Antes de Partir

Categoría: Vida

Publicado: 09:07 17/12/2011 · Etiquetas: · Categorías: Vida


Con este post inauguro una nueva temática que va a aparecer de vez en cuando por este blog: la comida. Es un tema que preocupa bastante a mis padres y a mi abuela (Esta última seguro, miedo me da volver e ir a comer a su casa), por todo el tema de la dieta equilibrada, comer variado y no pasar hambre etc. Las mismas preocupaciones que tienen cuando te vas a un piso de estudiantes.

Pues bien, en este voy a hablar del yakisoba que me preparo casi siempre. Es barato, bueno y rápido, además de ahí comen tres personas. Lo descubrí un día que estaba paseando por el super en busca de comida rebajada, me topé con un paquete a 98 yenes donde por foto tenía un hermoso bol de fideos tostados y dije "Tiene que ser mío". Después, para no estar triste y comerme los fideos a palo seco decidí comprar una bolsa de moyashi a 29 yenes (Moyashi = bortes de soja).

Aquí vino mi preocupación, ¿Como me lo como? Bueno, no fue muy problemático, las instrucciones del paquete eran bien fáciles:

-Primero: pon una sartén al fuego con aceite y fríe un poco la verdura (A mi me gusta dorarla y que quede crujiente)

-Segundo: abre los dichosos paquetes de fideos como puedas, porque me juego lo que sea que los cierra el Diablo, pon les fideos en la sartén, vacía el sobrecito con los polvos y añade muy poca agua.

-Tercero: remueve y separa los fideos, después mantenlos en el fuego hasta que estén en el punto que te gusta.

-Cuarto y último: ponte ciego a comer.

La verdad es que intento no abusar del yakisoba porque quiero volver a ponerme en forma. Es increíble como me he cargado más de 4 años de entrenamiento en 2 meses (LLuis si lees esto no te enfades). Aquí todo es dulce o caro, al menos para mi.

En fin, aquí concluye el primer post sobre lás comidas rápidas y fáciles que te puedes pegar en Japón, espero que los que lo leáis y estéis por tierras niponas le deis una oportunidad si todavía no lo habéis hecho, nada que envidia al de los restaurantes.

Publicado: 06:46 17/12/2011 · Etiquetas: · Categorías: Vida
Como dice el título esto es de lo que os voy a hablar hoy,como encontré y dejé mi primer trabajo en Japón (no cuento el ser profesor de español).

Todo empezó hará unas 3 o 4 semanas. Ya estaba bastante asentado, había terminado todo el papeleo y ya estaba bastante acostumbrado a los horarios y a combinarlo todo con mis alumnas, por lo que decidí que era el momento de buscar otra fuente de ingresos más grande y algo más estable que las lecciones.

Lo más remarcable fue que para ello, empleé UN día echando curriculums por Internet, sólo un día (ni yo mismo me lo creo) y recibí montones de llamadas. Ahora mismo eso en España es un poco complicado, pero bueno, al caso, recibí montones de llamadas y entre ellas una de un restaurante español.

Bueno, fueron pasando los días y las entrevistas y al final me quedé con la del restaurante. El salario era bueno, me pagaban el transporte y me daban las comidas, hasta aquí todo bien, excepto que tenía que trabajar unos dos días hasta las 2 de la madrugada. Si el lugar me hubiera quedado "cerca" de casa no habría habido problema con ir andando, en bici o igual coger un taxi si la distancia no era muy grande (son jodidamente caros los taxis aquí). De todos modos, decidí aceptar para intentar negociar luego el tema horarios.

Llegó el día, mi primer día de trabajo y con el, los primeros problemas o primeras cosas turbias. Pese a llevar ya un tiempecillo estudiando japonés todavía no lo domino, y sobretodo, el estilo informal. Eso más la falta de vocabulario hace que a veces me sea bastante complicado sacarle el significado a las frases. Bueno, mis jefes sabían todo esto y sin embargo, hablaban MUY rápido delante de mi y de la manera más informal posible, ¿Como se que lo hacían queriendo? Pues veréis, una vez me preguntaron "¿Entiendes lo que estamos diciendo?" yo les dije que si y acto seguido, aumentaron la velocidad y cambiaron el estilo. De puta madre, pero bueno, mis compañeros eran majos y sólo llevaba ahí una hora, igual después iba a cambiar.

