Prelude of Twilight

Publicado: 21:02 27/01/2009 · Etiquetas: · Categorías: Otras obras
Rivalidad desenterrada ¡La advertencia del caballero de Acuario!

- Imposible… ¿¡Al final fuiste tú quien obtuvo la armadura de acuario!?

Eirikr parecía no creer lo que estaba viendo, momentáneamente su cosmos se había amansado, pero al mismo sus ojos revelaban la decisión de enfrentarse a Simone.

- Así es… ¿En serio no lo esperabas?

Altaïr miró a uno y a otro, confuso, hasta que finalmente decidió intervenir.

- ¡Simone de Acuario! – lo llamó - ¡Sabes perfectamente que tenemos órdenes de no abandonar nuestro templo a no ser que seamos requeridos por el sumo Sacerdote, salgamos de patrulla o surja alguna emergencia! ¿¡Por qué has salido del templo de la gran vasija!?

El caballero de los hielos dirigió su mirada a Aries.

- Porque los dos sabemos que tú jamás lograrás expulsar a este hombre del santuario.

- ¿¡Cómo!?

Simone comenzó a bajar las escaleras, con su cosmos dorado emergiendo de su cuerpo, dejando tras él un rastro helado.

- Eres demasiado indulgente – continuó – y permisivo, has desperdiciado tu cosmos emitiendo tu ataque más poderoso con una proporción mínima de energía para no hacerle ningún daño – cuando llegó a la altura de Altaïr, dio un paso para colocarse delante de él y alzó su brazo derecho, simbolizando así su intención de mantenerlo al margen – No te metas, Aries, éste es cosa mía.

El primer caballero de oro apretó los dientes y, resignado, retrocedió hasta las escaleras del templo del Carnero Blanco, donde subió un pequeño tramo para observar la batalla.

Al tiempo, Eirikr volvía a incendiar su cosmos y ponerse en guardia, teniendo al caballero de Acuario frente a sí.

- Asgard está muy lejos, hijo de Merak – dijo a su contendiente - ¿Por qué has recorrido semejante camino?

- ¡Tantos años desde nuestro último encuentro! ¿¡Y sólo tienes eso que decir!? – le espetó Eirikr.

Simone sonrió fríamente.

- Si… nuestro último encuentro. El resultado no será diferente esta vez.

- ¡Ah! ¿No?

Con el objetivo de comenzar el combate, el guerrero de Asgard lanzó un puñetazo directo al rostro de Simone, estallando en llamas al entrar en contacto con él; Eirikr sonrió, pero no pasó mucho antes de darse cuenta de que realmente no había alcanzado la cara del caballero, si no que éste había detenido su ataque con una sola mano.

- Espero que esto no haya sido lo único que has logrado en 5 años de entrenamiento – dijo con tranquilidad mientras posaba su mano libre sobre el abdomen del muchacho - ¡Diamond Dust!

Un soplo de aire helado mandó a volar al Merak, que se equilibró en el aire y aterrizó de pie.

- Tal y como imaginaba, tu frío es aterrador…

Simone cerró los ojos y sonrió, con una pizca de orgullo.

- No por nada gané la armadura de Acuario.

- Antes me has preguntado por qué he realizado un largo viaje desde Asgard hasta Grecia, bien… ¿Puedes decirme por qué has hecho tú el mismo viaje, pero a la inversa?

El caballero de oro lo miró, levemente sorprendido.

- ¿Qué… quieres decir?

- Uno de nuestros Guerreros Divinos fue atacado con un frío que supera al que nosotros podemos generar ¡Y sólo el portador de la armadura de Acuario puede desarrollar un soplo tan devastador!

Se dieron unos segundos de silencio en el que los dos guerreros se miraron directamente a los ojos.

- Lo siento, - replicó finalmente Simone – pero no sé de qué me estás hablando.

- ¡No mientas! – exclamó furioso Eirikr, mientras los señalaba - ¡No existe otro caballero de Atenea en todo el mundo que pueda desarrollar semejante técnica! ¿¡Qué es lo que buscabas en Asgard!?

- A mí no se me ha perdido nada en Asgard – contestó el caballero con un tono un tanto más duro – todo lo que mi maestro y yo necesitábamos de allí ya lo obtuvimos hace 5 años, no necesitamos volver a pisar esas tierras.

- ¡Mientes! ¡HOT RED VOLCANO!

- Freezin’ Wall

El chorro de fuego chocó directamente con una pared de hielo invocada por Simone, Eirikr retiró su ataque justo cuando ésta empezaba a derretirse.

- ¿Por qué habría de mentir? – preguntó Acuario – Tenemos órdenes de no abandonar el santuario a menos que sea en misión encomendada por el Sumo Sacerdote, además todos tenemos conocimiento del pacto entre Odín y Atenea, y atacar a un Guerrero Divino es como atacar a un Caballero: Está considerado alta traición y es severamente castigado.

- ¿¡Entonces por qué atacaste a uno de los nuestros!?

- Te lo volveré a repetir, Eirikr: No he pisado las tierras heladas de Asgard desde hace dos años.

Simone alzó la mano derecha, sobre la que giraba una pequeña esfera de aire gélido.

- Te doy dos opciones: O te quedas aquí y eres derrotado por mí o te marchas y comunicas al Gran Sacerdote de Odín mis palabras.

- ¿Bromeas? – respondió el joven de Asgard con tono impertinente – No tengo por qué obedecer órdenes de ti – como ya hizo frente a Altaïr, expandió su cosmos, invocando un viento helado que se apoderó del lugar - ¡¡¡FREEZING UNIVERSE!!!

Juntó sus brazos y proyectó a Simone el chorro de aire congelado, en defensa el caballero de Acuario alzó frente a él la pequeña esfera helada, que absorbió por completo el ataque, lo que dejó atónito a Merak.

- Tu congelación es poderosa – repuso Acuario – pero insuficiente ¡Ahora te voy a mostrar lo que es un verdadero universo congelante! – Sujetó la esfera con ambas manos y después abrió los brazos en cruz, expandiéndose el gélido objeto hasta el infinito - ¡¡¡DIAMOND STORM!!!

Una vez hubo alcanzado el tamaño suficiente, la esfera estalló liberando una gigantesca corriente helada plagada de pequeños y cortantes cristales de hielo que hirieron superficialmente a Eirikr, cuando el vendaval terminó, una pequeña nevada comenzó a caer sobre el templo de Aries.

- ¿¡Qué es…!? ¿Con esto pretendías derrotarme?  ¡¡HOT RED VOLCANO!!

- ¿Otra vez? – preguntó Simone con cierto aire aburrido - ¡DIAMOND DUST!

Los chorros de fuego y hielo colisionaron con violencia, mientras los cosmos de ambos guerreros ardían con fragor, Simone no ocultó su sorpresa al ver que su adversario podía mantener un conflicto de igual a igual con él, permanecieron así unos segundos hasta que los dos se volvieron a poner en guardia.

Una gota de sudor cayó por la frente del Caballero de oro de Acuario.

- Tu objetivo sigue siendo el ropaje divino de Beta ¿verdad? – preguntó con una sonrisa.

- ¡Por supuesto!

- Ya veo… Es la herencia de la familia Merak después de todo…

- ¿¡Cómo!?

- Fue por eso por lo que, al contrario que tú, tu padre no tuvo ninguna objeción en que Aeger cumpliera su destino como caballero de Atenea…

- ¡No metas a Aeger en esto! – exclamó Eirikr furioso mientras hacía arder aún su cosmos.

- Viniste a buscarlo a él ¿verdad? – continuó – Por eso te sorprendiste al verme a mí como caballero de Acuario.

- ¡¡¡SILENCIO!!!

El cosmos del guerrero de Asgard estalló y, en su furia, movió los brazos dejando una estela ígnea tras ellos antes de proyectarlos hacia Simone.

- ¡¡¡GREAT ARDENT PRESSUREEEEEEE!!!

Sorprendido por la celeridad con la que su adversario había realizado la técnica, lo único que el caballero de Acuario pudo hacer fue intentar detenerla con ambas manos, cosa que logró concentrando gran cantidad de energía cósmica en ellas para así maximizar la protección.

Tras la finalización de la acometida los dos jadeaban, Simone se había visto obligado a hacer un gran esfuerzo para no ser engullido por la lengua de fuego, y Eirikr había ejecutado su más poderosa técnica en un segundo, sin apenas concentración.

*¡Detiene todos mis ataques!* pensó el muchacho mientras recuperaba el aliento *¡No hay manera de herirlo! ¿Tal es la protección que ofrece una armadura de oro?*

Por alguna razón que ni Eirikr ni Altaïr – que contemplaba el combate en total tensión – pudieron comprender, el Caballero de Acuario miró sus manos por un momento, dibujó en su rostro una sonrisa extraña y se dirigió el Merak.

- Supongo que te habrás dado cuenta, Eirikr, pero así no vamos a llegar a ninguna parte.

El aludido asintió.

- ¿Qué me quieres decir con eso?

- Te propongo finalizar este combate con el choque de nuestras técnicas más poderosas, como la última vez. El que venza cumplirá la voluntad del otro, sea cual sea ¿Qué me dices?

El joven de Asgard dudó por un momento.

- ¿Qué obtendría yo si ganara? – preguntó con desconfianza.

- Acudiría contigo al mismísimo palacio de la familia sacerdotal, a aclarar si soy inocente o culpable.

- ¿Y tú?

- Te marcharías de aquí, dirías al Sacerdote que te equivocaste y olvidaríamos ese este espinoso asunto.

Eirikr torció el gesto.

- No me sirve – respondió – Aún no me has garantizado que no seas el culpable.

Simone suspiró, el chico era realmente tozudo.

- Está bien – repuso tras unos instantes de silencio – está bien, cuéntamelo todo.

Con pelos y señales, Eirikr narró al Caballero lo sucedido, empezando por lo que él vio y finalizando por lo que Albus le había contado. Al terminar, Simon tenía la mano en la barbilla.

- Así que Albus de Zeta fue el agredido…

El muchacho asintió.

