Como contrapartida a la sección de Grandes Juegos Desconocidos, voy a inaugurar una nueva sección para comentar esos juegos que parecía que iban a ser algo grande y se quedaron en un truño infumable. Suelo ser bastante selectivo con los juegos que compro, así que en mis colecciones no suele haber juegos considerados "malos". Pero hay veces en que uno va con toda su buena fe a comprar un juego como Toy Racer. Y en este caso me la metieron doblada. Hasta el fondo.

Pero hagamos un poco de historia. Como sois unos lectores cultos, supongo que conocéis a Frédérick Raynal, uno de los mejores programadores de nuestro tiempo. Gracias a este hombre sabemos que los franceses sirven para algo más que para beber vino y dar cabezazos. Raynal fue el padre de Alone in the Dark, el juego que sentó las bases de todos los survival horror que llegaron después. Tras terminar Alone in the Dark 3, Raynal y su equipo abandonaron Infogrames y crearon la mitiquísima Adeline Software. Esta pedazo de compañía programó Little Big Adventure, Time Commando y esa pequeña gran obra maestra que fue Little Big Adventure 2. Pero el mundo es una mierda, LBA 2 no vendió bien, y Adeline quebró. ¿Es posible que tanto talento quedase desaprovechado? ¡Nunca! La gloriosa SEGA llegó al rescate. Adeline Software se convirtió en No Cliché, y a partir de este momento programaría juegos para Dreamcast con dinero de SEGA. El escenario parecía más que prometedor.

El primer fruto de este matrimonio llegó con el lanzamiento de Dreamcast en Europa (octubre del 99): Toy Commander. Éste juego pasó bastante desapercibido a pesar de ser un título muy bueno y original. Tenías que realizar diferentes misiones con vehículos de juguete en escenarios ambientados en el interior de una casa. Sí, Toy Commander molaba mucho, pero no vendió una mierda. El tiempo pasó, y No Cliché anunció su segundo gran proyecto para Dreamcast: Agartha. Se trataba de un survival horror que, por las pocas imágenes que trascendieron, tenía una pinta brutal. De los inventores del género no cabía más que esperar lo mejor. Y mientras se nos ponían los dientes largos con Agartha, a mediados del año 2000 No Cliché anunció un nuevo juego: Toy Racer.

Toy Racer se nos vendió como un juego de carreras que utilizaba vehículos y escenarios inspirados en Toy Commander. Personalmente, me encantan los juegos de conducción, y con el precedente de Toy Commander, la verdad es que la cosa prometía mucho. Y mientras más detalles se conocían, mejor pintaba el tema. Una de las grandes bazas del juego iba a ser el modo online, que nos permitiría jugar por Internet contra otros jugadores. Menudo must-have que se nos avecinaba. El lanzamiento se fijó para Enero de 2001, y cuando la fecha de lanzamiento estaba próxima, empezaron a contarnos algunos detalles que no sabría si describir como ilusionantes o mosqueantes. El juego iba a ser lanzado a precio reducido, y parte de la recaudación del mismo iba a destinarse para obras benéficas. Sonaba cojonudo, desde luego. El mosqueo llegó al conocer el precio final: ¡1990 pesetas! Por aquella época los juegos de Dreamcast costaban entre 8000 y 9000 pesetas. O estábamos asistiendo a un acto de generosidad infinita por parte de SEGA, o aquí había gato encerrado. Pues bien, a pesar de todo, y sin haber leido ninguna review, el día de lanzamiento de Toy Racer fui a la tienda a comprarlo.

