Jugando a… Final Fantasy XIII – 2

Tres años después de los acontecimientos de Final Fantasy XIII, Lightning ha desaparecido, y no hay manera de encontrar a Snow. En un mundo en reconstrucción, Serah se da cuenta de que algo anda mal. Después de un encuentro inesperado con un misterioso hombre llamado Noel, los dos se ponen en camino para encontrar Lightning.

Calificaciones en los medios

• GameSpot: 7,5 sobre 10
• IGN: 8 sobre 10
• Eurogamer: 8 sobre 10
• Game Informer: 8 sobre 10
• Vandal: 9,1 sobre 10

Comentarios

La entrada de hoy se la dedico a un juego que ya he terminado hace más de un mes, pero que nunca sacaba el momento de dedicarle unas bien merecidas líneas. Se perfectamente que la “saga” Final Fantasy XIII es bastante criticada, haciendo una efusiva propaganda de algunos defectos que efectivamente tiene la primera entrega, pero que estoy seguro que si se hubiese producido su publicación en otras condiciones no serían tan importantes para la crítica. Os voy adelantando, que ya su la primera entrega, reconociendo los defectos que tiene, me gustó y esta segunda me parece superior prácticamente en todos los aspectos, por lo que no esperéis una crítica a degüello del juego, porque no la vais a encontrar. Es más, para poneros en situación, deciros que desde hacía muchísimo tiempo no conseguía los 1000Gs de un juego, y con este los he conseguido (y ha sido con el que más me he entretenido consiguiéndolos). Eso sí, el título me parece una rara avis en el mundillo, por un motivo que os comentaré más adelante. Por lo de pronto, empecemos a hablar del título en sí.

A nivel gráfico, el juego es una evolución de lo que vimos en la primera entrega, centrando buena parte de la mejoría en la iluminación. Es cierto que, al menos en mi parecer, el juego está lejos de ser un exponente tecnológico en esta generación, pero si consigue ser muy resultón para la vista. Además, en este caso, el numero de ambientes por los que el desarrollo del juego es más variado (una constante que se dará en todos los aspectos del juego), por lo que será menos “agotador” el avanzar por el hilo de la historia. Sin embargo, quizás por ponerle alguna pega al diseño de los escenarios, tengo que reconocer que no hubo ningún escenario que me llamase la atención al visitarlo por primera vez (recuerdo, por ejemplo, que la conjunción musical/visual de llegar a Oerba en la primera entrega me había calado bastante).



A nivel de diseño, el juego es completamente continuista respecto a la entrega anterior. A quien le haya gustado en el primero, este le gustará, a los demás, bueno, que decir, este no va a cambiar vuestra opinión. Eso sí, he de reconocer que a nivel de diseño, Noel será recordado por mí como un personaje de “Kingdom Hearts” que consiguió colarse en la saga Final Fantasy, y es que sin desagradarme, realmente desentona entre el resto de personajes.

En cuanto al apartado sonoro del título, hay que decir que es quizás el punto del juego que más alabanzas se debe llevar. Por un lado tenemos unos efectos de sonido sólidos y que cumplen con su función con creces. Pero sin duda la banda sonora se lleva la palma,  ya que no estamos hablando únicamente de que sea extensa, que lo es y mucho, sino que es variada y de una gran calidad. Tengo que reconocer que en este punto no tenía referencias de la gente que estaba metida en el ajo, por lo que  me cogió sin saber muy bien que esperar, y me encontré con un grandísimo trabajo.



En cuanto a historia, sé que mucha gente que lo ha jugado dice que quizás sea el aspecto más flojo del juego, y si bien reconozco que efectivamente, la forma de meter a Noel y compañía en la historia de FFXIII, es un poco forzada y realmente no está muy trabajada, sin embargo, una vez dejado de lado este punto, la historia no me parece tan mala. Quizás el principal problema es que cuenta una historia que realmente sus referencias con lo contado en su precuela son muy endebles, cayendo realmente la parte interesante de la historia en Noel, Caius y Yuul y sus relaciones. Aun así, es cierto que simplemente por el modo en que se desarrolla el juego, alguien que no vaya siempre siguiendo el hilo de la historia principal (es decir, se ponga a hacer misiones opcionales), tardará bastante en alcanzar el punto donde la historia principal gana peso, ya que es en los últimos capítulos cuando lo hace y es muy fácil dejarse llevar por las misiones secundarias.