- Recuerdo a Albus – comentó – era muy eficiente y difícil de sorprender ¿Y no visteis al atacante? – preguntó - ¿Ni siquiera si llevaba o no algún tipo de armadura?

- Con la tormenta era difícil hasta para nosotros – aclaró Eirikr – no veíamos más que una sombra.

Simone dudó, tardando unos segundos en volver a hablar.

- Lo único que puedo darte es mi palabra y la de los restantes caballeros de oro que actualmente se encuentran en el santuario – repuso finalmente – y conociéndote sé que no confiarás en ella igualmente… Mantengo mi oferta ¿Qué me dices?

- Está bien – aceptó finalmente el Merak – ¡Ve preparando los bártulos porque vendrás a Asgard conmigo! – dijo a su adversario mientras a su alrededor crecía una tormenta de nieve.

- No – respondió Simone, entrecruzando ambas manos y alzando los brazos hasta el niel de su cabeza – ve preparándote tú para abandonar Grecia.

Los dos sonrieron a la vez.

- ¡¡¡FREEZING UNIVERSE!!!

- ¡¡¡AURORA EXECUTION!!!

Las dos gélidas técnicas chocaron la una contra la otra en una potente explosión de cosmos que los engulló, al ver esto Altaïr bajó de nuevo las escaleras del templo del Carnero blanco y corrió a socorrerlos.

Cuando la luz se desvaneció, un guerrero estaba en el suelo y el otro permanecía en pie.

Eirikr de Merak había perdido frente a Simone de Acuario.

- ¡Simone! – exclamó Aries arribando al lugar - ¿¡Qué has hecho!? ¿¡Por qué has usado tu Aurora Execution!? ¡El frío lo habrá matado!

Simone sólo miraba a su adversario con expresión extraña.

- ¿¡Es que no me escuchas!? – insistió Altaïr agarrándolo por las hombreras - ¡Puedes haber ocasionado una guerra por esto!

- Tranquilo, Altaïr – articuló de repente Acuario, señalando al Merak – mira…

El Caballero de Aries se dio la vuelta para ver cómo Eirikr de Merak se levantaba tiritando y cubierto de escarcha, pero vivo.

- Al igual que tú – dijo Acuario a Aries – yo tampoco tengo la intención de matarle, pero sí que sé cómo expulsarlo del santuario – miró por encima de los cuernos de la armadura de oro de Aries a su compañero - ¿Te ha quedado ya lo bastante claro, Eirikr?

Éste asintió.

- P-por esta vez, sí…

Y sin más preámbulos, se dio la vuelta y comenzó a andar en la dirección en la que había llegado.

- ¡Eirikr! – lo llamó una vez más Simone.

El aludido se detuvo y giró levemente la cabeza.

- No te preocupes por Aeger – le dijo desde la distancia – puedo asegurarte que está perfectamente, es un hueso duro de pelar.

Desde la distancia, Altaïr y Simone pudieron ver como el Merak sonreía mientras continuaba su camino.

Los caballeros de Atenea lo contemplaron hasta que desapareció en el horizonte, momento en el que Aries abrió la boca de nuevo.

- Está completamente abatido – comentó.

- Es normal – respondió Acuario – nunca le ha gustado perder.

Comenzaron la ascensión al santuario por el templo del Carnero blanco, pero para sorpresa de Altaïr, Simone se dio la vuelta, dirigiendo su andadura al pueblo de Rodrio, a los pies del Santuario.

Altaïr pensó en no decirle nada, pero de repente una duda asaltó su cabeza.

- ¡Simone! – llamó a su compañero, que se detuvo sin voltearse.

- ¿Qué ocurre, Altaïr?

- ¿De qué conoces tú a ese muchacho? ¿Qué tienes que ver con Asgard?

Pese a que continuaba dándole la espalda, Aries pudo ver al undécimo caballero de Acuario mirar de nuevo sus manos.

- Eso, Aries – respondió – es una larga historia que me aburre contar…

Publicado: 21:14 25/01/2009 · Etiquetas: · Categorías: CastleVania: Twilight Rhapsodia
Teus Deus Meus (In manibus tuus)

Sin darse la vuelta, Simon pudo sentir una temible presencia apoderarse del ambiente, un aura pacífica pero llena de odio y soberbia.

- ¿Obligarte? – dijo la voz del recién llegado - ¡Ja! ¡Haré que me supliques clemencia por tu osadía!

El joven Belmont sintió unas violentas corrientes de aire pasar a su izquierda y derecha, logró ver dos formas translucidas que a su paso abrieron sendos surcos en el suelo asfaltado, retirándose con rapidez para después golpear con fuerza el firme frente suya así como a su espalda, agrietándolo y hundiéndolo.

Simon ni se inmutó.

- ¿Paralizado por el miedo, chico? – preguntó la voz con aires de superioridad - ¿Qué se siente al saberse a punto de ser chafado y no poder ver qué es lo que te va a aplastar?

De nuevo, sin respuesta del muchacho, que se limitó a caminar tranquilamente a una esquina en la que dejar tumbado al pequeño Cecil.

- Siento decepcionarte – articuló al fin el Belmont – pero ni me he quedado paralizado ni tengo miedo, y por supuesto puedo ver esas manos enormes con las que dices poder aplastarme.

Y es que en efecto así era; aunque muy levemente, Simon podía vislumbrar las dos gigantescas manos fantasmales con las que su adversario lo amenazaba.

- ¿Qué no tienes miedo? – lo cuestionó el recién llegado - ¿Qué puedes ver mis apéndices? ¡Eso está por demostrar!

Fue automático, Simon se dio la vuelta con rapidez al sentirse en peligro y lanzó un latigazo horizontal con el que golpeó directamente la mano translucida con la que su adversario, al que en ese momento pudo ver, intentó atacarle.

Era un vampiro joven de rostro andrógino y expresión altiva, su piel mortalmente pálida parecía refulgir bajo la luz de luna, contrastando con su cabello negro, lacio hasta las puntas, que caían onduladas sobre sus hombros; vestía un traje negro de época, con una insignia plateada aparentemente bordada en la solapa de la chaqueta, sobre su pecho; de su espalda emergían las dos enormes manos, unidas a el por una suerte de brazos desarticulados y flexibles, blanquecinos y translucidos.

- ¿Quién eres tú? – preguntó el muchacho a su recién descubierto enemigo.

- Esa es la pregunta que yo debería hacerte – contestó este con una media sonrisa, dejando al descubierto sus colmillos - ¿no te parece? Tu presencia me resulta molesta.

Simon sonrió, divertido.

- ¿Molesta?

- Apareces de la nada, dificultas una de mis capturas y cuando estoy a punto de lograr otra ¡Te interpones y destruyes a mi criatura! – llevó su mano derecha a la muñeca de la izquierda y viceversa, al parecer desabrochaba sus gemelos – No te voy a negar que estoy impresionado – sacudió ambos brazos con fuerza, antes de dejarlos caer en pose relajada - ¡Pero tu mera existencia me irrita!

Terminada la parrafada del vampiro se produjo el silencio, éste tardó en darse cuenta de que Simon lo miraba con odio, de hecho la mano en la que sujetaba el látigo temblaba.

- ¿Has dicho TU captura? – preguntó este con los dientes apretados.

- En efecto – contestó el chupasangres como si la cosa no fuera con él – ese chico es mi presa.

- ¿¡Has dicho TU criatura!?

La segunda pregunta estaba imbuida de pura ira, el vampiro arqueó una ceja al observar que el aura de Simon crepitaba como una furiosa llama.

- Entonces… ¡tú eres el autor de los secuestros!

El recién llegado comprendió enseguida, y sonrió con malicia.

- Puede que sí, puede que no – respondió - ¿Qué pasaría si así fuera?

El joven Belmont estalló enseguida, corriendo hacia él.

- ¡¡¡Que esta sería la última noche de tu existencia!!!

El aura de Simon se tornó arco iris, envolviendo el látigo, que brilló intensamente mientras el muchacho se acercaba al vampiro y lanzaba su primer golpe.

- Pobre niñato iluso…

Inmediatamente se vio rechazado por una de esas gigantescas manos; Simon se acordó de ellas demasiado tarde, tras caer al suelo derribado.

Se levantó mientras escuchaba la risa burlona del vampiro.

- ¡Pero vamos a ver! ¿Quién te crees que soy? – exclamó este - ¿Me crees tan estúpido como para quedarme quieto mientras vienes a por mí? ¿O es que piensas que estas dos – golpeó el suelo con los apéndices fantasmales – están de adorno?

El muchacho alzó la cabeza, sintiendo un desprecio y asco tremendos al mirarlo.

- Dime ¿Quieres jugar un rato? – le preguntó con altivez.

Tras eso, el Belmont tuvo el tiempo justo para reaccionar, rodando a un lado para no ser aplastado y justo después al otro, por la misma razón; intentó levantarse en un par de ocasiones infructuosas, ya que inmediatamente se veía empujado hacia el suelo de nuevo.

- ¡Joder! – exclamó en voz alta bajo la despectiva mirada del vampiro.

Tras forcejear inútilmente durante unos minutos, Simon logró liberarse gracias a una difícil maniobra, lanzando un latigazo a las manos fantasmales mientras rodaba; cuando al fin se incorporó no se lo pensó dos veces y lanzó una lighting ball al vampiro, que se limitó a hacerse a un lado para evitarla.

- ¿Sacando las uñas, cachorrito? – articuló socarronamente.

- ¡Y mucho más que las uñas! – respondió el joven mientras se abalanzaba de nuevo - ¡Te voy a mostrar de qué estoy hecho!

Saltó en el momento justo en el que uno de los apéndices intentaba detenerlo y golpeó al otro con un sonoro latigazo, dejándose el camino libre para atacar al chupasangres con un Holy Punch, pero se llevó una desagradable sorpresa cuando todos y cada uno de sus golpes impactaron contra una sólida barrera invisible.

Cayó al suelo con el tiempo justo de dar una voltereta para evitar el contraataque de su adversario, que llegó en forma de un gigantesco puñetazo.

