Tal día como hoy hace 10 años...

Tal día como hoy hace 10 años, cierto personaje admirado por muchos empezó a contarnos una historia. Una historia fechada en los años 80 y que comienza con la muerte de una persona a manos de otra. Un argumento muy común que se quedaría en un ajuste de cuentas más si no fuera por que el hijo del asesinado, atormentado por la muerte de su padre, decide investigar por su cuenta lo ocurrido. Y aquí comienza la epopeya de un chico normal y corriente que se adentra en un mundo peligroso y desconocido dejando atrás familia, estudios y amores. Sería una historia de venganza más si no fuera porque estaba narrada como nunca antes habíamos visto.



En un principio la historia quedó inconclusa, pero nuestro contador de historias volvió un tiempo después, a pesar de que éramos menos los interesados, a relatarnos como el protagonista viaja a un país desconocido para él con la intención de continuar su búsqueda. Un viaje en el que le enseñarán que la venganza no es el camino correcto, y en el que descubrirá cosas sobre el pasado de su padre que quizá no estaba preparado para conocer.



Llegados a cierto punto, el protagonista se encuentra en un paradisíaco paraje junto a una misteriosa chica. Pero antes de conocer la verdad nuestro narrador se despidió y nos prometió que la historia continuaría en un futuro.



Desgraciadamente, el afamado contador de historias que antaño tenía el mundo a sus pies cayó en desgracia y nunca pudo concluir su relato... ni comenzar otro. A día de hoy, nadie sabe como termina la historia, y es probable que no lo sepamos nunca. De hecho es posible que muchos ni tan siquiera sepan de qué estoy hablando, pero no importa. Las buenas historias, acabadas o no, siempre perduran en el tiempo... y se convierten en leyenda.