Antes de Partir

Categoría: Turismo

Publicado: 06:45 17/12/2011 · Etiquetas: · Categorías: Turismo
¡Bueno! Hoy voy a contar mi breve visita al santuario de Yasukuni. Desde que descubrí la existencia de este lugar siempre había querido ir. La verdad es que no me decepcionó, este templo, a diferencia de todos los templos de Tokyo tiene un aura especial...será por los 14 millones de kamis que lo habitan.



Es un lugar mágico, donde la naturaleza es verde y el aire fresco (esto último me impresionó pues el aire de Tokyo no es de los mejores que hay...). Una de las cosas que más me gusto fue el estanque que hay detrás, tuve la oportunidad de quedarme solo mientras anochecía y he de decir que la tranquilidad que reinaba era impactante.

A pesar de ello, el lugar también destaca por el mercadillo que se hace a sus puertas y por los fascistas japoneses que allí se reúnen. No es raro ver a gente vestida como un soldado japonés de la Segunda Guerra Mundial mientras ondean banderas imperiales y gritan consignas nacionalistas. Todo un espectáculo.



La verdad es que si tenéis la oportunidad, visitadlo, sobretodo en Domingo y por la mañana. No os decepcionará..








Publicado: 13:53 07/12/2011 · Etiquetas: · Categorías: Turismo : Vida
Como comentaba en la entrada anterior, el pasado Jueves me fui de fiesta, bueno, a tomar unas copas. Todo empezó al salir de clase cuando me disponía a volver a casa pues no me encontraba del todo bien. Se me acercó Ricardo, un chico brasileño con el que me llevo muy bien, preguntándome que qué iba a hacer. Bueno, no le costó mucho trabajo convencerme, me dijo que como era el cumpleaños de una de nuestras compañeras iban a salir a tomar y comer algo. No era mal plan.

Nos dirigimos a un Izakaya del centro de Shibuya, en el que las jarras de cerveza cuestan 280yenes. Mi intención era la de acompañarlos y no tomar ni comer nada pues como ya sabréis, estoy intentando gastar lo menos posible. No hizo falta, la chica cumpleañera pagó la cuenta casi en su totalidad y sólo me gaste 1000yens.

Al caso, entramos y nos llevaron a una habitación estilo japonés, en la que tienes que descalzarte y el suelo es de madera. La verdad es que era una habitación bastante intima y en la que se estaba muy cómodo. Empieza la hora de pedir. En la mesa hay 2 pantallas táctiles que mientras están inactivas no paran de emitir ruidos y de aparecer anuncios de vete tu a saber qué. Las rondas llegan, con tan sólo unos clicks tienes tu pedido. Comida, jarras etc.

La mesa empezaba a parecer un mosaico. Había pinchos de pollo, bolas de pulpo, patatas fritas, una especie de habas (mameshiba), patatas rellenas de queso, pollo rebozado y una larga lista de manjares que entre jarra y jarra, sentaban de maravilla.

El tiempo pasabas, las rondas seguían y la conversación se iba animando. Por cierto, no he mencionado que eramos una mezcla bastante graciosa. China, Italia, Australia, Brasil, América y España, casi como un anuncio de la Beneton.

Y así fue pasando la tarde, entramos a las 5 y salimos a las 11, justo a tiempo para llegar a mi casa a las 12, una buena hora. Al día siguiente tenía que madrugar, hacer los deberes y volver a clase. Lo que yo no sabía es que iba a ser una jornada más dura de lo que me esperaba. Otra vez la odisea: abrir una cuenta en el banco y conseguir un teléfono...

Publicado: 13:52 07/12/2011 · Etiquetas: · Categorías: Turismo
Bueno,hoy me dispongo a relatar un poco mis paseos por estos sitios. Como voy justo de dinero y estoy en plan monje no pondré mis impresiones obre lujosos restaurantes o deliciosos cafés. Simplemente ando, miro fotografío y si veo un sitio bien barato para comer, me meto. Parece que no pero lo disfruto incluso más de este modo, en fin, vamos al tema...