“Una barrera” pensó “Que típico…”

Saltó atléticamente hacia atrás para esquivar un segundo golpe, y en mitad de la voltereta aérea se dio la vuelta, dispuesto a atacar de nuevo con su látigo, pero se vio empujado hacia el suelo por una potente fuerza que lo aplastó por un segundo.

- ¿No tienes otra forma de atacar que intentar aplastarme contra el suelo? – preguntó mientras se levantaba, desafiante – espero que esto no sea todo lo que tienes que ofrecer, porque – embistió de nuevo - ¡resulta bastante ridículo!

Sintió de nuevo las dos manos echársele encima, las esquivó dando un salto primero a un lado y después a otro y saltó para colocarse a la altura del vampiro, al que se dispuso a fustigar con su arma.

- No vayas a creer que esto es lo único que tengo – respondió este, sonriendo con confianza.

Sin responder, el joven Belmont atacó de nuevo, pero una vez más el látigo no encontró a su objetivo, en lugar de eso chocó con algo que Simon no pudo identificar y se produjo una pequeña pero potente explosión que lo derribó de nuevo, tomando tierra de pie con dificultad.

- ¿¡Qué diantres…!?

Apenas reaccionó a tiempo para esquivar tres certeros proyectiles, similares a flechas, que se estrellaron y desintegraron contra el ya maltratado asfalto. Ante su sorpresa el vampiro soltó una risotada.

- ¿¡Sorprendido!? – exclamó con satisfacción - ¡No deberías! ¿Acaso no recuerdas que fui yo quien creó a esa enorme sombra? Con todo lo que te ha enfurecido… ¿Ya se te olvidado?

Sin responder, el joven se puso en guardia de nuevo, recordaba haber oído hablar vagamente de aquello en los entrenamientos colectivos a los que Juanjo y Adela los sometían de vez en cuando, gente capaz de manipular la oscuridad a placer…

“Oscuros”

Recordaba que Juanjo pasó más de una hora hablando de aquello, pero él no prestó atención, por aquel entonces estaba más centrado en poder perfeccionar su dominio del látigo.

Pero, hablando con él y con Erik sobre Kasa, Luis mencionó que éste utilizaba su sombra para atacar, y que esto era imposible.

Sombra… oscuridad… ¿Dónde estaba la diferencia?

Estaba en estas cavilaciones cuando se dio cuenta de que su adversario esperaba algún gesto suyo, tal vez sorpresa o pavor pero, pensó, se iba a quedar con las ganas.

No había lugar para la sorpresa cuando había una vida en juego, y el miedo nunca era bienvenido.

Se preparó para recibir el siguiente embate, lo evitó de nuevo y echó a correr hacia el vampiro que, como había hecho durante todo el rato, lo esperaba en su sitio sonriendo con soberbia, levitando a un par de metros del suelo.

Para el joven Belmont aquello resultaba particularmente irritante e incluso insultante, ya que era evidente que lo menospreciaba.

“Veremos si sigues igual después de esto” pensó mientras, en carrera, se ponía en guardia, afinando al máximo sus sentidos.

El nosferatu reaccionó como él esperaba, lanzando una de sus gigantescas manos para detenerlo, en respuesta Simon saltó y – sin saber cómo, sencillamente lo hizo – la usó como apoyo para impulsarse un poco más alto y encontrarse una segunda respuesta a la que contraatacó golpeando con un latigazo descendente. Ahora, con ambos apéndices fantasmales en el suelo, lejos de su posición, podía lanzar su golpe.

En menos de un segundo elevó su aura todo lo que pudo e invocó en su cuerpo el fuego de la purificación para, justo después, concentrar toda la energía reunida en el látigo.

Todo había de suceder en un instante.

- ¡¡¡FLAMING WHIP!!!

El arma tomó una longitud insondable y, envuelta en llamas, se convirtió en una enorme estela anaranjada que embistió a la criatura de la noche bajo el mando de Simon; éste esperaba que su adversario hiciera el más mínimo amago de esquivarlo, pero se limitó a cruzarse de brazos y sonreír. Instantes después, con un ensordecedor estruendo, el ataque chocaba directamente con la barrera que antes había detenido el Holy Punch, intentando traspasarla por unos instantes antes de que el joven cayera al suelo, atónito.

Esta vez la sorpresa había sido mayúscula, había puesto toda su alma en aquel potentísimo latigazo llameante ¿Por qué había fallado entonces?

No pudo pensar en ello por mucho más tiempo, ya que antes de tocar el suelo se vio golpeado por un tremebundo puñetazo de aquellas temibles manos, dando su espalda contra los muros del desvencijado solar.

Cayó al suelo boca abajo, resoplando y tragando polvo al incorporarse de nuevo, mientras la mirada del vampiro se clavaba en su ser.

- ¿Te das cuenta ahora de lo estúpida que resulta tu intención, muchacho? Todos tus esfuerzos son – golpeó el suelo con sus fantasmagóricos puños - ¡Inútiles!

Sin darle tiempo a levantarse, lanzó contra el Belmont otra serie de proyectiles oscuros que éste no pudo evitar, sin embargo no emitió quejido alguno, ahogando un grito de dolor entre sus dientes.

- ¿¡Estúpida!? – exclamó Simon mientras se levantaba con dificultad – ¡Prefiero llevar a cabo actos estúpidos que no dejar que todo pase sin hacer nada al respecto!

Se alzó de golpe y encaró de nuevo a su enemigo, las heridas de su espalda sangraban y sus piernas temblaban ligeramente.

- Puede que mi intención sea estúpida – continuó - ¡Pero igualmente te venceré!

A la carga otra vez; en esta ocasión decidió actuar de un modo más reflexivo e intentar averiguar cómo echar abajo esa barrera.

“Si los cazadores usáramos sólo nuestros músculos ya nos habríamos extinguido” solía decirle Erik cuando cometía alguna estupidez en los entrenamientos “La evolución nos ha proporcionado un cerebro complejo ¡Aprende a utilizarlo!”

Con el látigo enrollado en su mano derecha, preparó en la izquierda una lighting ball que contuvo en ella cerrando el puño para retener la energía, no se había acercado demasiado cuando vio que su adversario ya preparaba su contraataque, una serie de flechas oscuras  que evitó fácilmente sin dejar de avanzar, sonrió al ver que el siguiente envite era otro puñetazo, que esquivó haciéndose a un lado e iniciando una carrera lateral, sin perderlo de vista.

- Por mis cojones – se dijo – que te vas a mover de ahí.

Esquivado el primer golpe, vio venir el segundo, que sencillamente no tuvo ni que esquivar, y un tercero que rechazó de un latigazo.

Por su parte el nosferatu parecía extrañado, aparentemente esperaba que Simon embistiera de nuevo como en las ocasiones anteriores, y aquello lo había descolocado.

Pero la sorpresa no le impidió tomar represalias, buscando frenar lo que fuera que se trajera el Belmont entre manos, volvió a realizar una invocación de gravedad sobre él que, ésta vez, no tuvo el efecto deseado, ya que las rodillas del muchacho sólo se doblaron un poco, frenándolo apenas unos momentos antes de lanzar contra él otra andanada de proyectiles. Simon empezaba a preguntarse si acaso no tenía otras tácticas.

Tal vez, pensó, su mayor poder fueran esas manos y esa barrera, o puede que precisamente por estos dos elementos no sintiera la necesidad de realizar más movimientos. Como fuera, quería descubrirlo cuanto antes.

Empezó a avanzar mientras aún corría en círculos, describiendo así una trayectoria espiral; cuando finalmente se encontraba a una distancia en la que el ataque resultaba viable lanzó al vampiro la lighting ball que tenía preparada y esperó resultados, encontrándose con lo mismo que había sucedido en la ocasión anterior: se vio obligado a moverse para evitarla.

Le resultó raro, ya que había apuntado exactamente al mismo lugar donde golpeó con el Flaming Whip. El que se viera obligado a evitar una técnica tan sencilla como su bola de luz debía significar algo…

Se detuvo con un frenazo al tiempo que recibía otra descarga de flechas oscuras, rápidamente levantó una Deffensive Cross para detenerlas y decidió probar de nuevo, respondiendo con una nueva Lighting Ball.

El mismo efecto otra vez.

“Hora de lanzarse a la piscina” pensó mientras la cruz defensiva se desvanecía.

Vio venir un nuevo directo, saltó sobre él y lo usó para impulsarse, siendo el siguiente golpe un manotazo con la única intención de aplastarlo; lo rechazó con su látigo y saltó de nuevo, con toda la potencia de sus piernas, hacia el chupasangres; habida cuenta de que, en apariencia, sus latigazos no podían traspasar la barrera mientras que las lighting balls sí, decidió ser creativo y arriesgar, conjurando una de ellas en su mano derecha y envolviendo el arma con ella en pleno salto; su siguiente movimiento, por descontado, fue atacar con un poderoso golpe que, otra vez, dio de lleno contra la dichosa barrera, pero en lugar de darse el efecto esperado – rechazo inmediato – pareció penetrarla levemente, haciendo el impacto moverse un poco a su adversario.

Al caer de nuevo en el suelo Simon se hallaba sorprendido, pero gratamente en esta ocasión; creía haber encontrado la debilidad de aquella barrera, y tal vez conociera el modo de romperla.

Por su parte, su enemigo había perdido la sonrisa y ahora lo miraba con algo de odio; se pudo ver algo de sangre fluir desde la comisura de sus labios cuando apretó los dientes.

- Tú… niñato… - masculló.

El chico se apercibió de que, de repente, el tono pacífico de su presencia desapareció, pasando ahora a estar cargada de ira.

- ¿¡COMO TE HAS ATREVIDO A TOCAR MI ROSTRO!? – Gritó al tiempo que, de él, surgía una poderosa corriente de energía oscura que obligó al Belmont a cubrirse el rostro con los brazos.

- Así que nos ha salido narcisista el julai… - se dijo mientras luchaba contra el pequeño vendaval – Ahora veremos de qué es capaz.

