay dorados que son indestructibles, los hay plateados que son muy resistentes a los golpes... aunque también hay sorpresas agradables como unas cápsulas que caen y que nos permiten accionar nuestro disparo laser, agrandar el tamaño del módulo Vaus, conseguir bolas extras, pasar de pantalla... toda una gran variedad de potenciadores que hacen más divertido el juego y que le dan un toque estratégico, ya que a veces decidir entre un tipo de mejora u otra nos puede llevar al éxito o fracaso según el tipo de pantalla a la que nos enfrentemos. La última fase, la 33, es un enfrentamiento personal con Doh. Si le derrotamos conseguiremos escapar de la dimensión y volver a casa... ¿o no? Y es que el final hace una sorprendente revelación. MSX se llevó la mejor conversión doméstica del arcade original y con diferencia, con unos gráficos muy buenos llenos de luz y color (tampoco es que el juego necesite mucha técnica) y con una nave y una bola que se mueven a buena velocidad. El control es suave y perfecto, la dificultad es alta, como todas las joyas de esa época, ya que el diseño de algunas fases era terriblemente premeditado para hacer que no fuera fácil pasarlas. Hay que destacar que la velocidad de la bola incrementa rápidamente y que los enemigos no serán escasos, dando lugar a que en milésimas de segundo la trayectoria de la bola cambie por lo que nuestros reflejos deben ser estupendos para hacer frente a tal reto. Por otra parte y como nota curiosa, la capsula azul celeste nos proporciona tres pelotas de ataque en lugar de una, pero mientras no volvamos a tener una sola pelota, no tendremos acceso a ninguna otra cápsula potenciadora. Sin embargo, con el resto de cápsulas potenciadoras esto no sucede, pudiendo variar de estrategia. También hay que mencionar, que al iniciar una fase, nuestro vehículo “Vaus” no tendrá ningún de mejora, independientemente de con qué tipo de potenciador hayamos concluido la fase previa, algo que varía en la segunda entrega de este título y que comentaremos posteriormente. El juego en sí es adictivo y rejugable a más no poder, como todas las joyas atemporales de los videojuegos, y es que para echar una partida rápida es un juego que se presta siempre. Estamos ante uno de los grandes de la historia que todo el mundo debería haber probado alguna vez. ARKANOID II: REVENGE OF DOH La venganza de Doh irrumpió con fuerza en los salones recreativos tras el éxito logrado con el primer Arkanoid y que obviamente tuvo sus respectivas conversiones para los ordenadores de la época. La versión para MSX 2 contaba con dos Megaroms de auténtico juego arcade que además venía acmpñado de un joystick naranja con una ruedecilla negra que intentaba emular en cierta medida la sensación de los salones recreativos. Arkanoid 2 añadía ciertas variantes al desarrollo de la partida con respecto a su predecesor, aunque básicamente el objetivo era el mismo: convertirte en enemigo público del gremio de los albañiles y romper todos los ladrillos de cada nivel. Esta vez tendremos más ayudas, con cápsulas tan útiles como la de la multibola, que siempre se regeneraba si sobrevivía al menos una de ellas, hasta que se nos cayeran las tres a la vez, algo más probable de lo que piensas, o la bola morada que destrozaba cualquier tipo de ladrillo, incluso los dorados, arrasando con todo lo que se plantase en nuestra pantalla y evitando además que nuestra bola rebotase innecesariamente contra obstáculo alguno. Además de dichos potenciadores y los ya existentes de la primera entrega, también contábamos con uno que permitía duplicar nuestro vehículo “Vaus” pudiendo ver a un aliado a nuestro lado u otro que hacía que dicho vehículo dejase una estela en la pantalla, (al estilo de las sombras utilizadas en Super Street Fighter II Turbo al realizar un ataque especial con la barra “Super” llena) que también podía golpear la bola. Pero no todo iban