Pasó el primer día, cansado, tenso pero con una enorme satisfacción por haberlo hecho todo bien y por haber aprendido un montón de japonés, eso de currar cara al público te exprime el cerebro al máximo, es increíble  Sin embargo, no podía evitar pensar en como se comportaban los jefes delante de mi, hablando a mis espaldas y evitando hacerme caso, como cuando les comenté explícitamente el tema de mis horarios y lo único que recibí fue un "Si trabajas aquí te daremos el visado de trabajo y podrás dejar la escuela". No hay cosa que odie más que alguien me diga que deje los estudios para ponerme a trabajar, pero eso ya son otros asuntos.

En fin, me fui con un poco de mal cuerpo pero pensé "Es tu primer día tío, igual lo ves más nublado porque estás nervioso o algo". Nada, siguió todo igual, ellos seguían hablando de manera inteligible delante de mi y además, no me hacían caso cuando intentaba sacar los temas legales como por ejemplo...¿Y mi contrato? Nada. Me lo pasé bastante bien el segundo día, vuelvo a decir que tenía unos compañeros que, aparentemente, eran muy amables. Pero volvamos al tema, que ese día vino la guinda. Al acabar el curro, me cambié y cuando me disponía a salir tuve la siguiente conversación con un compañero:

-Bueno, me marcho, nos vemos el viernes que me toca volver
-Perfecto pero...¿No te olvidas algo?
-No...vamos, ¿Debería?
-No se, ¿Que hay de tu salario?
-¿Mi salario?
-Hombre, sino fichas dudo que te paguen algo a fin de mes porque vamos, tienes tu time card, ¿No?
-No...no me la han hecho, es más, no me han dicho nada sobre ella.
-¿Enserio? No me lo creo
-Si, quizás es porque como no voy a trabajar aquí no me la han dado
-Eso es igual, te tienen que pagar. Ahora mismo te la hago porque sino no te darán nada.

Bueno, la conversación siguió y le preguntamos a mis otros compañeros, que entraron el mismo día que yo si tenían time card y contrato y como puede que os lo estéis imaginando la respuesta fue que si, el primer día antes de entrar a currar ya lo tenían todo. Es inevitable que me vengan muchas razones de porque no recibí nada pero prefiero no nombrarlas y pensar que sencillamente eran unos jefes cabrones. En fin, yo no pensaba seguir trabajando ahí, más después de la última sorpresa que me encontré antes de irme ese día a casa, me habían cambiado el horario y me daban mas de 28 horas semanales cuando sabían perfectamente que con mi visado no puedo hacer más de 28 porque es ilegal y si me pillan me devuelven para España.

En fin, que hablando con mis compañeros de casa y de la escuela decidí dejar el trabajo y pasar de hablar con ellos. Después de todo el sarao que se organizo en dos días no tenía muchas ganas de ver la cara a ese par de capullos que tenía por jefes. Fui, les dije que me iba y aquí estoy, tirando con mis clases de español y haciendo pruebas para trabajar como actor y modelo, almenos es más divertido y gratificante, sobretodo el ser profesor. Por suerte también, en Tokyo el trabajo no falta, vayas donde vayas encuentras tiendas buscando gente así que estoy tranquilo. Si algún día necesito encontrar algo más serio se que es cuestión de días.

En fin, así acaba mi primera historial laboral, empecé con mucha ilusión pero tuve mala suerte, a ver la próxima...

Publicado: 06:42 17/12/2011 · Etiquetas: · Categorías: Personal : Vida









Publicado: 06:40 17/12/2011 · Etiquetas: · Categorías: Vida
Bueno, ya tocaba una actualización creo yo. El problema de mi vida aquí es que nunca paro y siempre tengo algo por hacer. Por desgracia, los pocos ratos libres que tengo o descanso o cultivo un poco mi vida social. En fin, sin más dilación aquí va una entrada que llevaba tiempo en el tintero:

Ahora no recuerdo muy bien cuando fue, pero tal y como veis en la foto acabé vendiendo gazpacho en un festival escolar. ¿Como llegué hasta ahí? muy fácil, un día que fui a la recepción de mi escuela me dijeron si quería cocinar gazpacho, como no tenía nada que hacer ese día, sencillamente acepté.

¿De que se trataba? Bueno, de mi escuela íbamos nosotros, el grupo de españoles. A nuestro lado, no se ve muy bien pero estaban los coreanos y al fondo, los tailandeses. Cada uno de nosotros debía preparar una comida típica de su país y venderla en dicho festival. Los precios eran un poco caros (caros para la cantidad que servíamos) 200yenes por plato.