Apenas había terminado de hablar cuando sintió un extraño peligro, y retiró los brazos justo a tiempo para ver cómo una suerte de “ola” oscura se abalanzaba contra él sin darle tiempo a esquivarla, y al ser tragado por ella sintió como si le golpearan por mil sitios, perdiendo momentáneamente las fuerzas y viéndose obligado a hincar la rodilla en el suelo por un momento.

Al volver a alzar la vista encontró que el vampiro lucía ahora una sonrisa sardónica que coronaba una estampa macabra, con su cuerpo rodeado por un aura negra como la noche; además las gigantescas manos habían adoptado una tonalidad diferente y eran completamente visibles.

“Esto se pone serio…” Acertó a pensar el muchacho antes de verse obligado a esquivar, con un salto hacia atrás, el primer golpe de aquellos titánicos puños.

El segundo lo rechazó con un latigazo de gran potencia, daba la sensación que con la solidez aquellos apéndices habían ganado también una fuerza tremenda.

Se concentró; no le costó mucho mentalizarse de que el combate iba a ser mucho más duro desde ese mismo instante, y probablemente tuviera que dar el 110% en él.

Rápidamente echó a correr de nuevo hacia el vampiro, debía comprobar si su idea tendría efecto de nuevo y, de ser así, hacer uso de ella hasta echar abajo por completo aquella barrera antes de hacer nada más, de modo que convocó en su látigo el poder de varias lighting balls y se preparó para lo que estaba por venir que no era, desde luego, halagüeño.

Para detener su avance el chupasangres lo acosó con ambas manos y lanzó contra él verdaderas lluvias de flechas oscuras que el joven Belmont tuvo la suerte de evitar por escasos milímetros; cuando al fin se encontró cerca suya tomó impulso y saltó con todas sus ganas dispuesto a repetir la hazaña anterior, pero esta vez su adversario no se quedó quieto, si no que contrarrestaba cada golpe con sus propias manos, protegidas por una fina capa sombría, de modo que Simon vio desvanecerse, choque a choque, el poder que había puesto en su arma y se vio obligado a retirarse cuando ésta perdió toda la energía con la que había sido imbuida.

Al dar de nuevo con sus pies en el suelo retrocedió y se puso en guardia, esperando ser atacado por otra ola de oscuridad, pero en lugar de eso vio como el vampiro alzaba los brazos y, en diversos puntos a lo largo de todo el solar, la oscuridad se concentraba en crecientes jirones que tomaban densidad y cuerpo paulatinamente.

No le costó nada reconocer a las invocaciones: eran sombras como las que había derrotado hace un rato.

- No pienso mancharme las manos con tu asquerosa sangre humana, niñato – articuló el vampiro mientras cada una de las sombras se posaba en el suelo - ¡Mis secuaces se ocuparán de ti!

Tras esto chasqueó los dedos y, a la pronunciación de la palabra “muere”, la vorágine comenzó.

Centenares de pequeñas sombras se abalanzaron sobre el rodeado joven, que la primera medida que tomó fue invocar un sello sagrado a su alrededor para paralizar a las más cercanas y derrotarlas con un latigazo circular, a lo que siguió abriéndose paso golpes, buscando una posición desde la que pudiera tener las espaldas cubiertas y hacer frente a todas cara a cara.

Sin embargo no resultaba tarea fácil, las de antes eran solo siete y éstas se contaban por docenas, en apenas unos minutos había recibido gran cantidad de impactos e incluso habían logrado retenerlo un par de veces, pero la luz que era capaz de generar con su aura lo salvó de ser atrapado en varias ocasiones.

Eventualmente lanzaba una furtiva mirada a su adversario, su intuición le decía que por alguna razón buscaba verlo ejecutar el Holy Cross, pero Simon conocía sus límites y sabía – o al menos creía – que, si lo usaba de nuevo, caería agotado y sin posibilidad de recuperación, siendo derrotado de nuevo.

No, las soluciones fáciles no servían de nada esta vez, debía usar la cabeza.

Finalmente logró alcanzar una de las esquinas del solar, precisamente donde había situado al pequeño Cecil, y desde allí empezó a repeler como buenamente podía a los espectros, que poco a poco iban cayendo bajo la potencia de sus golpes.

¿Pero cuanto tiempo podría aguantar así?

Comenzó a realizar movimientos más amplios con el fin de golpear a más objetivos, su látigo emitía un pequeño destello cada vez que entraba en contacto con aquellas criaturas oscuras y su aura, al principio blanquecina y tranquila, se agitaba adquiriendo, una vez más, los diferentes colores del arco iris.

Algo le sucedía, algo nacía en su interior, pero no podía imaginar qué.

Lo único que sabía era que había una vida que proteger.

La situación era demasiado similar al rapto de Alicia, y no podía permitir que terminara de la misma forma.

Obnubilado por el continuo acoso, las estrategias se le agotaban – tampoco era capaz de pensar demasiado – y cada vez tenía más presente la idea de recurrir de nuevo al Holy Cross, por más que conociera los riesgos.

Estaba a punto de darse por vencido y llevarse a cuantos enemigos pudiera por delante antes de morir bajo aquella avalancha de sombras cuando tuvo otra ocurrencia, tan loca como aquella con la que descubrió la debilidad de la barrera del vampiro, pero precisamente porque aquella había funcionado algo en su corazón le decía que esta no podía fallar.

Como pudo, realizó un latigazo circular y plantó su mano izquierda en el suelo.

- ¡¡¡HOLY SEAL!!!

El sello sagrado apareció en el suelo, de varios metros de diámetro, atrapando en él a todas las sombras que en aquel momento tocaban el suelo, pero su plan no terminaba ahí, con gran esfuerzo concentró una gran cantidad de energía en su interior y la proyectó a través de la mano hacia el firme, emergiendo por toda la superficie del sello como un Geiser de luz y volatilizando a todos los espectros que quedaron atrapados en él.

El vampiro había contemplado todo esto atónito, viendo como aquel ridículo adolescente se llevaba de un plumazo casi una cincuentena de esbirros.

¿Dónde estaba el límite de aquel muchacho? ¿Sería verdad que, tal y como había manifestado Orlox en más de una ocasión, era un miembro del supuestamente desaparecido clan Belmont?

Por su parte Simon comenzaba a flaquear, más desahogado ahora viendo la escasa cantidad de sombras que habían logrado escapar a su improvisada combinación de técnicas, pero el desgaste comenzaba a ser notable.

Su adversario se dio cuenta de esto y pasó de la sorpresa a la satisfacción.

- ¿Te das cuenta? – preguntó desde su posición, sonriendo de nuevo con altivez – ¡Mira como estás por oponerte a mi poder! ¡Todo habría sido más fácil si te hubieras limitado a entregarme a ese niño y largarte!

Al oír esto, el Belmont alzó lentamente la cabeza, los recuerdos comenzaban a aflorar.

- ¿No salvarías tu vida a cambio de esa muchacha?

- ¡Reconozco tu valor, chico, por supuesto! ¡Es enorme! ¡Tanto como tu estupidez! ¡Porque ya hay que ser imbécil para dar tu vida por un simple niño al que ni siquiera conoces!

Simon permaneció callado; al mismo tiempo que lo escuchaba resonaban en su cabeza las palabras del joven vampiro que se llevó a su amada.

- habrías hecho mejor entregándomela y salvando la vida.

- Pues bien – continuó – se cumplirá tu deseo ¡Vas a dar la vida por ese niño! ¡Te mataré yo mismo! ¡Siéntete honrado por ello!

Al tiempo que terminaba de hablar daba una potente palmada con sus manos reales, y las fantasmales se disponían a hacer lo mismo, intentando aplastar al joven entre ellas; el chupasangres sonrió con satisfacción cuando éstas chocaron la una contra la otra en un estruendo, dando el combate por terminado, pero inmediatamente se dio cuenta de que algo había fallado.

De entre ambos apéndices emergió una luz, tan blanca y pura que parecía venir del mismo sol, y el ardiente aura de Simon comenzó a inundar el lugar, luchando contra la oscura presencia del vampiro que, asombrado, vio como de repente algo comenzaba a luchar contra la presión ejercida por ambas manos, tomando la forma de una esfera en la que cabía perfectamente un cuerpo humano.

- ¿Q-qué demonios…?

- ¡¡¡CROSS BARRIER!!!

La luz blanca se volvió azulada y los fantasmagóricos apéndices fueron violentamente repelidos, dejando visible a un Simon rodeado por una ardiente aura blanca y protegido por una esfera conformada por pequeñas cruces de una brillante luz color azul intenso; tenía la cabeza gacha, de modo que su corta melena impedía ver su rostro.

- ¿De verdad crees… que voy a dejar que te salgas con la tuya? – preguntó el joven a su adversario en voz baja pero audible.

- ¿Cómo..?

- De verdad crees… ¿¡QUE VOY A DEJAR QUE ME MATES!?

El joven alzó la cabeza y expandió su aura al máximo, la cross barrier se disipó, estallando y actuando las pequeñas cruces luminosas como metralla, impactando con una pequeña explosión en cada una de las pocas sombras que quedaban y eliminándolas.

- ¡Me da igual quién sea este niño y me importa una mierda quién cojones seas tú! ¡Pienso luchar por él y ya puedes arrancarme los brazos, las piernas o incluso la cabeza! ¡VOY A SEGUIR LUCHANDO! – agarró con fuerza el extremo de su látigo con la mano izquierda y tiró de él, tensándolo entre ambos brazos - ¡Así que lanza lo que quieras contra mí!

El vampiro apretó los dientes, no esperaba tan repentino cambio por parte de alguien a quien ya daba por muerto.

- Está bien ¡Si tan seguro estás ven y ataca! – lo desafió.

Dicho y hecho, el muchacho embistió directamente, desviando con su látigo las flechas oscuras y esquivando con dificultad las olas y pulsos sombríos que le azuzaba.

Parecía otra persona completamente distinta.

Cuando se hallaba a la distancia necesaria para atacar el vampiro trató de detenerlo con sus manos fantasmales, produciéndose un escarceo en el que en principio el Belmont pareció verse superado, pero al poco rato le dio la vuelta a la situación y las enfrentó poder a poder, igualando su fuerza mediante sus latigazos.

