Resultados para etiqueta "esfinge" En esta ocasión veremos una serie de ilustraciones que los europeos hicieron de la Gran Esfinge a partir del siglo XVI. La razón de esta fecha, es que en 1517 los turcos otomanos se hacen con el poder en Egipto, y a partir de entonces, viajar al país del Nilo se vuelve más seguro. A esto hay que añadir que en Europa, con el Renacimiento, creció el interés por el pasado antiguo.
En el genial libro “Todo sobre las pirámides” de Mark Lehner, además de otros medios, se realizan exposiciones como la que sigue. Sin más dilación, veamos algunas imágenes en orden cronológico: La primera corresponde a André Thévet, y fue publicada en 1556 en su "Cosmographie de Levant". Para este autor, que visitó Giza, la Esfinge era "la cabeza de un coloso, a semejanza de Isis, hija de Ínaco, entonces tan amada por Júpiter". Hay que darse cuenta que muchos de estos viajeros no hacían sus dibujos in situ, sino tiempo después, y representaban los monumentos de memoria. Y así les salían cosas como ésta: Johannes Helferich, que también visitó Giza, representó la Esfinge como una mujer con el pelo liso, lo que sin duda recuerda al tocado nemes de la misma. Es curioso comprobar cómo en estas primeras ilustraciones la Esfinge es una mujer, en una clara influencia de la esfinge mitológica griega. La imagen de Helferich se publicó en 1579: En 1610 nos encontramos con la Esfinge de George Sandys. La imagen pertenece a su "Relation of a journey begun in 1610". Aunque Sandys dijo que los egipcios representaron a la Esfinge como una ramera, al menos ya nos encontramos en su ilustración con una imagen más o menos familiar: La siguiente Esfinge es de Balthasar de Monconys, de 1647, que la dibujó con una redecilla para el pelo: En 1650, François de La Boullaye-le-Gouz representó a la Esfinge con un peinado redondeado y una especie de collar, sin duda un recordatorio de los "pliegues" formados por las distintas capas de la roca de la estatua: El jesuita Athanasius Kircher ni siquiera viajó a Egipto, así que la Esfinge de su "Turris Babel" de 1674 proviene enteramente de su imaginación y de una descripción que había leído, según la cual la Esfinge era un enorme busto sobresaliendo de la arena: La primera representación más o menos fiable pertenece al viajero y artista Cornelis de Bruijn. Fue publicada en 1698: Después tenemos la ilustración, en 1743, del reverendo Richard Pococke, que visitó Egipto entre 1737 y 1738. Su Esfinge, que encontramos en "A description of the East and some other countries", está claramente inspirada en la de Bruijn: Frederick Norden era capitán de la armada danesa, y visitó Egipto en 1738. La imagen que viene a continuación fue publicada en 1755 en su "Voyage d’Egypte et de Nubie". Como curiosidad, Norden es el primero que representa a la Esfinge con la nariz rota. A este respecto, aunque los anteriores autores la representaron con nariz, lo cierto es que en el siglo XV el historiador egipcio al-Maqrizi ya nos habla de la falta de la nariz, atribuyéndole la mutilación de la estatua a un sufí. Así que aunque a menudo se culpe a las tropas de Napoleón del destrozo, sabemos que la nariz de la Esfinge faltaba desde hacía varios siglos antes: En 1799 nos encontramos con la imagen de Louis-François Casas. De nuevo, muestra la nariz completa: Para terminar, la siguiente imagen que voy a poner pertenece a André Dutertre. Fue publicada en la conocida "Description de l’Égypte" en 1822, obra surgida de la expedición de Napoleón a Egipto que comenzó en 1798, y en la cual iban numerosos artistas. Uno de ellos fue Dutertre. A partir de entonces, la Esfinge fue representada fielmente: |
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