Pasemos al análisis del juego. Bueno, no sé si llamarle juego, he jugado a demos con mucha más chicha que este Toy Racer. Tampoco sé si llamarle demo, así que llamémosle "cosa". Al meter esta cosa en la Dreamcast, empieza el desconcierto. La presentación es cutre de cojones, pero eso queda rápidamente eclipsado al ver la "amplia" variedad de modos de juego a elegir: Entrenamiento, Local y Online (no recuerdo si son los nombres exactos, pero más o menos). El modo local es para jugar partidas multijugador en la propia consola, y el online para hacer lo propio por Internet. ¿Y los modos de juego para un jugador? ¿Un mísero modo entrenamiento? Pues sí, para el jugador solitario sólo queda la opción de entrenar. ¿Y en qué consiste entrenar? Pues en dar vueltas a los circuitos hasta que te hartes. Ni siquiera puedes competir contra otros coches controlados por la máquina, sólo dar vueltas en solitario. En unos minutos puedes ver el juego completo, pues el número de circuitos y vehículos disponbles es irrisorio. Para colmo, los circuitos son diminutos, y técnicamente parecen peores que los del Toy Commander, que salió un año y medio antes. Además, a pesar del pobre apartado gráfico, el juego sufre unas ralentizaciones para cagarse, y eso con un sólo coche moviéndose en pantalla. No quiero ni imaginarme como sería con más coches compitiendo entre sí. Porque nunca llegué a probar el multijugador de este juego. Obviamente, no podía invitar a ningún amigo a jugar a esta cosa, pues corría el riesgo de que se riese de mí por gilipollas o de que me tirase el mando a la cabeza. Opté por intentar jugar por Internet. No fue posible. Las pocas veces que lo intenté no había nadie conectado para jugar. No me sorprendió, la verdad. Ésto es Toy racer, señores. Un despropósito que nunca debió salir a la luz, pero que ahí está.

¿Por qué existe Toy Racer? SEGA lo estaba haciendo bien con Dreamcast, la trayectoria de Raynal y su gente hasta entonces era intachable, ¿qué pasó? A finales del año 2000 el mundo era un lugar feliz: el Real Madrid era un equipo competitivo, nadie conocía a Bin Laden, la Dreamcast era realmente una consola de ensueño... Soul Calibur, Code Veronica, Metropolis Street Racer, ¡Shenmue! Joder, el Toy Racer salió apenas un mes después del Shenmue, ¿qué clase de broma macabra es ésta? Lamentablemente, no era ninguna broma. La salida al mercado del Toy racer equivaldría a las trompetas que anuncian el Apocalipsis. Apenas unos días después de comprar el Toy Racer, SEGA anunció que abandonaba el mundo de las consolas para convertirse en third partie, y que los días de vida de la Dreamcast estaban contados. Debí haberme dado cuenta de este hecho mientras recorría los insulsos circuitos del Toy Racer. Esa cosa que salía en mi televisor intentando asemejarse a un videojuego era en realidad un grito agónico de SEGA: "¡Nos hundimos!".

¿Y qué pasó con No Cliché? Pues se veía venir. SEGA disolvió la compañía, y Agartha fue cancelado (NOOOOOOOOO). ¿Es posible que tanto talento quedase desaprovechado? Pues sí, nadie volvió a hacerse cargo de esta gente. Los tres últimos proyectos de Frédérick Raynal: Agartha, un port de Toy Commander para PC, y una aventura llamada Trium Planeta, fueron cancelados. Está visto que desde que salió Toy Racer este hombre no levanta cabeza. Hace poco ha creado una compañía llamada Ludoïd. Su propósito es bien noble: conseguir que alguna distribuidora le dé el dinero necesario para programar Little Big Adventure 3. Si existiese justicia en este mundo, ese juego ya debería estar en desarrollo. Pero si la hubiese, también estarían en desarrollo el Beyond Good & Evil 2, el Psychonauts 2, el Shenmue III... dan ganas de tirarse por un puente. Bueno, mejor me pongo a jugar al Toy Racer. Será más rápido.

Para empezar, quiero dejar una cosa clara: soy usuario de GBA (con casi 40 juegos), pero no de GC. Es posible que no sea demasiado justo criticar una consola que no poseo, pero la vida es dura, qué le vamos a hacer. Si alguien no está de acuerdo con este planteamiento, que deje constancia en los comentarios.