Cuando finalmente lo superó lanzó dos lighting balls seguidas que su adversario evitó por muy poco, rechazó de nuevo las manos y saltó para golpearlo directamente; su arma dio de nuevo contra la barrera, pero esta vez la potencia de sus envites era tal que cada latigazo lograba hacerlo tambalearse en el aire, hasta que lo rechazó haciendo explotar una masa de oscuridad frente a él.

Simon cayó al suelo de pie, apoyado sobre ambos y sobre su mano izquierda, para justo después volver a la carga, evitando ser tragado por una serie de pequeños géiseres oscuros y escapando de los ataques de aquellos enormes apéndices. Alcanzó de nuevo a su adversario y lo atacó con un Holy Punch, sólo para volver al suelo de nuevo y encontrarse de frente con otra ola oscura de la que se defendió invocando de nuevo la Cross Barrier.

- ¡Maldito criajo! – exclamó el vampiro mientras invocaba otra andanada de flechas, exasperado ante la resistencia del muchacho - ¿¡Por qué no te limitas a dejarte morir y ya!?

- ¡No pienso dejar que me mates – contestó el Belmont, embistiendo de nuevo – porque hay una promesa que debo cumplir! ¡Hay una persona que necesita mi ayuda! – saltó sobre las manos gigantes, que intentaron aplastarlo de una palmada - ¡Y YA PODEIS VENIR TÚ, ORLOX O EL MISMÍSIMO DEMONIO – Preparó una lighting ball en su mano izquierda, al menos tres veces más grande de lo normal – QUE NO ME BORRAREIS DE LA FAZ DE LA TIERRA HASTA QUE HAYA LIBERADO A ALICIA!

Lanzó la bola de luz con todas sus fuerzas, impactando ésta contra un proyectil similar – aunque, por supuesto, oscuro – lanzado por el vampiro en respuesta. Éste sonreía de un modo extraño.

- ¿Has dicho Alicia? – preguntó - ¿Alicia Fernández?

Simon se detuvo.

- ¿La conoces?

La sonrisa del chupasangres se acentuó.

- Entonces tú debes ser “ese” Simon…

- ¿¡La conoces!? – repitió el aludido.

- Esa pequeña velita blanca se pasa el día abrazada a su cruz, siempre rezando por ti y esos otros dos… Erik y Luis…

- ¡Si la conoces quiere decir que sabes donde se encuentra ahora! ¿¡No!? – lo interrogó el muchacho, ignorando la más que evidente provocación.

- Si, en efecto – contestó – la conozco, “nosotros” la custodiamos.

- ¿”Nosotros”? ¿Qué quieres decir con “Nosotros”?

El vampiro lanzó al aire una pequeña y elegante carcajada.

- ¡Vamos! ¿Me vas a decir que piensas que todo esto es cosa de tres o cuatro vampiros? ¿Que crees que sólo Erzhabeth, Orlox, yo y “él” estamos metidos en esto? – su sonrisa se acentuó aún más, adquiriendo su expresión un marcado tinte maléfico - ¡Vosotros tres, enanos de tres al cuarto, jamás podríais hacernos frente a todos! ¡Ni con la ayuda de los Belnades y los Lecarde!

Esperaba un gesto de pavor o sorpresa en Simon, pero éste no se inmutó lo más mínimo, sólo tensó su látigo con ambas manos y le lanzó una mirada llena de decisión.

- Que seáis cuatro o cuarenta me la trae floja – le espetó – Acabaré con todos uno a uno hasta dar con Alicia ¡Y tú serás el primero!

Su adversario contestó a esto con una risotada.

- ¡No me vengas con bravuconerías! – exclamó - ¿Ya has olvidado que ni con todas tus fuerzas has sido capaz de echar abajo – alzó los brazos hasta ponerlos en cruz, y la barrera que lo rodeaba brilló por un instante – esto? ¡Tú ya empiezas a estar desgastado por el combate, pero yo apenas he recibido tres o cuatro impactos!

- Bueno, – replicó el muchacho, sin que se produjera el más mínimo cambio en su expresión – pues cambiemos eso…

- ¿Cómo?

Ahora fue Simon el que sonrió, los recuerdos se apelotonaban en su mente de nuevo.

Con decisión, echó a correr de nuevo hacia su enemigo, sabiendo exactamente lo que tenía que hacer.

- ¡Simon! ¿¡Qué haces aquí!?

Erik, un poco más joven, lo miraba sorprendido; se hallaban en el sótano de la casa de los Fernández, y el pelirrojo tenía frente a sí una suerte de barrera energética, completamente negra, junto a la que se encontraba Juanjo.

- ¡Déjalo estar! – le dijo el Fernández – Prefiero que se quede.

- P-pero… a Adela nunca le ha gustado que bajemos aquí hasta no poseer el grado de Vampire Slayer… - protestó el mayor, sin estar demasiado seguro de lo que decía – Si se entera de que Simon ha estado aquí abajo…

- Mira, hijo – respondió Juanjo – adoro a Adela con toda mi alma, pero esa regla en concreto me parece una estupidez. Además – se dirigió a Simon, que los observaba atentamente – estamos a punto de continuar con un entrenamiento muy importante – sonrió – obsérvalo todo bien, puede que en un futuro te sirva.


Ante la amenaza de ver su defensa superada, el vampiro comenzó a intentar detener a Simon con toda suerte de ataques, incluyendo una serie de explosiones de fuego negro, que parecía surgir de la mismísima oscuridad, pero la Cross Barrier del muchacho era lo suficientemente sólida para resistir cualquier embate.

Erik se dejó caer de culo sobre el tatami, frente a él la barrera permanecía intacta, y Juanjo lo miraba con severidad.

- Llevamos un mes con esto y – suspiró – aún no has podido hacerle un mísero rasguño… a un Belmont de tu nivel, por la  propia naturaleza de tu aura, no debería costarle mucho esfuerzo.

El pelirrojo se alzó de nuevo, serio, y se sacudió los pantalones de entrenamiento mientras miraba a su hermano.

- Si es por Simon, tú actúa como si no estuviera aquí – le indicó el hombre – vamos a repetir de nuevo los pasos ¿de acuerdo?

Erik asintió y cerró los ojos, su ígnea aura escarlata emergió, para poco a poco ir tranquilizándose y pasar a un calmado azul intenso.

- Bien, ahora ya sabes lo que te queda por hacer.


Rechazó con relativa facilidad las dos manos fantasmagóricas y esquivó una nueva acometida de flechas oscuras, mientras su aura tomaba un tono azulado similar al de las cruces del Cross Barrier.

Para sorpresa del chico, su hermano abrió los ojos y se colocó en Posición de ataque, al tiempo que toda aquella energía azul se concentraba en uno de sus puños.

- Simon – lo llamó de repente el Fernández - ¿Sabes cual es la diferencia entre sombra y oscuridad?

El aludido negó con la cabeza.

- Cuando coges una linterna, la enciendes en un lugar totalmente oscuro y apuntas con ella a un objeto, éste proyecta una sombra, cuya negrura será mayor en proporción directa a la intensidad emitida por la luz, por el contrario – giró la cabeza y lo miró directamente a los ojos – la oscuridad que hubiera allí donde ahora se halla el haz de luz ya no existe, y cuanto más poderosa sea esa fuente de luz, menos oscuridad habrá cerca de todos aquellos seres y objetos que lo rodean.


La ola oscura del vampiro logró alejarlo unos pocos metros, ya que lo cogió distraído mientras se enfrentaba con unos pocos espectros invocados, la potencia del ataque fue tal que la Cross Barrier cayó con él; sin embargo la intensidad de su aura continuaba aumentando.

El impacto fue brutal a los ojos a los ojos del menor de los Belmont, pero el gesto de decepción de su padrastro lo decía todo.

- Insuficiente – se limitó a articular con severidad.

- ¿¡Bromea!?- respondió Erik, exaltado, mientras se apoyaba en sus rodillas - ¡Mire la barrera! ¡Le he hecho una grieta enorme!

- Cierto - reconoció Juanjo – pero es insuficiente – insistió – ésta es una técnica que utiliza aura sagrada en su estado más puro ¡Debes ser capaz, con tu propio puño, de erradicar la oscuridad!

- ¡Pues entonces lo repetiré más veces hasta destrozarla! – exclamó, encendiendo de nuevo aquella aura azul antes de alzar la cabeza y encontrarse con que la barrera estaba de nuevo intacta - ¿¡Pero qué…!?

- Esto tiene que ver con la explicación que le he dado a Simon – lo volvió a mirar a los ojos – Cuando apagas la linterna, sin importar lo potente que fuera la luz la oscuridad se reagrupa, como cazador y como Belmont debes brillar lo suficiente como para evitar que la oscuridad engulla a todos los que se encuentran a tu alrededor, y esta técnica que acabas de presenciar es tan demoledora que, bien ejecutada, puede hacer añicos una barrera tan potente como ésta.


Derribado pero no vencido, el joven Belmont volvió a la carga sin el más mínimo atisbo de duda, si bien era cierto que su objetivo no era otro que ganar tiempo hasta que su técnica estuviera lista. Finalmente logró abrirse camino y saltar una vez más.

“Esta vez sí” pensó “Esta vez sí me abriré paso entre la oscuridad”

- Simon, vamos a subir a descansar un poco – le indicó Juanjo mientras ascendía las escaleras del sótano detrás de Erik – si quieres quédate aquí hasta que volvamos, pero ten cuidado ¿eh?

El joven Belmont asintió y, tras escuchar cerrarse el umbral, miró con interés la barrera.

¿Sería él capaz de lograrlo?

Adoptó posición de ataque y se concentró; había aprendido a alcanzar rápidamente aquella aura azulada en sus entrenamientos por dominar el Holy Cross.

“Por probar no pasará nada” pensó despreocupadamente.


Ya a la altura del vampiro, todo sucedió a cámara lenta; concentró todo el aura reunida en su puño izquierdo y tensó al máximo todos sus músculos.

Debía ser un solo golpe, y debía derribar esa barrera.

Una única y última oportunidad.

- ¡¡¡HOLY FIST!!!