Por otro lado, la sorpresa agradable del título son  los personajes. No os voy a negar que cuando se supo que los protagonistas serían Serah (claro ejemplo de personaje tan inocente que es odioso en la precuela) y Noel (que tenía apariencia de ser el típico adolescente pasota), me eche a temblar, pero nada que ver. Serah, sin ser un personaje inolvidable, está mucho mejor balanceado que en la precuela y afortunadamente no intenta tomar el rol de Vanille en el primer juego de la saga y sus diálogos y reacciones a las cosas que les pasan durante el juego me parecen mucho mejor llevadas que la inmensa mayoría del elenco de su predecesor. Por otro lado, Noel es que no tiene nada que ver con lo que parecía presumible que fuese viendo su apariencia y estamos ante un personaje muy interesante, que da pie a algunos momentos muy buenos en el título (el fragmento dedicado a su pasado es quizás de los mejor del juego). Mención especial se merece Caius, un antagonista a la vieja escuela dentro de Final Fantasy, de esos que cuando termina el juego piensas que es un c*brón, pero que es imposible odiarlo, puesto que sus acciones son muy comprensibles y es que si algo se criticaba a las últimas entregas de la serie de Square era la ausencia de un antagonista con presencia y realmente interesante. Es una lástima que seguramente nadie recuerde a Caius dentro de un tiempo simplemente por aparecer en la secuela de un título muy vilipendiado, porque estoy casi seguro que en otras circunstancias esto no sería así.



En cuanto al desarrollo del juego, podríamos decir que curiosamente estamos ante una rara avis donde una compañía realmente tiene en cuenta las opiniones vertidas sobre un juego por los jugadores y, dentro de las posibilidades que le da el partir de un trabajo hecho, intenta contentarlos en su secuela y sale un juego realmente superior al original. El punto que más se criticó del primer FFXIII fue su linealidad, ya que todo el juego era como avanzar por un tubo sin motivo para volver atrás en el mismo y sin poder apartarte del camino prefijado. En esta secuela se ha evitado esto de un modo muy inteligente, teniendo en cuenta que, por lo visto hasta ahora, no parece que el motor sobre el que corre el juego permita grandes espacios abiertos (sin que estos tengan que ser vacios), y consiste en crear una estructura de fases interrelacionadas por el tiempo, que hace que una única localización tenga varias versiones con pequeños cambios, obligándonos a explorarlas en su totalidad para obtener determinados objetivos, lo que unido a un nuevo “mapa del mundo” que consiste en una línea temporal que relacionara las distintas localizaciones y versiones entre ellas, hace que sin tener que tener grandes zonas abiertas, se pueda dar una gran “superficie” de explotación.

Otro aspecto que se criticó en la precuela del título al que va dedicada esta entrada, fue que prácticamente no existiesen misiones secundarias (y las que había se tratasen de vencer a ciertos enemigos). En esto, puede ser que directamente se hayan pasado de frenada, puesto que por ejemplo, en mi caso, conseguir el 100% (considerando este el conseguir todos los logros y finales) me ha llevado aproximadamente 75 horas y yo le echo que a la historia principal no le debí dedicar más de 15 horas, lo que hace visible hasta que punto han llenado el juego de misiones secundarias. Tanto es así, que es muy sencillo que hasta bien entrado el juego, la historia principal se diluya entre misiones secundarias. En mi opinión, en este aspecto, creo que habría sido mejor que la historia principal se hubiese llevado más tiempo aunque fuese a costa de quitar misiones secundarias.



Por último, otro de los temas recurrentes a la hora de criticar a FFXIII fue lo guiado que era la evolución de los personajes y la automatización de los combates. En este sentido, el crystarium es completamente distinto, ya que en este juego, únicamente habrá una línea de evolución pero iremos decidiendo a que rol queremos dedicarle esa subida de nivel. Lo que más llama la atención es que la primera vez que subas de nivel el crystarium te dará a seleccionar una serie de mejoras del personaje, entre ellas se encuentra desbloquear un nuevo rol, por lo que enseguida tendremos a nuestra disposición todos los roles si así lo queremos (con lo que se rompe una de las debilidades del anterior juego). Además, nos encontramos que el tercer combatiente de nuestro equipo se trata de un monstruo captura a lo largo de nuestros combates, esto, lejos de ser únicamente por añadir el componente “cazador/coleccionista” tan de moda, es una pieza clave en nuestro equipo, puesto que los monstruos que usemos siempre serán mejores en su rol (en el mismo nivel e incluso siendo algo inferiores) que Noel y Serah, lo que hace que las estrategias giren sobre ellos. Para que se entienda bien, puede interesarnos tener una formación Pro/Pro/Ful, por ejemplo, pero será completamente distinto si el monstruo es el fulminador o es uno de los protectores. Como pequeño comentario, comentar que durante las luchas podremos cambiar de líder (algo por los que muchos se rasgaron las vestiduras con el primer juego) y en caso de morir únicamente uno de los personajes, automáticamente pasaremos a controlar el otro. En cuanto a los combates, la automatización de los ataques en si, sigue estando presente, pero lo que se ha potenciado todavía más, es el control sobre las formaciones y tipo de ataques. Esto unido al componente estratégico de la selección de los monstruos y el cambio del líder (contra los enemigos más complicados, el utilizar el ataque final se puede llegar a convertir en algo vital) hace que los combates hayan ganado en puntos de control por parte del usuario.

En conclusión, se que este juego en general será bastante ignorado, ya que no puede ser tan criticado que su antecesor, dentro de la industria, pero yo le reconozco el hecho de haber conseguido algo imposible, haciendo realmente caso de las críticas de los usuarios y partiendo de una base ya existente, hacer un juego que realmente funciona mejor que el original.