Brasil sigue siendo una panda de colegas que juegan al fútbol sin orden táctico. Esto puede ser suficiente para ganar a sparrings como Australia o Japón, pero ya veremos como juegan ante un equipo mejor preparado. Nuestros amigos los periodistas, como siempre exagerando las noticias, no dudan en afirmar que “Brasil ha vuelto”, que los japoneses han “despertado a la bestia”. Algo así como lo que les ocurrió en Pearl Harbour, que golpearon primero pero al final les vencieron con superioridad. Lo que no cuenta la prensa deportiva, que por cierto deben ver siempre un partido diferente al del resto de los mortales, es la ínfima calidad del rival de ayer. Me atrevo a afrimar que Japón es con diferencia el peor equipo del mundial, peor que Polonia y peor que Costa Rica. Tuvieron una sóla ocasión en todo el partido y marcaron, pero con ese planteamiento ofensivamente nulo, jamás se puede ganar un partido.

Por otra parte, el portero de Japón debería entrar por derecho propio desde ayer en la galería de los horrores de la historia de los mundiales. No sólo lo digo por la jeta de estreñido que ponía cada vez que atajaba la pelota (debería pesarle me imagino), la cruda realidad es que un portero competente hubiera parado con suficiencia y sin esfuerzo al menos tres de los cuatro goles que le clavaron. Y además el tío en lugar de estirarse se tiraba encogido a parar los balones. ¿De dónde habrá salido semejante personaje? En fin, muy decepcionante el equipo Nipón, van a volver a casa sin honor y sin el respeto de sus camaradas porque han hecho el ridículo.

Ronaldo con sus dos goles de ayer ha igualado a Torpedo Müller y se coloca primero en la lista de máximos goleadores de la historia de los mundiales. Antes de comenzar el mundial las casas de apuestas daban como favorito al trofeo a Ronaldinho que no ha marcado ni un solo gol y a Ronaldo que recordemos que sólo lleva 2 goles en 3 partidos contra sparrings. Pues lo llevan claro, si con estos rivales no meten ni media.
Especialmente preocupante para Brasil es el bajísimo rendimiento de Ronaldinho. Creo firmemente que es un jugador que actualmente hace más daño a Brasil que otra cosa. No juega en equipo y no aporta al conjunto absolutamente nada. Sólo le interesa su propia lucimiento. Con esta actitud yo no le ponía ni de titular, teniendo recambios mucho más efectivos que harían que el equipo jugara mejor. Pero vamos, es mi opinión y algunos prefieren los ronditos  a tener un equipo más competitivo. Aunque es cierto que ciertos jugadores tienen que jugar casi por decreto, pero dejémoslo que este tema merece un artículo por si sólo.

Veo cada vez con más claridad que España se va a ver las caras con Brasil en Cuartos de final. Si continúan jugando así no sólo no me dan miedo, es que directamente me los pido para la eliminatoria.

¡A por ellos!

España ganó ayer y además mostró el mejor juego de lo que llevamos de mundial. Lo llevaba avisando desde hace tiempo: Es cuestión de mentalidad, de creérselo porque como equipo y juego colectivo todavía no he visto una selección mejor este año.

Pero no lancemos las campanas al vuelo, que en España o nos pasamos o no llegamos. Primero eran las críticas injustificadas, producto de mil decepciones pasadas, de las desilusiones de otros campeonatos... y ahora de la noche a la mañana todo el mundo ha recuperado la confianza en la selección. Todos somos adeptos de una Fe perdida hace tiempo.

La prensa deportiva, la más cutre y chabacana en este país después de la del corazón, comienza a realizar su labor mamporrera y ensalza en demasía los méritos de la selección... CON UN SÓLO PARTIDO. Entiendo que deban vender periódicos, pero no a cualquier precio.

Es cierto, todos tenemos sed de triunfo y necesitamos muy poquito para recuperar la ilusión, pero ¡CUIDADO!, casi prefería las críticas y las voces que se alzaban en contra de Aragonés y sus muchachos la semana pasada, pues seguramente les servía de acicate. Ahora con este exceso de euforia y confianza los jugadores pueden dormirse en los laureles, sin haber ganado nada otra vez. Y con el beneplácito y connivencia de la prensa deportiva. La misma que ayer les cuestionaba y la misma que mañana les enterrará sin piedad.

Si yo fuera el seleccionador prohibiría a los jugadores leer la prensa desde hoy mismo. Después de haber creado un grupo tan unido y psicológicamente fuerte, es una putada que se adultere por la influencia de chafarderos del tres al cuarto a los que mayoritariamente les da igual lo que haga la selección. El daño puede ser irreversible.