Con un gran estruendo y un cegador resplandor azul, el puño de Simon impactó contra la barrera, que inmediatamente se hizo mil pedazos, disolviéndose en el aire como si fuera humo, pero la cosa no quedó ahí, ya que el golpe del Belmont continuó su trayectoria y golpeó directamente en la andrógina cara de su adversario, mandándolo a volar y estrellándolo contra la pared del descampado, que se derrumbó sobre él.

- ¿¡Qué ha sido eso!?

Simon miraba asombrado la barrera, en la que había un agujero que la abarcaba casi por completo, con los rebordes quemados, impidiendo su regeneración.

Los pasos apresurados de Juanjo escaleras abajo lo sacaron de su ensimismamiento, éste, al llegar, profirió un atónito “¡¡¡Dios mío!!!”

- S-simon… ¿Tú has hecho esto? – le preguntó, sin dejar de mirar lo que antes era el espeso muro negro.

- Si…

- ¿¡Cómo!?

El chico sonrió levemente.

- Con la técnica que le está enseñando a mi hermano.


El puño sagrado que perfora y disipa la oscuridad.

Y él, Simon Belmont, había sido capaz de dominarlo por completo.

Ahora además conocía la técnica de su enemigo, aquella explicación que Juanjo Fernández le dio en su momento – algo ingenua para su gusto – le había ayudado a discernir entre sombra y oscuridad, y a comprender que existe un modo distinto de combatir a cada una de ellas.

Y ahora lucharía contra la oscuridad sin estúpidos impedimentos de por medio.

Sonrió al ver al vampiro emerger de entre los escombros, éste tenía la nariz hundida y sangraba tanto por ésta como por la boca, además su elegante traje se había rasgado por el impacto.

- ¿Dejarás ahora de esconderte tras una protección y luchar contra mí con todo lo que hay que tener? Porque ya tiene huevos que un “criajo” como yo esté demostrando tener más valor del que tú hasta ahora has manifestado.

El aludido sonrió a su vez.

- Te vas a arrepentir de haberme hecho esto, mocoso.

Repentinamente desapareció y Simon fue golpeado desde el lado derecho por lo que él identificó como una de aquellas gigantescas manos, cayendo al suelo con los reflejos suficientes para levantarse de una voltereta. Al levantarse vio como su enemigo se aproximaba a él andando lentamente, con una sonrisa demente en los labios.

- ¡Lamentarás haber nacido!

El joven Belmont se echó instintivamente a un lado antes de que se abriera un tremendo boquete en la pared, unos metros a su espalda, y saltó poco antes de ver formarse un surco enorme donde él se encontraba.

- Parece que ahora está liberando más poder… – se dijo – lo dicho, de videojuego – comentó en alusión al comentario que hizo cuando aún perseguía a la sombra.

Se disponía a atacar cuando una tremenda corriente de aire lo desequilibró en el aire y un golpe ascendente lo mandó a volar, antes de que una invocación de gravedad lo aplastara contra el suelo durante un par de segundos.

Sin duda todos aquellos ataques – salvo el último – provenían de aquellas manos gigantescas pero… ¿Por qué no podía verlas?

No tenía tiempo para pensar en ello ahora, se levantó justo antes de que unas estalagmitas negras surgieran del firme con la intención de atravesarlo y tuvo que echarse a un lado para evitar una andanada de flechas. Harto de ataques embistió, dejando las esquivas a su intuición, e hizo chocar una bola oscura con su lighting ball antes de posicionarse frente a él y propinarle un Holy Punch, que recibió de lleno.

- Qué… ¿Duele? – preguntó con sorna antes de detener unas cuantas flechas a bocajarro con su Deffensive cross – Te lo dije… ¡Te voy a derrotar! – le espetó tumbándolo con una lighting ball – Pero antes te sonsacaré el paradero de Alicia.

El vampiro se levantó con cierta dificultad, Simon se sorprendió ligeramente al ver que, pese a su situación, aún sonreía.

- ¿Sigues con esto? – preguntó con Sorna – Si lo que deseas es el paradero de esa muchacha te vas a quedar con las ganas.

Simon desenrolló su látigo y, mientras avanzaba, dio un fustigazo al suelo.

- Ah ¿sí?...

- Y ninguno de nuestros vampiros o secuaces dirá nada nunca – continuó – Esa chica es demasiado importante para nuestro plan…

Sin variar un ápice su expresión y velocidad de movimiento, el Belmont propinó un fuerte latigazo al vampiro y, antes de que se estabilizara, lo agarró del cuello de la camisa.

- ¿Qué plan? – le preguntó, cara a cara, entre dientes.

El chupasangres no contestó nada, sólo sonrió con malicia.

- ¿¡Qué plan!? – insistió Simon.

Antes de que se diera cuenta, su adversario le había plantado la mano en el estómago, y el muchacho salió volando víctima de una explosión oscura.

Pero no iba a quedar ahí la cosa, el joven Belmont, en pleno vuelo, lanzó su látigo contra el vampiro y lo enganchó por el cuello, acto seguido tiró de él con tanta fuerza que lo atrajo hacia sí.

Cuando el hijo de la noche se dio cuenta de lo que estaba sucediendo, ya estaba pegado de nuevo al Belmont.

- ¡¡¡HOLY PUUUUUUUUUNCH!!!

La lluvia de golpes a bocajarro no le dejó respiro alguno, y justo cuando había terminado y se disponía a contraatacar, Simon contrajo su puño de nuevo.

- ¡¡¡HOLY FIST!!!

El vampiro salió despedido tras la explosión azulada, volando unos metros antes de caer patéticamente al suelo y levantarse con esfuerzo.

- Esto se puede prologar aún más, si quieres – le espetó el muchacho con frialdad – ¡sólo tienes que seguir callado sin decirme donde tenéis cautiva a Alicia y a los seis niños!

Ante el silencio de su adversario Simon apretó los dientes, su aura creció hasta el punto de volverse flamígera.

Empuñó su látigo con rabia y lo envolvió con el fuego de la purificación. Si no imprimía en él toda su fuerza era porque no quería matarlo, no hasta saber donde estaban los desdichados.

- ¡¡FLAMING WHIP!!

Nuevamente, el arma se estiró adquiriendo una longitud infinita y el Belmont la azuzó contra él, pero en esta ocasión el ataque no llegó a su destino, si no que fue detenido por algo.

Cubierto en la más absoluta oscuridad, una suerte de espectro cubierto con una capa negra raída apareció frente a él, rechazando el látigo con un golpe tan rápido que no pudo alcanzar a ver el arma que portaba, desde su espalda emergieron dos gigantescas alas negras, y a la luz de las llamas el muchacho pudo ver que portaba a los hombros una suerte de estola ceremonial con símbolos demoníacos bordados y que en el único hueco abierto, el de su cabeza, había un cráneo blanquecino.

No sabía por qué, pero su sangre ardió como cuando tuvo delante por primera vez al vampiro que se llevó a Alicia.

- ¿¡Quién eres!? – preguntó al recién llegado mientras su aura regresaba a su estado normal.

No obtuvo respuesta, el espectro sólo permanecía ahí, batiendo sus gigantescas alas; ahora que sus manos estaban quietas pudo observar que estas también eran puros huesos, y que entre ellas sujetaba una gran guadaña.

Aquellos rasgos eran inconfundibles, pero no… no podía ser…

Finalmente, tras un minuto sin que nadie dijera nada, éste se giró de medio cuerpo, dirigiéndose al vampiro.

- Eres un bocazas – le dijo con una voz sobrenatural.

- ¡Muerte! – exclamó éste, sobresaltado - ¿¡Qué haces aquí!? ¡Debías estar con…!

Aquello se lo confirmó ¡Aquel espectro era la mismísima muerte, una de las tres parcas y la deidad más cercana a Drácula! ¿¡Qué hacía pululando de cuerpo presente por el mundo de los vivos!?

- ¡¡¡SILENCIO!!! – bramó la parca - ¡Con esa lengua tan suelta que tienes habrías acabado diciéndole hasta la hora a este cazador! ¡Si sabes lo que te conviene retírate ahora mismo y recupérate de tus heridas!

- De todos… tenías que venir tú – protestó el chupasangres - ¿Qué ha pasado con Barthory?

- Lo mismo contigo, idiota, sólo que ella sabe cuando retirarse y mantener la boca cerrada ¡Ahora largo!

Receloso y sin rechistar, el vampiro comenzó a disolverse en la oscuridad, no sin antes dirigir una mirada de odio al Belmont por encima de aquellas alas negras.

No fue hasta que se hubo desvanecido cuando la parca volvió a mover sus mandíbulas.

- El color de vuestras almas no engaña – dijo al muchacho – Orlox tenía razón… sois Belmonts… tú y ese pelirrojo.

- ¿Mi hermano?

La Muerte asintió.

- Os he observado luchar… sois mucho más peligrosos de lo que pensábamos en un principio.

- ¡Otra vez con esa tontería de si somos o no somos Belmonts! – suspiró - ¿Tanto cuesta creer que mi padre haya tenido descendencia?

- La cuestión no es esa ahora, Simon – lo interrumpió – Creíamos que no erais un peligro, pero esta noche he visto como derrotabais a dos de los mas poderosos antiguos secuaces de Lord Drácula.

- ¿Y?

- Y antes de que os volváis aún más peligrosos – comenzó a fundirse con la oscuridad – Voy a segar vuestras vidas – Simon sintió que, repentinamente, una poderosísima presencia se manifestaba detrás de él - ¡Empezando por la tuya!

Saltó hacia delante la distancia y altura justa para evitar la hoja de la guadaña que estuvo a punto de cercenar su cabeza, cayó al suelo con una voltereta y, arrodillado, giró su cuerpo y contestó con un latigazo imbuido con el poder de una lighting ball, la Muerte desapareció para esquivarlo y reapareció sobre su cabeza lanzando con una de sus huesudas manos una enorme llama verdosa.

- ¡Arde en el infierno!

- ¡DEFFENSIVE CROSS!

