A las 14:30 del día de hoy fallecía el jugador del Sevilla Antonio Puerta. Alguno podría pensar que no hay motivo para lamentarse tanto, que todos los días muere gente de forma anónima y sin ninguna repercusión más allá de familiares y amigos. Entonces, ¿por qué hay tanta gente apenada en todo el país? ¿Por qué la muerte de Puerta es portada de todos los informativos, mientras que la muerte de Francisco Umbral, uno de los mejores escritores de nuestro tiempo, ha recibido en comparación un tratamiento casi imperceptible? Quizá porque la muerte de un anciano es triste pero aceptable, y en cambio la muerte de un futbolista, persona joven por definición, es una tragedia. Una tragedia que nos recuerda a la gente joven que no somos inmortales, que pensar que no nos puede pasar nada hasta que no veamos nada más que arrugas y canas en el espejo es una utopía.

Por otro lado, a todos nos entristece que alguien cercano a nosotros se vaya para siempre. Lo queramos o no, todos los aficionados al fútbol sentimos muy próximas a esas personas que todos los fines de semana se esfuerzan en divertirnos y hacernos olvidar las preocupaciones diarias, además de darnos ejemplo promoviendo el deporte y el trabajo en equipo. Por eso la repentina desaparición de una pieza de ese maravilloso engranaje que es el mundo del fútbol deja un vacío tan grande. Pero es que además Puerta se fue en el terreno de juego y ante todos nosotros, ilusos personajes que sólo queríamos un rato de entretenimiento viendo un espectáculo en el que la muerte no tiene cabida, o eso creíamos. Y para hacer más crudo el tema, por unos días hemos cambiado las intrascendentes pero necesarias noticias de resultados y fichajes por angustiosos partes médicos de hospital.

Hasta siempre Antonio Puerta. No te conocía, no sé si eras buena persona o no, ni siquiera soy aficionado de tu equipo, pero he sentido un gran pesar con tu sufrimiento y tu partida. Porque eras uno de los míos: un joven amante del fútbol.

Voy a comentar muy brevemente el proceso que hay que seguir para instalar y empezar a trabajar con XNA Express. Por supuesto lo primero que tenemos que hacer es descargar los programas que necesitamos. Estos programas los podemos encontrar en la página de Microsoft, la misma desde la que podemos descargar otros chorrocientos programas y actualizaciones para Windows. Concretamente, desde aquí podemos descargar el programa principal, el framework, los readme, y desde los enlaces de descarga encontraremos otros enlaces al resto de programas necesarios. Como mínimo, hay que bajarse los siguientes archivos:

XNA Game Studio Express 1.0 Refresh
Es el programa que vamos a utilizar para desarrollar los juegos.

XNA Framework 1.0 Refresh
Es una biblioteca con código específico para el desarrollo de juegos.

Microsoft Visual C# Express 2005
Es el entorno de desarrollo de Visual C#, lenguaje en el cual se van a programar los juegos. Al instalarlo, conviene instalar también la librería MSDN (nos lo preguntará durante el proceso).

DirectX Software Development Kit
Si queremos hacer algo serio, conviene trabajar con DirectX, y para ello necesitamos hacer esta instalación. La verdad es que al principio y para cosas sencillas no es necesario, pero no está de más tenerlo instalado.

Una vez descargado todo, lo primero que hay que instalar es el Microsoft Visual C# Express 2005. Si no lo hacemos no podremos instalar el XNA Game Studio Express 1.0 Refresh. Después del XNA, instalamos el framework. El DirectX SDK lo podemos instalar en cualquier momento.

Bien, con todo instalado procedemos a ejecutar el programa. La primera sorpresa es que no parece un entorno específico para crear videojuegos, sino que directamente se abre una ventana del Visual C# 2005 Express, sin ningún cambio aparente (¿WTF?). La diferencia la encontramos al crear un nuevo proyecto, pues encontraremos plantillas para desarrollar juegos en Windows, en Xbox 360, y una plantilla de ejemplo sobre un juego llamado Spacewar.

Si creamos un proyecto para programar un juego para Windows (por ejemplo), nos encontraremos con un código base que crea el bucle de ejecución del juego. Si ejecutamos este código, nos aparecerá una pantalla de juego vacía, y aquí es donde empieza nuestro trabajo.

Ésta es la base para empezar a crear nuestra obra maestra. La parte sencilla del trabajo ya está hecha. A partir de aquí, a pelearse con el C# y a echarle horas para hacer algo. Que Dios nos asista.

Por enésima vez me pica el gusanillo de ponerme a trabajar en un videojuego. Es un tema recurrente que intento poner en práctica de vez en cuando, pero al final la cosa se queda en nada. Con estos asuntos casi siempre pasa lo mismo: empiezas con mucha ilusión, pero hacer algo bueno y largo es muy difícil y requiere mucho tiempo. Al final el trabajo se queda a medias, pero al menos se aprende algo y por eso no tengo sensación de tiempo perdido. Así tengo empezados dos juegos en DIV2 (el típico juego de naves que se hace para aprender a mover sprites y un plataformas) y algún experimento cutre en C++. Los únicos "videojuegos" que tengo terminados son trabajos que hice para el instituto o la carrera, y ya va siendo hora de desarrollar una idea propia.

La cuestión más importante que hay que plantearse al principio es: ¿qué lenguaje voy a utilizar? Hay muchas opciones, pero la elección va a condicionar todo el trabajo. ¿Es mejor optar por un entorno preparado para el desarrollo de videojuegos (tipo DIV o RPGMaker) o trabajar "a pelo" en lenguajes como C++ o Java? En estos momentos estoy pensando en usar una opción intermedia que está de plena actualidad: Microsoft XNA Game Studio Express. Básicamente se trata de trabajar en Visual C# con una interfaz orientada a la creación de videojuegos.

Ahora me estoy bajando los programas que necesito. Antes de hacer nada necesitaré un tiempo para familiarizarme con los programas y aprender un poco cómo funciona el C#. Quizá en esta fase me canse y no pase de ahí, pero es un comienzo. Si después de la fase de aprendizaje decido ponerme a hacer algo ya iré poniendo información en el blog. Lo único cierto es que hay una parte de mí que está deseando crear algo, y otra que me dice que le haga caso al pequeño dios del maíz…

Sin duda, uno de los acontecimientos más destacados de la Campus Party de este año fue el concierto de la orquesta Video Games Live. Por primera vez en Europa, los asistentes pudimos deleitarnos con música de videojuegos interpretada magistralmente en directo bajo el mando de Tommy Tallarico y Jack Wall. No tocaron todo su repertorio y hubo algún que otro problema técnico, pero a pesar de todo fue una gran experiencia. Aquí os pongo algunos vídeos encontrados en Youtube. Faltan muchas piezas, pero os podéis hacer una idea de cómo fue.

El concierto comenzó con un medley de juegos clásicos bastante interesante.


Durante el concierto se realizaron dos concursos utilizando los juegos Frogger y Space Invaders. Aquí podéis ver al tío que se hizo famoso con el ya legendario “I’m David from Tenerif”.



Fragmento de Medal of Honor.


Por supuesto, la presencia de Sonic era indispensable.


El concierto se cerró con el tema One Winged Angel, de Final Fantasy VII.


Se tocaron temas de Metal Gear Solid, Mario, World of Warcraft, Halo… en Youtube hay vídeos de estas canciones (por si os interesa), pero no de la Campus.