Al igual que Nintendo comenzó su andadura empresarial fabricando cartas, Sega también empezó haciendo algo bastante distinto de las consolas (aunque no tanto): máquinas tragadineros.


Sabes que la deseas...





Los dineros.


Bajo el nombre original de Service-Games, y fundada con capital americano, nuestra Sega de hoy no era la única compañía que fabricaba este tipo de máquinas.
Pero tuvieron el acierto de apostar fuerte por un mercado que iba a enriquecer a muchas pequeñas empresas de por aquel entonces:
La guerra. Concretamente, la Segunda Guerra Mundial.
Decenas de miles de soldados con ganas de alcohol y ludopatía fueron la ansiada fuente de ingresos que permitió a Sega recuperar rápidamente su inversión, y crecer, posicionarse, y empezar a pensar en qué podrían hacer con su dinero cuando el negocio de la guerra tocase a su fin.