La cruz defensiva recibió y reflectó la gran bola de fuego, desapareciendo justo a tiempo para que Simon contestara con una lighting ball, la parca lo esquivó para aparecerse esta vez al lado de Simon, pero éste la esperaba y la recibió con un potente Flaming Whip que la mando a volar unos metros, antes de que usara sus alas para frenarse.

Tras este pequeño escarceo, los dos contendientes se miraron fijamente.

“Es fuerte” pensó la parca “Mucho más de lo que esperaba. No puedo arriesgar”

- Si tú estás aquí significa que desde luego os traéis algo gordo entre manos – comentó el joven - ¿De qué se trata? ¿Y qué tienen que ver Alicia y esos niños en todo esto?

Aunque no tenía piel ni músculos, Simon sintió como si la Muerte sonriera.

- Me quedaría con gusto a contártelo, pero sea como sea no poseéis poder alguno para evitarlo, de modo que no es realmente de tu incumbencia… en todo caso recuerda esto: – lo señaló con el extremo superior del mando de la guadaña – Segaré personalmente tu vida, la de tu hermano y la de Luis Belnades.

- ¡No si acabo contigo aquí mismo! – contestó el muchacho mientras la Muerte se desvanecía poco a poco - ¡¡¡LIGHTING WHIP!!!

Lanzó la técnica, pero desgraciadamente ésta sólo encontró el vacío, recibiendo una escalofriante risotada como respuesta.

- Algún día nos volveremos a encontrar, Simon Belmont… ¡Y estaré reservando un hueco en el infierno para cada uno de vosotros!

Simon enrolló su látigo y chasqueó la lengua; por un momento se sintió frustrado ya que ni el captor ni la recién aparecida Muerte habían caído ante sus golpes, pero dicha frustración desapareció cuando se acercó al niño y, tras comprobar que no había recibido daño alguno, lo cogió en volandas.

Había cumplido su misión.

Una hora más tarde, los grupos conformados por Luis y Erik y Elisabeth y François, acompañados respectivamente por el comisario Jacques Rousseau y Stella Lecarde, se reunían en la Catedral de Nôtre Dame; al verse suspiraron aliviados y se dedicaron a bromear sobre sus lamentables estados, aunque Stella estaba disgustada con su nieto por la cabezonería de este de no ir a ver a Loretta hasta estar todos a salvo, y al comisario se le notaba una notable preocupación por su pequeño Cecil.

Pasaron unos minutos hasta que observaron que, por fin, el alba comenzaba a despuntar; todos se preguntaban donde estaba Simon – François no podía sentir auras debido a su deplorable estado – y ya estaban decidiendo ir a buscarlo cuando una silueta apareció por las calles cercanas a l`île de la cité.

Era Simon y, sonriendo de satisfacción, traía a Cecil en brazos.

Sin esperar un segundo más, salieron todos corriendo a su encuentro; los primeros rayos del amanecer iluminaban un semblante cansado, unos ropajes destrozados por el combate y unas heridas cerradas por la sangre seca, pero contrariamente a todo eso su sonrisa y expresión de victoria eran radiantes.

Cuando por fin se encontraron entregó a Cecil al comisario que, llorando de alivio y alegría, dio las gracias a todos, uno a uno todos lo felicitaron, incluso por primera vez Erik lo abrazó, henchido de orgullo y con una sonrisa de oreja a oreja, en estas el pequeño Belmont dejó escapar unas lágrimas.

Ya de camino a casa Erik y Stella quedaron detrás, observando como caminaba lo más erguido posible, tratando no desfallecer por el cansancio.

- Tú también lo has notado ¿verdad? – preguntó la Lecarde al pelirrojo.

- Sí – contestó este – algo ha cambiado en él.

Guardaron silencio durante unos cuantos metros, entonces la sonrisa orgullosa de Erik afloró una vez más.

- Esta noche ha nacido un nuevo Belmont.

Publicado: 09:33 22/01/2009 · Etiquetas: · Categorías: Delirios y Cabreos Pikmin
No soy muy de creer en las third parties hasta que tengo el juego en la mano, y mucho menos de creer en las famosas peticiones online, pero uno no puede qudarse quieto cuando ve que una compañia le pone fé y ganas a su trabajo y este no sale a la luz simplemente por estupidas cuestiones de Marketing



Winter no necesita introducción, ya lo conocimos ayer y a (casi) todos nos dio buena espina, teniendo mucha mejor pinta una demo programada en 6 semanas de curre que el 80% del puñetero catálogo third de la consola; eso ya de por sí debería ser suficiente para desear que este juego encuentre distribuidor, pero si no vale podría hacer incapié en el hecho de que, además, andamos faltos de Survival Horrors, que por el video parecía hacer buen uso del mando, que utiliza el factor frío para añadir dificultad y tensión y que, si n-space (la desarrolladora) logra encontrar un publisher, la calidad técnica del juego mejorará exponencialmente.



Yo ya firmé ayer, y esta entrada irá a destacados para que no se pierda. Si sois usuarios de Wii y por ende sois conscientes de la baja media de calidad de los juegos third y de la falta de representantes en determinados géneros, os pido que firmeis. Sería bonito que este juego fuera otro caso The Conduit.

EDIT: Hostia puta, que no puse el enlace a la petición

Petición online: Winter

Publicado: 20:56 18/01/2009 · Etiquetas: · Categorías:
Vamos con la siguiente entrega. Como todos sabeis, una de las grandes señas de identidad de la saga han sido siempre las subweapons, armas de apoyo cuyos diferentes efectos daban pie a la creación de estrategias a lo largo del juego y que podían llegar a resultar vitales contra determinados bosses.

En CastleVania Judgment estas armas aparecen para dar más variedad y un toque estratégico en los combates. El modo de conseguirlas es totalmente aleatorio, pueden aparecer al destrozar algún elemento de la arena o al eliminar a algún enemigo dentro de la misma, si es los hay, y habremos de cumplir el requisito de poseer suficientes corazones como para poder hacer uso de sus servicios. Aparte, cada subarma permite liberar un ataque llamado Item Crush o Weapon Crush dejando pulsado el botón A del Wiimote durante 3 o 4 segundos (cuando el personaje emita un destello) y soltándolo; estos movimientos suelen ser versiones potenciadas del arma en sí, pero en ocasiones existen diferencias.

En total, el número de armas que tendremos a nuestra disposición serán 10, y cada personaje tendrá acceso a cuatro de estas, dependiendo esto de la naturaleza y bando del mismo, pero eso es algo que trataré según vaya analizando a cada personaje.

Ahora vayamos con las susodichas.

Dagger (daga)

Corazones: 1

La más famosa subarma de la saga, la daga es un item rápido, difícil de esquivar y poco dañino, además es el que tiene más posibilidades de aparecer (especialmente en los primeros compases del duelo); no provoca ningún efecto en el adversario, salvo la animación básica de daño.

Item Crush: 5 dagas

Corazones: 2

Lanza 5 dagas en abanico, más rápidas que el lanzamiento normal; si el adversario se encuentra a una distancia relativamente cercana recibirá los 5 impactos, que se cuentan como 5 hits en el medidor de combo.

Axe (hacha)

Corazones: 2

Una versión lenta y potenciada de la daga que hace caer al adversario. El hacha es un arma potente de lanzamiento lento que pierde su clásico componente antiaéreo en Judgment. Al ser un arma poderosa, es perfecta para agregar a combos rompeguardias.

Item Crush: Hacha gigante

Corazones: 3

Lanza un hacha gigantesca que rompe guardias, mantiene la misma velocidad que el hacha normal y escora levemente hacia donde se encuentre el adversario, por lo que puede dar más de una sorpresa.

Holy Water (Agua Bendita)

Corazones: 3

Esto va mejorando. El agua bendita es un arma que, según la distancia a la que se encuentre el adversario al recibirla, tendrá un efecto u otro; si el desdichado se encuentra a 4 pasos o menos recibirá el impacto directo de la botellita y caerá al suelo, quedando a nuestra merced durante el poco tiempo en el que esté en el aire; si por el contrario se encuentra a 5 pasos, la ampolla caerá al suelo y avanzará con 3 pequeñas eplosiones sucesivas que golpearán una vez cada una al adversario y darán tiempo suficiente para continuar el combo. Como siempre, es una de las más útiles del juego.

Item Crush: Cruz ardiente

Corazones: 4

Lanza una botella al suelo que explota en forma de cruz a lo bomberman, recibiendo 9 hits si el adversario se encuentra a la distancia precisa. El ataque puede fracasar si te encuentras pegado al otro luchador, ya que la botellita le impactará directamente y lo hará caer envuelto en llamas como con el ataque normal.

Cross (Cruz)

Corazones: 2

A medio camino entre la daga y el hacha, la cruz es el arma lanzable más potente, contando además con que tiene efecto boomerang, por lo que si el adversario se estaba cubriendo en el lanzamiento, recibirá el regreso de tener la guardia baja. Un impacto de la cruz tendrá el mismo efecto que recibir en pleno rostro el hacha o el agua bendita: caída al suelo con previo elevamiento, por lo que se puede enganchar al adversario si se tiene el timing preciso y, mientras dura el combo, que reciba también el impacto de vuelta.

Item Crush: Gran cruz

Corazones: 5

La cruz es el arma que más cambia en este movimiento. Al cargarla libera una colmuna de energía en la que, de quedar el enemigo atrapado, recibirá 7 hits en pleno rostro. La pega es que requiere estar cerca del adversario (2 pasos o menos) para engancharle.

Stopwatch (Cronómetro)

Corazones: 10

La subarma más codiciada de toda la saga. Usado con sabiduría el cronometro permite, si se tienen suficientes corazones, realizar combos del 100% y enganchar superletales fácilmente, razones suficientes para que su coste sea exagerado y su efectividad se haya visto mermada drásticamente respecto a los juegos clásicos, deteniendo el tiempo durante 2 escasos segundos, más que de sobra para arrear buenas mantas de hostias utilizándolo una y otra vez.

Item Crush: 5 segundos

Corazones: 20

Cargando el cronómetro podremos detener el tiempo durante 5 segundos, tiempo que en este juego es valiosísimo. Perfecto si te encuentras lejos del adversario y quieres acercarte lo suficiente para encajarle un superletal.