Ayer ví el partido de Brasil contra Croacia, y además de comprobar que Croacia es un equipo muy competitivo pude corroborar lo que me imaginaba desde hace tiempo: el juego colectivo de Brasil es casi inexistente. Cada jugador va por libre, y sólo Emerson, Kaká y Ze Roberto parecen jugar para el equipo, por un bien común. El resto son estrellas individualistas, chupones vendecamisetas como Ronaldinho o Roberto Carlos, que lucen más en un anuncio demostrando sus aptitudes circenses para el regocijo de la chiquillería que en el terreno de juego. Máximos representantes de la floritura estéril e innecesaria. Sin mencionar a Ronaldo y su ley del mínimo esfuerzo, un ¿jugador? que no es ni la sombra de lo que era hace unos años... completan el equipo un acabadísimo Cafú, que cual Forrest Gump no sabe ya ni hacia dónde correr ("cuando te den la pelota tú corre y no mires atrás" le dirá el entrenador) o un Adriano que cuando recibe el balón resulta más peligroso para su equipo que para el rival.

Y es que Brasil ayer terminó pidiendo la hora ante una selección Croata que le perdió el respeto al favorito en las casas de apuestas (esos sitios donde se juegan la pasta los borrachuzos en vez de dejárselo en putas como hace la gente de bien) al darse cuenta de la escasa entidad del rival que tenía delante. Los brasileños se estrellaban una y otra vez ante una ordenada defensa, la delantera carioca no vió bola y el único recurso de Brasil fueron disparos lejanos. Por cierto, cuando Roberto Carlos es el jugador que más disparó a puerta es evidente que algo falla.
Y así llegó el único gol del partido, tras un lanzamiento de ese pedazo de futbolista como la copa de un pino que es Kaká. Que su escatológico nombre no nos engañe... éste se deja de taconazos, rabonas y soplapolleces y juega al fútbol de manera práctica y efectiva... y no se le puede dejar pensar ni un segundo porque pone el balón donde le da la gana. Golazo.
Croacia llegó con claridad sobre todo en la segunda parte del encuentro, lástima que no supieran materializar sus ocasiones. No me quiero ni imaginar si a Brasil en lugar de Croacia les toca Italia, o Argentina o cualquier equipo con más ambición... les hubieran pasado por encima sin piedad.

Me fastidia bastante todo el aura de "invencibilidad" (e imbecilidad) con el que la prensa internacional ha rodeado a Brasil. Ya les daban como vencedores antes de comenzar el torneo y lo cierto es que a pesar de sus grandes jugadores e individualidades, a pesar de sus malabaristas, del funambulista, del enano, del payaso y todos los que componen ese circo, equipo, o lo que sea, lo cierto es que salvo algunos números no divierten mucho y presiento que lo van a pasar mal para ganar este mundial.

Lo reconozco. Me encantaría que les dieran una cura de humildad a los "chuloplayas" estos.
Y desatemos la euforia (es sano y gratis): si puedo elegir me gustaría que fuera España ya que parece inevitable el cruce si llegamos a cuartos de final.
Ellos tienen a Kaká y Ronaldhino. Pues nosotros una polla con dos huevos.

Alias es una de las series que más me han sorprendido y gustado de los últimos años. Si no has visto un par de capítulos para empezar a sobreentender su compleja trama y el universo tan peculiar de la serie (a caballo entre Misión Imposible y James Bond) lo primero que te puede llamar la atención es la belleza de la protagonista: Jennifer Garner. Aunque en el fondo es un simple reclamo ya que la calidad de la serie está fuera de toda duda sustentada con buenos guiones, estupendos personajes muy bien interpretados y un extraordinario diseño de producción. Su principal peculiaridad y lo que hace que enganche al espectador hasta la dependencia es la trama, en constante cambio, con inesperados giros y finales de capítulo tan sorprendentes que te hacen maldecir en más de una ocasión tener que esperar otra semana para saber cómo continúa...

De las cinco temporadas que la componen siempre he considerado la segunda no sólo como la mejor, también como un ejemplo a seguir por el resto de series. Sus guionistas dieron una lección soberbia de cómo cambiar los propios cimientos argumentales de una serie resultando absolutamente creíble y natural en el desarrollo de los acontecimientos. Una temporada sin duda memorable donde los 22 episodios que la componen
están a gran nivel y que de paso convierte a Arvin Sloane en candidato al mejor villano de la historia de la televisión.