El día fue tal que así: me levante a las 5 de la mañana ya que debía estar a las 7 en Shibuya, delante de la estatua de Hachiko. La verdad es que el madrugón me sentó fatal y fui casi todo el día a medio gas. Por desgracia, el festival se hacia en domingo lo que me impidió salir de fiesta el día anterior...

En fin, una vez reunidos y todas esas cosas, nos fuimos en autobús a la escuela y allí empezó todo. Nuestro grupo, donde eramos tres españoles empezamos a pelar y a triturar verduras (es gazpacho, tampoco hay que hacer mucho más) mientras los otros dos hacían manjares de lo más raros. La verdad es que nos llevo mucho tiempo, casi no teníamos espació y las minipimer que nos prestaron no funcionaban nada bien. Por si no fuera poco, los coladores eran horribles...

Ahora me pongo a pensar y realmente nos llevo una eternidad preparar los quizás 5 litros de gazpacho que hicimos, lo bueno es que me pude llevar aceite de oliva, que es carísimo. Volviendo al tema, una vez preparado todo el material empieza lo divertido: ponerse a vender. La verdad es que me sentía como en un mercadillo, todos gritando y vendiendo las cualidades de tu alimento como si fuera el mejor, tuvo su gracia.
Obviamente, como todo estaba lleno de comida nos íbamos haciendo regalos entre nosotros con el resultado de que ese día suplí todas las carencias alimentarias de la semana anterior, maravilloso.

Este tipo de actividades me gustan mucho, pasas el día fuera, conoces gente, comes bien etc. Después se supone que tenía que ir a jugar un partido de fútbol pero la verdad, nada más llegar a casa caí muerto en la cama.

Y así pasé el día, perdón por el poco detalle de la entrada, está lloviendo y tengo la cabeza en otro lugar.

Publicado: 06:38 17/12/2011 · Etiquetas: · Categorías: Personal : Vida


"Future is nature", o eso dice mi nueva tabla. La verdad es que ya llevaba mucho tiempo reconsiderando el asunto de volver a rodar, muchísimo tiempo. Siempre que veía a mis amigos, ponía la tele o escuchaba el sonido de las ruedas deslizándose por el asfalto me asaltaban los recuerdos de cuando era un crío. La verdad es que pasó mucho tiempo desde la última vez que me subí a un patín, bueno, mejor dicho, la última vez que me subí no repetí porque me caí desde lo alto de unas escaleras y le cogí miedo.



Pero con el paso del tiempo, ese miedo se ha convertido una vez más en ganas, ganas de intentarlo, de superarme, de aprender y como no, de pasarlo bien patinando. He de decir que pese a no tener mucho tiempo, cuando alguna hora se me queda libre me voy a rodar un rato. No soy muy bueno y mi técnica no es de las mejores pero le pongo ganas, que ya es algo.

Espero que cuando vuelva a casa, pueda volver a salir a patinar con mis colegas, pueda caerme y tener alguna que otra herida de el truco que no me salió o de lo duro que practiqué. Lo he pillado con mucha ilusión.


Publicado: 13:41 08/12/2011 · Etiquetas: · Categorías: Vida
Hoy voy a hablar del primer obstáculo que se interpuso en mi camino: la maldita cuenta bancaria.



Todo empezó la primera semana que llegué aquí, la cual empleé para llevar a cabo todas las gestiones y trámites para mi nueva vida. Todo empezó bien, me pude hacer la tarjeta de extranjero, comprarme el abono, conseguir mi permiso de trabajo etc. Todo perfecto y a la primera, demasiado fácil...

Bien, si quiero trabajar en Japón y eventualmente, recibir dinero de mis padres más me vale abrirme una cuenta bancaria por aquí. Por comodidad, elegí el Japan Post Bank (Banco de correos) ya que lo tengo a una calle de mi casa. Me dirigí un buen día por la mañana con toda mi documentación y muy amablemente le pregunté al señor del banco si podía recibir transferencias desde España. El buen señor, asustado de tener que lidiar con un no japonés, me dio enseguida un panfleto en inglés que respondía (Se supone) a todas mis preguntas.

Efectivamente, acorde con el panfleto, puedo recibir dinero desde España, de lujo. Sin pensármelo, le pido para abrir una cuenta y aquí el primer problema...No vale el resguardo de la tarjeta de extranjero, tengo que ir a por un documento que vale 200 yenes. Bueno, mosqueado voy al ayuntamiento, lo compro y vuelvo. Ahora si, unas cuantas firmitas y cuenta abierta, perfecto.

