Escudriñando el último vídeo e imágenes, podemos deducir lo siguiente:
- Los personajes pueden vivir en tiendas de campaña con buzones de cartón en la entrada. - Vuelven las tres especies básicas de rosas. - Tanto nuestro personaje como los aldeanos nos podemos sentar en el banco que hay en el pueblo. - Hay una especie de panal de abejas. - Se confirma la existencia de naranjas, cerezas, peras, manzanas y también palmeras y cocos. - Nuevas animaciones para capturar un insecto. - Vuelven a aparecer los cedros. - Reaparecen las setas en otoño. - Parece que se pueden tener varias farolas en la ciudad. - Los aldeanos pueden tener un seto rodeando su casa en vez de flores. - Hay muebles que se pueden poner en las paredes. - Nuevos colores de pelo. - En una misma casa pueden estar dos aldeanos, lo cual quiere decir que para las partidas online podrán estar al menos dos visitantes en el interior de una misma casa, tres si contamos con el dueño del pueblo. - Se puede cambiar de calzado. - Vuelven los cameos de Nintendo: triforce, cofre del tesoro, espada maestra, traje de link... - Puede haber playa en los laterales. - De nuevo podremos ver una especie de muelle o pantalán en el pueblo. ¿Significará esto que llegaremos en barco? - Los personajes femeninos podrán usar shorts. - Nuestro personaje puede andar descalzo. - Se puede nadar y bucear. - Hay un nuevo personaje, un perro amarillo, que en el vídeo nos sigue a todas partes. - El suelo no es completamente plano y liso como vimos en DS y Wii, sino que tiene una especie de textura que le proporciona voluminosidad y parece que tiene pequeños altibajos. Se puede apreciar claramente en las imágenes. - Las plantas que dan flores tienen más hojas, de forma que ahora se parecen más a cómo es la especie en la vida real. - Los árboles por fin tienen un diseño nuevo y no el reciclado de siempre, además, tienen volumen, ya no son simples sprites. Hasta ahora he comentado mi etapa militar en Matacán, Salamanca, y antes de pasar a lo siguiente, me gustaría comentaros algunas curiosidades que vi por allí.
En el cuartel había un código de honor no escrito en el que robar a un compañero era lo último. De hecho, lo viví en mis propias carnes en una de estas que me fui para casa y dejé la taquilla abierta del todo. Cuando regresé, allí estaba cada cosa en su sitio y no faltaban ni las arañas. Todos dormíamos en una especie de nave. Las camas eran dobles, uno dormía arriba y otro abajo. Había una zona en la que competían duramente todas las noches a ver quién roncaba más fuerte. Uno de los compañeros sufría insomnio, y a cambio de dinero se ofrecía para hacer las guardias nocturnas de los demás. Lo pillaron durmiendo. Uno de los reclutas tenía incontinencia nocturna, vamos, que se meaba de noche en cama. Lo mantuvo en secreto cuanto pudo hasta que una noche se le dio por dormir encima de alguien. El de abajo se levantó literalmente empapado. Pasó de ser un compañero más a un paria. Uno se le dió por hacer el loco para librar. Era un tío gordo que al principio lo oías hablar y parecía listo y culto. A las dos semanas o el cerebro se le pasó de revoluciones o tanta cultura le cambió el carácter, porque supo desquiciar a todos allí dentro. No sé qué fue de él. Una de las guardias que hacíamos los reclutas era el de imaginaria, que consistía en estar 24H al cuidado de la nave en donde se dormía. Tenías una silla y una mesa, y en uno de los cajones había una GameBoy de las viejas con la que se podía jugar a placer, siempre y cuando no te viesen los mandos, claro. Nadie la robó nunca. Conocí a uno de Salamanca que se llamaba Antonio, al cual le enseñé un par de estrofas de una canción típica gallega. Secreto: (Pincha para leerlo) . La recitaba diariamente cual mantra tibetano. Por allí rondaba un fotógrafo que quería sacar fotos a todos. Muchos le decían que sí y luego el señor se pasaba semanas buscándolos entre la tropa ayudándose de las fotos en miniatura que portaba con él. Pesado que era el tío, santa paciencia que tenía y sobre todo qué ojo clínico para distinguirnos entre tanto uniforme. En la base pululaba un rumor que contaba que una vez un PA (Policía Aérea) dio el alto a alguien que se le acercaba pero no paraba. Al final le disparó y resultó ser un burro. Le dieron 30 días de permiso por su valentía. Cuando llegó de vuelta, le metieron 30 días de arresto por haberlo matado. Curiosamente, en la Escuela Naval Militar de Marín existe la misma historia pero con un sordo a bordo de una barquita. ¿Coincidencia o bulo? Allí se jugaba mucho a los dados, y se hacía una trampa que consistía en que si querías que saliese una cara, debías humedecer la opuesta con saliva y luego tirar el dado. Pensad ahora en cinco tíos en pleno verano, sudorosos, en la cantina, hasta las orejas de cerveza con gaseosa, pasándose el dado con las manos y llevándolo a la boca disimuladamente... La E-coli pepino-alemana nos hubiese fusilado a todos. Al principio, cuando veíamos un mando, no saludábamos, pasábamos por su lado y decíamos "hola". A la semana, tras las correspondientes quejas a nuestros alféreces, nos avisaron que había que hacer el gesto de saludo militar y decir "a sus órdenes", así que para evitar eso, en cuanto veíamos a alguien de rango superior, cruzábamos la calle o directamente cambiábamos de rumbo para evitar saludarlos. El día pre-jura de bandera, nuestro alférez y el cabo salieron con nosotros. En cuanto el alcohol se adueñó de las neuronas, pasamos del respeto al odio, a las protestas, a los insultos, al arrepentimiento, a las lágrimas y a bailar todos juntos, por ese orden. |
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