Ahora la serie acaba de finalizar su emisión en su quinta temporada, magnífica también por cierto y como aficionado siento un vacío interno que me ha impulsado a escribir estas líneas. Me gustaría poder expresar mi agradecimiento a los creadores y al equipo, mi tristeza por que concluya un programa de tanta calidad y mi impotencia por no poder obligarles a que continúen con su trabajo.
No consuela mucho, pero al menos ha finalizado a un nivel envidiable, formando una obra en el conjunto de sus temporadas redonda, sin apenas fisuras.
Quizás esperaba más del último episodio que es
satisfactorio, aunque puede que sea un poco precipitado.

"Gracias a todos por estos cinco años maravillosos" es el mensaje que aparece en los créditos finales y al que me gustaría unirme: Sydney y Jack Bristow, Sloane, Marshall, Vaughn, Dixon... habéis escrito una página memorable en la historia de la televisión. Enhorabuena.

Ronald D. Moore, un gran creador televisivo responsable de muchos guiones excelentes en Star Trek La nueva Generación, Espacio Profundo Nueve o Carnivale (casi ná) hace un par de años decidió hacer un remake de "Galáctica estrella de combate" la famosa serie televisiva de los ochenta creada por Glen A. Larson.
Producida por el SciFi Channel y emitida en España hasta el momento por Calle13, ha sido un éxito de crítica abrumador. Y con razón. Moore escoge los temas que le interesan de la serie antigua pero los potencia con nuevas ideas brilantísimas. De hecho más que un simple "renacer" de la serie clásica crea una serie completamente nueva.
En este universo de Galactica no hay lugar para la felicidad, ni tregua para el idealismo. Los humanos están al borde del exterminio de la mano de los Cylons, pero su mayor enemigo son ellos mismos. A pesar de su patética situación la humanidad sigue en conflicto con ella misma, por sus ideales, por poder...
Históricamente los escritores que escriben sobre ciencia ficción eluden a la censura porque sus historias hablan de mundos ficticios, sin embargo cualquier lector mínimamente iniciado descubre que están narrando y criticando hechos humanos actuales. De esta forma en Galactica asistimos a un desfile de los mayores defectos y problemas con los que el ser humano tiene que lidiar a diario, es una historia de superviviencia ante un enemigo mayor y más poderoso pero también ante sus propios congéneres.
En esta nueva serie los Cylon son robots que han evolucionado de simples máquinas creadas por los humanos a organismos biológicos, semejantes al ser humano y con sus mismas funciones, como si de replicantes sacados de Blade Runner se trataran. Las posibilidades se vuelven infinitas cuando sabemos que algunos de esos "clones" (hay muchos con el mismo aspecto) están infiltrados entre los humanos y creen serlo, pues están programados para ello.
La serie acaba de concluir su segunda temporada y hay una tercera en camino. Previamente a la primera temporada hay una miniserie de tres horas. Está extraordinariamente bien interpretada por Edward James Olmos y Mary McDonnell entre otros, y si hubiera justicia en los premios televisivos ambos tendrían que haberse llevado el Emmy a la mejor interpretación en una serie dramática. Lástima que en los círculos académicos se sigan tratando a las series de ciencia ficción como "series menores", sobre todo por casos como el de Galactica porque supera sobradamente en profundidad y buen hacer a series más convencionales.
Desde aquí mi recomendación al que no la haya visto todavía, si buscas una serie inteligente, honesta con el espectador, sorprendente y sobre todo muy bien realizada ya la has encontrado. Sin duda en la actualidad es el mejor exponente de la ciencia ficción televisiva.