Una vez en casa, reviso el panfleto y me aseguro de pasarle los datos correctos a mi padre. Aquí el segundo problema, mi padre me hace una transferencia muy importante ya que este primer mes he tenido muchos gastos y dependía de ese dinero. Qué pasa, ese dinero nunca llegó a correos. Un buen día me levanto y veo un correo de mi padre en el cual me explica que mi dinero está en Japón, a salvo, pero que no puede llegar a correos porque no tiene un acuerdo con el sistema internacional de transferencias. Mierda. Voy a correos, intento explicarselo al señor, él, notablemente nervioso, me da otra vez el folleto y me sonríe. Nada que hacer.

Llegados a este punto la única solución que me quedaba era revisar los 4 grandes bancos, que previamente había investigado, y abrirme una cuenta en alguno de ellos. Los susodichos son Sumitomo Mitsui, Tokyo Mitsubishi, Mizuho y Resona.

Empezé por Sumitomo Mitsui ya que después del JP Post Bank es el que me queda más cerca. Aquí la cosa fue muchísimo más rápida, nada más entrar y preguntar ya me llevo la primera negativa: necesito un hanko (sello personal), mierda, más dinero que gastar. Aun así, insisto para que me deje pasar y preguntar a la chica que se encarga de las aperturas unas cuantas dudas sobre qué más necesito (pasaba de llevarme más sorpresas y de hacer más visitas). Conforme me acercaba, un sudor frío me invadía el cuerpo y efectivamente, el temor que se estaba gestando en mi interior no era infundado. Para empezar, necesitaba recibir mi tarjeta de extranjero, ni con todos los papeles del mundo con igual validez que la tarjeta bastaba, tenia que ser el maldito trozo de plástico. Después, gástate más dinero, necesitaba un número de móvil.

En fin, resignado me fui hacia el Tokyo Mitsubishi, a ver si ahí tenia más suerte aunque ese no fue mi día. Me pidieron lo mismo, un sello y un número de móvil. Por aquellas fechas (antes del 12 de Octubre) me era imposible conseguir un hanko ya que la tienda estaba de vacaciones unos días así que centre todos mis esfuerzos en conseguir el maldito teléfono de prepago (el contrato no me sale a cuenta).

La verdad es que pensé en dedicar una entrada entera sobre como conseguí mi teléfono porque desde luego, fue una odisea. En Japón este tipo de móvil está muy controlado ya que en el apsado se usaban con mucha frecuencia para llevar a cabo actos delictivos entre la yakuza y demás cosas turbias. En fin, que solo los distribuye Softbank. No se si es que ha coincido que todos los extranjeros de Tokyo han decidido comprarse un teléfono de este tipo o que, pero en todas las tiendas de Shibuya se habían agotado, en todas. Bueno, probemos en Shinjuku, nada. Vaya, vamos a Roppongi que me han dicho que quedan...nada. Vaya vamos a Akihabara...nada. Desesperado, vuelvo a entrar a la tienda del Yodobashi Kamera en Akiba y les pido, por favor, que me den la dirección de todos los Softbank de los alrededores, que no puede ser que no les queden. El hombre de la tienda, agobiado porque era el día que salí a la venta el iPhone4S, me da un mapa y me indica un par de tiendas. Mis dos últimos recursos.

La primera estaba medio vacía así que como era de esperar, no tenían nada. Cabreado, cansado y agobiado me dirijo a la última. Bingo, aquí si. Me enseña dos modelos que valen igual, uno con tele y el otro normalucho, apariencia seria. Vaya, por el mismo precio me llevo el que tiene tele. Nada, no le quedan. Vale, me llevo el otro de color negro. Vaya, pues tampoco le quedan. Mierda, dame el blanco. Este si, sólo le quedaban tres. Voy a omitir la larga firma del contrato, que más que firma parecía un registro policial, y así seguir con el tema principal.

Una vez conseguido el teléfono y después de haber ido a encargar mi sello sólo tenía que esperar. Llegado el día madrugo para ser el primero en la cola del banco y así poder irme tranquilo a casa...que ingenuo. Llego al Sumitomo Mitsui, me pongo a la cola, insisto en hablar con la chica que hace las aperturas y le muestro los mismo papeles que la otra vez. Curiosamente los ve y no me dice nada, se levanta y se va a hablar con su jefe. Mierda más problemas. Vuelve y me dice muy amablemente que no me puede abrir la cuenta porque no tengo la tarjeta de extranjero (Joder, tengo un papel, además del recibo, de IGUAL VALIDEZ), además, como no se fían de los de fuera, sólo me abrirán la cuenta cuando lleve un mínimo de 6 meses viviendo en Japón. A la calle.