Si ya fui bastante duro en el artículo dedicado a Xbox, con GC hay que serlo un poquito más. La situación que ahora están empezando a vivir los usuarios de Xbox, y en menor medida los de PS2, ya hace muchos meses (por no decir más de un año) que la sufren los usuarios de GC.  Es muy duro que una consola que salió en España en mayo de 2002 ya agonice en pleno 2005, pero así ha sido. Hace ya mucho tiempo que Nintendo decidió que GC no era rentable (la mayoría de las thirds parties también) y empezaron a pensar en clave de revolución. Desde que se anunció el primer retraso de Zelda TP, ya estaba claro que el destino de GC estaba sellado. Desde el verano pasado apenas nos han llegado los últimos títulos que Nintendo había anunciado para GC (algunos con bastante retraso, todo sea dicho). Afortunadamente, en el pasado E3 Nintendo sorprendió a todos con el anuncio de un nuevo Paper Mario, un nuevo juego de Donkey Kong, y la confirmación de que Zelda TP terminaría saliendo también en GC. SI estos juegos al final salen en España (reitero el condicional), Nintendo maquillaría algo el final de la vida de la consola, y aunque no compense tantos meses de sequía, Zelda TP es mucho Zelda TP. Pero sinceramente, viendo el panorama que hay en España (incluso un peso pesado como el MGS3 Subsistence ha sido cancelado aquí), no pondría la mano en el fuego porque esos juegos serán distribuidos en nuestro país, ni siquiera por el Zelda. Ojalá me equivoque.

Vamos con GBA. Este caso me toca un poco más la moral, porque tengo la consola desde poco después de su salida, y me he gastado mucho dinero comprando juegos.  Por ese motivo me gustaría que Nintendo tuviese un poco más de consideración con los usuarios españoles (y casi podríamos decir que con los europeos) en el tramo final de la vida de la consola. Porque GBA ha sido un exitazo, incluso aquí. ¿Por qué no nos traen Wario Ware Twisted!, Drill Dozer o Polarium Advance? Compraría encantado cualquiera de estos juegos si saliesen a la venta. ¿Cuál es el motivo de que no salgan? ¿No es rentable distribuir esos juegos con el enorme parque de consolas que hay, incluyendo a los usuarios de NDS? Y aunque la rentabilidad no esté clara, ¿no estaría bien pensar un poquito en toda la gente que ha comprado una GBA y distribuir esos últimos juegos?  Si no lo hacen, es porque la GBA está más muerta que viva, aunque no lo parezca. Un síntoma claro es que hay muchos establecimientos que están liquidando la GBA Micro, algo realmente chocante teniendo en cuenta que en otros países la GBA se sigue vendiendo como churros (sobretodo en EEUU). Ésto es preocupante, porque todavía quedan cosas interesantes por salir, y a lo mejor ni las olemos. Por ejemplo, como el Final Fantasy IV no haya vendido muy bien, ya podemos olvidarnos del V y el VI (que en teoría no saldrían hasta el año que viene).