Corren malos tiempos para nosotros, los Trekies. Con Enterprise cancelada, una serie que debería
haber tenido sobre el papel al menos cinco temporadas y que se quedó en cuatro y los malos
resultados en taquilla de Nemesis, la última película para cine, parecía que Star Trek iba a tener una parada biológica de unos cuantos años. Sin embargo Star Trek es uno de los mayores patrimonios de la Paramount y era lógico que llegaran pronto a la conclusión de que la franquicia simplemente estaba mal dirigida en manos de Rick Berman.
Así pues recientemente se ha optado por un cambio de rumbo y poner la franquicia en manos de J.J.Abrams, creador de grandes series de televisión como "Alias" y "Perdidos" y también director de la última entrega cinematográfica de Misión Imposible.
En un principio está pensado realizar una película y no se descarta (aunque probablemente
dependerá del éxito de la película) la creación de una nueva serie. Algunos rumores apuntan a que se pretende realizar una "precuela" de la serie clásica y contar cómo Kirk y Spock se conocieron en la Academia de la flota. Sinceramente, no creo que sea acertado. Si bien admiro a Abrams y a su equipo de guionistas por haber realizado obras maestras televisivas como la segunda temporada de "Alias" o la primera de "Perdidos" me cuesta creer que vayan a acertar tomando esta idea como punto de partida para su película. En primer lugar, Enterprise era una precuela y fracasó estrepitosamente. La gente está harta de precuelas, quieren que se avance en la historia del universo Trek, quiere volver a los tiempos gloriosos de la franquicia de "La Nueva generación" o "Espacio profundo nueve". Quiere saber qué pasa con Data tras "Némesis" o qué pasa con Sisko después de "Espacio profundo nueve". Por otra parte, ¿Qué personajes se supone que van a arrastrar al público Trekie a los cines? ¿Un Kirk y un Spock jóvenes interpretados por actores desconocidos sin serie previa? No lo creo. Si esto se llega a realizar posiblemente fracasará. Si realizan una película, espero que por el bien de todos que la protagonicen personajes ya conocidos, como la plantilla de La Nueva Generación sin ir más lejos. Aunque lo ideal sería la creación de otra serie televisiva, creo que en esto Abrams sí que lo haría francamente bien. No olvidemos que el medio real de Star Trek es la televisión y que sus películas son meros complementos a sus series.
Tengo demasiadas dudas sobre el futuro de esta serie, me parece que se están precipitando tomando decisiones y creo que deberían esperar al menos un par de años más. Volver a poner en marcha demasiado pronto la "máquina de hacer dinero" puede acabar con la franquicia más
famosa de la historia de la televisión y esta vez para siempre.

Espero equivocarme. Larga y próspera vida.

Lo confieso: NUNCA me han gustado las series de médicos, Urgencias me aburre y odio Hospital Central. La complacencia y el peloteo que tienen en el "show business" hacia el sector de la medicina me toca las narices y por otra parte en este tipo de seriales el ejercicio de la medicina es secundario y los guiones prestan más atención a los líos que tienen entre ellos, sus problemas personales, folleteos y demás, resultando verdaderos culebrones un poco más sofisticados de lo normal (en el caso de urgencias porque Hospital Central era caspa pura).
Con House llega un soplo de aire fresco a las series ambientadas en hospitales. Y no porque la idea sea precisamente original ya que se inspira claramente en otros trabajos (léase CSI), pero sí que combina diversos conceptos con éxito.
La serie gira alrededor del Dr Gregory House, un personaje que destroza el concepto de lo que es (o debería ser) para la sociedad el médico modélico. Un tipo grosero, cínico, gruñón, maleducado, adicto a los tranquilizantes, déspota con sus subordinados y que no acepta órdenes de sus superiores. No acepta ponerse la bata blanca dentro del hospital y va a trabajar en zapatillas de deporte. Aparca su Honda de competición en la zona de minusválidos porque sí, también tiene una pierna inmovilizada. Así que básicamente es un cojo con muy mala hostia. Un auténtico antihéroe. Pero cuidado, que su aspecto y actitud no nos engañe. Es el mejor en su trabajo: Medicina de diagnóstico. Una auténtica eminencia en la materia, un genio de la medicina. El puto amo.
En el ficticio Hospital Universitario Princeton-Plainsboro de New Jersey, House dirige un equipo de doctores integrados por el Neurólogo Eric Foreman, el Internista Robert Chase y la Inmunóloga Allison Cameron.
House se encuentra cómodo trabajando con ellos, y aunque siempre les acaba demostrando que él es el que parte el bacalao, su equipo le aporta ideas y puntos de vista interesantes y además... le encanta tomarles el pelo.
Lo que resulta más interesante en House MD es que en realidad es una serie de misterio. House sólo acepta casos imposibles, los más raros, difíciles y que resulten un reto para sus conocimientos y su ego. A lo largo del episodio intenta buscar una relación entre los síntomas, buscando pistas en cualquier parte (en ocasiones mandando a sus colaboradores a que entren en la casa del paciente sin su permiso) para solucionar el caso. Este enfoque detectivesco, como si de un Sherlock Holmes moderno se tratara, combinado con la personalidad arrolladora de su protagonista es en mi opinión lo que hace de House una gran serie.
Hugh Laurie, el actor que interpreta a House ha sido merecidamente alabado por la crítica y premiado (con el globo de oro por ejemplo el año pasado) por su magistral interpretación, y la serie es actualmente uno de los programas más vistos en los USA y en buena parte del mundo. Esperemos que por mucho tiempo, para que House y su equipo nos sigan amenizando las noches de los martes.

House se emite en la actualidad en Cuatro, los Martes a las 22:00 horas.

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