Desesperado, me voy al Tokyo Mitsubishi, pensando que ahí serían más comprensivos. Error, aquí si que me dejan abrirla pero sólo cuando tenga, a ver si lo adivináis, la tarjeta de extranjero. ¿Que demonios les pasa? ¿Para que compro un papel oficial que es como la tarjeta si nadie lo quiere? En fin, desesperado me marcho a clase. Esa misma noche hablando con mi padre le comento todos los problemas y le pido que me pase el dinero a la tarjeta de crédito, que no tendremos más remedio que pagar las comisiones y los intereses de los cajeros. Eso si, antes tenía que intentar una ultima cosa...

A día siguiente madrugo otra vez para ir a Shibuya con tiempo. Ahí me decido ir a la sede del Tokyo Mitsubishi, sede recomendada por la escuela en la que se supone que deberíamos ser capaces de abrir una cuenta si estamos menos de 6 meses y si no tenemos tarjeta y derivados. Bueno,por probar que no falte.

No se si es que alguien de arriba me escucho o que, pero vi la luz. Me aceptaron los papeles a la primera, no me pusieron ninguna pega, me aceptaron el sustituto de la tarjeta y además, me atendió una jovencita que vaya tela. En fin, en ese momento se concluyo mi epopeya de dos semanas y media intentando abrir una cuenta y viviendo sin dinero. Angustia, nervios, tensión y mal humor que desaparecieron esa misma tarde cuando me llego el dinero. Mi padre sólo tuvo que cambiar los datos y en unas pocas horas ya lo recibí en mi cuenta.

No fue hasta días después que me entere del problema con Correos. resulta que si quieres recibir dinero desde el extranjero, debes hacer la transferencia directamente al intermediario y desde ahí, solicitar que te la redirijan a Correos. Resumiendo, mucho trabajo pudiendo tener otros bancos de confianza que en dos días recibes el dinero.

Moraleja, Tokyo Mitsubishi UFJ y fuera dolores de cabeza.

Publicado: 13:53 07/12/2011 · Etiquetas: · Categorías: Turismo : Vida
Como comentaba en la entrada anterior, el pasado Jueves me fui de fiesta, bueno, a tomar unas copas. Todo empezó al salir de clase cuando me disponía a volver a casa pues no me encontraba del todo bien. Se me acercó Ricardo, un chico brasileño con el que me llevo muy bien, preguntándome que qué iba a hacer. Bueno, no le costó mucho trabajo convencerme, me dijo que como era el cumpleaños de una de nuestras compañeras iban a salir a tomar y comer algo. No era mal plan.

Nos dirigimos a un Izakaya del centro de Shibuya, en el que las jarras de cerveza cuestan 280yenes. Mi intención era la de acompañarlos y no tomar ni comer nada pues como ya sabréis, estoy intentando gastar lo menos posible. No hizo falta, la chica cumpleañera pagó la cuenta casi en su totalidad y sólo me gaste 1000yens.

Al caso, entramos y nos llevaron a una habitación estilo japonés, en la que tienes que descalzarte y el suelo es de madera. La verdad es que era una habitación bastante intima y en la que se estaba muy cómodo. Empieza la hora de pedir. En la mesa hay 2 pantallas táctiles que mientras están inactivas no paran de emitir ruidos y de aparecer anuncios de vete tu a saber qué. Las rondas llegan, con tan sólo unos clicks tienes tu pedido. Comida, jarras etc.

La mesa empezaba a parecer un mosaico. Había pinchos de pollo, bolas de pulpo, patatas fritas, una especie de habas (mameshiba), patatas rellenas de queso, pollo rebozado y una larga lista de manjares que entre jarra y jarra, sentaban de maravilla.

El tiempo pasabas, las rondas seguían y la conversación se iba animando. Por cierto, no he mencionado que eramos una mezcla bastante graciosa. China, Italia, Australia, Brasil, América y España, casi como un anuncio de la Beneton.

Y así fue pasando la tarde, entramos a las 5 y salimos a las 11, justo a tiempo para llegar a mi casa a las 12, una buena hora. Al día siguiente tenía que madrugar, hacer los deberes y volver a clase. Lo que yo no sabía es que iba a ser una jornada más dura de lo que me esperaba. Otra vez la odisea: abrir una cuenta en el banco y conseguir un teléfono...

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