Habré sido de los primeros en el foro y en mi país, en adquirir una flamante PS4 (Lo hice un día antes de su lanzamiento oficial).

Cierto es que aunque no me arrepiento de ese dispendio (Porque sé que algún día mi PS4 quemará su placa de la de horas que le meteré) creo que el momento no fue del todo afortunado. Y es que la gran competencia de esta consola, es su vieja y augusta hermana mayor, la PS3.

En esta no dejan de salir juegazos, y, algo que es de particular importancia, A PRECIOS DE RISA. Tengo una pila de juegos pendientes de PS3. Tengo también varios juegos de Vita, y un par de 3DS (Que es a la que tengo más muerta de hambre, junto con PS4).

Tampoco ayudó demasiado el truñaco de Battlefield 4 (Mierda infecta) ni el correcto Killzone: SF. No se lo que opinen los demás, pero la veo muy cuca en el salón, con su franja naranja que en código morse, me susurra al oído: "Comprame juegos. Necesito comer si no moriré". Y su inanición jugona me duele en lo más profundo del ser.

¿Será el momento de dar el salto definitivo con Infamous: Second Son y dejar en un segundo plano a la todo poderosa PS3? ¿Es momento de despedirme de esa cómplice de vicios tan fiel y abnegada?

Extrañaré a la PS3. Pero deseo fervientemente que PS4 deje de ser una extraña, que me observa en el ostracismo y se convierta en la favorita de mis vicios.

Pues si. Después de preguntarle acerca de sus lujosas posesiones, y de su posible arribo a Kickstarter, me ha mandado a hacer la tarea, diciéndome, fuckwad (Algo muy feo).



Me ha dolido un poco