El primer día de "turismo" lo pasé en Shibuya. Quede con una amiga y me mostró un poco la zona. Nos dedicamos a buscar la escuela donde tendré que ir el próximo Lunes y de paso, buscábamos un tabehodai de curry que al final no apareció. Pese al fracaso, encontramos un buen puesto de ramen en un callejón e hicimos ahí la comida. Una vez con los estómagos llenos me llevo al Shibuya 109, un centro comercial de moda femenina un tanto...recargado. Dentro pude ver las mujeres más estrafalarias y más raras, un espectáculo que creo que repetiré.

Acabada la visita al zoo femenino, me llevó por los pasadizo de debajo de la estación de Shibuya, supermercados, tiendecitas etc. todo un mundo bajo tierra. Llegados a este punto le pedí que me llevara al Shibuya 109 2, lo mismo pero de chicos. Este era más calmado, no había tanto bicho raro y la ropa estaba muy bien, exceptuando su precio. No duro mucho la visita porque la pobre mujer se caía de sueño así que fuimos a tomar un café en un bar que estaba en el 5 piso de un edificio del cual no recuerdo el nombre. Ahí charlamos un rato y después cada cual a su casa.

El segundo día de turismo lo pase en Akihabara. Fue un día raro, no paré de andar en ningún momento y la verdad es que me agotó más de lo que pensaba. Calles y calles llenas de edificios llenos hasta los topes de aparatos eléctricos, luces, sonidos y videojuegos. Un colapso sensorial en toda regla. Es un sitio muy curioso porque puedes encontrar de todo, por ejemplo, yo encontré una tienda llena hasta los topes de consolas y videojuegos retro, era como estar en el cielo.

Por otro lado, las calles estaban llenas de japonesitas muy monas que te invitaban a sus "maid cafés". Al principio tenía su gracia ir coger el papelito pero cuando ya te lo habían dado 15 veces empezabas a estar harto. En fin, Akihabara es una zona que estimula tu consumismo hasta limites insospechados pero como no había dinero, me fui con las manos vacías.

Al siguiente día fui a Roppongi. Cabe decir que fui de día y tampoco indagué mucho. A primera vista una zona cara y que debe ser visitada de noche, con la fiesta y todas esas cosas. Fui a la Embajada Española (la cual encontré cerrada, casi no hacen horas...) y a buscar trabajo en un restaurante español. Entre medio, me descolgué para ir a pasear por el cementerio de Aoyama y encontrar así un remanso de paz de lo más bucólico. Los cementerios japoneses tienen un no se qué muy raro que hace que te relajes. En fin, un día de caminar, pasar calor y no sacar nada en limpio.

Después de Roppongi, me tomé dos días en casa, sin gastar y acabando el papeleo que me quedaba hasta hoy, que he decidido darme un "lujo" y pegarme la gran caminata. Todo empieza en la estación de Ueno, desde donde me he dirigido al mercado de Ameyoko. Me ha recordado a los mercadillos españoles, lleno de ropa hortera, comida y vendedores que intentan camelarte con sus gritos y sus ofertas. Es un sitio singular, lleno de vida y muy colorido. La verdad es que volveré a pasear por sus calles cuando me sienta nostálgico.

Una vez agotado de tanta gente y tantos gritos me he ido a pasear por el parque de Ueno. Me he dedicado a ver los árboles y los templos hasta que he llegado al zoo y por lo visto, hoy la entrada era gratis. Aprovechando, me he metido pa'dentro y ala, a ver animales. Lo único que no he podido ver han sido los pandas gigantes pues había una cola impresionante.

Listo el parque, he puesto rumbo a Asakusa. La verdad es que tenía un gran trozo desde Ueno hasta Asakusa pero bueno, se me ha pasado rápido mirando tiendas. Una vez ahí, por fin he podido ver la Kaminari Mon (Si, el arco ese con el farolillo gigante). Es un sitio precioso. Las casas antiguas, el templo, las estatuas etc. todo desprende una magia que me es difícil de describir. La atmósfera pueblerina en medio de bloques de hormigón. Lo típico de "tradición y modernidad se funden". En fin, que ha sido una pasada.

Después ya la vuelta a casa y las compras de ultima hora. Desde luego no ha sido una publicación muy elaborada. Estoy cansadísimo y con hambre, pero me apetecía escribir. De paso, se entera la familia un poco.

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