a ser ventajas ya que en esta versión, también se introdujo una cápsula (que no potenciador) que reducía a nuestro módulo “Vaus” a la mínima expresión. También se introdujo el concepto de la elección de caminos cuando acababamos un nivel. Podíamos elegir tirar hacia izquierda o derecha en el árbol de niveles, aunque daba igual donde nos metiéramos, todas las fases poseían una mala leche impresionante. Aunque también hay que mencionar que en esta entrega la bola no adquiría una velocidad cercana a la velocidad de la luz en un breve espacio de tiempo a diferencia de su primera entrega en la que en muchas ocasiones, prácticamente al inicio de un nivel, la bola ya adquiría la velocidad de un “Ferrari”. Además, en esta entrega, al pasar de nivel, “Vaus” mantiene casi todas las mejoras o potenciadores con los que se ha concluido la fase anterior. Por último, cabe destacar la aparición de nuevos enemigos que no eran destructibles y hacían que nuestra pelota rebotase, quedando ocasional y temporalmente “enganchada” en un bucle de rebotes que hacía incrementar nuestro marcador de puntos de forma considerable y ayudaba a conseguir una vida extra. Así mismo la inclusión de nuevos tipos de ladrillos como los que volvían a reaparecer al cabo de un tiempo tras ser destruidos o los ladrillos móviles por ejemplo, le daban una mayor diversidad al conjunto del juego pero también una mayor dificultad. Esta versión para MSX muestra una gran mejoría con respecto a su anterior entrega con un acabado gráfico más detallado, completo y colorista, añadiendo muchos más elementos en pantalla y mejorando la fluidez de movimientos. La definición, el excelente uso de la paleta de colores y, sobre todo, el suave movimiento de todos los elementos en pantalla, junto con un jugabilidad a prueba de balas y puramente arcade convertían a Arkanoid II un título redondo, de sobresaliente, algo muy meritorio sobre todo teniendo en cuenta la temática del videojuego. Pero además, no conforme con mejorar los aspectos técnicos de su antecesor, tanto visual como jugablemente, esta entrega añade nuevos modos de juego versus y un editor de niveles que terminan de redondear esta obra maestra. En el modo “versus” se nos da la posibilidad de enfrentarnos contra el ordenador o contra un amigo, dando lugar a verdaderas batallas de “tenis sideral”. Deberemos ganar tres “rounds” (al más puro estilo Street Fighter) para salir vencedores de este enfrentamiento. Por su parte, el editor de niveles nos brinda un gran abanico de posibilidades pudiendo seleccionar el tipo de ladrillo y la ubicación del mismo en la pantalla así como su consecuente potenciador. De esta forma, podemos editar varios niveles a nuestro antojo, desde los más sencillos hasta los más maquiavélicos, generando un “tour” de varios “rounds” en el que iremos enfrentándonos a nuestros propios circuitos. Por tanto, podemos observar, que Arkanoid II: Revenge Of Doh nos plantea un juego sencillo pero directo y muy completo, que desde su inicio nos ofrece horas y horas de entretenimiento en compañía o en solitario. Podemos concluir considerando a Arkanoid II como el mejor juego en lo que a su temática se refiere, destruir ladrillos. Supo innovar a su predecesor y, por lo tanto, a su abuelo BreakOut, el origen del género. Acabar con el cabezón de Doh a base de bolazos no era fácil, pero sí era una experiencia muy superior a la de todos los demás clones de Arkanoid. 2 comentarios :: Enlace permanente
Comentarios: (primero los más recientes) 13:38 30/07/2010
Arkanoid fue mi segundo juego de Pc, hace ya siglos. Que grandes recuerdos. Aunque creo que me lo terminé con vidas infinitas. Por cierto, las imágenes cargan igual, aunque las pongas en secreto :$ 17:14 29/07/2010
The Revenge of Doh es para mí el mejor "rompeladrillos" de la historia. Participa con tu Comentario:
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