Publicado: 21:48 27/01/2008 · Etiquetas: panocha, panocho · Categorías: Cenutrismo: lengua sin respeto
Una entrada sencilla para ver si hay alguna respuesta en esta pseudo(que significa "falso")encuesta. Sin buscar definiciones academicistas ni nada, ¿tiene connotación sexual la palabra "panocha"?
Ah, y la foto se me olvidaba: La he encontrado por ahí. Publicado: 11:28 26/01/2008 · Etiquetas: analisis, wii, donkey kong jet race · Categorías: Artículos
Publicado: 12:08 21/01/2008 · Etiquetas: sinonimia · Categorías: Cenutrismo: lengua sin respeto
La respuesta es: no, la lingüística demostró hace mucho tiempo que los sinónimos completos no existen.
Publicado: 20:31 19/01/2008 · Etiquetas: critica, critica, crimenes de oxford, tilde · Categorías: Escafurcios
Los comentarios están a tu disposición para poner tu crítica de la película de Álex de la Iglesia.
Publicado: 15:08 18/01/2008 · Etiquetas: no relacionado en absoluto, bobby fischer · Categorías: Escafurcios
Una leyenda viva que ya no lo está: Bobby Fischer ha muerto, y lo hace el mismo día que sale a la venta Wii Ajedrez.
¿Es que nadie ve un patrón? Más allá de que esté frivolizando con la muerte y demás cosas sin importancia. Leo en el reducto del rojerío pero ya no de la masonería (que dice Losantos que es Público), esto, El País, que Ibáñez (Mortadelo y Filemón, 13 Rue del Percebe, y una pila más) dice que los videojuegos acaban con los cómics.
Me reconozco seguidor de la obra de Ibáñez, y está claro que se equivoca. Con los cómics acaban muchas cosas, pero no los videojuegos. Al menos no más que la MTV... eh, espera, en su época otros abueletes decían que la MTV era el diablo y acababa con tal o con cuál. Es normal que cada uno barra para su casa, pero los videojuegos no acaban con los tebeos. Los tebeos se ven perjudicados porque los niños y jóvenes adolescentes (que son el público mayoritario, como con los videojuegos) no leen, y lo que hay que hacer es mirar cuál es la causa de que no lean: sea el sistema educativo, la tele, la sociedad, Internet, YouTube (que también tiene la culpa de todo), o, a lo mejor sí, los videojuegos. A nadie le importa el himno, salvo a los mismos tíos de mierda de siempre que no tienen que preocuparse de las cosas de verdad.
A nadie le importa lo que diga el COE y menos la SGAE, y nadie decente entiende que esa panda se ponga a hacer como que decide sobre cosas serias. A nadie le importa que los deportistas parezcan gilipollas cuando suena el himno: comúnmente parecen los que son. A nadie le importa lo que tengan que aportar sobre el tema grandes profesionales como Ana Rosa Quintana. A nadie le importa que a Alonso (el que ministra, no el que conduce) o al político de turno le guste o no, o se tire por la ventana de horror. A nadie le importa que salga un tipo canoso por la tele diciendo tonterías simulando que tiene ideas y conceptos profundos en la mollera. A nadie le importa que salgan lloricas diciendo que la letra sea un poco facha. Cacho subnormales: todos los himnos son fachas a reventar, se trata de eso. Ésa es mi sesión de odio de hoy. Publicado: 09:42 16/01/2008 · Etiquetas: ps2, analisis, art of fighting anthology · Categorías: Artículos
Con el sano objetivo de desinfectar las heridas de los tajos que se hagan los luchadores.
Publicado: 17:14 07/01/2008 · Etiquetas: inadaptados, monetarios, euro, peseta, a estas alturas · Categorías: Sesión de odio
Todos tenemos en nuestra familia a un inadaptado monetario. Puede ser el abuelo que te vacila de que él ya manejó céntimos cuando era joven (en el Pleistoceno), o el cuñado experto en finanzas. Gente que luego te pones a hablar de lo que vale cualquier cosa, usando la maldita moneda que llevas manejando desde hace ya un porrón años, y te dicen “¿y eso cuánto vale?”
Es decir, estás comentando que un coche sale por 15.000 euros, o que hay un pisito interesante por 200.000 euros (gracias, sistema abusivo que permite sobrevaloración, especulación y demás mierdas), y te preguntan que cuánto vale. Y no, no están sordos. Son incapaces de manejar como concepto el valor del dinero con el paso a euros y siguen necesitando que se lo traduzcan a pesetas. Yo ya no sé ni cuánto coño valían las pesetas cuando se estableció el cambio ni creo que ese valor (con el estado de precios, sueldos y coste de la vida, en general) siga vigente hoy más allá de la anécdota histórica. Y no, no se limita a las “cosas caras” que parece que tienen que tener una barrera psicológica (que se soluciona aprendiendo a multiplicar la tabla del 10, cojones), sino a cosas simples y baratas. Lo peor es que el monguer del ministrillo al final va a tener razón y todo, y eso contradice muy parcialmente mi teoría de que todos los políticos son medio-subnormales. La de que son unos hijos de puta no, claro, ésa es irrefutable. Ésa es mi sesión de odio de hoy. Permitidme ir al grano: me molesta la gente que no se separa del teléfono ni para ir a cagar (literalmente) y es que es capaz de contestar mientras está cagando (literalmente, otra vez).
No acabo de entender tampoco a la gente que está hablando contigo, suena el teléfono, y se pasa los siguientes veinte minutos hablando por el móvil. Me disgusta igualmente la gente que está comiendo, le llaman al móvil y se pone a hablar en la mesa. Y la gente que te coge la llamada para decirte "ahora no puedo, llámame luego." Cojones, si no lo coges ya te llamaré más tarde, no me hagas gastar mi maldito dinero por tu estupidez. En líneas generales, la cuestión radica en que la gente establece una prioridad en sus actos comunicativos, formando una jerarquía en la que se prioriza la comunicación con unos individuos sobre otros. De manera instintiva se hace, por ejemplo, al estar en una tertulia (civilizada y normal, en un bar, e incluso al borde del coma etílico y no como los bonobos gritones de la televisión seria) cuando nos callamos para que una de las personas que ha empezado a hablar la mismo tiempo exponga su visión, o para que el abuelete suelte su rollo que no nos importa, por simple educación. Es un acto social, habitual, estándar, con profundos matices sociológicos y esas cositas. Por tanto, lo que me molesta es cuando la jerarquía se ve rota por la intromisión de un aparato: da igual quién llame y lo insustancial de lo comunicado, ya que el canal comunicativo se establece como elemento jerarquizante frente a la autoridad de los comunicadores e incluso frente al propio mensaje comunicado. Es decir, rompe algunas de las normas básicas de la comunicación. También se puede llamar como acto de mala educación. Porque nadie se va a quejar por atender una llamada urgente, o con algún elemento importante (comunicación muy ocasional por cuestiones ajenas a la voluntad, por ejemplo), pero, francamente, en la mayoría de las ocasiones es pura verborrea y diarrea mental. Ésa es mi sesión de odio de hoy. Un reportaje de la redacción que repasa algunos de los títulos más destacados del año, por géneros, y sin concesiones.
Los Premios Darwin reconocen cada año la excelsa labor de autoeliminar el código genético más deficiente de la evolución de la especie. Es decir, son premios para aquellos que se han matado (o castrado) por su propia estupidez, de manera que no perpetuarán su tontuna entre la humanidad.
En inglés: Premios Darwin |
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