Por votación popular, el elegido fue el manga Adolf, de Osamu Tezuka (lo siento, Uda ^^U).


Un buen día, Osamu Tezuka se levantó y pensó algo muy original: Eh, Hitler era un cabrón. No le dieron el premio Nobel porque ya estaba adjudicado, pero se lo merecía sin duda. Osamu Tezuka es un mangaka, y como tal, ¿qué es lo que más le importa? ¡Exacto! ¡El dinero! Si lo primero que habéis pensado es en mierdas tipo “Hacer felices a sus lectores” o algo similar, ahora mismo os compro un billete de vuelta de los mundos de Yupi, so jipis.

Total, que Tezuka pensó queso tanta gente odia a Hitler, se podría sacar dinero por algún lado, buscó en una enciclopedia (eso que había antes de Internet) y encontró la teoría de que Hitler podía ser judío.

Sus ojos se convirtieron en el símbolo del dólar y pensó: “Eh, ahora cojo esto, hago una historia, meto un montón de datos por ahí al azar y parece que esté haciendo una historia de cojones”. Y claro, los más imbéciles del lugar ya la adoran porque es de Tezuka, el supuesto dios del manga (pobres infelices). Dejemos las cosas claras: Tezuka es un pringao. Si no lo fuera, estaría vivo. Jódete, Osamucete. Y un pringao sólo puede parir una de las mierdas más soporíferas y aburridas de la historia.

Para empezar, el título. Adolf. En Japón, “Adolf ni Tsugu”, que parece que en el idioma cervantino (sí, yo también quiero ser tan pedante como los periodistas que usan palabras grandilocuentes para adornar sus vacíos discursos, y ahora lo releéis y, antes de crucificarme, lo intentáis entender) quiere decir “Cuéntaselo a Adolf”, un título ridículo se mire por donde se mire.

-Hoy en “Cuéntaselo a Adolf”: “Soy de las SS y en mi casa no lo saben”.

Con dos cojones. Pero vamos, que el título tiene lo suyo. Resulta que hace referencia a los tres protagonistas. Los tres se llaman Adolf.

WUT?

Sí, los tres protagonistas se llaman Adolf. Hitler, Kamil y Kaufmann. A Tezuka le debió de gustar el nombre, pero es más feo que el Fary (QEPD) chupando un pomelo. Por decirlo claramente, esto lo hace otro y no le tiramos encima ladrillos porque no somos japoneses. Pero claro, como Tezuka es el autor más sobrevalorado de la historia (sólo superado por Kentaro Miura, como ya contaré si se me permite en un futuro), pues…

¿Qué pasa? ¿Se acabaron los nombres alemanes? Atención, que en todo el manga sólo se dicen los nombres de los dirigentes nazis, un par de alemanes y algún que otro japonés, ¿no había nombres alemanes libres?

Que esa es otra, qué manía con poner a un japonés en medio de toda la trama. Y dirá el típico gafapasta: “No, es que así los japos se involucran más en la historia, que adquiere un matiz que la hace más interesante”. Por esa regla de tres, la biografía de Jesucristo (no es coña, por si alguien se lo pregunta) que publicará algún día de estos Glénat tendrá a algún japonés metido por el medio, ya que si no será la mierda, vamos.

En fin, dejemos los títulos chorras (de eso está bien surtido el catálogo japo, y si no, que alguien me explique qué coño significa Tengen Toppa Aburre Gañán) y pasemos a lo que importa, la historia.

Van dos y se cae el del medio. Hala, ya tenéis algo con más sustancia que la historia de Adolf. Resumiendo: un japonés descubre que Adolf Hitler es judío gracias a unos documentos que intenta ocultar.

No hay más. Y saltará el gafapasta de antes: “Hombre, hay más historias”. Nos ha jodido. Os remito al principio. A Tezuka le importaba el dinero, y con esa historia llena un tomo. Dos a lo sumo estirando el chicle (es japonés), pero claro, dinero llama a dinero, así que, ¿por qué dos tomos pudiendo tener más? Así que hizo una urasawada, metió datos por ahí, personajes por allá y salió lo que salió, un batiburrillo superfluo y absurdo que no llega a ninguna parte.

Total, que Tezuka osa inventarse una teoría sobre la muerte de Hitler. En realidad no se suicidó, fue asesinado a sangre fría. Con dos cojones y un palito. Claro, Tezuka tenía excusa para inventárselo.

-Oye, Osamu, que las teorías dicen que Hitler se suicidó.
-¿Tú estabas allí? Pues ya está.

Hala, atrévete a contradecir la teoría tezukiana. Por esa regla de tres, Colón era negro, Jesús medía 1’20 y el creador de la Coca Cola fue el Fary. ¿Tú estabas ahí? No, ¿verdad? Pues entonces te callas.

Que ahora ponte a pensar, es raro que no hayan salido libros que saquen a la luz las contradicciones de esa teoría. O sea, Dan Brown sí, pero Tezuka no. ¿Tezuka es intocable o qué? Que os jodan, conspiranoicos (palabra que no existe, no busquéis, y si existe, me la suda mucho).

Y el dibujo… Oh, DIOS. El dibujo. Dios, Dios, Dioooooooooooooooooooosh. El dibujo es lo puto peor. ¿Cómo pueden tolerarlo? Esta historia es realista (o eso se supone), al menos no hagas un estilo gráfico tan caricaturesco y con deformaciones. ¿Cómo puede ser considerado el dios del manga un tío que ni dibuja bien y que encima se atreve a alterar la historia y a crear un manga tan lleno de personajes forzados o directamente estúpidos?

Directamente, la gente no tiene ni idea. Si este tío es considerado el dios del manga, me alegro de ser ateo. Eso es todo, si sigo analizando este manga, acabaré con el estómago revuelto.

Nos vemos en el foro

Papi Pepi no Papipurio.

PD: Sugerid nombres para el próximo manga, por favor ^^