Jagged Earth (Aguijón terrestre)

Corazones: 3

Mi favorita con diferencia; el aguijón terrestre se invoca justo delante del jugador y hace saltar al adversario por los aires, a la altura justa para ejecutar un air combo, pero es que además se puede usar a la perfección para cancelar combos terrestres y repetirlos de nuevo, dando en ocasiones resultados demenciales.

Item Crush: Explosión terrestre

Corazones: 6

Como el principal, pero más potente, rodeando al jugador y lanzando al adversario aún mas alto (a la altura de un doble salto poco más o menos). Es un item crush más bien defensivo, aunque relativamente espectacular.

Gale Force (Fuerza vendaval)

Corazones: 2

Puede que la subarma cuyo nombre tiene menos que ver con lo que es realmente. El personaje lanza contra su adversario un proyectil mágico verde algo más lento que la daga, dejando 2 hits en el contador de combo. Resulta fácil de evitar, ya que su animación de lanzamiento es demasiado lenta.

Item Crush: Gaviota Esmeralda

Corazones: 7

Invoca 5 proyectiles que se lanzan a por el adversario allá donde se encuentre. Muy útil y dañino a larga distancia, pero completamente sin sentido a corta ya que es, con diferencia, el item crush mas lento del juego.

Poisonous Blow (Golpe venenoso)

Corazones: 4

He aquí una subarma creada a conciencia para joder: envenena, en la mayoría de personajes tiene una animación de lanzamiento de velocidad media y quita una cantidad decente de vida. Poco mas hay que decir sobre ella.

Item Crush: Niebla venenosa

Corazones: 6

De ejecusión lenta pero jodiente para el adversario, invoca una serie de jirones de niebla venenosa que estarán a nuestros pies durante unos segundos, actuando como escudo y evitando que nadie se nos acerque.

Gravity circle (Círculo de gravedad

Corazones: 2

Otra de mis favoritas. El círculo de gravedad es uno de los más rápidos de usar y más bonitos para finalizar un combo. Invoca un círculo de gravedad que protege al atacante y pega al enemigo al suelo, arreándole 10 hits de propina, tras lo que aún queda tiempo para darle dos o tres golpes en plan rastrero mientras está mordiendo polvo.

Item Crush: Gravedad Invocada

Corazones: 10

El coste de este Item Crush puede parecer exagerado, pero... ¿Y si os digo que invoca un circulo de gravedad sobre el adversario allá donde se encuentre arreándole 9 golpes que, además, son más potentes en conjuntos que el círculo normal?

Pues eso, toma moreno.

Bat Swarm (Enjambre de murciélagos)

Corazones: 2

Mi boss mas odiado de Dawn of Sorrow regresa minimizado como subarma en Judgment. Una mezcla entre poyectil, trampa y veneno, una vez invocados el grupo de murciélagos irá derechito a por el adversario, a menos que se encuentre lejos, en cuyo caso esperarán cerca del lugar donde fueron convocados durante unos 30 segundos aproximadamente; una vez hayan atrapado al pobre infeliz, mermarán progresivamente su barra de vida durante un poco más de tiempo que el veneno.

Item Crush: Proyectil oscuro

Corazones: 6

Mas dañino que el hacha gigante, este Item Crush pierde el efecto del golpe normal a cambio de quitar una cantidad considerable de vida. Engaña en mitad de la refriega al estar rodeado por el grupo de murciélagos y además es rápido y parcialmente teledirigido, por lo que resulta difícil de evitar.

---------------------------------

Y hasta aquí las 10 subarmas. Ya las introduciré en estrategias con cada uno de los personajes del juego, porque sale cada una que ya, ya...

Próxima entrega: Escenarios.

Publicado: 19:29 09/01/2009 · Etiquetas: · Categorías:
Bueno, pues ya han pasado 3 dias, y tras hacerme mi autorregalo pertinente creo que va siendo hora de hablar de lo que ha caído estas navidades ^^

El anillo de los nibelungos



Una réplica del anillo de los Nibelungos que Poseidón puso a la fuerza en el dedo de Hilda de Polaris realizada por Custom Arts, viene en un estuche de metacrilato bastante bonito. Naturalmente se puede usar como anillo, aunque yo paso xd. Dicho sea de paso este es uno de los dos regalos que tendría que haber recibido para San Enrique, pero Asian Alternative se puso tonta y nos tuvo a mi hermana y a mí 6 meses esperando ^^U

Simon Belmont Classic - Neca Figures - 1ª Edición



Como casi todas las que hace NECA, esta figura tiene un modelado sublime. Pertenece a la primera tirada, la cual se dejó de distribuir por la pésima calidad de los materiales y pintado deficiente (pintura no, pero la hombrera que lleva se partió en la unión con la coraza y me tocó darle trabajo al Super Glue =/). Este es el otro regalo que tendría que haber recibido por mi santo, también encargado a Asian Alternative. Viene bastante cargadita de extras, a saber: la cruz, una morningstar, un candelabro y no recuerdo qué mas. Francamente, me parece perfecta.

Capricornio Myth Cloth - Ed. Española - Autorregalo



La última que me faltaba para tener a los 12 caballeros de Oro, comprada en las rebajas del Toys'R Us ayer; el jeto de Shura no es gran cosa, pero la armadura parte la pana, me encanta especialmente ese oro claro que contrasta con el amarillo intenso de determinadas líneas. La máscara estilo manga le sienta de vicio.

CastleVania Judgment USA (Autorregalo) - Animal Crossing City Folk - Batallion Wars 2 - De Blob



CastleVania Judgment: No es precisamente una adquisición navideña, pero lo recibi casi en Diciembre así que a mí me vale xd. Juego incomprensiblemente denostado que yo adoro y que recomendaré a todo aquel que disfrute mínimamente de los Budokai, Tenkaichi, Burst Limit y compañia. Si el modo historia y las expresiones faciales hubieran sido mejores sería la hostia en verso.

Animal Crossing City folk: Regalo de mi hermana poco después de su lanzamiento. Juego Kawaiicute, simple y adictivo como él solo que ha logrado que deje Wild World a un lado (incluso llevo mas adelantada la hipoteca) Por desgracia no quedaban con WiiSpeak, pero ya caerá el microfono, ya...

Batallion Wars 2: Un tapado de la hostia, estrategia en tiempo real capitaneando como uno de los miembros del escuadrón, todo ello a golpe de Wiimote con una precisión envidiable. El agua es de las mejores que se han visto en Wii. Un imprescindible. Por mis cojones.

De Blob: Lo que se habló de este juego, y con razón, el hype que generó se queda corto. Colores a tutiplén, curva de dificultad bien planteada, largo como el solo y humor paródico a mansalva. Quien tenga la Wii y no posea este juego no sabe lo que se pierde.

Sudaderas Decathlon

- Sin foto -

Mi hermanita fue la artífice de esto. Una sudadera gris y otra negra, muy calentitas, de colores planos y anchas, como a mí me gustan. Cagoendiez, hacía años que nadie atinaba regalándome ropa =/

------------------------------

Pues eso, unos reyes no demasiado variados pero sí muy satisfactorios. Por pedir me hubiera gustado recibir el Order of Ecclesia o alguna que otra figura mas de Saint Seiya, pero a caballo regalado no se le mira el diente, coño (Y con la escasez de dinero como pa permitirnos caprichos estamos).

Publicado: 11:18 07/01/2009 · Etiquetas: · Categorías:
Ha amanecido tras la noche mas larga y oscura de mi vida.

Agarraos los machos.


Publicado: 14:49 06/01/2009 · Etiquetas: · Categorías: Reflexiones de un friki
Se me ha ido la mano, no debería compartir reflexiones TAN personales, aunque sí que es cierto que necesitaba desahogarme.

Publicado: 00:52 01/01/2009 · Etiquetas: · Categorías:
Acaba el año, con el estómago repleto de rollo de patata relleno, gambas al Wisky y Calamares rellenos y las burbujas de mi copita anual de cava aún descendiendo por la garganta creo que va siendo hora de reflexionar sobre este 2008 ¿Como ha sido? ¿Malo o bueno?

Bffffffffffff... una pregunta de difícil respuesta.

Este año he vivido lo mejor y lo peor en todos los campos posibles: Salud, trabajo, dinero, amor... He llegado a pensar que existe el Karma ¿sabeis? Porque a causa de unas acciones completamente erradas he perdido a aquella a la que más amo en este mundo, y no sé si os podeis imaginar lo que duele que te manden a la mierda y que tú encima seas completamente consciente de que tiene razones para hacerlo.

Si, lo peor de cometer un error es darte cuenta de que en efecto, ha sido un error y en efecto, ha sido culpa tuya.

He sufrido ataques epilépticos, me he roto un hombro (again), me he puesto a 40º de fiebre... todo ello tras una época de salud envidiable.

De dinero tampoco estoy (estamos) muy boyante, pero bueno, la puta crisis...

De trabajo prefiero no hablar, he estado a punto de conseguir uno pero ¿Con quien se quedaría la empresa? ¿Con alguien que asegura poder hablar ingles a nivel nativo o con un nativo inglés? La respuesta es obvia, manitos =/

En fin... a las penas puñaladas, esa mujer ha sido lo mejor que me ha pasado en la vida y sin duda gracias a ella los 3 primeros cuartos del año fueron fantásticos, si algún día volverá a hablarme ya no lo sé, pero desde aquí no puedo si no darle las gracias por todos esos grandes momentos que hemos pasado juntos. El trabajo y el dinero ya vendrán y la salud... bueno, pasado lo gordo ya no me puedo quejar, creo (vamos, al menos sigo vivo)

En fin... pasada la reflexión, solo me queda decir una cosa:

¡¡¡FELIZ AÑO NUEVO, MANITOS!!!

PD: Sé que Twilight Rhapsodia ha estado parado, lo pienso retomar pero no sé cuando seré capaz de escribir de nuevo, en todo caso los que me leais no os preocupeis, pienso cumplir mi sueño, aunque sea un sueño incompleto...

Prelude of Twilight

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