Ya que hablamos de consolas Nintendo, otro tema interesante es el de los precios. Si recordáis, en el artículo anterior hablaba sobre el hecho de que como contrapartida al final de vida de Xbox, los precios de los juegos estaban por los juegos (en PS2 pasa lo mismo en menor medida). Pues bien, ésto apenas ocurre en las consolas de Nintendo. Mientras que todo el catálogo de Microsoft está a 10 euros en Xbox, el catálogo de Nintendo tanto en GC como en GBA está a su precio de salida o como mucho a mitad de precio en algunos casos concretos (Player's Choice). En GBA, por ejemplo, Nintendo casi nunca ha rebajado el precio de sus juegos. Si alguien quiere comprarse un Golden Sun, por decir uno, si consigue encontrarlo va a tener que pagar 40 euros, lo mismo que costaba hace cuatro años cuando salió. Es muy habitual que los juegos de Nintendo se descataloguen con el mismo precio que salieron a la venta, lo cual es bastante frustrante para el usuario. ¿A qué se debe ésto? Pue se trata de mantener una imagen de marca, de conseguir que la gente asocie Nintendo con calidad. Eso se consigue, o bien manteniendo el precio de los productos por encima del de la competencia (Nintendo siguió esa estrategia hasta hace relativamente poco), o bien procurando no bajar apenas el precio de los productos (la calidad hay que pagarla, por eso un producto Nintendo no puede venderse a precio de saldo como hace Microsoft). Desde el punto de vista del usuario (o sea, el mío propio), me quedo con la estrategia de Microsoft, desde luego. Pero el que compre una consola de Nintendo, ya sabe lo que hay con respecto al tema de los precios y las ofertas.

Un último apunte: lo que he disfrutado con GBA (y antes con la GB tocho) es algo impagable. Estoy más que contento con esta consola y estoy muy agradecido a Nintendo por los buenos ratos que me ha hecho pasar con sus juegos. Pero hombre, podrían hacer la gracia completa y traer los últimos juegos que faltan por llegar. Y una rebajilla en los juegos antiguos tampoco vendría mal. Y ya puestos a pedir, ¡QUE TRAIGAN EL MOTHER 3!

Ya iba siendo hora de actualizar, aunque sea para decir alguna chorradilla. Y aunque empezar hablando del tiempo sea un topicazo, no me queda más remedio: tengo calor, mucho calor. Hace años que no sudo tanto en este desierto en el que vivo. Mi habitación es un infierno, y cuando el ordenador está encendido la cosa empeora. La verdad es que entre el calor y que en agosto todo está medio muerto, poner el ordenador para conectarme a Internet me da una pereza bestial. Y no será por falta de cosas pendientes (actualizar este blog de vez en cuando, por ejemplo), pero bueno.

No sé si decir algo más, que lo que he escrito es muy triste. A ver, ¿qué os cuento? Por ejemplo, hace poco estuve por primera vez en la Campus Party. Sí, ese evento en el que 5500 frik...  digo, personas con ordenador, se reunen para compartir experiencias (y otras cosas, para qué nos vamos a engañar). Si alguien me pregunta si la semana que pasé allí valió la pena, la respuesta es un rotundo sí. ¡Qué aire acondicionado, señores! Vivir a poco más de 20 grados, incluso pasando algo de frío por las mañanas, no tiene precio. Aaaahhhh, como echo de menos ese fresquito, joder.

La verdad es que fue una semana muy interesante (y fresca). Por ejemplo, asistí a una presentación dedicada a Xbox 360 que estuvo muy bien. Ya puse mis impresiones en un post de esta página, así que no voy a repetirme porque como siga aquí mucho rato corro riesgo de deshidratación. Resumiendo: Gears of War, apoteósico; Crackdown, muy bueno; N3, bueno; Viva Piñata, interesante (apenas se vió nada). Siguiendo con el tema de la Xbox 360, diré que me apunté al campeonato de PGR3. Llegué a la tercera ronda, y eso que apenas había jugado a este juego (por ahora sólo tengo la Xbox "antigua"). Mis numerosas horas de juego a MSR, PGR y PGR2 sin duda ayudaron a la consecución de este logro. Supongo que el que no se presentasen mis rivales también ayudó XD.

Me estoy cociendo en mis propios fluidos. ¿Qué estoy haciendo? ¿Quizá estoy delirando? ¿Me atreveré a publicar esta mierda? ¡Sí! Y también publicaré en los próximos días los artículos pendientes y algún que otro análisis. ¡Aunque me tenga que comprar un portátil y escribir desde la piscina!

No, en serio, qué calor, cojones...